Necrófilo violento transferido a una cárcel de mujeres en Canadá

Un hombre transidentificado, que actualmente cumple cadena perpetua por el asesinato y la violación post mortem de una mujer en 1995, ha sido trasladado a un centro penitenciario femenino en Ontario, Canadá.

El 22 de abril, la Junta de Libertad Condicional de Canadá emitió una resolución en el caso de Catherine Lynn, un hombre transidentificado encarcelado por el asesinato de una mujer en su apartamento en 1995. Lynn agredió físicamente a la víctima, la degolló y violó su cadáver. Lynn, cuyo nombre de nacimiento aún está siendo verificando, había solicitado la libertad condicional, que le fue rechazada con el argumento de que seguía siendo un “riesgo excesivo” para la sociedad.

En aquel momento, la resolución señaló que Lynn había solicitado la transferencia de su cárcel actual, pero había borrado el tipo de cárcel a la que estaba tratando de ser trasladado, aparentemente en un intento de ocultar el hecho de que Lynn se decía transgénero y estaba en una prisión masculina.

Pero, según Heather Mason, una ex reclusa convertida en defensora de los derechos de las mujeres, una reclusa de Grand Valley Institution for Women, una cárcel de mujeres, ha confirmado que Lynn está ahora en ese centro penitenciario, pocos meses después de que la Junta de Libertad Condicional supiera de su deseo de ser transferido.

El 13 de septiembre, Mason anunció en su cuenta de Twitter que había recibido documentos de la Junta de Libertad Condicional que confirmaban lo que su fuente en la Institución había denunciado. Mason, activista por los derechos de las mujeres encarceladas en Canadá, proporcionó esos documentos a Reduxx para su análisis.

En su resolución, la Junta de Libertad Condicional de Canadá señaló que Lynn, ahora de 68 años, había mentido desde un principio a la policía sobre el crimen que cometió tras ser arrestado en septiembre de 1995.

“Al principio dijo haber encontrado a la víctima muerta en su apartamento, sin embargo, luego admitió a la policía que la había matado”. Lynn finalmente admitiría haber cometido el horrible asesinato, y se declararía culpable de asesinato en segundo grado.

Al negarle la libertad condicional, la Junta también menciona los incidentes anteriores de violencia de Lynn, que incluían una condena en 1974 por asalto y daños corporales y la agresión en 1993 a una mujer prostituida, aunque esos cargos fueron retirados. La resolución señala específicamente el tamaño y la fuerza de Lynn, así como su historial de violencia contra las mujeres. Ahora mismo se desconoce cuándo Lynn comenzó a identificarse como transgénero.

Antes del asesinato de 1995, Lynn había pasado “varios años” en centros psiquiátricos.

Aunque algunas partes del documento están censuradas, Mason consiguió aclararlas mediante las conversaciones que ha tenido con las reclusas de Grand Valley. Según Mason, las mujeres encarceladas le dijeron que Lynn había estado tratando de aprender cómo las mujeres “caminaban, hablaban y actuaban” como parte de su plan de transición. También se le ha dado el visto bueno para la cirugía de “afirmación de género”.

La resolución también señala que Lynn tiene un extenso historial de comportamiento problemático en la cárcel, y que su expediente está “empañado por una serie de incidentes relacionados con el comportamiento sexual inapropiado hacia otros, su mala solución de conflictos y su vestimenta inapropiada”.

Los reclusos varones que se identifican como “mujeres” en Canadá pueden solicitar el traslado a instalaciones para mujeres desde 2017, cuando se aprobó el proyecto de ley C-16. El proyecto de ley incorpora la identidad y la expresión de género como características protegidas por las que no se puede discriminar a una persona.

Si bien los Servicios Penitenciarios de Canadá han intentado previamente mantener a los delincuentes masculinos de muy alto riesgo fuera de las instituciones de mujeres bajo el pretexto de ser inadecuados para evitar la fuga, un precedente establecido en 2019 en el caso Boulachanis contra Canadá, volvió inválida esa salvedad.

