AVISO DE CONTENIDO: Este artículo contiene detalles inquietantes sobre el abuso sexual y la sexualización de niñas muy pequeñas. Se ruega tener en cuenta.
Un hombre que se dice trans se enfrenta en Suiza a cargos de abusos sexuales y explotación sexual infantil por abusar de sus dos hijastras durante 9 años. El hombre, que no puede ser identificado debido a su proximidad a las víctimas, también se enfrenta a cargos de exhibicionismo público y fraude a la seguridad social.
Según informes locales, el juicio comenzó el 4 de septiembre en un tribunal de Burgdorf y presenta una serie de elementos muy perturbadores, como el travestismo y el sadomasoquismo. Según la acusación, el hombre, que era la pareja de larga duración de la madre de las víctimas, abusó sexualmente de forma regular de sus dos hijastras menores de edad.
El hombre vivió con la madre de las niñas entre 2009 y 2018, tiempo durante el cual tuvo acceso a sus hijas. Los sábados y domingos, dormía en la cama de la hija mayor, y la inmovilizaba entre su cuerpo y la pared. La niña se veía obligada a soportar tocamientos en la vagina y los pechos, y en el escrito de acusación se afirma que “el acusado a veces sólo tenía puesta lencería sexy, posiblemente sólo una tanga” mientras se producían los abusos. Se desconoce la edad exacta de la hija mayor, pero cursaba el 5° curso suizo, periodo en el que los menores suelen tener entre 11 y 12 años de edad.
El hombre tenía una especial inclinación por el BDSM, y a menudo sometía a la hija mayor a “sesiones de bondage”. Según 20 Minuten, practicaba al shibari japonés, una forma de bondage con cuerdas desarrollada inicialmente como un método de tortura e interrogatorio para prisioneros de guerra, con el fin de atar las manos y las piernas de la niña, y vendarle los ojos. La “sesión de bondage” incluía a veces suspender a la niña de un palo de bambú en su habitación.
El abogado defensor intentó argumentar que “no había contexto sexual” cuando el hombre ataba a las niñas con una cuerda, alegando que el shibari se practica con fines “estéticos” y “artísticos”. Sin embargo, el acusado admitió haber manoseado los cuerpos de las niñas mientras estaban atadas.
La más joven de las víctimas, que tenía aproximadamente 4 años cuando comenzaron los abusos, subió al estrado el lunes para describir el trauma que había sufrido como resultado de la explotación sexual.
“Incluso cuando se dirigen a mí en un tono ligeramente agresivo, a veces me pongo a llorar”, dijo la víctima al tribunal, señalando que lucha con su autoimagen como consecuencia de los abusos.
La víctima más joven también describió haber sido objeto de grooming por parte de su padrastro, quien a menudo intentaba crear tensión entre ella y su hermana tratándolas de manera diferente. Ambas víctimas expresan que intentaban ganarse la “amabilidad” de su padrastro permitiéndole que las sometiera a abusos.
Cuando participaba en las “sesiones de bondage”, durante las cuales la niña tendría entre 6 y 7 años, explica que pensaba que era un juego.
Según los informes, la madre de las niñas, que también está imputada en este caso, no se dio cuenta de los abusos sexuales hasta mucho después. La madre trabajaba a tiempo completo, mientras que el padrastro de las niñas a menudo se quedaba en casa solo con ellas. La hija mayor, que ahora tiene 19 años, no le contó el alcance del abuso sexual a su madre hasta justo antes de irse de casa.
La madre de las víctimas se enfrenta a cargos relacionados en gran medida con el exceso de confianza, pero actualmente mantiene una “muy buena relación” con sus hijas. Durante la vista celebrada el lunes, afirmó que desconocía el alcance de los abusos y que hace tiempo que no tiene contacto con su ex pareja.
Según las actas judiciales, el hombre vestía con “ropa típica de las mujeres”, aunque durante el juicio se dirigieron a él como hombre ya que aún no está registrado como mujer.
“El acusado dice que lleva cinco o seis años usando ropa típica de mujer, como faldas y medias. Sin embargo, su conflicto interno de género ya existía desde hacía 10 o 15 años. Ahora siente claramente que pertenece al género femenino”, informó 20 Minuten.
Durante la vista del lunes, el hombre admitió haberle dado un consolador a una de las niñas, que tenía 13 años en ese momento, pero afirmó que lo había hecho para que “dejara de morderse las uñas”. También dijo que su intención era que ella usara el consolador para “masajes relajantes”.
Cuando una de las víctimas describió tener que modelar sujetadores y ropa interior para él, volvió a descartar el componente sexual, afirmando en cambio que estaba ayudando a la menor a encontrar sujetadores que ofrecieran un soporte adecuado.
La vista continuó hasta el martes, cuando el fiscal afirmó que solicitaría 45 meses de prisión para el hombre, pero ninguna pena de prisión para la madre, incluso si se la declarada culpable de permitir que continuaran los abusos. También se solicita una indemnización de 20.000 francos suizos (unos 22.000 US $, 21.000 €) por víctima.
En respuesta, el abogado defensor del hombre acusó al fiscal de tener un “problema personal” con su cliente, insistiendo en que se habían presentado “enormes exageraciones” de los abusos. El abogado también declaró que “no había pruebas” de que las niñas hubieran de hecho sufrido abusos sexuales, y que las acusaciones se basaban únicamente en su testimonio.
El representante de la defensa de la madre, sin embargo, solicita la completa absolución.
Al final de la vista del martes, el hombre negó que se hubiera producido abusos, mientras que la madre aceptó plenamente lo que les había sucedido a sus hijas y se disculpó con ellas, declarando: “Lamento mucho todo lo que ha pasado. Si lo hubiera sabido, lo habría evitado”.
Los veredictos en el caso se darán a conocer el jueves.
Suiza es conocida por ser particularmente liberal en lo que respecta a la ley de autoidentificación de género. En enero de 2022, se convirtió en uno de los pocos países del continente europeo que permitía la autodeclaración total de género a todos los residentes suizos mayores de 16 años. No hace falta estar en un régimen hormonal o someterse a cirugía para cambiar de nombre y de sexo registral.
La identidad de género es una característica protegida en Suiza, y se conocen casos de hombres que se dicen trans que han sido trasladados a cárceles de mujeres basándose únicamente en su autodeclaración de género.
En 2022, un hombre que se dice trans encarcelado por incendio intencionado fue internado en una prisión de mujeres en Dielsdorf y la directora de la institución declaró que el internamiento se hacía “basado en la identidad”. La directora de la prisión continuó: “Esta mujer no ha tomado ninguna medida de ajuste de género. Pero para nosotros es una mujer”.
El hombre transidentificado finalmente solicitó ser trasladado de vuelta al centro de hombres tras sufrir “discriminación” por parte de las reclusas.
Reduxx es una nueva plataforma a favor de los derechos de las mujeres y de los menores con noticias y artículos. ¡Somos 100% independientes! Colabora con nuestro proyecto uniéndote a nuestro Patreon.