Un hombre que se dice trans de Portugal ha sido condenado a 25 años de prisión por el brutal asesinato de su padre y el intento de asesinato de su madre en lo que se describió en el tribunal como un episodio “psicótico”.
Tânia Ferrinho, de 43 años, apuñaló violentamente a su madre confinada en cama antes de atacar a su padre en un horrible incidente que ocurrió el otoño pasado en Samora Correia. El tribunal escuchó que los ancianos padres de Ferrinho, Carlos y María, ambos de 77 años, habían sufrido numerosos episodios de violencia a manos de su hijo, y ya habían obtenido una orden judicial que le prohibía acercarse a ellos antes de los apuñalamientos.
El 10 de octubre de 2022, Ferrinho tuvo una discusión sobre dinero con sus padres. Según los informes, Ferrinho nunca había trabajado ni tenido un empleo estable y vivía en casa de los recursos de sus padres ancianos. El día del crimen, había exigido una paga que sus padres se negaron a darle.
Poco después, la Guardia Nacional Republicana (GNR) visitó la casa de la familia para informar a Ferrinho de que se iba a abrir otra causa contra él por malos tratos a sus padres en el Tribunal de Benavente. Ferrinho ya estaba en libertad condicional por una doble condena de 2021 por agresión física con agravantes contra sus padres ancianos, informó Rede Regional.
Justo después de que las fuerzas del orden abandonaran el lugar, Ferrinho entró en la habitación de su madre, que estaba confinada en la cama debido a su mal estado de salud, y comenzó a atacarla con un cuchillo. Dejándola por muerta, comenzó a acuchillar repetidamente a su padre de 77 años, persiguiéndolo hasta el descansillo del edificio de apartamentos, donde el anciano cayó al suelo. Carlos Ferrinho falleció en diciembre a causa de las heridas, mientras era atendido en el Hospital Vila Franca de Xira.
Durante el juicio se presentó una grabación de la agresión de Ferrinho a su padre, tomada por un vecino que intervino. En la grabación, se podía escuchar a Carlos decir que Ferrinho había matado a su madre, lo que el tribunal entendió que indicaba que había atacado primero a Cristina María, un hecho que hasta ahora no estaba claro.
Sin embargo, la madre de Ferrinho logró sobrevivir a sus heridas, pero murió en el hospital tres meses después a causa de una enfermedad.
Al comentar las imágenes de Ferrinho apuñalando a su padre, la presidenta del tribunal, Sónia Vicente, se mostró sorprendida, tanto por la brutalidad como por la falta de remordimiento de Ferrinho.
“No vi ninguna preocupación de su parte por lo que estaba pasando allí”, dijo Vicente, que agregó que estaba “impresionada” por el nivel de crueldad exhibido.
“Su padre ya estaba sangrando muy profusamente y no vi ninguna preocupación de su parte por lo que estaba pasando, ninguna”, dijo el juez Vicente.
“El acusado sabía bien que podía causar la muerte, propósito que logró”, señala la sentencia, en la que se dijo al tribunal que Ferrinho, a quien se refirieron con pronombres femeninos, “sabía lo que estaba haciendo e hizo casi exactamente lo que quería”.
Durante el juicio, la abogada de Ferrinho, Maria João Alves, intentó presentar las agresiones como un “episodio psicótico”, alegación que fue rechazada por el tribunal.
La identidad de género de Ferrinho también salió a relucir durante el juicio. Alves, en su defensa, argumentó que el asesinato se produjo después de una serie de acontecimientos traumáticos, entre ellos su “cambio de género”.
Ana Gomes, del Ministerio Público, se esforzó en racionalizar el asesinato como resultado del “conflicto interno” que presenta la identidad transgénero de Ferrinho. Gomes afirmó que hay “sensibilidad para entender el conflicto interno de alguien que, desde pequeño, no se identifica con el género con el que nació”.
Sin embargo, Gomes agregó además que “no mostró ningún remordimiento” por el crimen, y pidió una sentencia que tuviera en cuenta la gravedad del delito.
Se dice que el origen del conflicto entre Ferrinho y sus padres giraba en torno a sus intervenciones de cambio de sexo, que ellos desaprobaban. Ferrinho comenzó a identificarse como transgénero en 2020, cuando cambió legalmente su nombre a Tânia.
Otra fuente importante de tensión estaba relaciona con las finanzas. El Ministerio Público dijo al tribunal que la relación era tensa debido a la “apatía del acusado” para encontrar un trabajo mientras usaba los ingresos de sus padres para “compras en línea”.
El caso de Ferrinho se dio a conocer por primera vez al gran público después de que los medios de comunicación informaran que las funcionarias de prisiones se habían negado a realizarle cacheos al desnudo durante su detención en una cárcel de mujeres. A pesar de conservar su órgano sexual masculino, Ferrinho exigió ser registrado por guardias mujeres en el Establecimiento Penitenciario de Tires.
Las mujeres empleadas en la cárcel se negaron, porque “el procedimiento implicaba biológicamente ver a una persona de distinto sexo y ver un pene”, dijo el presidente de la Asociación de Jefes del Cuerpo de Guardia Penitenciaria, Hermínio Barradas.
Al cabo de una hora, dos mujeres guardias finalmente llevaron a cabo el cacheo “bajo protesta”.
Portugal aprobó una ley que permite la autoidentificación de sexo en 2018, pero se dice que el caso de Ferrinho es el primer caso conocido de un enfrentamiento entre el personal penitenciario femenino y un recluso violento que se dice trans. Los informes sobre incidente señalan que las guardias “temen la llegada de nuevos reclusos transgénero”.
Los informes sobre la condena de Ferrinho se refieren a él como “mujer trans” o, en algunos casos, simplemente como “mujer”, y utilizan el tiempo verbal y los pronombres femeninos. Aún no se ha informado si Ferrinho será encarcelado en un centro penitenciario para mujeres, pero se le vio siendo escoltado por mujeres guardias a la salida del juzgado después de su sentencia.
El tribunal condenó a Ferrinho a 22 años de prisión por el asesinato de su padre y a 11 años y seis meses por el intento de asesinato de su madre. Pero como la suma de las dos sentencias de prisión excedía la pena máxima de prisión permitida en Portugal, Ferrinho recibió una única pena de 25 años de prisión.
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