FRANCIA: Denuncian a una defensora de los derechos de la mujer por “malgenerizar” a un hombre.

Una destacada defensora de los derechos de la mujer en Francia ha sido denunciada ante un tribunal penal por acusaciones de “malgenerizar” a dos figuras públicas transgénero. Dora Moutot, autora de best-sellers e influencer en las redes sociales, se enfrenta a una denuncia judicial por insultos basados en la identidad de género e incitación pública al odio o la violencia contra un grupo de personas por razón de su identidad de género.

Dos asociaciones LGBT, Mousse y SOS Homophobieapoyan la denuncia presentada contra Moutot el 15 de febrero en nombre del alcalde de Tilloy-lez-Marchiennes, un hombre que se dice trans y que se hace llamar Marie Cau, y Hanneli Escurier, una periodista que se identifica como hombre.

Uno de los incidentes citado en la demanda se refiere a unos comentarios que Moutot hizo el pasado octubre durante un episodio del popular programa de entrevistas Quelle Époque!


La periodista Léa Salamé le preguntó a Moutot si consideraba al alcalde una mujer, a lo que Moutot respondió: “Para mí, Marie Cau es un hombre”. Un comunicado hecho público por Mousse acusaba a Moutot de “atacar violentamente” a Cau al llamarle a la vez hombre y “hombre transfemenino”.

Cau, al que sus padres llamaron Nicolas, se hizo muy conocido en Francia tras ser elegido para un cargo político en 2020 y fue celebrado en los medios de comunicación como el primer alcalde transgénero del país. Después de ganar las elecciones en la pequeña ciudad de Tilloy-lez-Marchiennes, de unos 500 habitantes, Cau expresó su ambición de presentarse a la presidencia.

El año pasado, Cau publicó una autobiografía titulada Señora Alcaldesa (Madame le Maire) en la que describía su deseo irresistible de usar ropa de mujer, una actividad que, según él, le provoca el “colmo de la felicidad”.

“Una vez solo en casa, me puse mi ropa de chica. Un sentimiento de felicidad, de liberación. Vestido así, puedo hablar de mí mismo en femenino y puedo respirar”, escribió Cau. “Por fin. Soy yo mismo. Poco después de la pubertad empecé a maquillarme… Se convirtió un poco como en una droga, una adicción, porque me siento tan bien que trato de encontrar ese placer de nuevo”.

En su autobiografía, Cau también detallaba el divorcio de su esposa, y criticaba el sistema judicial, que otorgó la custodia de sus hijos a su ex mujer.

“La mujer es siempre la víctima, mientras que el hombre es siempre el verdugo, a menudo acusado de violencia o alcoholismo”, escribió. El juez que presidió su proceso de divorcio le ordenó abandonar el hogar y le concedió derechos de visita limitados, una situación “que los tribunales tradicionalmente reservan para un padre malo o incluso violento”, dijo Cau.

Además de “malgenerizar” a Cau, Moutot también ha sido acusada de “transfobia” por una publicación de Instagram que hizo el 25 de agosto de 2022, donde se refirió a Hanneli Escurier como una “mujer trans-identificada”. Escurier, que usa el nombre Hali Bottom en línea, es mujer pero se identifica como hombre y trabaja como periodista para la principal publicación LGBT de Francia, Têtu. La revista se anunciaba como dirigida a “gays y lesbianas” hasta 2007, cuando pasó a estar dirigida exclusivamente a hombres homosexuales.

En declaraciones a Reduxx, Moutot declaró que Escurier había fomentado la violencia contra las mujeres a las que califica de “TERFs”, además de haber amenazado con dañar físicamente a la propia Moutot en un evento drag celebrado en 2020 en un club en París llamado La Mutinerie. TERF es un acrónimo que significa “feminista radical trans excluyente” y se usa con frecuencia como insulto para denunciar al objetivo o para invitar al acoso contra las mujeres que cuestionan las políticas de identidad de género.

Moutot no estaba al tanto de las amenazas contra ella hasta 2022, cuando Escurier publicó en Instagram un video de su actuación en 2020. En el clip, Escurier está vestida como una boxeadora y se la puede ver sosteniendo un cartel que dice: “Dora Moutot y las otras TERFs”. Luego dice: “Ça va saigner ce soir“, que se traduce aproximadamente como “Habrá sangre esta noche”.

Moutot compartió el video en sus redes sociales para poner de manifiesto el abuso que estaba recibiendo, y se refirió a Escurier como una “mujer trans-identificada”. Uno de los abogados involucrados en la denuncia penal contra Moutot, Etienne Deshoulières, dijo que llamar mujer a Escurier era un “insulto discriminatorio” sobre la base de que “le recuerda el rechazo del que [ella] es objeto dentro de la sociedad”.

