Un profesor de Ética de la Universidad Metropolitana de Oslo Noruega ha llamado a legalizar la pornografía infantil generada por IA, afirmando que la pedofilia debe verse como una sexualidad innata y deber ser desestigmatizada.
Ole Martin Moen, un hombre gay de identidad “queer”, que actualmente se desempeña como miembro del consejo asesor de la Organización de Pacientes para la Incongruencia de Género (PKI) de Noruega, un grupo político de presión social en pro de los derechos trans. Según su sitio web oficial, la misión del PKI es brindar el “tratamiento de afirmación de género” a toda persona “independientemente de factores como la identidad no binaria, la práctica sexual o tener otro diagnóstico”. Moen también se ha desempeñado como consejero académico en Civita, el grupo de expertos liberales más grande de Noruega, desde el 2015.
Recientemente, Moen condenó Christina Ellingsen, una feminista noruega que se enfrenta a una investigación policial y una posible sentencia de tres años de prisión por tuits en los que afirmó que los hombres no pueden ser lesbianas.
Moen le ha dado seguimiento a la cuenta de Twitter de Women’s Declaration International Norway, dejando afirmaciones falsas sobre la naturaleza de la investigación contra Ellingsen.
Pero aunque Moen cree que la posición que mantiene Ellingsen en cuanto la ideología transgénero la hace merecedora de un enjuiciamiento penal, su propio historial académico probablemente se consideraría mucho más perturbador para la persona promedio.
“La pedofilia es mala. Pero, ¿qué tan mala es? ¿Y de qué manera y por qué razones es mala? Moen escribió en un artículo del 2015 titulado “La ética de la pedofilia“, que luego se volvió a publicaren The Palgrave Handbook of Philosophy and Public Policy en el 2018, un libro de texto de amplia circulación universidades a nivel mundial.
“En este documento se argumenta que la pedofilia es mala solo porque, y solo en la medida en que causa daño a los niños, y que la pedofilia en sí misma, así como las expresiones y prácticas pedófilas que no causan daño a los niños, son moralmente buenas. ”, dice el resumen.
Moen detalla los argumentos a favor y en contra de las “relaciones sexuales adulto-niño” antes de llegar a la conclusión de que “el sexo adulto-niño no se puede clasificar como categóricamente dañino”, pero puede resultar en “riesgos” de que los niños salgan lastimados. Ofrece una rápida desaprobación de las relaciones sexuales con penetración anal entre adultos y niños, pero continúa haciendo declaraciones en defensa de la pedofilia como orientación sexual natural, comparando el deseo de abusar sexualmente de los niños con el ser homosexual.
“Debemos apreciar que la atracción sexual hacia los niños es a menudo una parte profunda y fundamental de la personalidad de los pedófilos”, afirmó, al tiempo que sugiere que los pedófilos no deberían ser considerados responsables de sus actos, ya que “muchos pedófilos ignoran la realidad de que el sexo entre adultos y niños expone a los menores de edad a daño tanto físico como mental”.
Moen también argumenta que los pedófilos que no abusan sexualmente de niños deben ser “elogiados” por su “admirable fuerza de voluntad ”, y agrega que condenar a los pedófilos por su atracción debe considerarse “injusto”.
El académico afirma que “muchos de nosotros en algún momento fuimos pedófilos ” y presenta un extraño argumento de que la mayoría de las personas experimentaron atracción sexual hacia los niños cuando ellos mismos eran niños.
“Cuando tenías 11 años, es probable que sintieras atracción sexual por los niños prepúberes… El estado mental de encontrar a los niños sexualmente atractivos es muy común”, afirma, y agrega: “La juventud, esa propiedad que los niños tienen en exceso, es una propiedad que, cuando se encuentra en menor medida , se considera sexualmente atractivo. Como tal, lo que diferencia a los pedófilos de las demás personas es que los prefieren más jóvenes que las personas promedio”.
Pero quizás lo más inquietante es que Moen ha pedido que se enseñe la pedofilia como tema en las escuelas, sugiriendo que “un cierto porcentaje” de estudiantes de secundaria tienen una identidad sexual pedófila natural.
“Para evitar futuros daños a niños, también sería bueno que comenzáramos a enseñar a los estudiantes de secundaria no solo qué hacer en caso de que fueran víctimas de abuso sexual, sino también qué hacer en caso de que ellos mismos sean pedófilos. Cierto porcentaje de estudiantes de secundaria son o se convertirán en pedófilos, y actualmente no reciben ningún consejo sobre cómo manejar su sexualidad”.
Moen también ha declarado que el material pornográfico infantil generado por computadora y otros “puntos de acceso para esta fantasía” pueden ser útiles para aquellos con tendencia sexual pedófila, insistiendo en que disfrutar de dicho material no resultaría en una mayor inclinación para abusar de un niño real. Pero la afirmación de Moen choca contra las evidencias recolectadas por expertos en protección infantil que han sonado la alarma frente a este tipo de argumentos.
En el 2018,Line Hegna, directora de comunicaciones de la sucursal noruega de Save the Children, explicó para el Sunday Guardian Live que la posesión de material relacionado con el abuso sexual infantil “contribuye a mantener un mercado que presupone el abuso de niños”.
Hegna estaba opinando sobre un escándalo nacional que terminó con un destacado experto en protección infantil sentenciado a prisión por posesión de una enorme cantidad de contenido que mostraba violaciones de niños. “La posesión de material abusivo puede funcionar para normalizar el abuso sexual de menores”, dijo Hegna.
De 2017 a 2021, Moen fue el investigador principal en el proyecto “¿Qué no se debe comprar y vender?“, financiado por el esquema SAMKUL del Consejo de Investigación de Noruega con una subvención gubernamental de unos 8,9 millones de NOK, o aproximadamente $1 millón de dólares estadounidenses. Una descripción del proyecto indica que fue diseñado para explorar las cuestiones filosóficas que rodean “la compra y venta de amistades, bebés y órganos humanos”.
La defensa de la pedofilia como una orientación sexual por parte de Moen es el último ejemplo de lo que parece ser un aumento progresivo de las voces abiertamente empáticas hacia los pedófilos a nivel académico, con múltiples incidentes reportados durante el último año.
El 5 de febrero, el profesor de la Universidad Estatal de Nueva York, Stephen Kershnar, fue asignado a tareas fuera del campus después de que resurgieran fragmentos de un podcast que grabó donde se mostraba defendiendo activamente el contacto sexual de adultos con menores de edad, incluidos niños de hasta 12 meses.
Incluso más recientemente, una investigación de un académico que criticaba las simpatías a favor de la pedofilia en las universidades fue eliminada del The British Journal of Sociology and History apenas 24 horas después de haberse publicado debido a la presión ejercida por un grupo activista “pro-pedófilo”.
En una entrevista para Reduxx, el Dr. Alaric Naudé de la Universidad de Suwon en Corea del Sur señaló que los esfuerzos por “desestigmatizar” la pedofilia para supuestamente “prevenir delitos” ponen en peligro a los niños y no estaban respaldados por estudios serios.
También señaló que afirmaciones como las que mantiene Moen que definen a la “atracción a menores” como una sexualidad natural, “en realidad les dificulta aun más a los pedófilos el poder desviar sus deseos por los niños”.
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