EXCLUSIVA: Un deportista que se dice trans se compromete verbalmente a apoderarse de una de las doce becas de voleibol femenino de la Universidad de Washington

Reduxx se ha enterado de que un jugador de voleibol de California está a punto de convertirse en el primer hombre conocido que recibe una beca deportiva de la División 1 (D1) femenina. Tate Drageset, de 17 años, se ha comprometido verbalmente con la Universidad de Washington y, de firmar la oferta el próximo otoño, se haría con una de las doce becas de voleibol D1 disponibles para mujeres de la Universidad.

El anuncio del compromiso verbal de Drageset con la Universidad de Washington se hizo en junio con mucha fanfarria dentro de la comunidad del voleibol, y muchas revistas deportivas y cuentas de redes sociales cubrieron el compromiso verbal.

Drageset ha sido considerado durante mucho tiempo una estrella emergente dentro del voleibol femenino, y fue la fuerza dominante en dos equipos de USA Volleyball en dos grupos de edad distintos que conquistaron sendos títulos nacionales el verano pasado. También fue nombrado MVP (jugador más valioso) en los Campeonatos Nacionales Juveniles Femeninos a principios de este año. Además de los premios de su club de voleibol, fue galardonado con el título de Jugador del Año 2022-23 de la División 5 de la Federación Interescolar de California.

Pero parece ser que se ha ocultado al público que Drageset es considerado “transgénero”, y los entrenadores, padres y jugadores rivales no han sido informados de su sexo biológico antes de los partidos.

Ahora, por primera vez, una fuente cercana a la situación ha revelado de forma anónima su preocupación por el constante aumento de la participación de Drageset en el voleibol femenino, algo que ahora ha provocado que se esté preparando para aprovechar una rara oportunidad de obtener una beca deportiva con todos los gastos pagados.

Si se concreta el compromiso verbal de Drageset, un varón se apoderará de una de las doce becas D1 destinadas al voleibol femenino en la Universidad de Washington. Las doce becas a menudo se distribuyen a lo largo de cuatro años, dándose tan solo dos o tres por año.

Actyve Volleyball anuncia el compromiso de Drageset con la Universidad de Washington. Actyve borró el post de Instagram tras la publicación de este artículo el 13 de diciembre.

La fuente, que es progenitor de una jugadora menor de edad dentro de la comunidad de la Asociación de Voleibol del Sur de California (SCVA), dijo que las sospechas surgieron hace años, cuando el rendimiento de Drageset empezó a superar con creces al de sus compañeras de equipo. Por aquel entonces, Drageset tenía 12 años, pero jugaba contra chicas de 14 años en un intento de compensar sus evidentes ventajas.

“Ya entonces se notaba que era diferente de las niñas”, dice el progenitor. “A medida que crecía, se hacía más obvio que algo no estaba bien. Cada vez que surgía el tema de [Drageset], TODOS LOS PROGENITORES de todos los equipos de SCVA ya sabían de él. Padres y madres miran a su alrededor con cuidado antes de hablar en voz baja. Algunos esperaban hasta estar fuera del gimnasio para hablar”.

El progenitor reveló que la mayoría de las familias han dudado en hablar por temor a que sus hijas sean penalizadas.

“Todo el mundo tiene miedo de cómo van a tratar a sus hijas si hablan. Entrar en un buen equipo ya es de por sí muy competitivo”, dijo el padre. “El robo de puestos y oportunidades ha sido exasperante y muy triste cuando ves cómo afecta a las chicas. No hay preocupación por su salud mental o por su seguridad después de ser substituidas”.

En declaraciones a Reduxx, representantes del Consejo Independiente del Deporte Femenino (ICONS) señalaron que varias familias locales se han enterado de la participación de Drageset en el voleibol femenino, pero que ha habido silencio por parte de la familia del chico, que parece estar ocultando activamente su situación.

“Sabemos que muchas de las chicas contra las que juega no saben que están compitiendo contra un varón. No ha habido ninguna consideración por parte de su familia de decir la verdad a las deportistas o a las entrenadoras. No han sido transparentes, por lo que las niñas se ponen repetidamente en desventaja sin saberlo y no se les da la oportunidad de optar por no participar ante los mayores riesgos de seguridad”, dijo Marshi Smith.

Su colega, Kim Jones, agregó: “También sabemos que muchas familias locales sí lo saben y están enfadadas porque a sus hijas se las ponen continuamente en una situación de perder ante un jugador masculino en deportes de chicas. Reconocen que es injusto y potencialmente peligroso a medida que surgen más casos de lesiones por conmoción cerebral infligidas por atletas masculinos”.

ICONS, un grupo de campaña no partidista, fue fundado en 2021 para abordar el problema de los hombres que se autoidentifican como mujeres para acceder al deporte femenino, y las cofundadoras Smith y Jones son ex atletas de la Asociación Nacional Atlética Universitaria (NCAA). La hija de Jones también fue una de las nadadoras obligadas a competir contra Lia Thomas, un nadador que se dice trans.

