EXCLUSIVA: Un padre cuenta que su hija sufrió una conmoción cerebral cuando jugaba al voleibol en el instituto contra un estudiante varón que se dice trans

Un preocupado padre de California ha revelado que su hija sufrió una conmoción cerebral traumática después de jugar al voleibol en el instituto contra un equipo que tenía un estudiante varón que se dice trans. Luis, cuyo nombre se mantiene en el anonimato a petición suya por temor a repercusiones contra su familia, alega que su hija recibió un pelotazo en la cabeza tan fuerte que experimentó visión borrosa.

El incidente ocurrió en octubre durante un partido en el instituto Half Moon Bay. Luis asistió para apoyar a su hija de 17 años, que jugaba en el equipo de un instituto del que Reduxx prefiere no dar el nombre para proteger su identidad. Luis explica que el voleibol ha sido una de las pasiones de su hija desde que era muy pequeña.

“Mi hija lleva metida en el voleibol desde 4º de primaria (9/10 años)“, dice. “Siempre ha sido una niña con las cosas muy claras. Cuando comenzó a preguntar por el voleibol, empezó a practicarlo en el jardín de atrás. Golpeaba la pelota contra el techo inclinado durante horas. Con el tiempo llegó a ser capitana del equipo de su escuela”.


Pero aunque su hija había conseguido un impresionante historial deportivo escolar y había jugado docenas de partidos, Luis explicó que inmediatamente sintió que algo no iba bien durante el partido de octubre. Dice que notó algo extraño en una de las jugadoras de Half Moon Bay, que dice que parecía más fuerte que el resto de las chicas del equipo.

“Desde la distancia parecía un chico vestido con el uniforme de voleibol de una chica”, dice Luis, y agrega que, confundido, le envió inmediatamente un mensaje de texto a su mujer. “Le pregunté si sabía que podía haber un chico en el equipo [de Half Moon Bay]. Ella dijo que sí”.

Luis empezó a preocuparse de inmediato.

“Le dije a mi mujer que no era justo. Me sentía frustrado porque, de forma indirecta, ahora estaba apoyando la confusión de género de alguien. Además, ese alguien estaba jugando ahora contra mi hija y sus compañeras de equipo. Había oído hablar de los problemas de los transgénero en los deportes, de la política de identificación de género en los baños y de los grupos trans que van por las escuelas a leer a los niños. Ahora nos estaba afectando directamente”.

Luis cuenta que durante el partido, mientras charlaba con otro padre, el juego se detuvo de repente, se dio la vuelta y vio como sacaban a su hija del gimnasio mientras le sostenían la cabeza.

“[El otro padre] se volvió hacia mí y me dijo: ‘¿Has visto eso? ¿La golpeó ese chico? Me había perdido el golpe, pero sentí el peso de todo el mundo que me miraba, incluido el equipo contrario”, explica Luis, que corrió a ver cómo estaba su hija, aterrorizado de que fuera a estar sangrando.

Durante una evaluación médica realizada por el equipo de Half Moon Bay, Luis dice que su hija informó que veía borroso y que tenía dolor de cabeza. A pesar de su lesión, la hija de Luis quiso quedarse en la escuela para apoyar a sus compañeras de equipo, pero no jugó el resto del partido.

“Después del partido, algunos padres expresaron su descontento con el incidente. Con toda la mierda de la cultura de la cancelación, yo me andaba con pies de plomo, no quería echar más leña al fuego”, dice Luis, señalando que trató de mantener la calma por el bien de su hija.

“Me sentí totalmente solo. Como si fuera una pesadilla. Mi hija sabía lo enfadado que estaba. El viaje de vuelta fue revelador, ya que mi hija me pidió que no le diera importancia. Pero para mí, ya era un gran problema”, dice.

“Terminamos llevando a mi hija al médico. Confirmaron la conmoción cerebral y mi hija no pudo volver a jugar durante el resto de su último curso. Jugaba porque le gustaba, y este era el último año que podía hacerlo. Se sintió robada. Yo me sentí desanimado e impotente”, explica Luis.

A pesar de concertar una reunión con los administradores del distrito escolar, a Luis le dijeron que no se podía hacer nada para impedir que los chicos siguieran jugando en equipos femeninos. Luis luchaba con la noticia por dentro y comenzó a sopesar los riesgos de denunciar.

