Una mujer en tratamiento por cáncer de mama ha sido expulsada de su clínica debido a los “comentarios hirientes” que, según alegan, hizo sobre la “comunidad LGBTQ”. Marlene Barbera, que tiene prevista una mastectomía a finales de este mes, había comentado sobre una bandera del orgullo trans que había visto en la sala de espera de la Clínica de Medicina Familiar de Richmond en Portland, Oregon.
En declaraciones a Reduxx, Barbera dice que le había escrito una nota a su médico el año pasado en la que se oponía a la presencia de una bandera del orgullo trans que había visto en la recepción de la clínica.
“Le escribí a mi médico un mensaje en MyChart sobre lo ofensivo que yo, como mujer crítica con el género, encontraba los mensajes políticos en un entorno sanitario”, dice Barbera. Las personas que tienen puntos de vista “críticos con el género” a menudo rechazan la ideología de género, porque combina la definición subjetiva de “identidad de género” con la realidad del sexo biológico. La mayoría también discrepa con el impacto que la ideología de género ha tenido en los derechos de las mujeres y las niñas.
Barbera facilitó a Reduxx una copia del mensaje que envió a su médico en el que exponía sus preocupaciones con la bandera.
“Transactivistas me han amenazado de violación y muerte en Twitter, por lo que es desalentador ir a recibir tratamiento médico con esa pancarta que proclama que lo que soy, una persona adulta de sexo femenino, es una mera categoría opcional para cualquier hombre no conforme con el género y no una realidad”, escribió en su mensaje. “¿Podría, por favor, concertar una cita telefónica para discutir cómo puedo acceder a su atención médica sin caminar bajo una pancarta que pretende negar lo que soy?”
Barbera explica que pensaba que MyChart, una aplicación donde los pacientes pueden acceder y gestionar su información sanitaria personal y comunicarse con su médico, era privado, pero luego le dijeron que otros miembros del personal habían visto sus comentarios acerca de la bandera.
“[Mi] médico dijo ‘bueno, yo no voy a salir y quitarla'”, dice Barbera, señalando que su médico había sido su proveedor de atención primaria durante 12 años y tenía como pacientes a otros miembros de su familia.
Barbera dice que el problema se agravó en junio cuando simplemente intentaba dejar un mensaje privado para su médico con respecto a los resultados de unos análisis de sangre y una recepcionista se negó a permitírselo.
“La persona insistió en que pidiera una cita. Tengo cáncer de mama y, en consecuencia, una gran cantidad de citas médicas, así que no quise. Se frustraron con mi ‘disconformidad’ y me colgaron el teléfono”, relata Barbera. “Pensando que podría haber sido un error, volví a llamar. Me dijeron que “no estaba permitido” y que debía hablar con la persona que me había colgado antes. Me negué porque las cosas no habían ido bien la primera vez”.
Barbera luego dice que supuso que se debía a las opiniones de la recepcionista anterior sobre su objeción pasada a la bandera del orgullo trans, especulando que la recepcionista era transgénero.
“Pregunté, conjeturando ‘¿herí los sentimientos de la persona trans?’ Y la recepcionista se ofendió por la pregunta, y me preguntó ‘¿qué es lo que ha dicho?‘ despacio y con gran énfasis”. Barbera puso fin a la llamada, sintiendo que no estaba recibiendo la asistencia adecuada.
Unas pocas semanas después, Barbera recibió un mensaje en MyChart de Stein Berger, director de la clínica de la Universidad de Ciencias de la Salud de Oregón (OHSU). En el mensaje, Berger decía “Richmond es una clínica inclusiva y valoramos y defendemos la diversidad”, e insistía en que Barbera había hecho “comentarios transfóbicos” que eran “perjudiciales para nuestro personal”.
El mismo día, Barbera recibió un aviso formal de Berger por correo electrónico confirmando que la habían dado de baja de la clínica.
El mensaje decía: “Con efecto inmediato, usted no podrá recibir atención médica en la Clínica de Medicina Familiar de Richmond. Esta acción se está tomando debido a los continuos comentarios irrespetuosos e hirientes sobre nuestra comunidad LGBTQ y el personal … Tenga en cuenta que ahora también está expulsada de todas las clínicas de medicina familiar de la OHSU, incluidas las clínicas de atención inmediata”.
El aviso también estipulaba que la clínica cortaría completamente los servicios a Barbera el 29 de julio de acuerdo con su política de notificación de 30 días.
Barbera le dijo a Reduxx que su “ansiedad [está] por las nubes”, y que la experiencia había desencadenado su depresión, contra la que lleva luchando mucho tiempo.
“Tengo depresión agitada crónica severa desde la adolescencia”, explica Barbera. “Ahora no tengo médico de cabecera ni a dónde ir. Me han hecho sentir como que no valgo nada”.
Barbera afirma que, a pesar de las dificultades que, como paciente de cáncer, le ha causado perder a su médico de cabecera, el incidente no ha hecho más que validar sus opiniones sobre la ideología de género.
“La ideología de género es una religión. Yo no me adhiero a esa religión. No obligaría a nadie a rezar el rosario conmigo”, dice. “El movimiento trans dice que a un hombre se le permite definirse mujer por sus sentimientos, pero que a una mujer no se le permite definirse mujer por su realidad material. Así que, en realidad, es un movimiento por los derechos de los hombres. Peligroso para las mujeres y los niños”.
Reduxx se puso en contacto con OHSU pero no recibió una respuesta a tiempo para la publicación de este artículo, que puede actualizarse en caso de que proporcionen comentarios.
Esta no es la primera vez que Reduxx se entera de que una mujer ha perdido el acceso a servicios críticos debido a sus opiniones sobre la ideología de género.
El año pasado, Reduxx informó que una víctima de violencia doméstica en Columbia Británica, Canadá, había sido expulsada de un centro de acogida transitorio por expresar su preocupación a la gerencia sobre la ideología de género. La víctima, que pidió permanecer en el anonimato, había encontrado una habitación en Peggy’s Place, un refugio para mujeres que escapaban de la violencia doméstica y tenían necesidades especiales de salud concurrentes.
Pero tras sufrir repetidos incidentes traumáticos en el refugio de dos hombres que se dicen trans que estaban alojados allí, la víctima comenzó a presentar sus quejas a la gerencia. La expulsaron poco después y el director del refugio la llamó “transfóbica” y la acusó de tener “miedo a las personas trans”.
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