Un YouTuber japonés transidentificado ha recibido duras críticas por jactarse de haber usado la sauna de mujeres de un hotel de Yokohama el mes pasado.
Nao Wasada, quien también usa el nombre de Suzanne Misaki, subió un video a su canal de YouTube el 5 de diciembre titulado “Lo que sucedió cuando un ex hombre se desnudó y entró en la casa de baños para mujeres”. En el vlog, Wasada describe su experiencia al entrar en la sección de mujeres de la casa de baños en términos muy sexualizados.
El 4 de enero, el video tenía ya más de 2,300 “no me gusta” frente a solo 290 “me gusta”.
“Me colé en un baño femenino donde se reunían mujeres en su aspecto natural”, dice Wasada en el video. “Para un ex hombre, un baño de mujeres es un lugar peligroso porque revela el cuerpo masculino y si se descubre que eres un ex hombre, te metes en todo tipo de problemas”.
Continuó calificando la experiencia de “paradisíaca” y dijo que estaba en el “paraíso de las tetas”, y comparó los cuerpos de las mujeres con malvaviscos y melocotones, usando onomatopeyas japonesas para imitar el sonido que hace algo al sacudirse. “Era realmente un mundo de 360 grados lleno de tetas y nalgas apretadas como melocotones”, dijo Wasada.
“De hecho, fui al paraíso de tetas de melocotón y adoré las tetas de malvavisco”, agregó. “Todas las esconden bajo una toalla, pero sobresalen, ¿no? El paraíso. Hay melocotones grandes y pequeños. Hay melocotones, y hay mujeres cuyas nalgas sobresalen como peras”.
Wasada detalló aún más su experiencia en el baño público de mujeres en su cuenta de Instagram, donde se describe a sí mismo como alguien a quien “le encanta gastar dinero en cirugía plástica, modificación corporal y belleza”, y promete consejos para “mejorar el busto”.
En una publicación del 4 de diciembre, Wasada declaró que no era la primera vez que entraba en un baño público de mujeres, y volvió a hacer comentarios sexuales sobre los cuerpos desnudos de las mujeres que vio en la casa de baños. Wasada comparó con excitación los pechos de las mujeres con un buffet, describiendo la escena como “todas las tetas que puedas comer mientras te late el corazón con fuerza”.
Wasada ha hecho repetidas referencias a los senos en sus videos y publicaciones en las redes sociales. En junio de 2021, Wasada tuiteó: “Me encantan las chicas, me encantan las tetas. Si te cambias de sexo, te haces un aumento de senos y te esfuerzas con la ropa, el peinado, la voz y el maquillaje para parecer una mujer, te van a reconocer como una mujer, y eso está bien”.
Muchos comentaristas respondieron negativamente al video de la sauna de Wasada, y algunos afirmaron que Wasada suponía una amenaza para las mujeres del centro. Las respuestas que recibieron la mayor cantidad de “me gusta” fueron las que criticaban duramente su comportamiento.
“Si eres una mujer de corazón, ¿no entiendes que decir cosas así a una mujer da miedo y asco ? No soy discriminatorio y he participado en el desfile del Orgullo en el pasado, pero cuando vi este video, sinceramente pensé que era realmente repugnante. LGBT+ acaba de perder a sus simpatizantes”, rezaba uno de los comentarios más destacados.
“No desearías que tu mujer o tu hija se encontrara en las termas o en los baños con esa persona”, decía otro comentarista.
Otras mujeres expresaron la opinión de que no entrarían en un baño público sabiendo que iba a haber hombres allí observándolas. Algunas respondieron que el comportamiento de Wasada era más propio de un hombre que de una mujer, y una de ellas lo calificó de “hombre fascinado por los cuerpos de las mujeres que ha cambiado su cuerpo más allá de su afición al travestismo”.
Los medios de comunicación japoneses informaron sobre el video de Wasada, y un abogado habló con Yahoo Noticias sobre el incidente. Cuando se le preguntó sobre la legalidad de la situación, Ayao Masaki, miembro del Colegio de Abogados de Tokio, declaró que podría presentar un “problema legal” y citó leyes relacionadas con el allanamiento con intención voyeurista y la exposición pública.
