La Unión Canadiense de Powerlifting suspende seis meses a un travesti por amenazar a mujeres que habían criticado su participación en deportes femeninos

La Unión Canadiense de Powerlifting (CPU) ha suspendido seis meses a Anne Andres, un hombre que se dice trans que compite en powerlifting femenino, por proferir amenazas y participar en una campaña de acoso contra varias mujeres y funcionarios deportivos.

La suspensión de seis meses de Andres fue recomendada por ITP Sports, un mediador llamado por la CPU cuando Andres empezó a atacar a varias mujeres, así como a la Unión de Powerlifting de Alberta (APU) y a la CPU misma, con insultos, amenazas de muerte y acoso. En su resolución disciplinaria, tomada a partir de las decisiones de un panel, la CPU consideró que las palabras de Andres eran “dañinas, despectivas, insultantes y en general, negativas”.

En su respuesta a la queja original que dio lugar a su suspensión, Andres simplemente dijo: “Que le den por culo a la APU”. Señalaron que Andres demostró “falta de remordimiento” a pesar de haber eliminado varias de sus publicaciones de acoso de sus cuentas de redes sociales.

La conducta de Andres incluía amenazar con suicidarse si la APU se negaba a acceder a sus demandas, mentir sobre haber sido expulsado de la categoría deportiva femenina e intimidar y acosar a la junta ejecutiva de la APU.


La miembro anónima de la CPU que presentó una queja contra Andres dijo que le parecía que había sido racista y la había hecho sentir incómoda tras compararse con las mujeres negras, históricamente obligadas a beber de fuentes de agua potable separadas de las de las mujeres blancas. La propia denunciante es una mujer negra. Andres también acusó falsamente a la CPU, la APU, la Federación Internacional de Powerlifting (IPF) y a funcionarios deportivos de querer acceder a su historial médico y también, extrañamente, de “mirar los genitales de menores”.

En una publicación en Internet en la que se refería tanto a la levantadora de pesas April Hutchinson como a la primera ministra de Alberta, Danielle Smith, que este año presentó una ley para proteger las categorías deportivas femeninas de los hombres que se dicen trans, Andres escribió:

“Ese puto ser humano terrible de Ontario se lucra del odio… esa zorra santurrona… va y habla de cómo una jugadora de baloncesto trans está perjudicando a las mujeres al jugar… Me pones puto enferma y promueves este tipo de cosas. No hay un infierno, pero en momentos como este desearía que lo hubiera para que tú y Smith pasarais la eternidad sufriendo… Que tu generación muera dolorosamente y deje a la juventud heredar un mundo mejor”.

En otra publicación de Instagram, Andres dijo que le “deseaba la muerte” a Hutchinson.

Pero a pesar de que solo le dio a Andres una suspensión de 6 meses por sus amenazas, la CPU ya había suspendido a Hutchinson por dos años por llamar a Andrés “varón” y abogar por los deportes exclusivos para mujeres (artículo en español). Tras un recurso judicial, se le redujo a Hutchinson la suspensión a un año.

En declaraciones a ReduxxHutchinson explicó que había llamado a la policía de Calgary después de escuchar a Andres amenazarla de muerte en videos publicados en Internet. Dijo que la policía de Calgary acudió al domicilio de Andres y habló con él, pero que no se había hecho nada más con respecto a su denuncia.

Si Andres desea regresar y competir contra mujeres después de su suspensión de 180 días, primero tendrá que completar el curso de formación “True Sport Clean” del Centro Canadiense para la Ética en el Deporte, así como el curso “Entrenamiento Deportivo Seguro Libre de Abusos”.

La Dra. Linda Blade, entrenadora de rendimiento deportivo y escritora canadiense, dijo que la suspensión de Andres no era adecuada. “El doble rasero es impresionante: a la mujer le cae un año por un desacuerdo educado; al hombre le caen sólo seis meses por comentarios tóxicos y abusivos”, dijo Blade, cuyo libro “Unsporting” ya está a la venta, a Reduxx.

Hutchinson está igualmente indignada por el metafórico tirón de orejas a Andres.

“Las federaciones, el gobierno y la sociedad en su conjunto se preocupan más por los sentimientos heridos y la salud mental de un hombre que por la seguridad de las mujeres y el juego limpio en el deporte. Comencé esta lucha por la equidad no solo para mí, sino para el futuro de todos los deportes de mujeres y niñas”, dijo, pero agregó que no se deja amilanar en su misión de proteger el deporte femenino y regresar al powerlifting de élite.

“Tengo dos sobrinas preciosas que merecen deportes justos y seguros cuando crezcan. Nunca deberían haberme suspendido por luchar por la justicia y hablar de hechos biológicos, pero lo volvería a hacer. La buena noticia es que al final conseguí que se cambiara la política de powerlifting a nivel nacional e internacional. Si puedo insistir en algo, es que las mujeres hablen y hagan oír sus voces, así es como ocurren los cambios. Estoy deseando volver a competir en los Nacionales de 2025”.

El activismo de Hutchinson consiguió cambiar las reglas de la Federación Internacional de Powerlifting que obligan a los hombres que se dicen trans a someterse a requisitos de control, como la testosterona y otros. La IPF establece la política para la CPU, que también se vio obligada a cambiar su política como resultado.


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Amy Hamm

Amy is a contributor at Reduxx hailing from British Columbia, Canada. Amy juggles being a mom, writer, and healthcare professional while also being one of the nation's most visible advocates for free speech and women’s sex based rights.

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