Un tribunal de Bombay ha condenado a muerte a un hombre que se dice trans tras ser declarado culpable de violar a una bebé de tres meses en un caso que el juez ha calificado de “bárbaro e inhumano”. El perpetrador, un individuo del “tercer género”, cuya identidad no ha sido revelada para proteger a la víctima, secuestró a la bebé, la sometió a tormentos sexuales y la asesinó en un acto de venganza contra la familia por no ofrecerle el dinero de regalo habitual, o “badhai“, después del nacimiento de la niña.
El hombre había pedido a la familia un nuevo sari, ₹1.100 (unos 12 euros o 13 dólares), y un coco, como parte de una costumbre muy arraigada según la cual los hijras, o eunucos-travestis (artículo en español), bailan en bodas y ceremonias de parto y realizan bendiciones rituales a cambio de regalos, informó NDTV. Esta tradición ha ido disminuyendo en los últimos años, mientras que la participación de las hijras en el crimen organizado, especialmente en el tráfico sexual, se ha disparado en la última década.
Se le dijo al tribunal que la intención del hombre era sembrar el terror en la comunidad para conseguir más dinero en regalos de los residentes. Las lesiones halladas en el cuerpo de la bebé totalmente indefensa eran un reflejo de “extrema brutalidad y depravación”, dijo Aditee Kadam, juez especial para casos contemplados en la Ley de Protección de Menores contra Delitos Sexuales (POCSO).
“La seguridad de una niña es de suma importancia para la sociedad… El acusado había planeado cometer el crimen y lo ejecutó meticulosamente”, señaló el juez, subrayando que enterró el cadáver en una zona pantanosa en un intento de destruir pruebas.
“La forma bárbara e inhumana de cometer el delito lo convirtió en el ‘caso más raro de los raros’. Es un crimen que provocaría escalofríos a todos los padres y madres de una niña, especialmente en una localidad pobre”, dijo el tribunal.
Los hijras, a los que se llaman cada vez más “transgénero” a nivel local y en la prensa, han participado tradicionalmente en un rito de iniciación en la comunidad llamado “nirvaan”, que consiste en la extirpación del pene, el escroto y los testículos. Por esta razón, el término ha sido traducido previamente al inglés como eunuco o eunuco-travesti, de acuerdo con su costumbre de usar ropa típicamente asociada a las mujeres.
Los hombres pertenecientes a la comunidad hijra tienen conexiones documentadas con el crimen organizado y el tráfico sexual. Desde 2009, las asociaciones entre el grupo demográfico masculino hijra y la mafia han ido en aumento, lo que ha provocado acusaciones de que hay delincuentes de sexo masculino que se están “haciendo pasar” por transgénero.
“Recurren a la trata de personas, atrayendo a los desempleados y obligándolos a someterse a una cirugía de cambio de sexo, e induciéndolos a la mendicidad y al trabajo sexual. Algunos de ellos también dirigen microfinanzas. Mantienen a las víctimas bajo su control, prestando cantidades a altos tipos de interés”, dijo G. Krishna, de la ONG estatal Suraksha Society en 2016.
En julio de 2021, se descubrió que un grupo de hombres hijra de Assam organizó una red de tráfico sexual que consistía en castrar a la fuerza a chicos jóvenes y prostituirlos en Delhi. El hombre detrás de la organización, llamado “Pinky” en las noticias, se quedaba con un porcentaje de las ganancias que los niños, después de haber sido vestidos como niñas y obligados a prostituirse, obtenían.
El año anterior, se denunció un caso similar en el que un grupo de hombres que se dicen trans, secuestró a un niño de 14 años, lo obligó a consumir alcohol y luego a prostituirse. Según The Hindu, “Un grupo de transgénero le había lavado el cerebro al menor para que abandonara a su familia en Dindigul con la promesa de financiar su cirugía de reasignación de sexo si los acompañaba a Tiruchi… El niño fue obligado a consumir alcohol, sometido a agresión sexual y obligado a prostituirse”.
En 2014, el Tribunal Supremo de India dictó una sentencia histórica, la sentencia de la Autoridad Nacional de Servicios Jurídicos (NALSA), que concedía a las personas que se decían trans el estatus legal de pertenecer a un “tercer género”, ni masculino ni femenino, y otorgaba la autodeterminación de sexo conforme a la “identidad de género”.
El año pasado, Reduxx informó sobre el caso de un hombre que se dice trans que fue declarado culpable de violar a un chico adolescente (artículo en español) en la ciudad india de Thiruvananthapuram. Al parecer, la defensa legal de Samson había intentado usar su identidad “transgénero” para argumentar su inocencia, alegando que ahora era conocido como “Shefina” y se había sometido a “procedimientos médicos de afirmación de género”. Fue condenado a siete años de prisión y, según los informes, recluido en una cárcel de mujeres. La región de Kerala, donde se cometió la agresión, es conocida por ser uno de los lugares donde “las personas transgénero son mejor recibidos” de la India.
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