Hombre noruego se identifica como mujer discapacitada y usa silla de ruedas “casi siempre”

Un noruego provoca indignación en las redes sociales por haber dado una entrevista en la que su decisión de comenzar a identificarse como una mujer discapacitada es descrita favorablemente.

El 28 de octubre, Good Morning Norway (God Morgen Norge, GMN) emitió una entrevista con Jørund Viktoria Alme, de 53 años, un hombre sin ninguna discapacidad física que se identifica como mujer discapacitada. En la entrevista, Alme declaró que siempre había deseado haber nacido mujer paralizada de la cintura para abajo.

Alme, que trabaja como analista de crédito en el banco Handelsbanken en Oslo, ha recibido una cobertura positiva en los medios noruegos desde que anunció por primera vez su transdiscapacidad públicamente en Facebook en 2020. Ha dado varias entrevistas, a menudo junto a su esposa, Agnes Mjålseth.

A pesar de no tener discapacidades físicas, Alme actualmente usa una silla de ruedas “casi todo el tiempo”.

Jørund Viktoria Alme, de 53 años, se identifica como mujer discapacitada y usa una silla de ruedas en público a pesar de no tener discapacidades físicas. Fotografía: Siv-Elin Nærø

Además de la disforia de género, Alme afirma tener un trastorno de integridad corporal (BID), y explica que siente una “disonancia” entre cómo se percibe a sí mismo y cómo funciona su cuerpo. “He luchado con esto todos los días de mi vida”, dijo Alme a Vi, un medio noruego, a principios de este año.

“Es una disonancia cognitiva: de la misma manera que siento ser una mujer en el cuerpo de un hombre, siento que debería estar paralizado de la cintura para abajo. Esto no es un deseo de ser una carga para la sociedad. Se trata de que la silla de ruedas sea una ayuda para poder desenvolverme en la vida cotidiana, tanto en privado como en el trabajo”, dijo Alme.

Las críticas a la “identidad” de Alme han sido tan numerosas que el programa de noticias de TV 2 de Noruega tuvo que sacar las perspectivas de cuatro mujeres discapacitadas en los días posteriores a la emisión de su entrevista en GMN.

Emma Sofie Grimstad, de 18 años, fue una de las mujeres que respondieron al caso de la “identidad” discapacitada de Alme. A principios de este año, Grimstad pasó dos meses en una silla de ruedas después de contraer el síndrome de Guillain-Barré, una enfermedad inflamatoria aguda que ataca los nervios y puede causar parálisis.

Grimstad criticó a Alme, y se refirió a él como una “persona con piernas funcionales que elige sentarse en una silla de ruedas”, y señaló que “hay muchos que no tienen esa opción”.

“No creo que todo merezca cobertura”, dijo Grimstad al programa de noticias de Noruega TV 2. “La entrevista [de Alme] puede hacer daño a las personas que están en sillas de ruedas y que no tienen otra opción. Incluso puede provocar sospechas sobre la gente que no tiene enfermedades visibles”, agregó.

El informe de TV 2 también pone de relieve las preocupaciones de Noomi Alexandersen, de 23 años. Alexandersen tiene parálisis cerebral, lo que significa que no tiene el uso completo de su brazo y pie izquierdos.

“Esto pone en ridículo a aquellos que se enfrentan a desafíos relacionados con sus discapacidades a diario”, dijo Alexandersen, y agregó que la comunidad discapacitada considera la “identidad” de Alme como un insulto.

La presidenta de Jóvenes con Discapacidades, Ingrid Thunem, dijo a TV 2 que había recibido personalmente varias “consultas” en respuesta a la entrevista de Alme en Good Morning Norway la semana pasada, y señaló que “a muchos les está pasando que son acusados de fingir que necesitan ayuda”. La coalición está formada por 38 organizaciones y grupos de jóvenes con discapacidad y enfermedades crónicas, y en total, representa aproximadamente a 25.000 personas.

Inmediatamente después de los comentarios críticos de las mujeres, TV 2 proporcionó una definición de trastorno de integridad corporal (BID). La breve declaración pintó con simpatía a Alme por sentir muy fuerte que “ciertas partes o funciones del cuerpo parecen extrañas o ajenas”.

