Un estudio sobre la viruela del mono en “mujeres” utilizó una muestra de hombres.

Un estudio reciente que pretende examinar la transmisión y las características clínicas de la viruela del mono en mujeres realizó su investigación en una muestra en la que casi la mitad de los participantes eran varones.

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El estudio, publicado en la destacada revista médica The Lancet en noviembre, se titulaba “Infección por el virus de la viruela del mono humana en mujeres e individuos no binarios durante los brotes de 2022: una serie mundial de casos”, y pretendía contribuir a los datos sobre casos confirmados de viruela del mono en mujeres. Encuestó a 136 personas entre el 11 de mayo y el 4 de octubre, y extrajo a los encuestados de diferentes países.

De las 136 “mujeres” incluidas en el estudio, 62 eran hombres transidentificados. Las 74 encuestadas restantes se describieron como “mujeres asignadas al nacer”, incluidas 69 “mujeres cis” y 5 “individuos no binarios”.

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Al presentar el artículo, los autores “plantearon la hipótesis de que las vías de transmisión y la presentación clínica del virus de la viruela del mono en los brotes actuales podrían no ser las mismas para las mujeres que para los GBMSM [gays, bisexuales, hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres], y que las presentaciones también podrían diferir entre mujeres cis y trans”.

La mayoría de los hombres transidentificados que participaron en el estudio también tenían VIH, contaban con múltiples parejas masculinas y estaban involucrados en el comercio sexual.

“37 (27%) de esos individuos tenían VIH, con una mayor proporción entre las mujeres trans (31 [50%] de 62) que entre las mujeres cis y las personas no binarias (seis [8%] de 74)”, afirma el estudio, que continúa mostrando que el 73% de los hombres transidentificados tuvieron múltiples parejas sexuales masculinas en el plazo de un mes desde la realización del estudio, en comparación con el 12% de las “mujeres cis y las personas no binarias”.

El estudio también señala similitudes en la forma en que se transmite y se presenta la enfermedad en “mujeres trans” y hombres, pero observa que estas similitudes no se extendían a aquellos “asignados mujeres al nacer”.

Al esbozar las implicaciones del estudio, los autores agrupan todos los resultados y afirman que “se debe prestar especial atención para evitar el diagnóstico tardío y el diagnóstico erróneo en las mujeres”. Y ello a pesar de haber constatado que era significativamente más probable que las “mujeres cis” fueran diagnosticadas erróneamente que las “mujeres trans”.

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Según el Centro de Políticas e Investigación de Enfermedades Infecciosas, el 99% de los casos de viruela del mono identificados en los Estados Unidos se han dado en hombres, y el 94% han declarado haber tenido contacto íntimo homosexual reciente.

Las capturas de pantalla del artículo de The Lancet comenzaron a circular en Twitter esta semana, provocando la burla generalizada de los defensores de los derechos de las mujeres y de quienes critican la ideología de género.

“The Lancet ha hecho un estudio sobre la viruela del mono en las mujeres, y casi la mitad de las mujeres eran hombres biológicos..

“Al parecer, también ha habido un aumento inexplicable en la incidencia de cáncer testicular entre las mujeres”, escribió el usuario de Twitter Ian McLean en respuesta a una captura de pantalla del artículo publicado por Anne Brøndum.

“Este es un estudio completamente ridículo. Los científicos biomédicos se han dejado lavar el cerebro. Ahora la investigación va a ser más difícil de interpretar debido a esta ofuscación”, escribió otro usuario.

Esta no es la primera vez que The Lancet ha sido objeto de escrutinio por parte de aquellos preocupados por el borrado de las mujeres.

En septiembre de 2021, el redactor jefe de la publicación se vio obligado a sacar un video de disculpa tras la crítica generalizada que suscitó la publicación un artículo en el que se describía a las mujeres como “cuerpos con vaginas”.

El artículo, que era la reseña de una exposición sobre la historia de la menstruación en el Museo de la Vagina de Londres, aparecía en la portada de The Lancet con una cita destacada que decía: “Históricamente, se han descuidado la anatomía y la fisiología de los cuerpos con vaginas”.

Los investigadores han descubierto que el lenguaje “inclusivo de género”, especialmente cuando se usa en contextos médicos específicos, puede tener resultados negativos para las mujeres.

Un trabajo de investigación conjunto dirigido por la académica australiana Karlene Gribble concluyó que el llamado “lenguaje inclusivo” tenía “consecuencias que repercuten gravemente en las mujeres y los niños”. El estudio de Gribble se centraba en la neutralización del lenguaje en la atención sanitaria reproductiva, y sostenía que se corría el riesgo de deshumanizar a las mujeres.

“La desexualización del lenguaje de la reproducción femenina se ha hecho con el fin de ser sensible a las necesidades individuales y como algo beneficioso, amable e inclusivo”, escribieron Gribble y sus colegas. “Sin embargo, esta amabilidad ha tenido consecuencias imprevistas que repercuten gravemente en las mujeres y los niños”.

Gribble y su equipo de 10 expertos mundiales en salud de la mujer llegaron a afirmar que neutralizar el lenguaje en torno a la maternidad, incluyendo “desencarnar y socavar la lactancia materna”, tendría como resultado “reducir la protección del vínculo madre-hijo”.

Una coautora del artículo, la profesora de obstetricia Jenny Gamble, dijo que el lenguaje basado en el sexo “es importante debido a la opresión basada en el sexo”, y que neutralizar y confundir los términos para referirse a las mujeres “conlleva el riesgo de consecuencias adversas para la salud y una discriminación más profunda e insidiosa contra las mujeres”.

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Jennifer Sieland
Jennifer Sieland
Jennifer is a founding member of the Reduxx team, writing with a focus on crimes against women and sex-based rights advocacy. She is located in the American south where she is a passionate animal welfare advocate and avid coffee drinker.
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