La fiscalía está investigando a una pareja gay cofundadora de una organización suiza de jóvenes LGBTQIA+ tras explotar sexualmente a dos adolescentes que estaban a su cargo. Los hombres habían creado locales para su grupo juvenil, Sozialwerk.LGBT+, para adolescentes de 13 años en adelante en la ciudad de Chur y en Buchs, Suiza.
Aunque la prensa suiza ha ocultado sus identidades, Reduxx puede ponerle nombre a los implicados: Holger Niggemann y su marido, Björn.
Holger, de 42 años, presuntamente tuvo contacto sexual con dos jóvenes de 17 años que habían pedido ayuda a la organización por sufrir acoso. Holger era entonces miembro de la junta directiva del grupo, mientras que su marido Björn era el director comercial. Parece que los dos hombres hicieron un trío con uno de los adolescentes, un chico de 17 años, según un reportaje de Tages-Anzeiger.
Numerosos documentos corroboran lo ocurrido en el grupo, como mensajes de texto, correos electrónicos y mensajes de voz, informa Tages-Anzeiger. Fundada en 2020, Sozialwerk.LGBT ha recibido financiación pública para crear espacios para jóvenes a partir de los 13 años en situación de riesgo que creen ser LGBT+.
Durante una investigación sobre las acusaciones, los medios locales hablaron con quince personas cercanas al grupo para comprobar la veracidad de las mismas. La mayoría de los que accedieron a hablar decidieron permanecer en el anonimato.
Una excepción es Daniel Huber, ex miembro de la junta directiva de la asociación, quien, junto con otro miembro de la junta, denunció a la pareja ante la fiscal Annina Grob, codirectora de Avenir Social, la asociación profesional de trabajo social en Suiza.
“Para nosotros, el comportamiento de ambos es un abuso total de poder, y los jóvenes también lo sentían así. Saqué el tema una y otra vez”, dijo Huber, que asistió a las reuniones cuando era adolescente antes de incorporarse a la junta en un puesto directivo. “Es importante no mirar hacia otro lado ante un comportamiento así”.
Según declaraciones de fuentes anónimas, los Niggemann también se llevaron al joven de 17 años de vacaciones a Alemania.
El adolescente revela en un post público que subió a las redes sociales que lo estaba pasando mal con la situación: “Estoy en una relación tóxica y poliamorosa y me está destrozando”, escribió. [Holger] quería que fuéramos una pareja poliamorosa y le dije que vale, porque estaba dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de estar con él, aunque ni siquiera me gusta su marido”.
El adolescente continuó: “Se está aprovechando de mí, nada más. Y ya estoy traumatizado por esta mierda. Cuando esto termine, necesito que me arreglen el cerebro”.
La relación causó polémica dentro de la organización, dijeron varios miembros de la junta a Tages-Anzeiger. “Todo el mundo tenía claro que esa relación no era posible en absoluto desde el punto de vista profesional y moral. Pero [Holger] en particular podía hablar extremadamente bien”, dijo una persona.
Björn también tuvo contacto sexual con un segundo adolescente menor de edad en una sala de asesoramiento del club, hecho que fue confirmado por el medio a través de un mensaje de texto enviado por Holger. Como las conversaciones acerca de su liderazgo se volvieron muy acaloradas, Holger presentó temporalmente su dimisión como gerente hace seis meses. Sin embargo, envió largos mensajes a otros miembros del grupo justificando la actividad sexual de la pareja.
“En el trabajo público con niños y jóvenes, fue habitual durante mucho tiempo que los trabajadores juveniles tuvieran contacto sexual con jóvenes”, afirmó Holger. “Hasta los años 90, los menores de acogida en Berlín se asignaban a pedófilos porque solo estos niños podían amarlos”.
Esta última observación de Holger se refiere al infame Proyecto Kentler (artículo en español), un experimento autorizado y subvencionado por el Senado de Berlín que colocaba a menores de acogida en casas de pederastas (artículo en español) con el propósito explícito de facilitar el abuso sexual infantil. El Proyecto Kentler comenzó en 1969, y en el momento de su finalización en 1988, casi dos décadas después, el sexólogo Helmut Kentler lo describió como un “éxito total” en un informe que presentó al Senado.
