Un hombre que se dice trans de Newcastle, Inglaterra, ha sido declarado culpable de una campaña de acoso y abuso contra su vecina. El Tribunal de la Corona de Newcastle se refirió a Andrew Fleming, que se hace llamar Susan Hope, con pronombres femeninos.
Según ChronicleLive, el acoso comenzó después de que su vecina, que lleva viviendo en el edificio con su esposo más de 30 años, le dejara a Fleming cargar su teléfono cuando se quedó sin electricidad tras mudarse el pasado mes de febrero.
A pesar de los esfuerzos de la mujer por ser una buena vecina con el nuevo inquilino, la fiscal Rachel Glover dijo al tribunal que Fleming comenzó a atormentarla con regularidad, exigiéndole cada vez más y más favores.
“El acusado empezó a llamar a su puerta a todas horas, pidiendo que le cargaran el teléfono y que se hicieran llamadas telefónicas en su nombre. (La mujer) dijo que intentó ser una buena vecina, pero que acabó siendo demasiado, y comenzó a decir que no y le pidió que dejara de llamar a su puerta”.
En respuesta, Glover explicó que Fleming, que tiene autismo y trastorno bipolar, se volvió combativo y la amenazó, diciendo: “Me acordaré de esto”.
Andrew Fleming, a man who, for months, harassed and threatened his female neighbour, has been jailed. Newcastle Crown Court, which he failed to attend, was told he is now called Susan Hope, and even the prosecution referred to him as a womanhttps://t.co/GYe5RoV0cl
— ripx4nutmeg (@ripx4nutmeg) March 13, 2024
Aunque Fleming, de 51 años, no estuvo en su casa de febrero a junio de 2023, al parecer comenzó a acosar a su vecina poco después de su regreso. De junio a agosto, Fleming atormentó a sus vecinos, a veces gritándoles a la puerta durante horas. En varias ocasiones, diciendo que se le había cerrado la puerta y no podía entrar en su casa, golpeó violentamente la puerta de sus vecinos, exigiendo su ayuda.
El 29 de junio, cuando volvían de un restaurante, la mujer se horrorizó al ver que Fleming la había estado acechando y que estaba “de pie al otro lado de la calle, mirándola fijamente”, lo que, según Glover informó al tribunal, le pareció extremadamente intimidatorio hasta el punto de que “estaba aterrorizada y regresó a casa temblando”.
Varios días más tarde, después de ser increpada durante horas una mañana, la mujer se dirigió a su coche para irse, pero Fleming continuó gritándole amenazas, incluso que quería matarla y “partirle la cara a puñetazos”.
“Podía ver al acusado de pie junto a la ventana de su casa con la ventana abierta, gritándole. (La víctima) estaba asustada, llorando y temblando, y su marido llamó a la policía”, explicó la fiscalía.
“Está absolutamente aterrorizada por el acusado. Le causa angustia todo el tiempo. Está aterrorizada por lo que elle es capaz de hacer”, explicó Glover, usando pronombres de género neutro para referirse a Fleming. “La asusta. Ha vivido allí más de 30 años sin problemas, pero ya no se siente segura y ya no quiere seguir viviendo allí”.
Refiriéndose al marido de la víctima, Glover agregó: “Le ha hecho sentir ansiedad en su propia casa. Está preocupado por su mujer debido a las amenazas que ha recibido. Ha cogido días libres del trabajo. A su mujer no le gusta estar sola en casa y él está constantemente preocupado por lo que pueda pasar”.
Fleming fue detenido y llevado a comisaría donde, a pesar de agredir a un agente de policía, fue puesto en libertad bajo fianza “con la condición de no ponerse en contacto con las víctimas”.
Fleming, incumpliendo las condiciones de su libertad bajo fianza, continuó acosando a sus vecinos, llamando incesantemente a su puerta y gritando amenazas verbales, hasta el punto de que las víctimas tuvieron que instalar un timbre con cámara de vídeo. En un intento por calmarla, el marido la llevaba a dar una vuelta en coche por la ciudad hasta que se sentía lo suficientemente cómoda como para regresar a casa.
La abogada de Fleming, Shada Mellor, dijo al tribunal que ya había estado detenido antes en virtud de la Ley de Salud Mental, que cubre la evaluación, el tratamiento y los derechos de las personas con un trastorno de salud mental, y que había cumplido 14 meses de prisión preventiva.
Aunque Fleming no acudió a la vista de su sentencia, fue condenado a poco más de nueve meses de prisión y se le “impuso una orden de alojamiento para que no se ponga en contacto con las víctimas” después de declararse culpable de acoso y agresión a un agente de policía.
A pesar de que los tribunales se refirieron a Fleming como mujer durante todo el proceso, en febrero del año pasado, el Reino Unido introdujo nuevas medidas que prohíben a los delincuentes con genitales masculinos que se dicen transgénero cumplir su condena en una prisión de mujeres.
“La seguridad tiene que ser lo primero en nuestras prisiones y esta nueva política establece un enfoque claro y de sentido común para el alojamiento de los presos transgénero”, explicó Dominic Raab, viceprimer ministro del Reino Unido. “Con estas medidas nuevas y sensatas, los delincuentes transgénero que hayan cometido delitos sexuales o violentos o que conserven sus genitales masculinos no cumplirán su condena en una prisión de mujeres, a menos que se apruebe explícitamente al más alto nivel”.
Reduxx es una nueva plataforma a favor de los derechos de las mujeres y de los menores con noticias y artículos. ¡Somos 100% independientes! Colabora con nuestro proyecto uniéndote a nuestro Patreon.