“En la entrevista con GMN, Alme habla abiertamente sobre un diagnóstico muy poco frecuente llamado BID, que en inglés es una abreviatura de disforia de integridad corporal. Según la propia Alme, es el sentimiento profundo de una persona de que ciertas partes del cuerpo o funciones del cuerpo se sienten ajenas o no pertenecen a uno mismo. La medicina lo llama apotemnofilia y es una condición poco frecuente en la que la persona quiere la amputación de partes sanas del cuerpo, por ejemplo, partes de un brazo o una pierna. TV 2 ha intentado traer profesionales independientes para explicar qué es el BID, pero no ha tenido éxito hasta ahora.”

Después de esta declaración, Alme respondió a las críticas hechas contra él.

“He luchado contra mi propia vergüenza y prejuicios durante 50 años hasta que BID me afectó tanto que finalmente tuve que contarlo”, dijo Alme a TV 2. Alme dice que su objetivo es facilitar “la diversidad y la inclusión”.

La declaración de TV 2 sobre BID, a veces llamado Trastorno de Identidad de la Integridad Corporal (BIID), también hizo referencia a un trastorno llamado apotemnofilia, que se define en la investigación médica como “un síndrome en el que una persona está preocupada por el deseo de amputar una extremidad sana”. El término fue acuñado por el sexólogo John Money en 1977, después de hablar con hombres que querían convertirse en mutilados porque encontraban la idea sexualmente excitante. A Money se le atribuye en gran medida haber acuñado el concepto más comúnmente entendido de “identidad de género”.

Un estudio de 2005 de personas con BIID descubrió que en gran medida “coincidía” con otras parafilias. En el estudio, el 90% de los encuestados eran hombres y, del total de participantes, el 87% admitió sentirse sexualmente atraído por mutilados. Casi un tercio declaró que tenían al menos una parafilia más, o fetiche sexual, incluyendo travestismo, fetichismo, masoquismo o pedofilia. Los investigadores comentaron que había “similitudes entre el trastorno de identidad de género y esta patología”.

Alme, fotografiado junto a su exposición de zapatos de mujer. Crédito de la foto: RBNET.NO

En septiembre, Alme confesó a iNyheter que su identidad como mujer discapacitada tenía motivaciones sexuales. Cuando se planteó la cuestión de si estaba actuando movido por el impulso de vivir su fetiche sexual, Alme respondió: “No lo sé, tal vez sí”.

“A menudo buscaba zapatos bonitos que compraba para Agnes. Una vez encontré un par de zapatos para ella. Luego descubrí que tenían un par de zapatos en talla grande. Así que también los compré. Experimenté mucha excitación en comprar zapatos de tacones altos”, dijo Alme a Vi.

Cuando Alme comenzó a comprar zapatos de mujer en línea, su esposa Agnes le preguntó si se había puesto sus vestidos en privado. Cuando él le dijo que sí, ella se quedó en shock, que más tarde se convirtió en frustración.

“Cuando oí eso, que quedé en estado de shock. Y me enfadé, lo que básicamente significa que estaba asustada. Sentí que había destruido todo lo que teníamos juntos y que tenía que dejarlo”, dijo Agnes.

Sin embargo, a pesar de la indignación de su esposa, Alme comenzó a vestirse de mujer en casa, una situación que “se volvió muy tensa” para ella, ya que estaba procesando su reciente diagnóstico de cáncer. Agnes ha sido abierta sobre sus dificultades para aceptar los comportamientos fetichistas de su marido, y ha dicho que al principio “trató de dejarlo” dos veces “por desesperación y dolor”.

Agnes, consejera y directora de una guardería en Molde, había trabajado anteriormente con niños que tenían discapacidades y estaban en sillas de ruedas, lo que la hizo preocuparse por el comportamiento de su marido.

Alme ha dicho a los medios noruegos que su deseo de ser discapacitado proviene de un recuerdo de la infancia. Recordó sentir “envidia” de otro niño con una lesión en la pierna que usaba muletas en primaria.