Tres días después de presentar su dimisión, Holger decidió que quería dar marcha atrás. Tras una discusión con la junta directiva del club, ni él ni Björn fueron expulsados de la asociación. Poco después, Daniel Huber y otro antiguo miembro de la junta los denunciaron a la policía de St. Gallen.
Varias personas anónimas que hablaron con la prensa destacaron el “ambiente básico sexualizado” que había en el centro de Chur. Los temas de conversación a menudo se centraban en la actividad sexual, y en el local había una caja llena de juguetes sexuales. La caja contenía consoladores, correas de cuero y equipo de bondage, como látigos y plugs (tapones) anales. Parece que Holger “ofrecía abiertamente la caja a los jóvenes”.
Holger Niggemann describe en un post de Facebook de 2021 su preferencia por el “puppy play”, un fetiche sexual que consiste en fingir ser un perro durante o cerca del momento del coito, y el uso de artefactos BDSM.
“Un trabajador juvenil semidesnudo con una máscara de perro… eso es inquietante y provocativo. Y exactamente por esa razón elegí esta foto. La elección de la imagen tiene que ver con la política y no con la política del buen gusto”, escribió Holger al pie de la foto.
“El dogplay (juego de perros), o puppy play (juego de cachorros), es muy común en la escena queer. Y, sin embargo, es a menudo un tema tabú porque proviene de la escena BDSM y siempre se equipara con el sexo. [Pero] se trata más bien de modelos de conducta”, continúa.
“Los animales tienen menos valor en nuestra sociedad. La forma en que tratamos la vida animal, en los mataderos, en la ganadería industrial y similares, es indicativa de nuestra actitud hacia los animales. Algunos de los que se oponen al matrimonio para todos han adoptado esta misma postura, llamando a los queer ‘pederastas’ o comparándolos con animales”.
“¿Y qué pasa con la desnudez? En 2014 todavía trabajaba en Zúrich Oberland. Este año, como suelo hacer, estuve en el Tesino. Y allí, en la piscina, conocí a jóvenes de mi comunidad. Sólo por ser un trabajador juvenil, no puedo restringir completamente mi vida privada. Por cierto, ya han intentado ligar conmigo líderes de la comunidad en la sauna pública”.
Holger Niggemann también ha sido el director general del centro para ‘jóvenes queer’ treff. LGBT, y ha trabajado con criaturas dentro del sistema educativo nacional.
En una descripción en el sitio web “Queer Va a la Escuela” (Queer Macht Schule), que promociona sus recursos educativos, Holger dice: “Llevo más de 20 años apoyando a los jóvenes con preguntas sobre temas queer. También participo desde hace años en los grupos nacionales de especialistas en trabajo infantil y juvenil en Suiza sobre temas de género y queer. Esto nos proporciona una amplia base de experiencia y conocimientos para debatir los temas queer en las aulas de forma profesional y en función de las necesidades!”.
Antes de conocerse las acusaciones de abuso sexual a menores, el grupo de Holger treff.LGBT había recibido algunas críticas en las redes sociales por dar instrucciones a sus seguidores para que usaran el término “agujero delantero” en referencia a la anatomía femenina. La publicación se realizó en la cuenta de Instagram de la organización el 31 de marzo para promover el Día Internacional de la Visibilidad Transgénero.
Esta no es la primera vez que un grupo juvenil centrado en la comunidad LGBT ha sido acusado de facilitar el abuso de adolescentes vulnerables.
Como ya informó en exclusiva Reduxx (artículo en español), dos hombres escoceses denunciaron que habían sido víctimas de grooming y explotación sexual cuando eran menores de edad y formaban parte de LGBT Youth Scotland.
LGBT Youth Scotland, anteriormente Stonewall Youth Project, es conocida como la organización benéfica nacional de Escocia para “jóvenes LGBTI”. Esta organización trabaja con jóvenes de 13 a 25 años y ofrece programas a escuelas, organizaciones y empresas. Fue fundada en 1989 y se rebautizó en 2003, el mismo año en que un notorio pedófilo, James Rennie, se convirtió en su director ejecutivo.
En 2009, Rennie fue declarado culpable y se le impusieron órdenes de “restricción de por vida” tras descubrirse que dirigía lo que se describió como la “mayor red de pedofilia de Escocia”.
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