Un conocido “trabajador sexual” transidentificado de Argentina se enfrenta a cargos de victimizar sexualmente a 30 personas, algunas de las cuales eran menores de edad. Daniel Ariel Araya Segura, mejor conocido como Paloma León, también está acusado de intento de asesinato.
La investigación de León se inició en diciembre de 2020 después de una llamada a la línea 145 del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata de Argentina que avisaba que había forzado a varias personas, incluidos jóvenes, a la esclavitud sexual.
La fuente anónima dijo a las autoridades que León explotaba sexualmente a aproximadamente treinta víctimas en una casa en Mendoza, Argentina, entre las que estaban hombres transidentificados, mujeres y menores de edad.
Las víctimas se mantenían bajo estricta vigilancia y eran obligadas a ofrecer servicios sexuales las 24 horas del día. Estaban amenazadas continuamente, e incluso les habían retenido los cheques de asistencia social del gobierno.
La policía puso el domicilio bajo vigilancia e intervino los teléfonos de León y sus allegados, entre los que se encontraba otro hombre transidentificado que se hacía llamar Antonella Rubí Iparraguirre Briceño, de 31 años. Ricardo Néstor Cáceres Molina, pareja de este último, también fue puesto bajo vigilancia.
Gracias a las escuchas telefónicas iniciales, se descubrió que León y sus cómplices habían obligado al menos a 10 personas a prostituirse.
En febrero de 2021, la policía recibió una nueva denuncia de otra fuente anónima, que advirtió que León explotaba sexualmente a otros individuos transidentificados en una calle de Mendoza. Las víctimas recibían una paliza si no “trabajaban” a satisfacción de León, o si intentaban irse.
Unos días más tarde, una tercera llamada anónima informó a la policía que León prostituía a mujeres en un hotel de su propiedad en otra parte de la ciudad.
Tras la última denuncia, las autoridades determinaron que tenían pruebas suficientes para arrestar a León, y fue detenido junto con Rubí Iparraguirre y Cáceres Molina.
En el registro de sus propiedades se encontraron cajas de preservativos, dinero en efectivo, medicamentos, cocaína y teléfonos móviles, mientras que en la finca de sus padres se incautó un ordenador, un teléfono móvil y dos armas de fuego que estaban listas para disparar.
Apenas un mes después de su detención, una víctima que había sido liberada del burdel de León y que había cooperado con la policía, recibió un disparo en el cuello por orden de León. La mujer sobrevivió y contó a la policía que horas antes del ataque había recibido amenazas telefónicas de León desde la cárcel.
“Tenés los días contados, HDP (hija de puta). Te voy a buscar hasta por debajo de las piedras”, le había dicho León a la víctima. Pero León culparía a Iparraguirre por el ataque.
Después del tiroteo, León, Iparraguirre y Cáceres Molina fueron acusados de intento de homicidio premeditado, además de los cargos de trata de personas que ya tenía. Carretero Suárez, el presunto tirador, también fue localizado y detenido por intento de asesinato.
León es un viejo conocido de la policía. Ya había cumplido 18 años de prisión por homicidio, de donde salió en 2006.
En 2015, fue acusado una vez más después de que dos hombres transidentificados que ejercían la prostitución acusaran a León de haber organizado un brutal asalto contra ellos por “trabajar” en un área controlada por él sin su permiso. León había exigido una tarifa de 2.000 pesos (aproximadamente $ 13 USD) por mes para ejercer en su zona, que las víctimas no habían podido pagar. Finalmente fue absuelto por falta de pruebas.
León fue el protagonista de una película documental de Carina Sama estrenada en 2013 y titulada Madam Baterflai.
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