La familia de una niña asesinada expresa su indignación tras enterarse de que su asesino ha declarado discretamente una identidad transgénero y puede ser trasladado a una prisión de mujeres. La muerte de Micaela Ortega, de 12 años, fue el primer caso registrado en la historia de Argentina de captación de menores que acabó en asesinato.
La familia de Ortega denunció su desaparición el 23 de abril de 2016. La niña había salido de su casa con la intención de encontrarse con otra niña que había conocido en Facebook, sin saber que el perfil era en realidad el de un hombre adulto que se hacía pasar por menor de edad. La policía y vecinos y familiares de Ortega en Bahía Blanca procedieron desesperadamente a la búsqueda de la niña, pero fueron incapaces de localizarla.
La búsqueda continuó durante un mes sin pistas hasta que el Centro Nacional para Menores Desaparecidos y Explotados (NCMEC en sus siglas en inglés), con sede en Estados Unidos, intervino en un intento de ayudar a localizar a Ortega.
Los investigadores del NCMEC, junto con las autoridades argentinas, pudieron solicitar datos a Facebook que revelaron que Ortega se había estado comunicando con una cuenta señuelo que, según descubrieron, pertenecía a un hombre de 26 años que vivía en la cercana ciudad de Ingeniero White. Se descubrió que Jonathan Luna manejaba varias cuentas de Facebook donde se hacía pasar por una menor de edad para concertar encuentros con niñas.
Un juez emitió rápidamente una orden para que la policía registrara la casa de Luna, donde encontraron el teléfono móvil y la chaqueta de Ortega. Al ser interrogado, Luna confesó el asesinato y le dijo a la policía dónde había escondido el cadáver de la niña.
El 28 de mayo, poco más de un mes después de la desaparición de Ortega, la policía recuperó el cadáver de la niña de 12 años en un descampado cercano a una autovía en las afueras de Ingeniero White. Un examen forense determinó que Ortega había sido estrangulada y golpeada hasta la muerte.
Los investigadores determinaron posteriormente que Luna había intentado agredir sexualmente a la niña y la había robado. También averiguaron que, pocos días antes de ser capturado, Luna había estado tratando de concertar una cita con otra joven a quien pretendía regalar accesorios para el cabello que había robado del cadáver de Ortega.
Vecinos enfurecidos incendiaron la casa de Luna después de que éste fuera puesto bajo custodia policial y se conocieran las circunstancias de su detención.
En el momento del asesinato, Luna era un fugitivo por haber escapado tras ser arrestado por robo con agravantes.
Luna fue declarado culpable y condenado a cadena perpetua en octubre de 2017. Se dijo que el juicio era “histórico” porque representaba la primera vez en la historia de Argentina que un caso de grooming infantil acababa en el asesinato de la víctima.
En 2020, el gobierno de Argentina adoptó un proyecto de ley contra el grooming bajo el nombre de “Ley de Mica Ortega” en memoria de la niña.
Pero el caso que conmocionó a Argentina hace años vuelve ahora a provocar otra vez la indignación tras revelarse que Jonathan Luna se ha autodeclarado una identidad transgénero y ha sido trasladado del pabellón masculino a una unidad especial de identidad de género. Luna ha cambiado su nombre por el de “Yoana Luna” y afirma que “se sentía” mujer incluso en el momento del asesinato de la niña, algo que podría repercutir en su condena por feminicidio.
En Argentina, el feminicidio es un delito específico por razón de sexo introducido en 2012 para hacer frente a la epidemia de violencia machista en el país. Según las Naciones Unidas, una mujer es asesinada cada 32 horas en Argentina. El agravante del feminicidio se define en términos generales como “un delito contra una mujer cuando el acto es perpetrado por un hombre y media violencia machista”.
Debido a que en Argentina rige la ley de autoidentificación, los hombres que se identifican como mujeres normalmente no pueden ser acusados de feminicidio. Según los informes, los abogados de Luna están intentando impugnar su condena por feminicidio y quieren que su delito sea reclasificado como un homicidio común.
