Un instituto de Gettysburg, Pensilvania, está siendo noticia por el debate del consejo escolar sobre si volver a contratar o no a un entrenador que se dice trans para el equipo de tenis femenino de la escuela. Según los informes, Sasha Yates, nacido David, ha sido objeto de quejas después de frecuentar los vestuarios y baños de las niñas en varias ocasiones.
Reduxx habló directamente con Michelle Smyers, miembro del consejo, quien revisó la primera amonestación a Yates
La amonestación describía dos incidentes distintos en septiembre de 2022, en los que Yates se había desnudado en el vestuario de las niñas.
Aunque un informe anterior de The Epoch Times había dado a conocer al público dos de los sucesos, Smyers reveló que de hecho eran tres: dos veces en septiembre del año pasado, y una vez más este mes de abril. Al utilizar los vestuarios y baños de las niñas, Yates provocó el miedo y la incomodidad de las alumnas, además de la preocupación de sus progenitores.
Yates había sido contratado por el Distrito Escolar del Área de Gettysburg en 2018 cuando aún se identificaba como hombre, pero en 2022, comenzó a usar el nombre de Sasha después de declarar que era transgénero. Reduxx se enteró de que tenía dos hijos que parecen vivir en el Reino Unido con su madre.
En el otoño de 2022, poco después de que Yates comenzara a “identificarse como mujer” y a usar las instalaciones femeninas, se desnudó hasta quedar sólo “en sujetador y bragas” en el vestuario de las chicas donde se cambia el equipo adolescente de fútbol.
Un miembro de la junta del distrito le dijo a The Epoch Times en su exclusiva que las alumnas informaron que “estaba claro, a la luz de lo que vieron, que el Sr. Yates era un hombre completo”.
Dos miembros del consejo escolar tienen hijas que juegan en el equipo de fútbol, una de las cuales estaba presente cuando se produjo el incidente.
Pero ha salido a la luz un tercer incidente después de que Smyers y otros miembros del consejo tuvieran finalmente acceso a la amonestación de la administración contra él del otoño pasado. Para su sorpresa, en septiembre se describieron no uno, sino dos casos. Smyers dijo que cree que Yates dio el mismo documento al Gettysburg Times al saber que finalmente el consejo era consciente de los hechos.
Smyers confirmó que en el primer incidente Yates se desnudó hasta quedarse “en sujetador y bragas”, como se había informado anteriormente.
Según la amonestación a Yates, muchas de las estudiantes dijeron que se sentían incómodas con la presencia del hombre en las instalaciones, así como con los comentarios que hacía a las chicas.
“No podía cerrar la boca del asombro”, dijo Smyers. “Porque el segundo incidente describía que había entrado en el mismo vestuario y que se puso a hablar con las chicas que estaban allí, hablando con ellas sobre sus ciclos menstruales y qué tipo de bragas les gusta usar”.
Smyers expresó su incredulidad ante las revelaciones, que iban mucho más allá del simple uso del vestuario por parte de Yates.
“Jerry Sandusky era de Pensilvania, por el amor de dios. ¿No aprendimos nada de Jerry Sandusky? ¿Como que los adultos no deben estar en el vestuario mientras los menores se visten?”, comentó Smyers, refiriéndose al famoso pederasta en serie que abusó sexualmente de al menos ocho niños cuando trabajaba como entrenador de fútbol en el Central Mountain High School.
Smyers también se preguntó por qué Yates se había desnudado, para empezar.
“Es tenis… ¿Por qué te cambias? ¿Eres un entrenador a tiempo parcial, no vienes a los entrenamientos ya preparado para entrenar?”
El 12 de abril, meses después de que la escuela lo amonestara por primera vez, Yates se tomó la libertad de usar el baño de chicas cuando una alumna de 16 años ya estaba dentro. Siguió a la chica hasta el baño y “trató de entablar una conversación” con la menor, pero ella salió de las instalaciones.
