Un total de cinco reclusos varones fueron trasladados a una prisión sólo para mujeres de Minnesota después de que el Departamento Penitenciario adoptara una política de identidad de género en enero de 2023. Dos de los hombres que ahora están recluidos en MCF-Shakopee, una cárcel femenina, son depredadores sexuales que cumplen condenas relacionadas con el abuso de menores.
Entre ellos se encuentra Elijah Thomas Berryman, de 26 años, que fue detenido en abril de 2022 y acusado de abusar sexualmente de un menor en múltiples ocasiones. Se declaró culpable de cuatro cargos de conducta sexual criminal en primer grado en marzo de este año y, según el sitio web del Departamento Penitenciario de Minnesota, actualmente cumple su condena de 25 años en la cárcel de mujeres.
Otro, Sean Windingland, de 35 años, agredió sexualmente a dos niñas de 6 años de su familia y colgó videos del abuso y del grooming en sitios web pornográficos y pro-pedófilos.
Windingland admitió haber tenido contacto sexual con las niñas en un interrogatorio con la policía, pero afirmó que ellas habían dado su consentimiento. Se declaró culpable de dos cargos de conducta sexual criminal en primer grado en 2019. Windingland cumple ahora su condena de 36 años de prisión entre mujeres en MCF-Shakopee.
El tercero, Bradley Richard Sirvio, es un asesino convicto que cumple cadena perpetua. Sirvio, de 52 años, mató a golpes a un hombre con un martillo para luego prenderle fuego a su casa en noviembre de 1995. Sirvio, un delincuente reincidente, tiene otras condenas que incluyen múltiples cargos por agresión, robo con allanamiento de morada y hurto. Fue trasladado discretamente a MCF-Shakopee en noviembre de 2023, cinco meses antes de la fecha prevista para la entrada en vigor de una nueva política de identidad de género.
Los otros dos hombres, que Reduxx pudo confirmar que han sido trasladados a la cárcel de mujeres, son Nathan Charles Johnson, que cumple dos años por complicidad en un robo, y un hombre que se dice trans que usa el nombre de Christina Suzanne Lusk, pero nació Craig Lusk.
En junio de 2022, Lusk interpuso una demanda por discriminación contra el Departamento Penitenciario de Minnesota que finalmente dio lugar a la aplicación de medidas que permiten alojar a reclusos varones en centros para mujeres. Lusk, que cumplía una condena de cinco años por posesión de metanfetamina en el centro penitenciario para hombres de Moose Lake, contó con el respaldo de la organización transactivista sin ánimo de lucro Gender Justice, que recientemente se descubrió que había recibido casi 500.000 dólares de los contribuyentes de la administración del gobernador Tim Walz.
La oficina del candidato demócrata a la vicepresidencia entregó 448.904 dólares a Gender Justice justo un año después de que la organización presentara la denuncia por discriminación sexual contra el Departamento Penitenciario de Minnesota en nombre de Lusk, según una revisión de los registros públicos publicada por el grupo de vigilancia de los contribuyentes OpenTheBooks.com.
Lusk fue detenido por dos delitos graves relacionados con drogas, pero finalmente sólo fue condenado por uno tras llegar a un acuerdo con la fiscalía. Se declaró culpable de posesión en primer grado de una sustancia controlada y fue condenado a 98 meses de prisión. La ficha del acusado indica que el género de Lusk es “masculino”, aunque había cambiado su nombre registral el año anterior.
Lusk tenía una condena previa por delito grave por robo en primer grado.
Un recluso que se dice “transgénero” será trasladado a una prisión de mujeres por primera vez en la historia de Minnesota tras demandar al estado por “discriminación”.
— REDUXX (Español) (@ReduxxMagEs) June 14, 2023
Dice haber sido objeto de “malgenerización” y “acoso” en la cárcel de hombres.https://t.co/m0e2B1c3Zb
La demanda legal, que prosperó en los tribunales, exigía que Lusk fuera trasladado a MCF-Shakopee, se refería a él como “una mujer a la que se le asignó el sexo masculino al nacer”, y utilizaba pronombres femeninos en todo momento.
