Una destacada revista académica publica un artículo que afirma que “las relaciones sexuales entre menores y adultos” no son perjudiciales

Una destacada revista académica ha publicado un artículo que cuestiona la necesidad de leyes sobre la edad de consentimiento y afirma que los debates sobre la “sexualidad de menores” se ven injustamente obstaculizados por la “cultura de cancelación”. El autor, Marshall Burns, es un físico y empresario tecnológico que participó en el desarrollo de la primera industria informática y dirige un sitio web titulado “Consenting Juveniles” (“Menores que Consienten”).

En su artículo, publicado en junio en Archives of Sexual Behavior (Archivos de Comportamiento Sexual) y titulado “El elefante en la habitación: sexualidad juvenil“, Burns sostiene que “las relaciones sexuales entre jóvenes y adultos” se consideran erróneamente un tema polémico en la sociedad.

Marshall Burns. Fuente: consentingjuveniles.com

“La sección especial de Archives of Sexual Behavior sobre la cultura de cancelación es una referencia importante sobre un fenómeno peligroso que está ocurriendo ante nosotros. Sin embargo, la sección omite el debate sobre el problema principal de cancelación que posiblemente ayudó a preparar el terreno de lo que afrontamos hoy en día y que sigue siendo el más claro foco de la polémica”, escribe Burns.

“Ignora el elefante en la habitación: la sexualidad de la juventud, y en particular, los debates sobre las relaciones sexuales entre jóvenes y adultos sin una suposición a priori de abuso y daño”.


En el artículo, Burns presenta una selección de pasadas publicaciones académicas junto con respuestas para resaltar lo que él presenta como ejemplos de cultura de la cancelación en acción. El primer incidente que proporciona describe las críticas vertidas contra el académico neerlandés-estadounidense, afiliado a la Universidad de Columbia y activista LGBT Theo Sandfort, quien, según Burns, concluyó que las relaciones sexuales entre adultos y menores son “en su mayoría inofensivas”.

Antes de trasladarse a la Universidad de Columbia, Theo Sandfort se doctoró en Psicología Clínica por la Universidad de Utrecht, en los Países Bajos. También fue Presidente del Departamento Interfacultativo de Estudios de Lesbianas y Gays de la Universidad de Utrecht y Director del Programa de Investigación “Diversidad, Estilos de Vida y Salud” en el Instituto Holandés de Investigación Sexológica Social.

Sandfort fue presidente de la Academia Internacional de Investigación Sexual y de la Sociedad Holandesa de Sexología, y fue miembro de la Asociación Americana de Psicología (APA). En 2008, recibió el Premio John Money de la Sociedad del Estudio Científico de la Sexualidad por su trabajo.

Este psiquiatra también figuraba como miembro del consejo editorial de una revista académica pro-pedofilia llamada Paidika, que se imprimió de 1987 a 1995. En dos ediciones, en las revistas de 1993 y 1994, apareció su investigación sobre las “experiencias sexuales de menores”.

El artículo y la tesis de Sandfort de 1988, “La importancia de la experiencia: sobre los contactos sexuales en la primera infancia y el comportamiento y la experiencia sexuales más adelante en la vida” (Het belang van de ervaring) es citado por Burns como prueba de que las interacciones sexuales entre adultos y menores pueden ser “beneficiosas”.

Según Burns, a raíz de un caso criminal ampliamente difundido sobre secuestros pedófilos y asesinatos de criaturas en Bélgica en 1996, Sandfort comenzó a recibir amenazas de muerte y pasó a vivir en la clandestinidad por recomendación de la policía.

Sin embargo, Burns olvidó mencionar que, para su investigación, Sandfort había reclutado hombres entre los miembros de los múltiples grupos de presión pedófilos que existían en los Países Bajos en aquellos tiempos.

