Un hombre que se dice trans que fue declarado culpable de abusar sexualmente repetidamente de su hijastra de 7 años en su casa de Tulsa, Oklahoma, ha recurrido su condena, argumentando que la fiscalía había hecho “comentarios inapropiados” contra él cuando lo calificaron de “abusador” ante el tribunal. Robert William Perry II, de 32 años, decidió usar pronombres femeninos justo después de ser condenado.
Como informó anteriormente Reduxx (artículo en español), Perry fue condenado a cadena perpetua en una prisión federal tras ser declarado culpable de abuso sexual con agravantes de una menor. La víctima era la hijastra de Perry, de 7 años, aunque ella se refería a él como “papá” y “papi” y lo veía como un padre biológico.
Según el Departamento de Justicia de Estados Unidos, Perry coaccionaba a la niña para que realizara actos sexuales a cambio de dulces, juguetes y la oportunidad de jugar a videojuegos en lo que Perry denominaba una “man cave” (“cueva de hombres”, una habitación dedicada a hobbies, sobre todo videojuegos), un trastero donde jugaba regularmente a videojuegos y veía pornografía. Los abusos tuvieron lugar entre 2017 y 2018 en la reserva de la Nación Muscogee en Tulsa, Oklahoma.
La niña contó algunos de los detalles de su terrible experiencia a una amiga de la escuela, y la conversación fue escuchada por otra estudiante que inmediatamente fue a una maestra y le contó lo que había oído. La maestra informó a la directora de la escuela, quien, inquietantemente, no sólo no tomó ninguna medida, sino que desestimó las revelaciones de la niña, calificándolas de “cotilleos”.
Pero la maestra insistió en su apoyo a la niña y la entrevistó al día siguiente en privado. Durante la conversación, la niña dudó en hablar sobre lo que había sucedido porque Perry le había dicho que “guardara secretos”, pero acabó haciendo dibujos de lo que le había pasado.
La maestra le dio los dibujos a la terapeuta de la escuela, que se puso en contacto con el Departamento de Servicios Humanos de Oklahoma. Una Enfermera Inspectora de Agresiones Sexuales entrevistó además a la niña y comenzó a coordinarse con la policía.
Perry fue arrestado y acusado en 2018 y fue condenado en un tribunal estatal de Oklahoma en 2020, pero la condena fue desestimada más tarde porque se determinó que el estado carecía de jurisdicción para procesar el caso. En los Estados Unidos, sólo el gobierno federal o los consejos tribales tienen jurisdicción para procesar los casos que ocurren en Territorio Indígena que involucran a acusados nativos americanos. Debido a que Perry es indígena y el crimen se había cometido en tierras de Muscogee, el caso se remitió al gobierno federal.
Después de un largo juicio repetido durante el cual la niña prestó amplio testimonio sobre el abuso sexual que sufrió, Perry fue sentenciado en febrero de 2023 a cadena perpetua en una prisión federal por sus delitos.
De manera inquietante, poco después de su sentencia, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos enmendó su comunicado de prensa sobre los delitos de Perry, agregando una nota en negrita al final en la que revelaba que ahora usaba pronombres femeninos. Los comunicados anteriores habían descrito a Perry como “hombre”.
Las actas judiciales revelan que el cambio de identidad de género de Perry parece haberse declarado más o menos al mismo tiempo que recibía una sentencia a cadena perpetua por sus delitos. Un documento de sentencia firmado por el juez del caso solicitaba que Perry fuera enviado a un centro de seguridad media en la zona de Tulsa con disposiciones explícitas para “programas de tratamiento de atención de género”.
Aparte del documento de sentencia, la identidad de género de Perry nunca se mencionó durante el juicio.
Perry fue puesto bajo la custodia del Alguacil de los Estados Unidos para su trasladado a una prisión federal. En un principio, fue internado en USP Florence, un centro para hombres de seguridad media, pero ya ha sido trasladado a USP Terre Haute, una prisión para hombres de alta seguridad.
Inmediatamente después de su condena, Perry dejó claras sus intenciones de recurrir la sentencia. En los documentos judiciales presentados después de su condena, se hacía referencia a Perry con pronombres femeninos, y en algunos de ellos se hacía especial hincapié en que se identificaba como “mujer”.
El 15 de marzo, el Gobierno envió una respuesta al recurso presentado, manteniéndose firme en la condena y exponiendo el amplio testimonio que habían presentado la menor y otros testigos que llevó al jurado a declarar culpable a Perry.
El 3 de mayo, los abogados de Perry presentaron su escrito de apelación ante el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Norte de Oklahoma, desestimando las pruebas que habían aportado los fiscales del Gobierno.
“El escrito de respuesta del gobierno argumenta que había pruebas abrumadoras para un veredicto de condena. No las había. En cambio, el caso subía o bajaba en función de la credibilidad de [la víctima] o la credibilidad de Perry. Si el jurado creía a [la niña], podía condenarlo. Si creía a Perry, no podía”, escribió el abogado de Perry.
En la apelación, el abogado de Perry argumenta que la fiscalía hizo declaraciones inapropiadas que dieron demasiada credibilidad a la niña.
“El gobierno usó la frase ‘las criaturas no se inventan cosas así” al menos tres veces en su argumento inicial”, dice la apelación, y continúa: “… cualquier aval a la credibilidad [de la víctima] o cualquier otro argumento inapropiado para reforzar injustamente su credibilidad o disminuir la de Perry tendría un impacto descomunal en el jurado”.
El abogado continúa para decir que el derecho de Perry a un juicio justo había sido vulnerado por la insistencia de la fiscalía en la credibilidad de la víctima, y que el tribunal “debería revocar la condena de Perry y ordenar un nuevo juicio”.
Perry está actualmente encarcelado bajo la jurisdicción de la Oficina de Prisiones y, según sus directrices actuales, podrá solicitar alojamiento en función de su identidad de género autodeclarada.
El 13 de enero de 2022, la Oficina de Prisiones revisó su Manual de Delincuentes Transgénero, que incluía directrices previamente eliminadas por la administración Trump con respecto a la autoidentificación de género de los reclusos federales. Bajo Trump, los reclusos eran alojados únicamente en función de su sexo, pero la administración Biden volvió a invocar las directrices de la era Obama que exigían que se tuviera en cuenta la identidad de género a la hora de realizar las asignaciones de alojamiento.
Actualmente, hay 1.500 presos federales que se identifican como transgénero. Según Keep Prisons Single Sex USA, casi el 50% de los reclusos federales que se dicen trans están presos por delitos sexuales. Esta cifra contrasta con el 11% de la población reclusa federal masculina que no dice ser trans.
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