AVISO DE CONTENIDO: Este artículo contiene fotos que podrían considerarse no aptas para ver en el trabajo. Se agradece tener en cuenta.
Unos grandes almacenes británicos están siendo objeto de críticas tras poner a un fetichista del BDSM que se dice trans en el centro de una nueva campaña publicitaria que destaca la “diversidad” de sus empleados. Para conmemorar el Mes de la Historia LGBT+, John Lewis Partnership (JLP) sacó una exposición fotográfica llamada Identity Project, que pone de relieve al personal que se identifica como transgénero o queer. El contenido fue creado como parte de la revista interna de 32 páginas de JLP, Identity, que se distribuyó a los 80.000 empleados de la empresa.
Sin embargo, los detractores no tardaron en señalar en las redes sociales que algunos de los participantes en el proyecto fotográfico tenían antecedentes preocupantes, como un hombre que se dice trans que había estado subiendo fotos inquietantes de fetichismo bondage a sus cuentas de Flickr y Facebook.
Marc Geoffrey Albert Whitcombe, al que se hizo un perfil positivo en la campaña, lleva más de dos décadas trabajado para JLP en Waitrose Brighton. En febrero de 2021, Whitcombe cambió legalmente su nombre a “Ruby Geoffrey Michael Porcelain Whitcombe”, de acuerdo con su condición autodeclarada de transgénero.
Según la imagen producida en colaboración con el fotógrafo Chris Jepson para JLP, Whitcombe comenzó a identificarse como transgénero en 2015 “después de acceder a apoyo de salud mental”. En la foto, Whitcombe aparece con un atuendo fetichista, con una peluca y sosteniendo un látigo de varias colas.
“[Él] salió del armario ante amigos y familiares y comenzó la transición, presentándose cada vez más como mujer, y ahora se presenta como mujer a tiempo completo”, se lee en la revista, refiriéndose a Whitcombe con pronombres femeninos. “[Su] transición le dio una nueva confianza, y comenzó a actuar en concursos locales y micrófonos abiertos, culminando con la sincronización de labios para Graham Norton en la gran final de uno de los concursos de sincronización de labios más importantes de Europa y cantando en directo en el escenario de uno de los eventos del Orgullo trans más grandes de Europa”.
Antes de identificarse como transgénero, Whitcombe había actuado como drag queen en espectáculos de burlesque bajo el apodo de Tran-Tula. Una cuenta de Facebook utilizada para promocionar sus eventos se describe como “una página para mi alter ego pervertido y trans-drag”.
Bajo el seudónimo de Ruby Porcelain, Whitcombe ha subido cientos de imágenes suyas con ropa fetichista, bondage y lencería. Algunas fotos muestran a Whitcombe con vestidos, abriendo las piernas para enseñar ropa interior femenina, y otras muestran a Whitcombe con juguetes sexuales en la boca.
En una cuenta de Flickr ahora borrada, se puede ver a Whitcombe en una variedad de poses sexuales, sosteniendo esposas, vistiendo un uniforme de policía y blandiendo un látigo, o luciendo botas de PVC hasta los muslos.
Las imágenes pornográficas vistas por Reduxx que estaban guardadas en la carpeta de favoritos de Whitcombe muestran a otros travestis “sissy” con parafernalia bondage, atados y amordazados, o ataviados con trajes de silicona diseñados para parecer mujeres, parte de una subcultura fetichista conocida como enmascaramiento femenino.
Uno de los primeros grupos a los que se unió Whitcombe, según su perfil, es una comunidad fetichista de travestis donde los hombres comparten contenido similar, subtitulado con lenguaje pornográfico, como “Chupar pollas: la excitación suprema” y “¿Quién sale en público?”.
Una cuenta alternativa de Flickr administrada por Whitcombe interactúa con docenas de grupos dedicados a fotos de cementerios. Whitcombe usa esa cuenta para compartir cientos de sus propias imágenes de cementerios y lápidas como participante en una subcultura de tafofilia, que celebra un interés compulsivo en los rituales de la muerte. En una publicación de Facebook fechada en abril de 2020, Whitcombe afirma que frecuenta regularmente los cementerios para “hacer ejercicio”.
Tras la revelación de las inclinaciones sadomasoquistas de Whitcombe, el director ejecutivo de JLP, James Bailey, publicó un memorando interno del personal que fue filtrado por el ex abogado y activista James Esses.
