Una mujer ha recibido sentencia por enviar un “mensaje ofensivo y obsceno” durante una acalorada discusión en redes sociales con un hombre transidentificado, quien posteriormente la denunció a la policía.
Chinzia Ogilvie, de 43 años, fue condenada el 10 de junio a servicio comunitario y rehabilitación por el Tribunal de Magistrados de Portsmouth por cargos de odio relacionados con un desacuerdo en Twitter. Ogilvie fue citada para ser interrogada por la policía en enero después de participar en octubre del 2021 en un debate en línea con “Ivy” Burrows, un hombre identificado como trans, que se ofendió y presentó un informe policial.
Según Yahoo News, el juez David Robinson le dijo a Ogilvie que sus puntos de vista sobre la ideología de género no eran criminales, pero que su “comportamiento se volvió criminal”, con mensajes ofensivos que “demuestran hostilidad” hacia una persona transgénero.
Conversando con Reduxx acerca del incidente, Ogilvie explicó que Burrows fue el que inicio la interacción durante el incidente que luego involucraría a la policía.
“Ivy inicio la discusión tuiteando una foto de las sufragistas con los colores trans y dijo que nos habíamos apropiado de ellas para crear odio”. Burrows había etiquetado a Ogilvie en la publicación, en un aparente intento de provocación.
Ogilvie, madre de dos hijos, aseguró que respondió al tuit de Burrows defendiendo el derecho de las niñas a la privacidad y a la capacidad de acceder a entornos exclusivos para la seguridad de las mujeres: “Le expliqué que asustaría a nuestras niñas al insistir en tener derecho a usar las instalaciones femeninas”.
Burrows luego tuiteó una foto de Ogilvie con su cabello editado para mostrar los colores de la bandera del orgullo trans, y la llamó por su nombre completo mientras afirmaba que lo estaba poniendo en peligro con su defensa de los espacios de un solo sexo. En ese momento, Burrows estaba usando una cuenta que no estaba relacionada con su identidad.
La feminista explica que Burrows fue el primero en escribirle usando un lenguaje despectivo, calificándola como “pedófila”, algo que luego fue llevado al juicio por el representante legal de Ogilvie.
Ogilvie reaccionó a la extraña afirmación igualando a la acusación de Burrows, respondiéndole que un pedófilo era un hombre con sus partes intactas que buscaba utilizar los espacios exclusivos para mujeres con chicas jóvenes presentes. También le dijo a Burrows que mantuviera sus genitales masculinos fuera de los espacios de mujeres de un solo sexo.
Poco después, Burrows denunció a Ogilvie a la policía. Declaró ante el tribunal que la conversación, así como los repetidos errores de género, lo habían “asustado” y “angustiado”.
En la corte, el representante legal de Ogilvie, Tim Sparkes, argumentó que Burrows no era una “víctima vulnerable” sino un “activista político”. Burrows había hablado anteriormente en podcasts relacionados con política en los que se describía como un “activista local“.
Ogilvie le afirmó a Reduxx que este intercambio no fue su primer encuentro con Burrows en las redes sociales. Anteriormente se había enfrentado a Burrows varias veces en una página de Facebook llamada “Política de Portsmouth”, donde Burrows era un miembro activo. Fue a partir de ahí que Burrows supo la identidad de Ogilvie y comenzó a publicitarla en su Twitter.
Ogilvie tuvo su primera audiencia en mayo durante la cual le explicó al tribunal que no tenía claro los procesos administrativos e incluso se sentía confundida con los cargos que se le imputaban.
Ella insistió repetidamente: “No sé a lo que estoy declarando” y “No entiendo algunos de los puntos”, pero luego se declaró culpable de los cargos a pesar de su incertidumbre, y más tarde descubrió que se trataba de un delito relacionado con crímenes de odio.
Compartiendo con Reduxx, Ogilvie dijo que se declaró culpable para “terminar de una vez” y evitar angustiar a su familia con un proceso judicial extendido.
Ogilvie finalmente recibió una orden comunitaria de un año con 120 horas de trabajo no remunerado y 15 días de rehabilitación. También se le ordenó pagar una compensación de 300 libras esterlinas, un recargo de 95 libras esterlinas y 85 libras esterlinas por gastos y recibió una orden de restricción para no contactar a la víctima durante 12 meses.
Como acto de desafío, usó una calcomanía que decía “las mujeres trans son hombres” en la corte y una camiseta que llevaba la definición de madre. Cuando se le preguntó por qué lo hizo, Ogilvie explicó que apoya el esfuerzo de Standing for Women, una organización política con sede en el Reino Unido.
Durante el juicio, la acusación sacó a relucir un incidente anterior que involucró a Ogilvie en una manifestación feminista.
En marzo del 2021, Ogilvie y una amiga asistieron a una protesta de Reclaim These Streets/Violence Against Women en Portsmouth. Llevaban una bandera que mostraba la definición de “mujer” como mujer humana adulta cuando cuatro hombres y tres mujeres que se identificaron como antifascistas corrieron hacia ellas y tomaron la bandera. Luego, otros dos hombres empujaron a Ogilvie.
El servicio de libertad condicional le dijo al juez en el informe previo a la sentencia que la bandera que Ogilvie mostró durante ese evento era “transfóbica”.
Después de recibir su sentencia, Ogilvie salió del tribunal y, cuando un reportero le preguntó qué pensaba de la sentencia, dijo “es un montón de mierda”.
Ogilvie no es la primera mujer en el Reino Unido en enfrentar consecuencias legales por el discurso feminista en redes sociales.
En el 2019, Kate Scottow, una madre, fue arrestada frente a sus hijos y detenida durante 7 horas después de haber sido denunciada por “amenazar a muerta” a un hombre identificado como trans en línea. Además de su arresto, la policía le incautó y retuvo sus dispositivos electrónicos por meses, incluso después de ser puesta en libertad.
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