Estudiantes de matronería aprenden cómo cuidar a hombres que dan a luz

A los estudiantes de matronería de una prominente universidad en el Reino Unido se les enseñaba que los hombres biológicos pueden quedar embarazados y dar a luz por el pene antes de que los profesores se dieran cuenta y editaran apresuradamente un libro de trabajo que se les había dado.

Reduxx ha obtenido una exclusiva de esos recursos didácticos de estudiantes de matronería preocupados en una importante universidad de Escocia. Los estudiantes, que deseaban permanecer en el anonimato por temor por sus carreras, inicialmente recibieron instrucciones biológicamente imposibles sobre cómo cuidar a los hombres embarazados o que están pariendo. El nombre de la Universidad es conocido por Reduxx, pero no se publica a petición de los estudiantes denunciantes. Se puede proporcionar en el futuro si Reduxx es capaz de conseguir el consentimiento de todos los estudiantes involucrados.

En un módulo sobre el cuidado de las mujeres durante el parto, a los estudiantes se les proporcionó inicialmente un “Libro de trabajo de competencias” sobre cateterismo que contenía una orientación significativa sobre el manejo de los genitales masculinos y el cuidado de las “personas que dan a luz” biológicamente masculinas.

De acuerdo con el libro de trabajo, se explicó a los estudiantes que: “Es importante tener en cuenta que, si bien la mayoría de las veces la persona que da a luz tendrá genitales femeninos, es posible que estén cuidando de una persona embarazada o en parto que está en transición de hombre a mujer y aún puede tener genitales masculinos externos”.

Aunque la introducción del manual podría pensarse que es un error, una errata o cosa de un individuo no iniciado que intenta utilizar un lenguaje “inclusivo”, el libro de trabajo hecho por la Universidad claramente pasa a proporcionar a los estudiantes instrucción sobre cómo acomodar a un hombre biológico embarazado.

El libro informa a los estudiantes que es posible que deban familiarizarse con los procedimientos de cateterismo para “anatomía femenina y masculina”, señalando que, como resultado del hecho de que tanto hombres como mujeres pueden estar dando a luz, solo utilizará el término “persona que da a luz” en el libro.

El libro de ejercicios recuerda a los alumnos que la “persona que da a luz” puede ser un varón biológico en dos secciones separadas.

En la sección 4.4 del manual, se proporcionan los procesos de cateterismo para los hombres biológicos, con imágenes de un instructor que demuestra el procedimiento en el pene y el escroto de una figura masculina.

También se administraron dosis de gel anestésico en función de la biología masculina y femenina, y se recomienda que la mujeres reciban 6 ml de gel analgésico, y los hombres 11 ml.

En otra sección, se proporcionan instrucciones especiales para la extracción de catéteres con consideración para las glándulas prostáticas, y se instruye a los estudiantes a advertir a las “personas masculinas” de “incomodidad a medida que el balón desinflado pasa a través de la glándula prostática”.

Si bien los profesores se dieron cuenta más tarde de los errores cometidos, la edición apresurada de la guía solo corrigió la redacción inicial en la introducción, cambiando “hombre a mujer” por “mujer a hombre”. Todas las referencias al manejo de un pene, la glándula prostática y la biología masculina se conservaron, pero también agregaron la sugerencia de que una persona transgénero de mujer a hombre podría dar a luz a través de un “pene” construido quirúrgicamente.

A pesar de la edición aparentemente chapucera, estudiantes y expertos siguen preocupados por la falta de cuidado dado al manual y la formación.

A finales de marzo, se reveló que los errores en Shrewsbury y Telford NHS Trust en Inglaterra resultaron en la muerte innecesaria de más de 200 bebés y 9 madres a lo largo de dos décadas. Según las investigaciones internas, “las repetidas fallas en la calidad de la atención y la gestión” fueron las culpables, con 1.486 familias a mayores y 1.592 incidentes registrados como resultado de una supervisión inadecuada de la atención de maternidad.

En declaraciones a Reduxx sobre el contenido del libro de trabajo, Elaine Miller dijo que estaba “profundamente preocupada”.

Miller, miembro de la Chartered Society for Physiotherapy, es la creadora de Gusset Grippers, un galardonado programa educativo centrado en la salud pélvica de la mujer. Cuando se le mostraron los materiales del curso, Miller expresó incredulidad ante la cantidad de información objetivamente incorrecta que se proporcionaba a los estudiantes.

“No es posible que una persona masculina quede embarazada”, dijo Miller, y continuó diciendo que incluso las ediciones apresuradas que hicieron los instructores estaban plagadas de imposibilidades.

“Una [mujer] con una diferencia de género puede quedar embarazada pero no tendrá genitales masculinos”, señala, expresando su preocupación de que incluso si se diera formación sobre cómo atender a pacientes transgénero de mujer a hombre, la información seguía siendo incompleta y poco realista.

“La mayoría [de las mujeres] que usan testosterona, en las dosis utilizadas para la ‘transición’, desarrollarán atrofia vaginal. El frágil tejido de una vagina atrofiada es incapaz de estirarse para acomodar la cabeza de un bebé”, dice Miller, señalando también que las personas transgénero de mujer a hombre que desean dar a luz naturalmente corren el riesgo de sufrir “nuevos tipos de lesiones de nacimiento” que aún no se han estudiado o investigado.

“Examinar este riesgo potencial es probablemente más importante que aprender a extraer un catéter de una glándula prostática inexistente”.

Las preocupaciones de Miller son compartidas por Susan Bewley, profesora emérita de Obstetricia y Salud de la Mujer en el King’s College de Londres. Al comentar los materiales proporcionados para su revisión por Reduxx, Bewley los calificó de “desconcertantes” y dijo que inicialmente se cuestionó si podrían haber sido una broma.

“No hay circunstancias en las que se pueda pedir, o esperar, a las matronas cualificadas que catetericen un pene como parte de su trabajo profesional”, dice, “Los escritores parecen haber acabado la escuela completamente ignorantes de la biología básica, sexo y anatomía”.

Bewley ha escrito extensamente sobre embarazos de personas transgénero de mujer a hombre, pero discrepa incluso con las ediciones realizadas en el libro de trabajo después de leer que una mujer podría dar a luz después de tener un pene construido quirúrgicamente a través de una faloplastia.

“Unas pocas [de mujer a hombre] se someten a cirugía genital pero, en general, aquellas con un neopene creado quirúrgicamente simplemente no se pueden quedar embarazadas porque se someten a una histerectomía al empezar el proceso”, dice. “Estos materiales son lo opuesto a la formación de alta calidad que los pacientes necesitan de parteras y médicos. El proyecto puede haber surgido de la compasión y el entusiasmo, pero es preocupante que los escritores no parezcan conocer, importarles o verificar los hechos”.

Traducción cortesía de Salagre.


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Bryndís Blackadder

Bryndís is a contributing journalist at Reduxx with a focus on free speech and the law. She lives in Scotland, where she enjoys creating documentaries, multimedia art, and advocating for human rights.

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