“¿Por qué … los pedófilos, al igual que otros seres humanos con preferencias sexuales pervertidas, no pueden tener derecho a expresar sus deseos sexuales?”, escribió Sandfort, al tiempo que condenaba como “dictador moral” al movimiento feminista por su postura contra el abuso sexual infantil y la pornografía.

Según el sociólogo holandés, antiguo profesor de la Universidad de Amsterdam, y académico a favor de la pedofilia Gert Hekma, la tesis de Sandfort concluía que “los contactos sexuales voluntarios de la juventud antes de cumplir los 16 años con adultos tenían en general una influencia positiva en su vida sexual posterior … Aprendieron de estas relaciones y estaban contentos con ellas. Tenían menos miedo al sexo y les gustaba más la lujuria”.

Sin embargo, este no fue el único caso en el que Sandfort expresó inclinaciones pro-pedófilas, sino que tiene un amplio historial de publicaciones e investigaciones favorables a la pedofilia. Cuando aún vivía en los Países Bajos, este psicólogo y sexólogo escribió varios textos académicos sobre el tema de las relaciones sexuales entre adultos y menores.

En 1983, Sandfort escribió un artículo para Juventud y Sociedad (Jeugd en Samenleving) titulado “Momentos eróticos en el trabajo con menores”, un estudio a pequeña escala de los deseos sexuales de cinco adultos que dirigían grupos de menores a su cargo. Estos hombres describieron el placer sexual que les producía trabajar con menores, específicamente cuando hacían ejercicio juntos, cuando bañaban a las criaturas o las sostenían en su regazo. Un hombre, identificado como “Lex”, habló de excitarse cuando “hacía cosquillas” en ropa interior a criaturas de “2 o 3 años” y cuando luego les tocaba los genitales a las y los pequeños.

Ese mismo año se publicó un estudio de Sandfort que presentaba de forma positiva las relaciones sexuales entre adultos y criaturas. “Relaciones pedófilas en los Países Bajos: ¿Estilo de vida alternativo para los menores?” concluía que “la pareja de una relación y la relación en sí, incluidos los aspectos sexuales, se vivían en términos predominantemente positivos; no había pruebas de explotación o uso indebido”.

Del mismo modo, la publicación de Sandfort de 1987, “Boys on Their Contacts with Men” (“Niños y su contacto con hombres”), presentaba un estudio de 25 niños de entre 10 y 16 años involucrados en relaciones sexuales con hombres adultos.

El sexólogo y psicólogo Dr. John Money, conocido por haber acuñado el término “identidad de género” (artículo en español)”, así como sus inquietantes experimentos médicos con niños, escribió un prólogo para el libro de Sandfort, elogiando el texto por tener “gran mérito científico”.

“Jóvenes y adolescentes se sienten atraídos por la forma en que sus amantes mayores los tratan como iguales”, escribió Money, antes de afirmar que el libro “constituye ese muro sobre y alrededor del cual se pueden construir más”.

En 1991, Sandfort coeditó una recopilación de ensayos en defensa de la pedofilia titulada Intimidad Intergeneracional Masculina. Una introducción co-escrita por Sandfort, “Relaciones hombre-niño: diferentes conceptos para una diversidad de fenómenos”, dice:

“Es difícil predecir el futuro con respecto a las relaciones hombre-niño, la sexualidad infantil, la posición de los menores en nuestra sociedad. ¿Se convertirá la pedofilia en un estilo de vida para algunas personas, basado en su orientación sexual personalmente diseñada? ¿Permitirá la sociedad que la gente adopte ese estilo de vida, o persistirá en verla sólo como pederastia?

¿Puede concebirse la participación sexual entre adultos y menores únicamente como abuso sexual infantil, o llegarán los profesionales y el público a darse cuenta de que hay varios tipos de relación íntima entre adultos y menores y que se pueden hacer distinciones entre la participación voluntaria y la participación forzada?”