“La identidad de género se refiere al sentido innato de una persona y a su profunda comprensión de su propio género. Todo el mundo tiene una identidad de género”, reza la denuncia. Lusk comenzó a tomar hormonas femeninas en 2009 y recibió implantes de pecho en 2017.
Gender Justice exigió además que se le diera a Lusk “ropa interior femenina” y afirmó que el Departamento Penitenciario “castigó a la Sra. Lusk por tener pechos y por usar ropa de mujer”. También se afirmaba que Lusk había sido “repetidamente malgenerizado y llamado por el nombre equivocado”.
Como ya informó Reduxx (artículo en español), una cuenta de Facebook perteneciente a Lusk mostró que publicaba de manera obsesiva sobre la búsqueda de parejas sexuales femeninas y que quería “una novia de Japón”.
Como resultado de un acuerdo entre Gender Justice y el Departamento Penitenciario, Lusk recibió un pago de 495.000 dólares, de los cuales aproximadamente 250.000 se designaron a cubrir el costo de los honorarios legales. El Departamento Penitenciario también puso en marcha una nueva política que agilizaría el proceso de traslado de los convictos varones a la prisión de mujeres.
El equipo jurídico encargado de defender el caso de Lusk fue galardonado con el título de “Abogados del Año” por la publicación legal Minnesota Lawyer.
La nueva política de reclusos que se dicen transgénero, que se revisó en abril del año pasado y que entró en vigor a principios de abril de 2024, estableció un Comité de Agencia de Identidad de Género con el fin de identificar y hacer recomendaciones de alojamiento para “personas encarceladas que sean transgénero” o “de género diverso”. El documento cita como autoridad a la Asociación Profesional Mundial para la Salud Transgénero (WPATH), un grupo de presión que Reduxx ha relacionado en repetidas ocasiones con delincuentes sexuales (artículo en español) y sexólogos afines a pederastas (artículo en español).
Esta semana, una mujer que trabajó para el Departamento Penitenciario de Minnesota declaró a Alpha News que había dimitido en protesta por la nueva política que permite que los hombres que afirman ser transgénero sean transferidos a cárceles femeninas. Alicia Beckmann, que trabajó como profesora de GED (Desarrollo de Educación General, equivalente a la secundaria) en MCF-Shakopee, dice que la política que da prioridad a la “identidad de género” sobre el sexo biológico crea un “entorno peligroso”.
“Creo que ha creado mucho riesgo, mucha confusión desconocida, frustración, ira”, dijo Beckmann. “Simplemente, es un ambiente que no sienta bien a muchas de nosotras que trabajamos en Shakopee porque somos un correccional para mujeres”.
“Albergamos todos los niveles de custodia. Tenemos las que se considerarían delincuentes de bajo nivel que están allí por cargos de conducir ebrias, cargos de robo, posesión de drogas. Luego metes a hombres biológicos violentos, que estarían en un centro de custodia de nivel cuatro. Considero que estamos revictimizando a algunas de estas mujeres, retraumatizándolas. Están en la cárcel, pero todas tienen un pasado y gran parte de su pasado incluye abusos físicos, sexuales y emocionales. Creo que permitir que hombres vivan entre estas mujeres es traumatizante y también es peligroso para el personal”, agregó.
Beckmann señaló que esta política había provocado un clima de miedo entre el personal de la prisión de mujeres. “Tenemos miedo de decir algo. Llevo unos meses fuera del Departamento Penitenciario y todavía temo algún tipo de represalia por parte de la agencia por hablar, y hablo por estas mujeres que merecen la oportunidad de rehabilitarse y regresar a la sociedad. Simplemente, no creo que la forma en que lo están haciendo sea apropiada”.
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