La Unión Americana de Libertades Civiles está interviniendo en una demanda presentada por cuatro reclusas sometidas a abusos de hombres identificados como trans que fueron trasladados a su prisión. En la intervención, la ACLU afirma que los seres humanos “no son sexualmente dimórficos”, y que no hay diferencias biológicas entre machos y hembras.
En noviembre de 2021, el Frente de Liberación de la Mujer (WoLF) interpuso una demanda contra el Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California (CDCR) en respuesta al traslado de reclusos varones a prisiones de mujeres. En la demanda, WoLF incluyó representación legal para cuatro reclusas actualmente encarceladas en el estado que habían experimentado violaciones de sus derechos a manos de reclusos varones que habían sido transferidos bajo SB-132, una de las cuales fue agredida sexualmente por uno de los prisioneros masculinos que se identifica como trans.
SB-132, o la Ley de Respeto, Agencia y Dignidad Transgénero, entró en vigencia en enero de 2021 y permitió a los reclusos varones solicitar el traslado a prisiones de mujeres basándose en una identidad de género autodeclarada. Los reclusos varones no tenían ni que estar tomando hormonas, someterse a una cirugía, ser diagnosticados con disforia de género o siquiera tener documentos legales que respaldaran su condición de transgénero para obtener el traslado.
Pero la ACLU ahora ha presentado una moción para intervenir en la demanda, alegando que el estado de California no puede representar adecuadamente sus intereses contra WoLF, y que deben unirse para defender la SB-132.
En la moción, presentada el 9 de mayo en el Tribunal de Distrito de Fresno, la ACLU no solo rechaza los detalles en la demanda de WoLF, sino que también hace algunas afirmaciones audaces, incluida la de que los “hombres” y las “mujeres” no existen.
“Los interventores propuestos niegan que los ‘hombres como categoría’ se definan y se diferencien de ‘las mujeres como categoría’ por su ‘anatomía, genitales, características físicas y fisiología'”, escribe la ACLU, y continúa afirmando que “niegan la alegación” de que hay características anatómicas, genitales y físicas que diferencian a los hombres de las mujeres.
La ACLU también afirma que los seres humanos no son sexualmente dimórficos, y que no hay sistemas reproductivos, hormonas o cromosomas que resulten en diferencias entre hombres y mujeres.
En declaraciones a Reduxx, la directora legal de WoLF, Lauren Adams, se mostró entre confundida y divertida ante las afirmaciones de la ACLU. Pero en lugar de verlas como un obstáculo, Adams dice que son una oportunidad que promete ser positiva para la posición de WoLF.
“La ACLU está diciendo que el estado de California no va a representar adecuadamente su posición porque algunos funcionarios no están de acuerdo con las normas … a eso, yo diría: ¡pues claro! Una vez que la gente descubra cuál son esas normas, la mayoría no las va a apoyar”, dice, y continúa: “Es probable que los funcionarios reconozcan que no pueden mantener a las mujeres seguras si implementan con éxito dichas normas”.
Adams dice que la intervención de la ACLU puede ser el resultado de su preocupación de que el estado pueda estar más inclinado a proteger a las mujeres encarceladas que a los hombres que se identifican como trans.
“Creo que incluso el hecho de que el estado diga que se preocupa por la seguridad de las mujeres es una amenaza para la ACLU. Se unieron para asegurarse de que hubiera al menos una parte a la que no le importaran las mujeres en absoluto”.
Adams dice que la ACLU, para transferir a hombres a instituciones de mujeres, a menudo usa el argumento de un supuesto riesgo de victimización cuando están en una institución de hombres, algo que Adams cree que abre la puerta al argumento de que también tienen un mayor riesgo de ser ellos los que victiman.
“Si estás diciendo que este grupo tiene un riesgo de victimización, podemos decir que el grupo también tiene un riesgo de victimar. Un tercio de las denuncias probadas por violación en prisión incluyen a una víctima que fue delincuente sexual. Ese es, de hecho, el mayor factor de riesgo de ser víctima de violación en prisión en cárceles masculinas”.
Adams señala que, a pesar de la amplia evidencia de lo contrario, la ACLU niega que los delincuentes sexuales estuvieran desproporcionadamente representados entre los reclusos varones identificados como trans, una afirmación que es fácil de desacreditar.
“Un tercio de las solicitudes de traslado de hombres a prisiones de mujeres son de reclusos condenados por un delito sexual”, dice Adams, señalando que las cifras son igualmente claras en el sistema penitenciario federal, donde el 48% de los reclusos varones identificados como trans fueron encarcelados por un delito sexual.
“En última instancia, lo que estamos viendo es una negación completa de la realidad”, dice Adams, “La ACLU y todo el mundo en este planeta sabe lo que son los hombres y las mujeres, y lo que los hace diferentes. La negación de este hecho para validar las identidades de delincuentes masculinos es vergonzosa”.
Se espera que WoLF presente su respuesta a la intervención de la ACLU antes del 31 de mayo.
Traducción cortesía de Salagre.
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