Un hombre que se dice trans y ex drag queen que reside en Berlín está actualmente involucrado en un litigio contra McDonald’s tras alegar que se le denegó el acceso al vestuario destinado a las empleadas. Kylie Divon, de 27 años, también conocido como Keil Li, solicita una indemnización económica por “discriminación” después de que una compañera de trabajo, una mujer musulmana, le dijera que se fuera del vestuario de mujeres, citando sus genitales masculinos como motivo de su preocupación.
Divon, originario de Libia, vive en Alemania desde hace siete años y comenzó a trabajar en el McDonald’s de la estación central de Berlín hace cuatro.
Antes del incidente, Divon había hecho espectáculos de drag los fines de semana en SchwuZ Queer Club. En 2020, Divon le dijo a su empleador que quería que se dirigieran a él como “Kylie” cuando estaba en el trabajo. En 2023, solicitó usar un uniforme femenino, afirmando que era “una mujer a partir de ahora”.
Sin embargo, durante el proceso judicial celebrado esta semana, el representante legal de McDonald’s dijo al tribunal berlinés que Divon nunca había anunciado su identidad recién elegida a la dirección.
Divon usó el vestuario de mujeres durante cinco meses hasta que en diciembre, una compañera de trabajo, identificada únicamente como la Sra. M, le pidió que se marchara y que evitara usar los vestuarios de mujeres en el futuro.
Durante una audiencia conciliatoria entre Divon y la dirección de McDonald’s, ambas partes se negaron a llegar a un acuerdo. La empresa ofreció al demandante una indemnización de tres meses por despido de 8.000 euros, porque había dejado de ir a trabajar desde el incidente de diciembre. Divon había pedido la baja por enfermedad, alegando ser víctima de un “acoso” tan grave que “incluso tuvo que tomar pastillas para dormir”.
Sin embargo, Divon insiste en que quiere seguir trabajando en la filial en la que todavía sigue empleado y utilizar el vestuario de mujeres. Como el travesti alega ahora que fue víctima de discriminación, McDonald’s ha retirado la oferta de acuerdo, afirmando que las quejas por discriminación eran “acusaciones falsas del demandante”.
La empresa alegó en su defensa que los supervisores no habían hecho ninguna declaración discriminatoria, sino que habían tratado de hablar con Divon en múltiples ocasiones. En este contexto, un a indemnización indicaría una admisión de culpabilidad, argumentaron los abogados de McDonald’s.
El 24 de junio, un día antes de que el caso fuera visto en el Tribunal Laboral de Berlín, la revista queer Siegessaeule publicó una entrevista halagadora con Divon. Según él, la compañera de trabajo que le pidió que abandonara el vestuario femenino era una mujer musulmana que le dijo que era “visto biológicamente como un hombre”, una declaración que, según él, es discriminatoria.
En la entrevista, Divon reveló que durante las conversaciones con el equipo jurídico de McDonald’s, intentó “explicar” a los abogados que las mujeres no son “reales”.
“Incluso traté de explicar lo que es una mujer: mujer está incluida y significa trans* y cis, todas las variedades de mujeres”, dijo Divon. No hay ‘inferior’ ni ‘real’. Aun así, no lo entendieron”.
“Volveré al vestuario de las mujeres. Pero espero que McDonald’s haya aprendido. Por cierto, no sólo hay hombres y mujeres, sino también personas no binarias o de otros géneros. Lo mejor sería un vestuario unisex”, añadió.
La abogada de Divon, Leonie Thum, dijo durante el proceso: “Según la legislación europea, una mujer trans es una mujer y debe ser tratada como tal”. Thum también acusó a McDonald’s de incumplimiento del deber de diligencia y argumentó que “los supervisores deben recibir la formación adecuada para no comportarse de manera discriminatoria”.
La representante de McDonald’s, Monika Zehetmair, refutó la afirmación y declaró que “otros empleados se sienten molestos”, destacando el origen musulmán de la mujer que se quejó de la presencia de Divon en el vestuario.
Divon reclama una indemnización económica y una disculpa formal. “Los demando para conseguir una indemnización, el castigo también debería ayudar a McDonald’s a poner fin a este tipo de prácticas discriminatorias”, dijo a Bild.
Un portavoz de McDonald’s dijo a ese periódico: “La dirección del restaurante trató de responder a sus necesidades y sugirió varias soluciones, como usar su propio vestuario con cerradura. Sin embargo, esto fue rechazado”.
Divon, quien ha afirmado haberse inventado su apellido combinando ‘diva’ y ‘diván’, se promociona activamente a sí mismo en las redes sociales. Curiosamente, el día antes de su comparecencia ante el tribunal, Divon publicó un video musical en el que aparecía él mismo en un aparente intento de sacar provecho de la noticia de su demanda.
