Un activista “furry” se ha declarado culpable de tráfico sexual tras una larga investigación que descubrió que había secuestrado a una mujer y la había obligado a producir contenido de OnlyFans para otros fetichistas “furry”, así como de explotar sexualmente a una menor de edad por los mismos motivos. Austin Taylor Koeckeritz, de River Falls, Wisconsin, se enfrenta a cadena perpetua.
Koeckertiz fue detenido en agosto de 2022 después de que su víctima adulta lograra encontrar la manera de alertar a una amiga y a su hermana de su cautiverio. Las dos acudieron a la policía, que allanó la residencia.
Según los documentos presentados por el Servicio Federal de Defensa en nombre de Koeckeritz en febrero de 2023, se dice que él y la víctima se conocieron como socios comerciales. Los dos lanzaron una entidad llamada The Boring Company, tomando el mismo nombre que la entidad propiedad del CEO de X, Elon Musk, de quien Koeckeritz era fan. Pero mientras que la compañía de Musk se centra en inventos novedosos e infraestructuras, la de Koeckertiz se centraba en defender y proporcionar recursos a los “furries”.
Los furries son una comunidad de individuos que disfrutan con materiales de fantasía protagonizados por personajes animales antropomórficos. Algunos entusiastas se gastan miles de dólares en la creación de “trajes” personalizados para adoptar la apariencia de su personaje animal favorito, y muchos incorporan los personajes a actos sexuales o pornográficos.
A la víctima de Koeckeritz se le hizo vestir con un disfraz de furry que se asemejaba a un lobo de pelaje blanco y negro para hacer contenido erótico, mientras que Koeckeritz tenía su propio disfraz que se asemejaba a un lobo de pelaje negro y azul.
La Boring Company de Koeckertiz funcionaba como una entidad similar a un proxeneta que hacía que la víctima realizara contenido sexualmente explícito para OnlyFans y otros sitios web de suscripción erótica y luego se quedaba con una parte de las ganancias. Pero la víctima contó a los investigadores que perdió rápidamente su libertad y que fue encerrada en una habitación y obligada a hacer videos a diario. Koeckeritz empezaba a quedarse con la totalidad de sus ganancias y se negaba a permitir que se pusiera en contacto con su familia o amigos.
La víctima era presionada para que ganara un mínimo de 1.000 dólares al día en el comercio sexual, y se la obligaba a hacer contenido erótico incluso cuando estaba enferma. Según las actas judiciales, sólo se le permitía “tiempo libre” si reclutaba a otras jóvenes de la universidad de la zona para que trabajaran para Koeckeritz.
Antes de la primera entrevista con la policía, la víctima dijo que Koeckeritz le había echado grasa de cocina caliente por encima. En otro incidente aterrador que relató a la policía, Koeckeritz la persiguió por toda la casa con un AR-15 (un fusil semiautomático).
Pero Koeckeritz tenía una segunda víctima: un familiar de tan solo 14 o 15 años. Koeckeritz la había expuesto a contenido sexualmente explícito, y los mensajes de texto presentados ante el tribunal mostraban que la había estado animando a meterse en el comercio sexual “furry”.
Como parte de sus negocios, Koeckeritz gestionaba cuentas en redes sociales dirigidas a la comunidad furry, todas ellas todavía activas, pero sin usar desde agosto de 2022, cuando fue detenido.
En TikTok, el canal de Koeckeritz centrado en el tema furry contaba con 160.000 seguidores y mostraba videos de él y una mujer que parece ser su víctima. Reduxx no va a dar el nombre de usuario de TikTok por respeto a la privacidad de las víctimas, que aparecían regularmente en las redes sociales de Koeckeritz con la aparente intención de publicitarlas a otros furries.
La mayoría de los videos contenían temas desenfadados, como chistes y bailes. En los videos donde aparecía la furry de sexo femenino, se la suele ver con su máscara, pero con ropa normal. La mayoría de los atuendos con los que aparece son reveladores, mostrando de manera prominente su esbelta figura.
Una niña que se cree que es la víctima menor de edad también aparece en las redes sociales de Koeckeritz en forma de Tiktoks y reels (videos cortos) publicados en Instagram. Aunque es evidente que la niña es menor de edad, varios espectadores adultos han dejado comentarios solicitando su información de contacto.
Koeckeritz volvió a publicar gran parte de su contenido de TikTok en Instagram, donde tenía 13.000 seguidores, así como memes y fotos relacionados con el furry. Algunos eran claramente eróticos y la temática era sobre dos personajes furry masculinos involucrados en actividades sexuales.
Su contenido también se desviaba hacia temas políticos, y Koeckeritz publicaba con frecuencia posts en apoyo de los derechos trans y los derechos de los homosexuales.
Aunque se dice que Koeckertiz había tenido relaciones sexuales con mujeres, Reduxx encontró poesías escritas por él en 2019 que sugieren que tenía intereses románticos en varios hombres a los que profesaba afecto.
En un poema, titulado “To Younger Me” (“A mi joven yo”), Koeckeritz llora por tres hombres de los que estuvo enamorado cuando era adolescente. En otro, titulado “Es mi mejor amigo”, Koeckeritz se identifica como gay en un poema sobre un amigo que le gustaba.
“La gente usa lo gay como algo malo. Como si amar a alguien fuera un insulto”, escribe. “Es mi mejor amigo. Me hizo sentir como si los tigres y las rayas vivieran en el bosque en lugar de en mi piel. Nunca olvidaré cuando me besaste la palma de la mano y dijiste que siempre estarías ahí”.
Su perfil de autor en Letterpile dice: “Austin Koeckeritz siempre está dispuesto a enfrentarse a un reto, especialmente cuando se trata de ayudar a los demás”, antes de lanzar un párrafo sobre consejos de vida.
“Todas las cosas no son más que un estado temporal del ser. Todo pasa. La felicidad. El sufrimiento. Todo, lo bueno y lo malo, es temporal. Nada dura indefinidamente, ni siquiera esto”.
El 30 de noviembre de 2023, el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció que el tribunal había aceptado la declaración de culpabilidad de Koeckertiz por un cargo de tráfico sexual por la fuerza, fraude o coacción y otro cargo de tráfico de menores.
“El tráfico sexual sigue siendo frecuente porque los traficantes ven las ganancias que pueden obtener de la explotación de víctimas vulnerables”, dijo la fiscal general adjunta Kristen Clarke, de la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia, en un comunicado emitido tras la declaración de culpabilidad.
“No se tolerará este tipo de abuso, especialmente de menores. El Departamento de Justicia mantiene su compromiso de perseguir los delitos de trata de personas y defender las víctimas explotadas por estos abusadores”.
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