En declaraciones a LA BRÚJULA 24, el catedrático de derecho y destacado defensor público José Pazos Crocitto dio su opinión sobre el caso, afirmando que cree que Luna está tratando de manipular el sistema.
“Estoy convencido de que este muchacho está encontrando una llave para estafar el sistema y es este último el que se lo está permitiendo”, dijo Pazos Crottico. Afirmó que incluso si Luna lograra eliminar la distinción de feminicidio, su cadena perpetua no cambiaría en lo fundamental.
“La ley [de identidad de género] no requiere ningún tipo de evaluación psicológica porque es inclusiva”, dijo Pazos Crottico. “Aunque le quitaran la figura de femicidio, eso no impacta en la condena perpetua”.
Resulta inquietante que no se informara a la familia de Ortega de la identidad transgénero de Luna ni de su cambio de nombre, a pesar de que la ley de víctimas requiere que se les notifique de las actualizaciones en la gestión del caso de Luna. La madre de Ortega, Mónica Cid, descubrió que Luna había cambiado su marcador de género por las noticias.
Luna se cambió el nombre el pasado agosto y fue trasladado a una unidad especial transgénero en la prisión de Florencio Varela. Al parecer, ha iniciado una relación sentimental con otro hombre de la misma unidad y, según la madre de Ortega, ahora está presionando para que lo trasladen a una prisión de mujeres.
Esta semana, La Nueva informó que los abogados de Luna, junto con el Comité contra la Tortura de Buenos Aires, han presentado un habeas corpus para reforzar el intento de Luna de que se le conceda el traslado.
Luna también ha solicitado que le devuelvan su teléfono móvil porque lo está “pasando mal” en prisión.
La madre de Ortega se ha opuesto con firmeza a la posibilidad de su traslado, declarando públicamente esta semana: “No voy a permitir que esté con mujeres”, y añadió: “[Luna] odia a las mujeres. Se ha demostrado con las pruebas psicológicas y psiquiátricas que se le realizaron en Bahía Blanca, desprecia el sexo femenino”.
Esta es la segunda vez en menos de un mes que se descubre que un asesino condenado por un delito relacionado con el feminicidio en Argentina cambia su identidad de género.
El 19 de abril, Reduxx informó que un hombre gay que admitió haber asesinado a la madre subrogada que había alquilado para tener a sus hijos había declarado ante el tribunal que ahora se identificaba como mujer, en lo que algunos creen que es un intento de evitar una larga condena por feminicidio.
Fernando Alves Ferreira fue detenido en febrero de 2022 tras admitir el asesinato de Eduarda Santos, una madre de alquiler que había contratado y que vivía con él en la ciudad argentina de Bariloche. Tanto el agresor como la víctima eran ciudadanos brasileños residentes en Argentina.
El cadáver de Santos fue encontrado por un turista en el sendero del Circuito Chico con 9 heridas de bala. Un examen forense posterior reveló que el cadáver de Santos también presentaba lesiones compatibles con haber sido golpeado antes de su muerte.
Los abogados de Ferreira intentaron que se retirara el cargo de feminicidio, argumentando que su cliente ya no se identificaba como hombre. Durante una vista celebrada en abril, los abogados de Ferreira declararon que ahora se llamaba “Amanda” y que estaba realizando los trámites legales pertinentes para que se reconociera su identidad de género autodeclarada.
El intento de Ferreira de que se retiren los cargos de feminicidio no ha tenido éxito hasta ahora, pero un jurado decidirá en última instancia si debe ser tratado como hombre o mujer a los efectos del caso.
Reduxx es una nueva plataforma en pro de los derechos de la mujer y de los menores de edad con noticias y artículos. Somos 100% independientes! Colabora con nuestro proyecto uniéndote a nuestro Patreon.
