AVISO DE CONTENIDO: Este artículo contiene referencias gráficas al abuso sexual infantil y la violencia doméstica que algunos pueden encontrar perturbadores. Se agradece tener en cuenta.
Una mujer ha denunciado los terribles abusos sufridos a manos de su ex pareja, un hombre que se dice trans, y acusa a la policía y la fiscalía de negarse a hacer nada sobre los abusos pedófilos debido a su identidad de género. Maya, cuyo nombre y lugar de residencia en el Reino Unido se mantienen en secreto para su protección, afirma que le dijeron que tendría que referirse a su agresor con pronombres femeninos en el tribunal si era llamada a testificar contra él, acusado de cargos de abuso sexual contra su propia hija.
Maya dice que conoció a Phil Bush, de 45 años y padre de dos hijas, en 2009 cuando tenía sólo 16 años.
“Era el padre de mi amiga”, dice. “Y la casa de mi amiga era una especie de escape para mí. Al principio era muy amable conmigo”.
La relación, dice Maya, empezó como grooming. Cuenta que Bush comenzó a hacerle insinuaciones sexuales cada vez que estaba en su casa, algo que al principio la hacía sentir “especial” y que se preocupaba por ella.
“Una vez, mi amiga y yo íbamos a salir, e hizo un par de comentarios sobre mi figura. La siguiente vez que estuve allí me rozó el culo con la mano, otra vez un pecho”.
Pero las cosas no tardaron en emperoran una vez que ella se mudó a su casa.
“Estaba pasando un momento terrible en mi propia casa, y él me dijo que podía quedarme con él y su hija mayor, que vivía con él. Al principio fui allí un fin de semana, pero eso se convirtió en dos semanas, y finalmente me acabé mudando”, dice Maya. “Le dijo a su hija que estábamos juntos. Le dijo a mi trabajadora social que estábamos juntos. Y yo estaba atrapada. No podía volver a casa y no tenía a dónde ir”.
Maya alega que Bush comenzó a abusar sexualmente de ella mientras estaba bajo su cuidado no oficial. Se enteró de que la ex mujer de Bush lo había denunciado a la policía por abusos sexuales, pero nunca se había hecho nada y a Bush se le permitió conservar la custodia de sus dos hijas.
A lo largo de los años, dice Maya, sufrió abusos y traumas enormes. Pero sin apoyo social ni recursos económicos, sintió que no tenía a dónde ir.
En declaraciones a Reduxx, Maya relata un incidente en el que Bush la violó delante de su propia hija de 15 años antes de centrar su atención en la otra niña.
“Una vez, su hija y yo habíamos preparado el suelo con colchones, almohadas, mantas y bocadillos. Pensé que era genial que tuvieran Sky TV”, dice. “Entró, se acostó detrás y se metió dentro de mí. Me violó. Mientras yo estaba tumbada junto a su hija. Luego se puso en el medio y nos agredió sexualmente a las dos”.
En 2012, Maya se quedó embarazada de Bush y dio a luz a una niña.
“Estaba asustada, pero también emocionada. Creo que esperaba que dejara de abusar de mí”, dice Maya. Pero poco después de nacer su hija, Bush comenzó a tratar de “criar” a la niña de maneras cada vez más preocupantes. La madre primeriza, de tan solo 19 años, se empezó a dar cuenta de que necesitaba escapar.
“Fui a casa, recogí a mi hija y nos fuimos con lo puesto, 7 libras (8 euros) en el banco y mi teléfono”.
En septiembre de 2015, Maya llevó a su hija a un refugio de violencia doméstica y denunció a Bush a la policía por los abusos que había sufrido. Fue detenido y puesto en libertad bajo fianza, pero a ella le pareció que la policía la estaba disuadiendo activamente de seguir adelante con el caso.
“Me sentí como si fuera yo la sospechosa en los interrogatorios, y luego seguían diciendo que si iba a juicio, tardaría dos años. No podía con el estrés y la ansiedad”, dice. “Al cabo de una semana o dos, me mandó un mensaje diciendo que si retiraba la denuncia, me dejaba a mi hija. Que no lucharía por la custodia. Si no, iría a por la custodia completa”.
