Un hombre heterosexual en Alemania ha dicho que su orientación sexual es “lesbiana” en un efusivo perfil nuevo que busca crear conciencia sobre el “raro fenómeno” de los “hombres lesbianos”.
Publicado hoy en General-Anzeiger, el artículo, titulado “Por fin todo encaja”, declara que a “los 50 años, Francois Etscheid se dio cuenta de que era un hombre lesbiano. Hasta ese momento, su vida había sido un camino difícil y lleno de preguntas y dudas. Ahora quiere animar a otros con esta historia”.
El sujeto del perfil, Francois Etscheid, nació varón y se identifica como un hombre atraído por mujeres. Afirma haber llegado a la conclusión de que era un “lesbiano” después de llevar a cabo un trabajo en un vecindario donde residía una pareja de lesbianas. Dice que la amabilidad de la pareja hacia él, así como su estilo de vida aparentemente pacífico, lo llevaron a hacerse preguntas sobre su propia sexualidad.
Etscheid comenzó a investigar poco después si los hombres atraídos por las mujeres podían identificarse como lesbianos. El artista afirma que encontró una comunidad de otros hombres que se sentían de manera similar, y posteriormente “salió del armario” con su hija. Dice que el lesbianismo masculino es “una minoría dentro de una minoría”.
En el artículo, se dice que Etscheid reflexionó sobre los orígenes tempranos de su sexualidad “lesbiana”, señalando que “prefería estar con las niñas incluso en la escuela primaria”. Dice que se obligó a participar en deportes cuando era niño, pero a medida que se hacía mayor, comenzó a rechazar actividades e intereses más estereotípicamente masculinos en favor del arte, la moda y el “cava en lugar de la cerveza”. También dice que prefería sentarse con mujeres en cenas y funciones, y ahora que ha aceptado su “sexualidad lésbica”, se siente más cómodo haciéndolo.
Etscheid afirma haber determinado que un componente fundamental del “lesbianismo masculino” es el querer estar en una relación en la que no haya desequilibrios de poder.
“A menudo he admirado esto en parejas gays o lesbianas… el gran respeto y tolerancia mutua”, dice, y continúa diciendo que también admira a las mujeres fuertes y que le gustan más las mujeres con carreras exitosas que las que tienen carreras que se asocian más a menudo con mujeres, que le gustan más las “médicas que las enfermeras”, vaya.
Desde que “salió del armario”, Etscheid dice que su confianza en sí mismo y su relación con su hija han mejorado, y que ahora se está permitiendo ver abiertamente programas de televisión para mujeres, una indulgencia que se había negado a sí mismo hasta ahora.
En el artículo, Etscheid también dice que espera que la publicidad de su historia aumente la conciencia sobre la existencia de lesbianos masculinos, diciendo: “Tal vez haya otro hombre por ahí que se sienta como yo … Ojalá no tenga que cumplir 50 años antes de que [se entere] de ello”.
General-Anzeiger termina el artículo educando a los lectores sobre los “guydykes” (“tíostortilleros“), que se definen como “hombres que pueden haber sido clasificados en la categoría ‘masculino’ al nacer e incluso están satisfechos con esta atribución la mayor parte del tiempo”, pero que “sueñan con ser amados y deseados por una mujer, como una mujer”. Pero señalan que la Asociación de Lesbianas y Gays de Alemania no reconoce este concepto en su glosario oficial.
Si bien ha habido un aumento de hombres que invaden la identidad lésbica en los últimos años, el caso de Etscheid se destaca porque no se identifica como una mujer, no binario o cualquier otra identidad transgénero. Se presenta e identifica como un hombre heterosexual.
Jen Izaakson, del grupo de campaña Lesbian Labour, con sede en el Reino Unido, califica esta exhibición como “la cosa más masculina de la historia”, desestimando las afirmaciones de Etscheid como “delirio”.
“Es un ejemplo clásico del comportamiento masculino, el pensar que tiene derecho a todo, incluso a lo que lo excluye explícitamente”.
Izaakson dice que la invasión de Etscheid en la identidad lésbica demuestra claramente un problema contra el que las mujeres homosexuales han estado luchando durante años.
“Las lesbianas hemos estado viendo que los hombres entran cada vez más en nuestras vidas, espacios y sexualidad. Desafortunadamente, nuestras aplicaciones de citas están llenas de hombres que dicen ser lesbianos pero no tienen ningún respeto por nosotras y no tienen idea de lo que es la cultura lésbica”, dice Izaakson, y continúa: “El lesbianismo se está borrando desde tantas direcciones diferentes hoy en día, que es difícil mantenerse al día”.
Izaakson cree que la historia de Etscheid es parecida a la de los hombres que primero se identifican en la feminidad antes de llamarse lesbianos, señalando que Etscheid es “simplemente más honesto acerca de ser un hombre”, pero que ambos representan una forma de “cultura de violación” contra las lesbianas.
“No importa cuántas relaciones a larga distancia entre, o cuánto se arremangue los vaqueros, … este tío no es lesbiana”.
Traducción cortesía de Salagre.
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