El libro está compuesto por los escritos de más de una docena de activistas pro-pedofilia, incluido un ensayo de David Thorstad, fundador de la North American Man-Boy Love Association (NAMBLA, Asociación Norteamericana de Amor entre Hombres y Niños), y Edward Brongersma, un político holandés que abogó por rebajar la edad de consentimiento en los Países Bajos con un enfoque específico en las relaciones sexuales entre hombres adultos y niños.

En 2020, después de que reaparecieran sus anteriores escritos a favor de la pedofilia, la Administración de Servicios para la Infancia de la ciudad de Nueva York emitió una declaración pública cortando todos los lazos con Sandfort, que había estado trabajando con jóvenes de 13 a 21 años en acogida para realizar encuestas.

La investigación, “Experiencias y bienestar de jóvenes con diversidad sexual y de género en régimen de acogida en la ciudad de Nueva York”, concluía que más de uno de cada tres jóvenes en acogida se identificaba como “LGBTQAI +”, lo que se consideraba “sustancialmente superior” al porcentaje encontrado en la población general.

La agencia de bienestar infantil gastó aproximadamente 416,000 dólares (380.000 euros) en fondos públicos y privados durante un período de cinco años para el proyecto de encuesta dirigido por Sandfort.

La portavoz de la Administración de Servicios para la Infancia (ACS), Marisa Kaufman, declaró: “La Ciudad de Nueva York tiene una tolerancia cero con la pedofilia. La salud, la seguridad y el bienestar de los menores es nuestra principal prioridad, y aquellos que ponen en peligro a los menores son contrarios a los valores de nuestra ciudad. Nuestro trabajo con el Dr. Sandfort comenzó hace más de cinco años y la actual dirección de ACS no estaba al tanto de estos pasados escritos hasta después de que se publicaran los resultados de la encuesta. ACS ha cortado todos los lazos con el Dr. Sandfort”.

Otro texto académico citado por Burns como prueba adicional de la supuesta naturaleza inofensiva de los encuentros sexuales entre adultos y menores es el libro de 2002 Harmful to Minors: The Perils of Protecting Children from Sex (Perjudicial para Menores: Los Peligros de Proteger a la Infancia del Sexo), publicado por University of Minnesota Press y escrito por Judith Levine.

En Harmful to Minors, Levine argumenta en contra de la “protección perjudicial” de los y las menores de la sexualidad, critica los argumentos feministas contra la pornografía y resta importancia a las consecuencias físicas y emocionales del abuso sexual infantil.

“Los pedófilos no suelen ser violentos, a menos que se use el término violencia sexual contra la infancia en un sentido moral, en vez de literal”, escribe Levine. “Los que la cometen rara vez usan la fuerza o causan lesiones físicas a una criatura”.

El libro de Levine finalmente concluye: “El sexo no es perjudicial para la infancia. Es un vehículo para el autoconocimiento, el amor, la curación, la creatividad, la aventura y los intensos sentimientos de vitalidad. Hay muchas maneras en que incluso los más pequeños pueden participar en él”.

Es significativo que Levine cite como una influencia en su trabajo la perspectiva del abogado Lawrence Allen Stanley, quien, a lo largo de su carrera, defendería a hombres en posesión de material de abuso sexual infantil. Los propios escritos de Stanley sobre este tema, un artículo titulado “La histeria sobre la pornografía infantil y la pedofilia”, fueron publicados por primera vez por la revista pro-pedofilia Paidika, y posteriormente reproducidos para la revista Playboy.

En junio de 2002, Stanley fue detenido en Brasil con más de 1.000 fotografías y más de 100 videos de niñas de 8 a 14 años en bañador y ropa interior. Stanley había montado bajo un seudónimo un negocio de venta de pornografía infantil en internet de niñas brasileñas menores de edad.

El ex abogado, que parece haber formado parte del comité directivo de la Asociación Norteamericana de Amor Entre Hombres y Niños (NAMBLA), también tenía antecedentes penales: en 1998, un tribunal holandés condenó a Stanley en rebeldía por abusos sexuales a tres criaturas de entre 7 y 10 años, tras lo cual, huyó a Brasil.