Maltratada por la policía y asustada por las amenazas de Bush, Maya se echó atrás. Ella y su hija pasaron el año siguiente entre alojamientos temporales y refugios mientras se mantenía alejada de él.
En abril de 2016, pocos meses después de huir, la hija de Maya, que entonces tenía solo 3 años, comenzó a articular que le había sucedido algo horrrible.
“Tenía un lenguaje limitado. Mientras intentaba aprender a usar el orinal, y ponía a su muñeca en el mini orinal, dijo que su padre le había hecho daño. [Ella] señaló las partes íntimas de la muñeca y dijo ‘aquí'”.
Maya alega que la niña había visto a Bush abusar de ella y agredirla sexualmente, y también señaló que su hija había desarrollado una angustia acerca de los baños después de que él intentara “enseñarla a ir al baño”.
“Tenía gran aversión a aprender a ir al baño y comenzó a orinar en ollas, bandejas e incluso paquetes de patatas fritas”.
Se notificó a los Servicios de Menores y se llevó a cabo una investigación, pero el resultado fue decepcionante.
“Determinaron que no alcanzaba el umbral para una investigación debido a su edad, su nivel de comunicación y el tiempo transcurrido desde que ocurrieron los delitos”, explica Maya. “Me habían remitido a varias redes de apoyo a menores con trauma por abuso sexual, y comencé a trabajar con ellos con la ayuda de un visitador médico de la comunidad”.
La hija de Maya recibe actualmente terapia de estabilización del trauma por problemas complejos de desarrollo que cree que están relacionados con su abuso.
“Él la ha marcado de por vida, mentalmente. Tiene serios problemas de salud mental debido a él. No puede asistir a la escuela debido a la ansiedad”, dice Maya.
En 2019, Bush descubrió dónde vivían Maya y su hija, lo que hizo que las dos huyeran a refugios por miedo. Fue por aquel entonces que Maya se enteró de que Bush había hecho “la transición”.
“Me envió un correo electrónico de la nada actuando como si fuera mi mejor amigo”, dice Maya. “Fue extraño. Me reí. Me enfurecía tanto que hubiera agredido sexualmente a niñas y mujeres, pero que ahora pudiera ponerse su vestido y maquillaje y afirmar ser una mujer”.
Maya proporcionó a Reduxx una copia del correo electrónico que Bush le había enviado en el que revelaba su “transición”.
“Estoy iniciando el camino de cambio a mujer, la mujer que he sabido toda mi vida que debería haber sido”, escribió Bush, y agregó que lo habían remitido a la Clínica de Identidad de Género.
“Amo a las mujeres y continuaré amando a las mujeres una vez que haya hecho la transición completa … entonces seré gay, ya que seré lesbiana”, continuó en un correo electrónico lleno de cómicos emojis. “¡Pero ahora puedo vestirme con cosas bonitas, dejar que se vean mis sentimientos y todas esas cosas! El maquillaje de momento es un poco impredecible. Tendré que cambiar mi nombre en todo en un futuro próximo, pero aún no he encontrado uno que me guste”.
La noticia de la nueva identidad de género de Bush coincidió con una denuncia policial presentada contra él por su hija mayor por los abusos sexuales que había sufrido a lo largo de su vida.
En aquel momento, se le pidió a Maya que testificara a favor de la víctima, pero, inquietantemente, se le dijo que tendría que afirmar la nueva identidad de Bush si el caso llegaba a los tribunales.
“Me dijeron que si llegaba a los tribunales, tendría que dirigirme a él como ‘ella’ y podría ser que me encerraran si me negaba”, dice Maya. “¿Cómo diablos te sientas ante un tribunal y dices ‘me violó con su pene femenino?’ Es mentir”.
Pero a pesar de contar con múltiples testimonios de testigos y pruebas adicionales, la Fiscalía de la Corona abandonó abruptamente el caso. Maya cree que la nueva identidad de género de Bush puede haber influido.
“Había muchas pruebas contra él. El agente de policía estaba seguro de que llegaría a los tribunales”, dijo. “Realmente creo que no querían llevarlo más lejos porque es trans”.
Maya acudió a Reduxx tras perder la esperanza en el sistema de justicia penal.