La niña le envió un mensaje de texto a su entrenadora de softball mientras aún estaba dentro del baño y expresó preocupación por su seguridad. Su padre, Steve Carbaugh, le dijo a The Epoch Times que esto hizo que su hija se sintiera muy incómoda, ya que sólo estaban ella y Yates en el baño.
Carbaugh dijo: “Mi trabajo como padre es proteger a mi hija. Y él no tenía por qué ir a ese baño, y sus acciones demostraron que no se puede confiar en él. Entró en un vestuario de chicas y se cambió mientras el equipo de fútbol femenino estaba allí. Hablaron con él al respecto. Y entró en el baño de las chicas. ¿Cuándo vamos a decir basta? No se le sanciona por lo que se llama a sí mismo. Necesita ser penalizado por sus actos y por el hecho de que no puede acatar órdenes. Se trata de un hombre adulto, entrando en un baño con una chica menor de edad. Eso es un problema. Ese es un gran problema”.
Ese mes se le comunicó al Sr. Carbaugh que el Sr. Yates no regresaría como entrenador de tenis para la temporada siguiente, por lo que decidió dejar pasar el asunto.
Yates proporcionó a Gettysburg Times la carta de amonestación que Smyers revisó, pero negó haber tenido la conversación con las adolescentes sobre ciclos menstruales, diciendo que no la recordaba. Yates admitió que los otros incidentes sí habían ocurrido, “pero no de la manera que se ha informado anteriormente”.
También reveló que, tras la amonestación, se le dio una llave para usar un baño de un solo cubículo que está asignado para el uso del personal de deportes, como los árbitros, pero afirmó que la ley federal le permite usar “cualquier baño”.
A pesar de las quejas de padres y alumnos, el Dr. Leigh Dalton, abogado de la escuela, “convenció” a los miembros del consejo de que no despidieran a Yates de inmediato, y en su lugar insistió en que la escuela simplemente se negara a volver a contratarlo para la siguiente temporada debido a la preocupación por los litigios.
Pero el nombre de Yates reapareció en julio en la lista de contratación para el puesto de entrenador.
Smyers le dijo a Reduxx que cuando vio el nombre “Sasha”, en un principio pensó que estaba revisando si contratarían o no a una nueva entrenadora. No se había enterado de la identidad de Yates “como mujer” hasta el otoño pasado, pero tras el incidente del baño le habían dicho que “se estaban ocupando del asunto” y que no volverían a contratar a Yates.
A principios de este mes, el 7 de agosto, el consejo escolar celebró una votación sobre si Yates debía o no ser contratado de nuevo. La votación fue de 3-3, con la abstención de una persona.
Dalton parece haber emitido entonces una advertencia “instando al consejo a volver a contratar al Sr. Yates para evitar el riesgo de litigio”.
La siguiente reunión, que se celebró el 21 de agosto, incluyó en el orden del día la contratación de Yates para que los miembros del consejo votaran de nuevo. En el orden del día se indicaba que el salario de entrenador de Yates era de 2,682 dólares. El día de la segunda reunión de la junta, America First Legal reveló que iba a representar a Smyers debido a la preocupación de que Yates pudiera emprender acciones legales contra ella o el distrito en caso de que votaran en contra de volver a contratarlo.
Reduxx asistió a la reunión más reciente del consejo y oyó a más de 25 miembros del público dar su opinión sobre si creían que Yates debiera ser contratado otra vez como entrenador de tenis de las chicas.
Varios de los oradores mostraron un claro desprecio por Smyers, acusándola de “transfobia” y alegando que ha hecho “comentarios odiosos y tendenciosos contra la comunidad LGBTQ”. Estas personas, en algunos casos, recibieron fuertes aplausos y una gran ovación en pie de los presentes a la reunión.
Muchos oradores citaron las tasas de suicidio en adolescentes transgénero como razón para la recontratación de Yates en la escuela.
