Un artículo del Journal of Theoretical Medicine and Bioethics (Revista de Medicina Teórica y Bioética) está provocando la indignación de las mujeres en las redes sociales tras teorizar que los cuerpos de mujeres en estado vegetativo o con muerte cerebral podrían utilizarse como substitutas “gestacionales de cuerpo entero”.
El artículo, publicado originalmente en noviembre de 2022, se titula Whole Body Gestational Donation (Donación Gestacional de Cuerpo Entero) y plantea el concepto de utilizar el cuerpo entero de las mujeres en estado vegetativo como subrogadas para “futuros padres que desean tener hijos pero no pueden, o prefieren no gestar”.
El artículo, escrito por Anna Smajdor, profesora de filosofía práctica en la Universidad de Oslo, Noruega, propone que puede ser viable utilizar los cuerpos donados de mujeres con fines de gestación de la misma manera que se usan los órganos donados.
“Si estamos dispuestos a aceptar la donación de órganos en general, las cuestiones que plantea la donación gestacional de cuerpo entero son diferencias de grado más que nuevas preocupaciones substanciales”, escribe Smajdor en su artículo.
“Al igual que con muchos acuerdos de subrogación, los padres encargantes pueden preferir crear un embrión para su implantación utilizando sus propios gametos o los de los donantes. Así, la fecundación podría ser un asunto quirúrgico, precedido y seguido de una terapia hormonal adecuada para garantizar las máxima probabilidades de éxito”.
Haciendo referencia a teorías anteriores de la profesora de medicina israelí Rosalie Ber, Smajdor considera que los cuerpos de pacientes de sexo femenino en estado vegetativo persistente (EVP), o aquellos que han experimentado muerte cerebral, podrían usarse como incubadoras de “cuerpo entero” para niños encargados.
“Ber propuso que las pacientes en estado vegetativo persistente que hubieran dado su consentimiento previo por escrito pudieran actuar como subrogadas: los embriones se colocarían en el útero de la mujer y se gestarían hasta el final”, dice Smajdor.
El EVP es un estado en el que los pacientes no muestran signos de percepción y comunicación ni conciencia de sí mismos. Debido a que el tronco encefálico no se ve afectado, los pacientes en EVP pueden seguir respirando por sí mismos y pueden mostrar algunas formas de consciencia, como abrir los ojos, experimentar ciclos de sueño-vigilia o hacer expresiones faciales. Los pacientes pueden recuperarse de un estado vegetativo, pero se clasifica como persistente o permanente una vez transcurrido cierto tiempo.
La muerte cerebral, sin embargo, es la pérdida de todas las funciones neurológicas tras un traumatismo o lesión grave. Según la Fundación Nacional del Riñón, los pacientes diagnosticados de muerte cerebral no tienen reflejos cerebrales y son incapaces de respirar por sí mismos. La muerte cerebral se considera muerte “legal”.
En la teoría de Smajdor, las mujeres afectadas por EVP o muerte cerebral se mantendrían funcionalmente “vivas” mientras estén gestando, pero ella lo compara con la donación tradicional de órganos.
“Prolongar la ventilación y la supervivencia somática en pacientes con muerte cerebral es, sin duda, una perspectiva inquietante. La donación gestacional de cuerpo entero implica tratar el cadáver de la paciente como un medio para un fin, en lugar de como un fin en sí mismo. La paciente pasa de ser el centro de la preocupación médica, a ser un depósito de tejidos que pueden ser utilizados en beneficio de otros. La prolongación del período de ventilación exacerba nuestra conciencia de ello”, escribe. “Sin embargo, esto ya es parte de nuestro proceso de donación de órganos. Los donantes de órganos son casi invariablemente pacientes que ya están en ventilación mecánica como parte de su tratamiento médico. Si se considera que el paciente es un donante de órganos adecuado, la ventilación se mantiene junto con otras intervenciones para garantizar que los órganos se conserven en condiciones óptimas para el trasplante. Por lo tanto, ya prolongamos la ventilación para facilitar la donación de órganos”.
Smajdor teoriza de manera similar que los cuerpos de los hombres con muerte cerebral también podrían usarse para gestar embriones subrogados.
“Sugiero que los hombres con muerte cerebral también tendrían el potencial de gestar, lo que significa que la reserva de donantes potenciales se incrementa aún más, y que ciertas preocupaciones feministas podrían así ser aplacadas … La perspectiva del embarazo masculino no es, como muchos imaginarían, fantasiosa o una obra de ciencia ficción”, dice Smajdor, y agrega que “el hígado es un sitio de implantación prometedor, debido a su excelente suministro de sangre”.
Smajdor concluye el artículo afirmando que los conceptos esbozados solo podrían considerarse “escandalosos” si también se cuestiona el proceso tradicional de donación de órganos de cadáveres.
El artículo ha causado revuelo en las redes sociales, especialmente entre las defensoras de los derechos de las mujeres que ya cuestionan las implicaciones éticas de la gestación subrogada.
“Lo único que se puede decir al respecto es que debemos extremar la vigilancia y poner fin a este horrible abuso de las mujeres (¡ningún hombre va a sufrir este destino!). No uso la palabra “maldad” a la ligera, pero esto es absolutamente malvado. Y Anna [Smajdor] debería estar avergonzada”, escribió la médica @lascapigliata8.
Tom Farr, un abogado británico especializado en la lucha contra la explotación sexual, calificó la teoría de “horripilante, distópica y significativa de un colapso moral total de la sociedad”.
Esta no es la primera incursión de Anna Smajdor en la polémica de la ética médica.
En 2013, Smajdor llamó la atención internacional tras defender que la “compasión” no era un componente necesario de la atención sanitaria.
“Uno puede extirpar un apéndice sin preocuparse por la persona a la que se lo extraen, vaciar una cuña sin preocuparse por el paciente que la ha llenado, o proporcionar comida sin preocuparse por la persona que se la va a comer”, dijo Smajdor. “A menos que consideremos santos a los profesionales de la salud, no podemos exigirles que garanticen un flujo ilimitado de compasión por cada paciente. De hecho, no solo es injusto, sino peligroso hacerlo”.
El año anterior había propuesto la teoría de los “úteros artificiales”, según la cual los bebés se gestarían en entornos mecánicos para promover la “igualdad”.
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