Burns, en su reciente artículo para The Archives of Sexual Behavior, defiende a Levine y las ideas presentadas en su libro sobre “la sexualidad infantil”, diciendo que “se necesita una educación sexual más honesta, reconociendo a las criaturas como seres sexuales y protegiéndolas de quienes las protegen del sexo”. Según Burns, Levine y el libro se convirtieron rápidamente en “el blanco de una feroz tormenta mediática”, un incidente que, según él, pasa por alto “los resultados de la investigación que demuestran que las relaciones sexuales entre jóvenes y adultos no siempre son abusivas y perjudiciales”.

Burns está detrás de varias páginas web, incluida una página personal en la que se describe a sí mismo como un “físico y empresario tecnológico pionero en el desarrollo de ordenadores personales en los años 80 e impresoras 3D en los 90″. Burns aparece en la página web de la Sociedad de Estudiantes de Física como licenciado en Ciencias por el MIT (Massachusetts Institute of Technology) y doctorado por la Universidad de Texas.

Otra de las páginas que gestiona se llama “Consenting Juveniles” (“Jóvenes que consienten”), donde intenta argumentar que los jóvenes son castigados injustamente por encuentros sexuales con sus pares debido a las leyes de estupro. En la página de inicio del sitio, muestra fotos de celebridades con parejas que aún eran menores de edad cuando se conocieron, como Elvis y Pricilla Presley. Pricilla tenía 14 años cuando comenzó su relación con la estrella de rock de 24 años.

El sitio web también hace alarde de una serie de “estudios de casos” que Burns utiliza para argumentar que la actividad sexual infantil no es inherentemente perjudicial, utilizando citas de víctimas de abuso sexual infantil que afirman que su experiencia fue positiva. Uno de los sujetos, un hombre gay llamado “Larry”, declaró que comenzó a perseguir a hombres adultos a los 7 años.

“Perseguí activamente amantes masculinos desde los 7 u 8 años. Me gustaban mucho los hombres mayores, pero ninguno me quería. Debido a que los deseaba tan profundamente y sé que ellos me deseaban a mí, y mirando culturas pasadas, no creo que sea completamente malo”, dice en su página.

En otro “estudio de caso”, Burns recurre a la autobiografía del periodista británico Tom Driberg, quien relató haberse excitado sexualmente al acariciar los genitales de su hermano a la edad de dos o tres años.

Otro sitio web de Burns, SOL Research, se creó ostensiblemente “para proporcionar información objetiva sobre las leyes sexuales y sus efectos en las personas y la sociedad”, pero presenta argumentos en contra de la utilidad de los registros de delincuentes sexuales.

Pero quizás lo más inquietante es que Burns fue invitado a hacer una presentación sobre el tema, “Consenting Juveniles: First-hand Accounts of Sex for Fun or Love” (“Jóvenes que Consienten: Relatos de primera mano sobre sexo por diversión o amor”) en una conferencia organizada por el ex presidente de la Asociación Mundial de Profesionales para la Salud Transgénero (WPATH), Eli Coleman.

En 2015, Burns asistió a un evento organizado por Coleman y los profesores del Programa de Sexualidad Humana de la Universidad de Minnesota, encabezado por la Asociación Americana de Educadores, Consejeros y Terapeutas de Sexualidad (AASECT), un grupo que proporciona “terapia sexual” y promueve el concepto de identidad de género de John Money.

El programa de Sexualidad Humana de la universidad ha recibido financiación del multimillonario hombre que se dice trans Jennifer Pritzker, a través de su organización filantrópica, la Fundación Tawani, que ha invertido millones de dólares en esfuerzos de presión transgénero.


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Genevieve Gluck

Genevieve is the Co-Founder of Reduxx, and the outlet's Chief Investigative Journalist with a focused interest in pornography, sexual predators, and fetish subcultures. She is the creator of the podcast Women's Voices, which features news commentary and interviews regarding women's rights.

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