Si bien la condición transgénero de Drageset parece haber sido cuidadosamente ocultada por su familia en los últimos años, su madre, Stacey Drageset, supuestamente encargó un cortometraje sobre Tate en 2016. Titulado “Trans-mission.love“, la película, en formato de documental, fue producida cuando Drageset tenía 12 años. Aunque su cara no se muestra en la película, se puede ver a Drageset sosteniendo una pelota de voleibol con su nombre y jugando al voleibol en la playa en algunas partes del tráiler.

Por la misma época, la madre de Drageset llevó su historia a Los Angeles Times, donde reveló que estaba convencida de que su hijo era transgénero debido a su preferencia por la ropa y los colores “femeninos” cuando era pequeño. En el artículo, los padres de Drageset cuentan que a los 6 años le mostraron una entrevista con Jazz Jennings y sintieron que su hijo “se sentía conectado” a Jennings.

Curiosamente, el año antes de que la familia de Drageset comenzara a promocionar su proceso como un “niño trans”, su madre publicó un libro infantil ilustrado sobre la identidad de género, que fue recientemente mencionado en una investigación sobre libros apropiados en cuanto a la edad en las escuelas de Texas.

Aunque se identifica como “niña”, el rendimiento deportivo de Drageset ha estado muy por encima del de sus colegas y competidoras de sexo femenino. A principios de este año, se hizo con la medalla de plata y un premio de 2.000 dólares compitiendo contra jugadoras de voleibol profesionales maduras en el Teqvoly World Tour.

En comparación con las atletas femeninas de su club de voleibol de su misma estatura, el alcance de pie de Drageset, el salto vertical y otras métricas físicas clave son más favorables, algo que ICONS dice que no es sorprendente, aunque Drageset hubiera empezado a tomar “bloqueadores de la pubertad” a una edad temprana.

“Ningún varón va a pasar nunca por el desarrollo femenino. Sus cuerpos no son comparables en miles de aspectos. Los bloqueadores de la pubertad no eliminan la estatura adulta prevista y los hombres tienen una ventaja de 5 o 6 pulgadas (12 a 16 centímetros) que influye en el rendimiento deportivo, particularmente en deportes como el voleibol”, dijo Kim Jones, señalando una revisión bibliográfica realizada por los doctores Gregory Brown y Tommy Lundberg.

La revisión, publicada a principios de este año, afirmaba que “las pruebas actuales sugieren que los niños conservan las ventajas basadas en el sexo en cuanto a la altura corporal y la masa corporal magra, lo que puede permitir que se mantengan las ventajas deportivas masculinas” incluso cuando se les administran hormonas o bloqueadores de la pubertad a una edad temprana.

Jones también señala el hecho de que la red en el voleibol femenino se coloca más de 7 pulgadas (casi 18 centímetros) más baja que en el masculino, no sólo porque los hombres son de media 6 pulgadas (algo más de 15 centímetros) más altos, sino porque el salto vertical masculino es al menos un 20% mayor que el de una mujer de la misma altura.

Las representantes de ICONS atribuyen gran parte de la culpa a la NCAA, el organismo que regula el deporte universitario en Estados Unidos. Tras la polémica de Lia Thomas en 2022, la NCAA intentó aclarar su posición sobre los atletas que se identifican como transgénero, pero solo sembró más confusión entre los detractores.

“En este momento, las directrices de la NCAA y las próximas reinterpretaciones del Título IX de la Administración Biden incentivan a los atletas varones y a sus familias a ocultar su sexo a las mujeres y a las niñas”, dice Marshi Smith, señalando que la NCAA no cuestiona en gran medida el sexo biológico de ningún deportista, ni permite que tengan lugar esas preguntas, en virtud de las políticas de “discriminación”. Lo compara con “enseñarle a alguien un montón de monedas de oro” para luego dejarlo sin vigilancia, ya que la NCAA ofrece importantes incentivos económicos y profesionales a los deportistas.

“Estamos ante una situación en la que a las mujeres ni siquiera se les permite saber si están poniendo en peligro su seguridad. Es como si a los hombres se les permitiera hacer lo que les dé la gana con las mujeres, siempre que puedan salirse con la suya. El mensaje a los equipos de todo el país es que si los hombres destacan en el engaño o si la NCAA silencia eficazmente a las mujeres, a los hombres se les permite poner en peligro la seguridad, la dignidad y la intimidad de las mujeres”.

Smith añade: “La única solución para proporcionar a las mujeres un deporte justo y seguro es tener una categoría protegida para las mujeres sin excepciones”.

NOTA DE LA EDITORA: En una versión anterior de este artículo se atribuía erróneamente a Byron Wolter, del Centro de Política y Conducta Deportiva, un estudio sobre la participación de varones que se identifican como trans en el deporte femenino. El Sr. Wolter se encargó de la edición, pero el artículo fue escrito por el Dr. Gregory Brown de la Universidad de Nebraska-Kearney y el Dr. Tommy Lundberg del Instituto Karolinska en Suecia. El artículo se ha actualizado para reflejar la corrección.


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Anna Slatz

Anna is the Co-Founder and Editor-in-Chief at Reduxx, with a journalistic focus on covering crime, child predators, and women's rights. She lives in Canada, enjoys Opera, and kvetches in her spare time.

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