“Si digo algo, ¿sufrirá mi hija ostracismo en la escuela? Si no digo nada, ¿tendré que aceptar en silencio que los niños jueguen contra las niñas en las escuelas? ¿Habrá padres que me intentarán avergonzar a mí y a mi familia por decir algo? No me malinterpreten, siento empatía por el niño. No sé qué se siente cuando nace hombre y no se identifica con ello. La vida debe ser difícil”, dice Luis.

“Pero, ¿en qué momento la disforia de género de alguien cruza el límite de la empatía? En mi caso, cuando mi hija resultó herida”.

Reduxx se ha enterado de que el estudiante varón que jugaba en el equipo femenino de Half Moon Bay era Aaron Lester, hijo del músico californiano John Lester y la activista por la justicia social Lisa Phelan.

Los padres de Lester afirman que comenzó a expresar su interés en usar ropa femenina a los 9 años, cuando dicen que quiso ponerse un vestido para ir a un concurso de talentos de la escuela primaria.

“Su madre y yo hablamos con él. Le dijimos: ‘A nosotros nos parece perfecto, pero puede que haya gente que no lo entienda. Es posible que algunos te hagan pasar un mal rato y debes estar preparado para ello'”, dijo el padre de Lester en un artículo de 2017 publicado en Half Moon Bay Review.

El padre de Lester escribió entonces una canción e incorporó referencias a su hijo.

“Rosa para las niñas y azul para los niños, polvo de hadas o juguetes de lucha, un niño debe elegir cuando aún es pequeño entre una varita mágica o una pistola de plástico, pero hay un niño al que no le importa”, dice la letra de la canción. “Es fuerte, es sabio y también es guapo”.

Lester y su madre en Ru Paul’s Dragcon. Fuente: Lisa Phelan / INSTAGRAM

Aunque no está claro cuándo Lester comenzó a identificarse como “mujer”, parece que fue hace relativamente poco. En 2020, todavía se refería a sí mismo y a su hermano como “hermanos”, pero en 2021, su madre empezó a publicar con más frecuencia sobre “apoyar a los niños trans” en sus redes sociales.

Durante el partido de octubre, en el que la hija de Luis resultó herida, Lester realizó casi un tercio del total de “kills” para el equipo, y ayudó a Half Moon Bay a dominar el partido, que acabó en una victoria aplastante.

En los videos del partido revisados por Reduxx, se ve a Lester saltando más alto que las jugadoras de sexo femenino y golpeando la pelota con mucha más fuerza.

Debido a la falta de acción por parte del distrito escolar, Luis dice que se ha unido a un grupo de progenitores preocupados que buscan impulsar el cambio a nivel local.

“Mi hija ya está bien. No tiene más tratamientos”, dice Luis. “Siento que mi hija no se habría lesionado si Half Moon Bay no hubiera permitido que un varón jugara con las chicas”.

En declaraciones a Reduxx, una representante del Consejo Independiente del Deporte Femenino (ICONS), atribuyó gran parte de la culpa a las políticas del gobernador de California, Newsom.

“El gobernador Newsom y los líderes escolares de California son los culpables de permitir que los chicos causen lesiones cerebrales y les quiten oportunidades a las chicas en los deportes. El gobernador desestima situaciones como la lesión que puso fin a la carrera de esta chica como si fuera algo sin importancia para él”, dijo la representante.

“[Newsom] cree que el bienestar de ‘unos muy pocos’ chicos es primordial comparado con la seguridad y la equidad para las chicas. Estos chicos son los ‘Chicos de Oro de Gavin’ (Gavin es el nombre de pila del gobernador Newsom). Se les permite hacer lo que quieran y las chicas son daños colaterales aceptables”.

ICONS es un grupo de campaña no partidista dedicado a defender los derechos de las atletas femeninas al deporte segregado por sexos y ha abogado abiertamente en contra de las políticas que permiten a los hombres identificarse como mujeres para acceder a las categorías atléticas femeninas. Desde su fundación, el grupo ha denunciado incidentes de lesiones o riesgos en los que se han visto implicadas atletas femeninas que se ven obligadas a hacer sitio a los hombres en su deporte.

“Es hora de levantarse, hablar y poner demandas. Exponer a las niñas a un riesgo cada vez mayor y robarles sus oportunidades no es ético”.


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