“La lucha de las personas transgénero es, por tanto, ante todo una lucha constante por existir, por ser reconocidas como personas transgénero. Cuando Dora Moutot declara que Hanneli [Escurier] es “una mujer trans-identificada” y que Marie Cau es ‘un hombre trans-femenino’, golpea exactamente donde más duele. Les niega su existencia como personas transgénero en una sociedad que sigue siendo en gran medida transfóbica”, continuó Deshoulières.

Moutot está recaudando fondos para sus gastos legales, y ha destacado la importancia de la demanda en su contra por “malgenerizar” en lo que respecta a la libertad de expresión. “Al atacar a Dora Moutot, estas asociaciones que defienden a dos activistas trans están tratando de demostrar que en Francia, pronto dejaremos de tener derecho a describir la realidad biológica sin exponernos a procesos judiciales. Es un ataque a la libertad de expresión de todos los franceses”, afirma su página de crowdfunder.

Anteriormente, destacadas personalidades políticas francesas habían condenado públicamente e incluso se habían burlado de Moutot en las redes sociales por sus declaraciones sobre el sexo biológico. Tras una entrevista publicada en Le Figaro el pasado agosto, la senadora Mélanie Vogel de Los Verdes (EELV) se mofó de Moutot en Twitter, comentando que “las tránsfobas no son feministas”. La publicación había compartido una foto de Moutot junto a una cita: “Una mujer es una hembra humana adulta, esa es una realidad biológica. Sólo las mujeres son capaces de dar vida. Es un privilegio”.

Moutot explicó a Reduxx que lleva sido acosada sin descanso por activistas trans varios años, desde 2019.

“Llevo casi cuatro años siendo acosada por activistas trans por decir que una mujer es una hembra humana y no un sentimiento”, dijo Moutot. “Me envían insultos y amenazas, han puesto mi dirección en internet y han arruinado mi reputación al decir que soy transfóbica y que soy cómplice de la extrema derecha”. También subrayó que los transactivistas siguen intentando privarla de seguridad financiera al presionar a sus patrocinadores para que dejen de trabajar con ella.

El incidente que desencadenó la campaña de acoso contra Moutot tuvo lugar en 2019 cuando un hombre que se dice trans denunció la “transfobia” de Moutot después de que ella publicara información sobre el clítoris. El trabajo de Motot se centra en la anatomía y la sexualidad femeninas, y había organizado una campaña para concienciar sobre la anatomía del clítoris y la salud sexual.

“Según este individuo, abogar por una mayor visibilidad, conocimiento y educación en torno al órgano del clítoris, así como todo el contenido de mi cuenta @tasjoui sería ‘esencializante, LGBTfóbico, transfóbico’ y ‘no inclusivo'”, dijo Moutot en una publicación en su blog.

El acoso fue a más y rápidamente pasó de las redes sociales al mundo real. En octubre de 2021, se publicó el segundo libro de Moutot, Mâle Baisées. El texto aborda diversos aspectos de la sexualidad femenina, desde el orgasmo hasta la cosificación y la mutilación genital femenina.

Los activistas trans han exigido que las tiendas dejen de vender el libro de Moutot.

Después de la publicación, una activista trans intentó que Mâle Baisées fuera retirado de las librerías e incluso llegó a imprimir etiquetas de advertencia condenando el contenido como transfóbico. “Comprar es participar” en la “discriminación”, rezaba la advertencia, que incluía un enlace a la cuenta de redes sociales de la activista trans.

En una entrevista concedida el año pasado a Women’s Declaration International (WDI), Moutot explicó que después de que los activistas trans comenzaron a ridiculizarla y a llamarla “TERF” por hablar de la anatomía femenina, comenzó a cuestionarse la política de identidad de género.

“Empecé como feminista liberal, como muchas mujeres jóvenes”, dijo Moutot. “Creé esta página llamada @tasjoui sobre la sexualidad femenina, y seguí hablando de órganos femeninos. Después de dos años, un activista trans me vio y comenzó a enseñarme cómo debía hablar. Elle me dijo: ‘No eres lo suficientemente inclusiva y necesitas hablar de nosotros, mujeros trans’.

Fue la experiencia de ser etiquetada como “TERF” lo que llevó a Moutot a desarrollar su comprensión de las críticas feministas a las industrias de la pornografía y la prostitución. Para ella, el acoso ha tenido el efecto contrario al deseado y la ha motivado a ser más crítica con la ideología de identidad de género.

