AVISO DE CONTENIDO: Este artículo contiene descripciones gráficas de experimentación y maltrato animal. Se ruega tener en cuenta.
Un inquietante estudio realizado por investigadores chinos en estética está provocando indignación en las redes sociales tras descubrirse que unos cirujanos construyeron “neofalos” en perras vivas. El estudio, publicado originalmente en 2018, mutiló los genitales caninos con el propósito de explorar un nuevo método de construcción de penes.
De los seis autores a los que se atribuye el artículo, cinco pertenecen al Hospital de Cirugía Plástica de la Academia China de Ciencias Médicas de Pekín, mientras que el sexto está asociado al Primer Hospital Afiliado de la Universidad de Xiamen en Xiamen.
El estudio pretendía explorar un método para construir quirúrgicamente un pene funcional en una mujer o un hombre que hubiera sufrido una pérdida de pene que no requiriera una prótesis.
“La reconstrucción del pene asistida por prótesis se ha realizado ampliamente para restaurar un falo estéticamente aceptable. Sin embargo, un gran número de pacientes va a tener que someterse a una cirugía de revisión debido a diversas complicaciones relacionadas con la prótesis”, reza la introducción.
“A medida que aumenta el número de pacientes con pérdida de pene o disforia de género, crece la demanda de reconstrucción anatómica, funcional y estética del pene”.
Con el fin de investigar la mejor manera de elaborar tejido eréctil en el cuerpo de una mujer, los investigadores utilizaron 10 cadáveres humanos, 4 de los cuales eran varones y 6 mujeres. La edad media de los fallecidos era de 58 años.
Después de probar sus estrategias médicas utilizando el tejido y los músculos de los cadáveres humanos, los investigadores pasaron a aplicar sus técnicas a 11 perras mestizas vivas.
Después de la operación, se les colocó a las perras un “collar isabelino de gran tamaño para evitar que mordieran y lamieran la zona quirúrgica”, pero los investigadores observaron que empezaban a morderse a sí mismas tras acoplarles el pene construido quirúrgicamente.
Aunque una de las perras murió inmediatamente después de la operación, todos los animales fueron sacrificados tras ser evaluados durante 7 meses, y se les extrajo el “neofalo” para un examen más detenido
Un enlace al estudio, publicado en una revista afiliada a la Sociedad Internacional de Medicina Sexual, comenzó a circular ayer por las redes sociales, provocando el malestar de aquellos preocupados por los derechos de las mujeres y la seguridad de los animales.
Una usuaria, Diana Alastair, etiquetó a Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA), exigiendo una respuesta sobre el horrible experimento con animales.
“Protestáis contra el ordeño de vacas, ¿qué tal si protestáis contra algo verdaderamente horrible?”
.@peta, here is proof that dogs are being horribly abused and then killed and dissected by doctors attempting to create a better “penis” for transmen. Scientists also sewed two rats together to see if a male rat could carry a fetus.
— Diana Alastair💚🤍💜 ⚢ 🏳️🌈 ✡️🇮🇱 (@sappholives83) December 30, 2023
You protest against milking cows; how about…
“Experimentaron con perras en nombre de la ideología de género y la ‘atención médica’ trans. Les hicieron una carnicería y les cosieron penes falsos. Otro horror en la kilométrica lista de horrores que han salido de esta locura”, comentó Aja, defensora de los derechos de las mujeres, al tiempo que compartía algunas de las inquietantes fotos del artículo.
No es la primera vez que una investigación sobre la modificación de sexo en China ha provocado una reacción internacional. El último incidente ocurrió en 2021 a raíz de un estudio en el que se preñó a ratas macho.
Científicos de la Universidad Médica Naval de Shanghái publicaron un artículo en el que revelaban que habían implantado un útero en una rata macho y luego la habían unido a una rata hembra para que ambas compartieran el mismo sistema circulatorio. A la rata macho se le implantó un embrión y vivió quirúrgicamente unida a la rata hembra durante 21 días.
Por aquel entonces, la Asesora Principal de Política Científica de PETA, Emily McIvor, calificó el estudio de “frankensciencia” y “vil”, y lo condenó por su evidente crueldad.
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