“Es posible que hayáis visto la cobertura en la prensa y en las redes sociales de las últimas 24 horas tras la publicación de la revista Identity“, dice el memorando. “Tenemos la ambición de convertirnos en el empleador más inclusivo del Reino Unido, porque celebrar la diversidad nos convertirá en una empresa mejor. Eso significa crear un entorno en el que todos se sientan bienvenidos, independientemente de sus orígenes o creencias”.
La declaración continuaba ofreciendo apoyo de salud mental a cualquier persona que se hubiera visto “afectada” por la “cobertura”, sin mencionar el contenido fetichista y la pornografía que Whitcombe había compartido públicamente.
Breaking: Internal staff memo from Executive Director @JohnLewisRetail.
— James Esses (@JamesEsses) February 17, 2024
Far from acknowledging significant failures, they accuse us of “misrepresenting” them.
They state their “wellbeing team…are on hand to support Partners who have been affected by the coverage”.
Disgrace. pic.twitter.com/oGqnnloWNz
Otros empleados de JLP que aparecían en la campaña LGBT+ incluían a un asesor de guardería vestido con la parafernalia de bondage asociada a la llamada comunidad “pup” (“cachorro”) y furry, que incorpora un interés sexual en disfrazarse de animales. Además, hicieron una reseña del concejal liberal demócrata Sean Macleod, de Lewes y Eastbourne, a pesar de que fue criticado públicamente el año pasado por un post “misógino” en las redes sociales que decía: “Que les den por el culo a las TERFas”, un eufemismo para las mujeres que se oponen a las políticas de identidad de género.
En 2019, estalló la indignación pública cuando se descubrió que las tiendas minoristas de ropa de John Lewis habían adoptado una política de “género neutro” para sus probadores, que, como señalaron las detractoras, permitía a los hombres que declaraban una condición transgénero utilizar los probadores reservados a las mujeres.
En los días previos a la polémica más reciente, en la que John Lewis fue tendencia en la plataforma de redes sociales X durante dos días con llamamientos al boicot, Esses había criticado lo que llamó la “toma de control trans de John Lewis” y describió en detalle otros aspectos de la revista Identity de JLP.
“Este mes, JLP publicó una nueva revista interna, titulada ‘Identidad’. Fue una idea de la ‘red LGBTQIA+’ de JLP. Se distribuyó a cada uno de sus 80.000 miembros de la plantilla (conocidos como Socios). Alguien que trabaja para JLP me envió una copia de la revista, demasiado asustado para hablar por sí mismo”, escribió Esses en su Substack.
Entre los preocupantes contenidos ideológicos destacados por Esses se encontraba la promoción de fajas compresoras de pecho, o binders, para niñas, y la presión de los altos cargos sobre el personal para que lleve insignias con pronombres en el trabajo.
“Lo más preocupante de todo es cuando el artículo pasa a recomendar Mermaids como recurso para padres y madres. Se trata de la misma Mermaids que actualmente está siendo investigada por la Charity Commission (departamento que regula las organizaciones sin ánimo de lucro en Inglaterra y Gales) por preocupaciones de seguridad, incluido el envío de compresores de pecho, o binders, a niñas a espaldas de sus progenitores”, dice Esses.
“Sorprendentemente, el artículo va un paso más allá, al recomendar videos en línea que muestran a los menores cómo lograr su ‘identidad de género deseada, por ejemplo, compresores de pecho’. A los lectores se les dice que ‘un compresor de pecho siempre es más seguro que las alternativas'”.
Maya Forstater, defensora de los derechos de las mujeres y fundadora del grupo de defensa Sex Matters, se refirió a la promoción de Whitcombe por parte de JLP como parte de una tendencia más amplia que llamó “trae tu autoginefilia al trabajo”, un término definido como un fetiche sexual masculino por fingir ser mujer.
“Es sexista e insultante para las mujeres pretender que el hobby de estos hombres de disfrazarse y ponerse pelucas los convierte en mujeres”, señaló Forstater.
En los últimos años, otros hombres han sido puestos como ejemplo a seguir por usar atuendos sexualizados codificados como femeninos. Uno de los hombres presentados como ejemplo de ese fenómeno, Philip, o ‘Pippa’ Bunce, fue incluido en 2018 en una lista de las 100 mujeres ejecutivas más importantes de Gran Bretaña, elaborada para los premios Champions of Women in Business.
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