“No creo que ni yo, ni ninguna de sus otras víctimas, consigamos nunca justicia. Lo he intentado. Otras lo han intentado, y nada. La policía no tiene ningún interés”, explica. “Me parece tan injusto que los efectos de sus crímenes perduren en sus víctimas para el resto de nuestras vidas. Sin embargo, él puede ir por ahí fingiendo que nunca ha hecho nada. Y la gente no lo sabrá”.
Inquietantemente, Maya dice que Bush se “absolvió” a sí mismo de su comportamiento pasado al diferir a su nuevo personaje femenino.
“Una vez, traté de decirle cómo me habían afectado sus abusos. Me contestó: ‘Phil está muerto, yo soy Jean'”, cuenta Maya. “Así que cree que puede ponerse un vestido y se le absuelve todo lo que hizo. Simplemente no entiendo cómo alguien puede salirse con la suya durante tanto tiempo sin que pase nada. ¿Cuántos hombres más hay como él por ahí?”
Aunque teme represalias de Bush, Maya dice que su deseo de informar a otros sobre su experiencia pesa más que su preocupación.
“Quiero que la gente lo sepa. Quiero que sepan que el sistema judicial no protege a los menores. Quiero que sepan lo que ha hecho. Quiero que la gente se dé cuenta de que esta es la verdad. Perdí a mi familia y a mis amigos por su culpa, tuve que dejar atrás mi antigua vida mientras él se creaba una nueva”, dice.
“Y sinceramente, no hay nada que pueda hacerme que sea peor que lo que ya ha hecho. He pasado 8 años protegiéndonos, y seguiré adelante. Iré hasta el fin del mundo para mantenernos a salvo”.
En declaraciones a Reduxx, Tracy Shannon, defensora de la protección de las mujeres y de las familias con sede en Texas, calificó la situación de Maya como “desgarradora”, pero añade que no es infrecuente.
“He estado en contacto con unas doscientas mujeres a lo largo de los años cuyos maridos se travestían o hicieron “la transición”. El maltrato doméstico no es raro en estas situaciones, ya que estos hombres suelen ser muy narcisistas y controladores y a menudo están resentidos con sus mujeres por interponerse en el camino de su máxima fantasía, que es ser como ellas o, peor aún, ser ellas “, dice Shannon.
Shannon es una viuda trans, una etiqueta que adoptan las mujeres cuyos maridos o parejas masculinas hicieron “la transición”. Lleva años involucrada en la defensa de las viudas trans, incluso antes de que existiera un nombre para este fenómeno, y dirige una organización pro-familia desde hace 4 años.
“Es increíblemente difícil para una mujer enfrentarse a su agresor. Es mucho más difícil cuando el Estado, en su empeño por dar prioridad a los sentimientos de los fetichistas sexuales por encima del derecho básico de conciencia, insiste en el uso de pronombres que se alinean con la nueva ‘mujer’ ordenada por el Estado”, explica Shannon, refiriéndose a la afirmación de Maya de que le dijeron que tendría que usar pronombres femeninos para referirse a su agresor.
“Desde la perspectiva de una viuda trans, este caso ilustra el sesgo sistémico que prioriza los sentimientos de los hombres con fetiches sexuales sobre los derechos de todos los demás. En este caso, se está violando el derecho de conciencia de una mujer, ya que el tribunal exigiría a la testigo que se dirigiera al hombre con el que mantuvo una relación y tuvo una hija como si fuera una mujer”.
Shannon continúa diciendo que cree que es “el colmo de la psicopatía” que un hombre se sienta absuelto de las faltas cometidas en el pasado debido a su nueva identidad de género, pero que habla de un problema más amplio con la autoidentificación.
“No creo que ningún hombre deba cambiar su identidad, pero debería ser de sentido común que no redunda en el beneficio de las mujeres ni del público en general que un hombre acusado de abuso doméstico pueda identificarse como mujer, lo que le dará un mayor acceso a los espacios reservados a las mujeres”, dice.
“Mientras los gobiernos permitan a los hombres identificarse legalmente como mujeres, todos los derechos están en peligro y la seguridad de las mujeres también. Un hombre con un historial de abusos no se vuelve menos abusivo por ponerse un vestido y tomar un cóctel de hormonas”.
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