Tras la protesta pública, Wasada subió un video el 20 de diciembre respondiendo a las críticas. En lugar de disculparse por su comportamiento, Wasada afirmó que el video estaba dirigido a espectadores masculinos, se definió a sí mismo como un “pervertido” y declaró que no podía prometer que se iba abstener de hacer comentarios similares sobre las mujeres en el futuro.
Una feminista japonesa que hace campaña contra las políticas de autoidentificación de género explicó a Reduxx que, dado a que las casas de baños están segregadas por sexo, las mujeres no se esperan que se les permita a los hombres entrar en la zona de mujeres.
Haruka, que habló bajo condición de anonimato, dijo que a pesar de las leyes que rodean la segregación por sexos, se han documentado casos de hombres que obtuvieron acceso a los baños de mujeres bajo falsos pretextos. La mayoría de esos casos se saldaron con una detención.
Haruka agregó que creía que algunas mujeres se negarían a usar los baños públicos si supieran que se permite la entrada a hombres que se identifican como transgénero, y especialmente si supieran que esos hombres sienten atracción sexual por las mujeres. Haruka explicó que en Japón, las casas de baños públicas no se consideran recreativas, sino que son “parte de la vida cotidiana”.
La ideología de género parece estar chocando ahora con la tradición secular japonesa de casas de baños públicas y creando confusión jurídica. Aunque se supone que las zonas están segregadas por sexos, la introducción de la modificación de documentos legales significa que los hombres como Wasada que cambian su marcador de género a “mujer” técnicamente pueden acceder a las instalaciones.
El gobierno japonés actualmente requiere una “cirugía de reasignación de sexo” para que las personas puedan alterar los marcadores sexuales en los documentos oficiales, aunque los activistas están presionando para que se introduzcan reformas que permitan la autoidentificación sobre la base de una identidad de género subjetiva sin transición médica.
El otoño pasado, Reduxx informó que varias universidades de mujeres japonesas habían comenzado a aceptar hombres que autodeclaran un estado transgénero como estudiantes.
La Universidad de Mujeres de Japón (JWU) ha sido la última institución en anunciar que adoptaría una política de autoidentificación. La medida se implementará a principios de 2024 a pesar de que la mitad de las alumnas actualmente matriculadas expresan rechazo o dudas.
En respuesta a las preocupaciones de las alumnas, JWU publicó una “Declaración sobre la Diversidad” el pasado mes de junio en la que esbozaba el modo en que los administradores se proponían trabajar para convencer a las estudiantes de cambiar sus puntos de vista sobre la ideología de género. Según la declaración, a las alumnas de la Universidad de Mujeres de Japón (JWU) que expresen escepticismo sobre el tema de la identidad de género se les puede pedir que hablen con “consejeros especializados en género” para convencerlas de que los hombres que se identifican como transgénero son “mujeres”.
Las políticas que permiten a los hombres forzar su entrada en instituciones académicas solo para mujeres con solo declararse transgénero llegan tras escándalos internacionalmente difundidos de universidades de primer nivel que durante años rebajaron intencionalmente las notas de los exámenes de ingreso de las mujeres para denegarles la admisión por razón de su sexo.
Las clasificaciones internacionales, incluidas las del Foro Económico Mundial, sitúan sistemáticamente a Japón como uno de los países más desiguales del mundo desarrollado en cuanto a representación política y oportunidades económicas para las mujeres.
El acoso sexual, el upskirting (grabar a las mujeres por debajo de la falda) y los manoseos en público son tan frecuentes en el país que se pueden ver anuncios en el transporte público advirtiendo a los pasajeros que estén alerta ante posibles delitos de motivación sexual, y la mayoría de los principales ferrocarriles ofrecen algún tipo de espacios o vagones de tren especialmente designados solo para mujeres. Además, la pornografía voyeurista ha ido aumentando en popularidad en los últimos años, llevando a hombres a instalar cámaras en los espacios donde las mujeres se desnudan para filmarlas sin que se den cuenta.
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