Jamie (nacido John) Boulachanis fue acusado del asesinato de Robert Tanguay en 2016. Boulachanis, que estaba metido en el crimen organizado, mató a Tanguay porque su paranoia le decía que era un informante de la policía, y escondió su cuerpo en un pozo de arena durante casi 2 décadas. Boulachanis logró escapar de la custodia varias veces durante su juicio, por lo que se consideró un riesgo de fuga demasiado difícil de manejar para las instituciones de mujeres de menor seguridad. Boulachanis demandó al gobierno canadiense por el traslado después de haberse declarado transgénero en 2018, y finalmente un tribunal se lo concedió bajo la base de la discriminación de género en 2020.

Si bien ese fallo fue revocado inicialmente por el Tribunal Federal de Apelaciones, Boulachanis finalmente se sometió a una cirugía de “afirmación de género” financiada por los contribuyentes y fue transferido formalmente a un centro penitenciario para mujeres en 2021.

Desde entonces, ha habido múltiples casos de delincuentes masculinos violentos que solicitan el trasladado o que ya han sido trasladados a cárceles de mujeres.

El año pasado, Yostin Murillo, de 25 años, fue sentenciado a cadena perpetua por el violento asesinato y violación de la enfermera de Toronto, Rhoderie Estrada.

En 2018, Murillo, junto con su cómplice David Beak, irrumpieron en la casa de Estrada en East York, Ontario, con la intención de desvalijarla. Estrada fue violada mientras sus tres hijas pequeñas dormían a pocos metros de distancia.

Como continuaba resistiéndose, los dos depredadores la golpearon en la cabeza varias veces con una barra de metal, propinándole al menos ocho golpes y dejándole la cara “irreconocible” hasta para su marido, que llegó a casa del trabajo más tarde.’

Víctima Rhoderie Estrada y Yostin Murillo.

Aparentemente, el esposo de Estrada había intentado limpiar la sangre de la boca de su esposa moribunda para realizar RCP en un último esfuerzo por mantenerla con vida hasta que llegara la ambulancia, pero, según el testimonio del tribunal, “se le caían los dientes”.

Murillo fue arrestado todavía en posesión del iPhone de Estrada, que aún estaba manchado con su sangre.

A pesar de que Murillo tiene un largo historial de violencia contra las mujeres, incluida la agresión a otra mujer con una barra de metal en otra ocasión, fue trasladado a una cárcel de mujeres durante su juicio. Es destacable que Murillo pidiese que se le ocultara al tribunal su supuesta “identidad de género” y que solo se usara para conseguir acceder a una cárcel de mujeres.

La ubicación actual de Murillo no está verificada, pero había habido conversaciones y debates después de su juicio en torno a la posibilidad de que intentara ser transferido a un centro penitenciario para mujeres.

A finales de agosto, Reduxx informó que un delincuente sexual masculino violento había comenzado a identificarse como transgénero y, como resultado, había pedido una sentencia más leve.

Jody Burke, que ha sido condenado por agresión sexual en tres ocasiones distintas, ha declarado que sus acciones violentas pasadas fueron provocadas por una “crisis de sexualidad” y “disforia de género”.

En declaraciones a Reduxx sobre el caso de Burke, Heather Mason predijo que solicitaría la transferencia a un centro penitenciario para mujeres.

“Creo que intentará obtener acceso a una prisión de mujeres”, especuló Mason. “Si se le niega, iniciará una demanda de Derechos Humanos que le permitirá recibir dinero porque los Servicios Penitenciarios de Canadá han discriminado su identidad de género”.


Reduxx es una nueva plataforma en pro de los derechos de la mujer y de los menores de edad con noticias y artículos. Somos 100% independientes! Colabora con nuestro proyecto uniéndote a nuestro Patreon

Jennifer Sieland

Jennifer is a founding member of the Reduxx team, writing with a focus on crimes against women and sex-based rights advocacy. She is located in the American south where she is a passionate animal welfare advocate and avid coffee drinker.

Jennifer Sieland
Jennifer Sieland
Jennifer is a founding member of the Reduxx team, writing with a focus on crimes against women and sex-based rights advocacy. She is located in the American south where she is a passionate animal welfare advocate and avid coffee drinker.
READ MORE