Una clínica de género en Nashville, Tennessee es duramente criticada tras publicar videos en las redes sociales que muestran a algunos de sus directores describiendo las cirugías de género como “máquinas de hacer dinero” y afirmando que los médicos no deberían poder objetar a la realización de estas cirugías.
Los videos fueron expuestos por primera vez por Matt Walsh, un comentarista conservador del Daily Wire y presentador del reciente exitoso documental What is a Woman. Walsh ha publicado esta semana varios hilos en Twitter sobre el escándalo, lo que ha causado que el asunto se volviera viral.
El Centro de Salud de la Universidad de Vanderbilt abrió su Clínica para la Salud Transgénero en 2018, momento en el que comenzó a ofrecer una variedad de cirugías “transgénero”. Sus ofertas de género se extendieron a una clínica pediátrica de género dentro de su hospital infantil.
El mismo año en que se inauguró, la Directora Médica del Centro, la Dra. Shane Taylor, dio una conferencia en la que describía los beneficios financieros explícitos, que habían sido la razón de la apertura de la clínica de género.
Durante la conferencia, la Dra. Taylor señaló que las mastectomías dobles electivas pueden “generar $ 40,000 dólares por paciente” y que las cirugías “generan dinero para el hospital”.
Continuó explicando las ganancias que el hospital podría obtener gracias a la oferta de vaginoplastias y faloplastias, las cuales son en gran parte experimentales, y asegurando que el Hospital podría ganar incluso más de lo que sugería el análisis financiero inicial una vez se tengan en cuenta las estancias en el hospital, las citas de seguimiento y los medicamentos.
“Las cirugías de “abajo” de mujer a hombre son unas máquinas de hacer dinero enormes”, se la escucha proclamar con orgullo durante la conferencia.
El procedimiento al que se refiere la Dra. Taylor se conoce como faloplastia. Esta compleja operación consiste en cortar un gran injerto de piel de otra parte del cuerpo de la paciente, generalmente del brazo o el muslo, y construir un tubo de carne en forma de pene que luego se cose quirúrgicamente en el área genital de la mujer para crear la estética de un pene.
Esta cirugía generalmente requiere varias fases para conseguir que el “pene” construido realice funciones básicas, como orinar. Es conocida por tener una tasa de complicaciones extremadamente alta, y ha sido denunciada como carnicería incluso por algunas personas transgénero de mujer a hombre que abogan contra el procedimiento.
Walsh difundió otro video en Twitter de la Doctora Ellen Clayton de Vanderbilt, especialista en pediatría del hospital, donde sermoneaba a los empleados sobre las consecuencias que tendrían su oposición a participar en cirugías transgénero.
“Si vais a hacer valer la objeción de conciencia… tenéis que daros cuenta de que es problemático. Le estáis haciendo algo a otra persona y no estáis pagando el precio de vuestras convicciones. Creo que ese es un problema real”, dijo la Dra. Clayton, y continuó: “No debería estar exento de consecuencias. Si no queréis hacer este tipo de trabajo, no trabajéis en Vanderbilt”.
Walsh tuiteó que la clínica pediátrica de género de Vanderbilt también tiene un programa llamado “Trans Buddies” (“transamigos”).
“Los ‘amigos’ son activistas trans de la comunidad que asisten a citas con pacientes trans y que vigilan a los médicos para evitar el comportamiento ‘peligroso’, como el misgenerizar”, comentó Walsh, que acusa a Vanderbilt de operar un programa de “gran hermano” para garantizar que los empleados del hospital cumplan estrictamente con la ideología de género.
La investigación también descubrió que Vanderbilt estaba proporcionando “bloqueadores de la pubertad” a niños y hormonas sexuales cruzadas a jóvenes de tan solo 14 años.
“Vanderbilt, como tantas otras instituciones médicas, ha sacrificado tanto la ciencia como la ética en el altar de la ideología de género”, declaró Walsh en su podcast al hablar de los resultados de su investigación .
Los hilos de Twitter de Walsh se volvieron virales rápidamente, y habían conseguido más de 78,000 me gusta en el momento de la redacción de este artículo. En aparente respuesta al rechazo generalizado como consecuencia de la investigación, el Hospital cerró el sitio web de la clínica de género.
Más tarde, el Hospital emitió un comunicado con respecto a la investigación donde afirmó que el video “tergiversa los hechos sobre la atención que el Centro Médico brinda a los pacientes transgénero”. Vanderbilt dice que su razón para abrir la clínica era la de atender a pacientes transgénero que “son una población con alto riesgo de problemas de salud mental y física y han sido constantemente desatendidos por el sistema de salud de los Estados Unidos”.
Su excusa para dar “bloqueadores de la pubertad” y hormonas sexuales cruzadas a menores fue que lo hicieron con el consentimiento de los padres.
Como resultado de la viralización de la investigación de Walsh, el gobernador de Tennessee, Bill Lee, ha pedido una investigación estatal sobre el Centro Médico.
Vanderbilt no es el primer hospital en recibir críticas este año por proporcionar procedimientos y medicación de “afirmación de género” de alto riesgo a los jóvenes.
En agosto, varios videos promocionales creados por el Boston Children’s Hospital (BCH) se volvieron igualmente virales en Twitter. En el primer clip, que fue ampliamente difundido y que tuvo más de 1.6 millones de visitas, salía la dra. Frances Grimstad, clínica del Servicio de Multiespecialidades de Género (GeMS), presentando las histerectomías como una forma de terapia de “afirmación de género”.
En otro video del Hospital que provocó un rechazo generalizado salía la Dra. Jeremi Carswell, Directora de la clínica GeMS, diciendo que los niños pueden “saber que son transgénero desde el momento en que tienen la capacidad de expresarse”, y “los padres nos dicen que lo sabían desde el momento en que nacieron”.
Aunque el Boston Children’s Hospital negó las acusaciones de que estaban proporcionando tratamientos de género arriesgados a los jóvenes, Reduxx descubrió que una conferencia dada por el Dr. Norman Spack contradecía sus afirmaciones.
El Dr. Spack es el cofundador de la clínica pediátrica de género de BCH y, en una conferencia TED Talk que dio en 2013, el Dr. Spack hablaba de detener la pubertad infantil a partir de los 10 años de edad.
El Dr. Spack a continuación defendía la necesidad de recetar bloqueadores de la pubertad y estrógeno a los niños para que al crecer sean “hermosos”, y señaló dos casos en los que lo había hecho. El Dr. Spack cuenta que conoció a “Jackie”, un niño varón de 12 años de Gran Bretaña, al que recetó estrógeno a los 13 años.
En 2015, el Dr. Spack escribió un artículo de opinión en el New York Times afirmando que “los niños genéticos podrían someterse a una operación a los 17 años, especialmente si van a la universidad, ya que los meses de atención postoperatoria necesarios son mejor en casa. Si las niñas genéticas que se identifican como varones tienen senos muy grandes, las mastectomías podrían incluso hacerse a los 14 años”.
También ha afirmado en otras ocasiones que los niños de tan solo 2 años de edad pueden entender su identidad de género.
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