“Mi reacción fue de un intenso interés. Mi corazón latía con fuerza, mi pulso aumentaba y me activaba dentro de mi cuerpo. Estaba increíblemente concentrado en él y en lo que de todo esto se trataba. Se reunieron todos a mi alrededor e iba a probar las muletas, mientras mantenía mi distancia. Tenía tanto miedo a que alguien descubriera lo que estaba pasando dentro de mí”, dijo Alme a Budstikke.

Al principio, Alme le dijo a Agnes que el ponerse su ropa, su obsesión por los zapatos y su deseo de usar una silla de ruedas era un fetiche sexual, una narrativa que acabó cambiando para centrarse en el trastorno de integridad corporal cuando ella expresó su malestar.

Debido a la insistencia de Alme y su explicación acerca de BID, Agnes ha dicho que acepta la nueva identidad de su marido.

“Es una persona sabia y optimista, y me di cuenta de que lo de la silla de ruedas es algo real. Así que encontré maneras de apoyarlo. Al principio le dije: ‘Tienes que darme algo de tiempo’. Sabía por mi trabajo con niños que cuando tienes tiempo y tranquilidad para pensar, las cosas van bien”, dijo Agnes.

Vaishnavi Sundar, cineasta y representante de la organización de derechos de las mujeres Women’s Declaration International, ha hablado con más de dos docenas de mujeres de diferentes países que se han divorciado o que han dejado a sus maridos por cuestiones relacionadas con una autodeclarada “identidad de género”.

Su próxima película, Behind the Looking Glass, contará con entrevistas a estas mujeres, a las que a veces se llaman “viudas trans”.

Hablando con Reduxx sobre Alme, Sundar expresó preocupación por su mujer.

“No es raro que los hombres que se identifican como trans se atribuyan el papel de víctimas y exijan a sus esposas que les sigan el juego. En algunos casos, estos hombres van un poco más allá al reclamar niveles adicionales de marginación; por ejemplo, autoidentificarse como judío o afirmar que sufren algún tipo de discapacidad corporal”, explica Sundar.

“Esto me parece una forma de satisfacer su perversión sexual, que crece con la pretensión de ser indefenso, o ser visto como alguien que está más privado de sus derechos que nadie y, por lo tanto, merece más atención, etc. En un caso, un hombre dijo haber tenido polio de pequeño, aunque que no había ninguna prueba de ello”.

Sundar dice que las esposas de los hombres que se lanzan a un cambio de estilo de vida impulsado por la parafilia a veces están atrapadas por las circunstancias, y cita posibles dependencias financieras, parentales o emocionales.

“Incluso cuando encuentran este comportamiento confuso, absurdo y francamente abusivo, se quedan en el matrimonio, y se ven obligadas a justificar el fetiche y seguirles el juego”, dice Sundar.

“Es muy traumatizante para las mujeres que se ven obligadas a permanecer en la relación, ya que es una forma de violencia emocional. Se espera que promulguen una mentira día tras día y son castigadas por atreverse a desafiarla. Se ven obligada a cuestionar su propia identidad en el proceso y se pasan el resto de sus vidas fingiendo ser “lesbianas” en algunos casos. Sin mencionar el tener que satisfacer sus demandas sexuales y administrar el hogar mientras él se gasta todos sus ahorros en ropa, zapatos y maquillaje”.

Good Morning Norway ha recibido numerosas respuestas indignadas en su página de Facebook tras la publicación de la entrevista con Alme.

Una mujer, madre de un niño con discapacidad, comentó que tuvo que someterse a un difícil trámite de solicitud para recibir asistencia financiera para comprar una silla de ruedas. Otra persona calificó la “identidad” de Alme como una “burla”, y otra más sugirió que tenía un fetiche sexual por los discapacitados.

Good Morning Norway declaró en su publicación que iban a borrar las respuestas “ofensivas”. Una persona afirmó haber visto 900 comentarios al artículo el día anterior, y expresó su sorpresa de que en el momento de su respuesta, solo estaban disponibles 47 comentarios.


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Genevieve Gluck

Genevieve is the Co-Founder of Reduxx, and the outlet's Chief Investigative Journalist with a focused interest in pornography, sexual predators, and fetish subcultures. She is the creator of the podcast Women's Voices, which features news commentary and interviews regarding women's rights.

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