Un padre leyó una carta en nombre de su hijo, que no estaba presente. Este ex jugador de tenis del instituto declaró: “Sasha es una mujer. En los últimos cuatro años la he visto darse cuenta de ello, y he visto cómo ha hecho la transición a su verdadero yo”, y luego instó a aquellos que pedían que no se volviera a contratar a Yates a que “arreglaran sus corazones”.
La madre del joven, la doctora Sonya Deltredici, habló después de su marido y se identificó como líder de un “programa de salud LGBT” en el Hospital de York. Dijo: “No les hace daño a nuestros hijos estar en presencia de personas trans … Lo que hace daño a nuestros hijos es la discriminación contra las personas trans”.
Otro hombre en defensa de Yates, que contó que daba clase de teoría crítica de la raza, dijo: “Si alguno de mis nietos jugara al tenis … Francamente, no me preocuparía que estuvieran bajo la instrucción y el cuidado del entrenador Yates porque confío en que Dios cuidará de ellos”.
Solo tres de los oradores tocaron el tema de que Yates usara los espacios privados de las niñas.
Eddy Fleming, padre y ciudadano preocupado, se hizo eco de la declaración de la mujer y dijo: “Estoy muy preocupado porque esta noche ha habido muchas personas muy cultas y muy apasionadas que han confundido esta cuestión y la han convertido en una cuestión trans… De lo que se trata es de que había un entrenador adulto que entró en el baño de las estudiantes, que entró en el vestuario de las estudiantes y que se cambió allí … De eso es de lo que se trata realmente, y tenemos que proteger a nuestras alumnas…”
Smyers cree que la administración se está “escondiendo detrás del Título XII”, que impide la discriminación basada en una característica protegida, pero contó que no cree que deba otorgar a nadie privilegios especiales.
Reiteró que estas acciones le parecían inapropiadas, independientemente del miembro del personal de que se tratara.
Smyers dijo que cree que muchos progenitores y otros miembros de la comunidad tienen miedo de hablar en contra de Yates porque podrían enfrentarse a las mismas acusaciones de “transfobia” y “odio” a las que ella se ha enfrentado.
Dijo a Reduxx que las afirmaciones que la tachan de intolerante son “absurdas y evidentemente falsas”, pero cree que la reacción violenta contra ella ha servido de advertencia para otros.
“Recibirán la reacción que he recibido, y nadie quiere eso. La gente no quiere que la tachen de esto. No quieren que los demás piensen que son transfóbicos o anti-gay… Tienen miedo de eso. Olvidan que esas palabras no significan nada. Son sólo palabras. Pero, ya sabes, es una guerra psicológica”, dijo Smyers.
“Yo no soy esa persona, nunca he sido esa persona. Creo que me llaman [transfóbica e incitadora al odio] porque soy la presidenta de la sección de Moms for Liberty (Mamás por la Libertad)”.
Smyers explicó que se ha enfrentado a abusos por parte de activistas trans en el pasado, y recordó un evento de Moms for Liberty al que asistió a principios de este verano en Filadelfia, donde le gritaron comentarios misóginos sobre su cuerpo a través de un megáfono.
Dijo a Reduxx que también “tuvo que aguantar mucha mierda” del público en el pasado porque “fue a por algunos libros inapropiados en [la] escuela”. Smyers dijo que había denunciado el libro “All Boys Aren’t Blue” (No todos los niños son azules), no porque el autor fuera gay, sino porque el libro hablaba de condones de sabores utilizados por dos niños menores de edad que practicaban sexo anal.
Smyers afirmó que no tiene intención de votar a favor de contratar a Yates, y dijo que no confía en él. Aunque explicó que no estaba hablando en nombre de sus compañeros del consejo, sí cree que puede haber al menos otros dos que votarán en contra de la contratación de Yates.
En la reunión del consejo del 21 de agosto se aplazó la decisión de readmitir a Yates. La próxima reunión está prevista para el 5 de septiembre. Mientras tanto, el equipo de tenis femenino carece actualmente de un entrenador oficial, pero jugó su primer juego el 22 de agosto, el primer día del año escolar.
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