El 9 de marzo, Divon recurrió a Instagram para quejarse de su experiencia en una manifestación del Día de la Mujer, que se celebra internacionalmente el 8 de mayo. “Había mujeres en la calle con pancartas, y yo iba caminando, sintiéndome bien, o sea, oh Dios mío, es nuestro día, ¡increíble! Cuando te sientes bien contigo misma y te sientes feliz y te sientes guapa, caminas con una sonrisa en la cara”, dijo el travesti.
“Tuve reacciones de mujeres cis que me miraban como diciendo, ‘¿Por qué estás ahí?’ No necesito que me digas si soy una mujer o no. Luego una zorra que convirtió sus ojos en un escáner… Y las únicas personas que realmente me devolvían la sonrisa eran hombres”.
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El 19 de mayo, publicó un video en TikTok en el que hablaba de un reciente viaje a Bélgica, donde había sido invitado por la Comisión Europea como representante de los organizadores de eventos drag Queens Against Borders (Drag Queens Contra las Fronteras).
La presidencia belga del Consejo de la UE acogió el 17 de mayo en el Residence Palace de Bruselas la conferencia “Alianzas y política del orgullo: Hacia una Unión de la Igualdad”, donde, en imágenes filmadas por Divon, también se celebraron actuaciones de drag. También asistió Sven Lehmann, Comisionado alemán para la Aceptación de la Diversidad Sexual y de Género (también conocido coloquialmente como el “Comisionado Queer”).
En la conferencia de la Comisión Europea, Lehmann elogió la aprobación de la Ley de Autodeterminación de Alemania (SBGG), una de las políticas de autodeterminación de sexo de mayor alcance del mundo, que establece la “identidad de género” como característica protegida y permite a los progenitores cambiar el marcador de sexo en los documentos de sus criaturas al nacer (artículo en español).
“En abril, Alemania aprobó por fin, tras dos años de debates horribles y muy agresivos, la Ley de Autodeterminación, que permitirá a las personas trans, inter y no binarias ir a la oficina de registro civil y decir: ‘Este es mi nombre de pila, esta es mi entrada de género’, sin evaluaciones psicológicas ni médicas, sin procedimientos legales… Estoy muy orgulloso de esto”, dijo Lehmann.
La SBGG también crea la posibilidad de multar a los ciudadanos con hasta 10.000 euros (unos 10.800 dólares) por revelar el nombre y el sexo de nacimiento de una persona sin su permiso, una acción a la que los activistas trans se oponen firmemente y que denominan “deadnaming” (usar el “nombre muerto”).
En el video compartido en sus redes sociales, Divon parece extasiado con la SBGG, que pronto entrará en vigor en el país.
“A partir de noviembre podremos cambiar nuestros marcadores de género y nuestros nombres, pero ya podéis solicitarlo en agosto”, explica a sus espectadores.
Lehmann fue uno de los más firmes defensores de la SBGG. Ya había sido criticado por confesar en una entrevista para Queer.de haber usado la aplicación Grindr (app de citas para gays) durante las reuniones en el Parlamento, y justificarlo afirmando: “Grindr también es trabajo”. En respuesta a las protestas públicas, Lehmann recurrió a Instagram para llamar “TERFas” a sus detractoras, un acrónimo que significa “feministas radicales transexcluyentes” y que se aplica en general a cualquier mujer crítica con la ideología de la identidad de género, a menudo utilizado junto con amenazas de violencia.
En su calidad de Secretario de Estado del Ministerio de la Familia (BMFSFJ), Lehmann ha conseguido financiación pública para Lambda Bundesverband, una organización que ofrece servicios de asesoramiento sexual para jóvenes, talleres y campamentos de verano. Lambda también publica una revista titulada “Out!” (artículo en español), codiseñada con la colaboración de jóvenes de tan solo 14 años y dirigida a ellos, y ha promovido diversos fetiches, como el bondage, el voyeurismo y el exhibicionismo, el juego médico y los fetiches de edad.
La demanda de Divon contra McDonald’s es el segundo caso ampliamente publicitado de un hombre que se aprovecha de las protecciones legales de “identidad de género” para acceder a un espacio donde se desnudan las mujeres. Nicolas Holstein, de 25 años, que usa el nombre femenino “Laura Hannah”, ha demandado a un gimnasio exclusivo para mujeres en Baviera (artículo en español), solicitando una indemnización de 2.500 euros por los “daños personales sufridos” tras negársele el acceso a las duchas de mujeres.
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