Recientemente, Moutot se asoció con la activista feminista Marguerite Stern, y a principios de año, ambas lanzaron juntas un proyecto de campaña llamado Femelliste, que “lucha por mantener los derechos de las mujeres basados en el sexo”. Stern ha tenido experiencias similares a las de Moutot y se convirtió en objetivo de los activistas trans por su trabajo, que consiste en sensibilizar a la opinión pública sobre la violencia masculina contra mujeres y niñas.

“Estamos enfadadas. Vivimos en una época absurda en la que la respuesta a la pregunta “¿Qué es ser mujer?” ya no es obvia para todo el mundo. Según algunos medios, académicos, activistas, figuras políticas e instituciones, ser mujer es ahora un sentimiento y no una realidad biológica”, explican Moutot y Stern en la página web de Femelliste.

Las tensiones entre los defensores de los derechos de la mujer y los activistas trans han ido en aumento en los últimos años. Durante una manifestación celebrada en París para conmemorar el Día Internacional de la Mujer 2021, las mujeres que se oponían a la industria del sexo recibieron amenazas violentas de activistas trans que asistieron a la protesta dispuestos a agredirlas.

Muchas de las mujeres eran a su vez supervivientes de la industria del sexo, y los dos grupos, el Colectivo para la Abolición de la Pornografía y la Prostitución (CAPP) y el grupo feminista L’Amazone, recibieron el apoyo de Stern, que también estaba presente y sostenía un cartel que decía “¡Viva el sexo femenino!” A Stern le lanzaron huevos, y activistas trans hicieron una pintada con una amenaza de muerte cerca de donde se habían reunido.

Moutot compartió con Reduxx imágenes más recientes de pintadas callejeras vistas en París en las que se pide el asesinato de las “tránsfobas”. Los mensajes decían: “¿Eres transfóbica? Muere”. También ha visto graffiti con su nombre, llamándola un “peligro” para la sociedad.

“Muchas de las luchas de las mujeres están relacionadas con la forma en que hemos sido tratadas por ser mujeres. En ciertos países, por ser mujer no puedes hacer esto o aquello. Incluso la brecha salarial está originalmente vinculada al hecho de que podríamos quedar embarazadas. No reconocer esto no nos llevará a ninguna parte”, dijo Moutot a Reduxx.

“También creo que necesitamos un sentido común de la realidad. Todo el mundo puede distinguir quién es un hombre y quién es una mujer con sólo mirar a alguien un segundo. Es algo natural que todos tenemos en el cerebro, la capacidad de distinguir entre hombres y mujeres”, dijo Moutot. “Los activistas trans están en guerra con la realidad, pero no tenemos por qué estar todos de acuerdo con ellos porque no les guste esta realidad”.

Moutot cuenta a Reduxx que si es declarada culpable, podría enfrentarse a la posibilidad de una pena de cárcel suspendida o a una multa. Pero no le falta apoyo en su país de origen. El 27 de febrero, se publicó una carta colectiva en Marianne firmada por más de una docena de destacados intelectuales que defendían a Moutot.

Criticando la demanda sobre la base de la libertad de expresión, los firmantes afirmaban que “los activistas de la identidad trans están tratando de poner en práctica su mantra … “La transfobia no es una opinión, es un delito”.

Entre los firmantes figura una muestra de nombres reconocidos internacionalmente en los campos de la medicina, los derechos humanos y el periodismo. Entre ellos, la periodista británica Julie Bindel, el ex escritor de Charlie Hebdo Zineb El Rhazoui y la defensora de los derechos humanos Fadila Maaroufi.

La carta desafía a los lectores a preguntarse qué dirección tomará Francia, y señala el deterioro de la libertad de expresión en otros países como Canadá debido a la ideología de género.

“En Francia, las psicólogas Caroline Eliacheff y Céline Masson, Marguerite Stern, Sophie Robert y otras han sido perpetuamente acosadas, amenazadas, difamadas, insultadas, maltratadas físicamente porque denuncian los excesos del transgénero”, dice la carta. “¿La policía las va a acabar arrestando? ¿Queremos que Francia siga el mismo camino que el mundo anglosajón? ¿En qué tipo de sociedad queremos vivir?”


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Genevieve Gluck

Genevieve is the Co-Founder of Reduxx, and the outlet's Chief Investigative Journalist with a focused interest in pornography, sexual predators, and fetish subcultures. She is the creator of the podcast Women's Voices, which features news commentary and interviews regarding women's rights.

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