Un simposio en Nantes destinado a concienciar sobre la difícil situación de las mujeres afganas e iraníes ha sido aplazado después de que activistas trans amenazaran con emboscar violentamente el acto debido a la presencia de una ponente crítica de género.
El Comité Laïcité République (CLR – Comité Laicismo República), una organización dedicada a promover el laicismo “como una fuerza para la reflexión, el diálogo, con un tono equilibrado”, emitió un comunicado el 5 de abril anunciando que su simposio, titulado “Mujeres, vida, libertad” por el mantra del movimiento de protesta de las mujeres iraníes, se pospondría para una fecha aún no especificada. El acto estaba previsto para el 15 de abril en el Château des Ducs de Bretagne en Nantes.
Las activistas se enfurecieron por la presencia prevista de Marguerite Stern, una activista francesa por los derechos de las mujeres conocida por sus posturas críticas con la ideología de género y el comercio sexual.
“Se hicieron numerosas amenazas que incitaban a la violencia en las redes sociales, incluida la distribución de nuestro cartel anunciando el evento tachado con un cuchillo, con llamamientos a contramanifestaciones debido a la presencia de la Sra. Stern, una activista feminista, crítica de la ideología transgénero”, rezaba el comunicado del CLR.
“Esto llevó a los organizadores a posponer este acto en aras de preservar la seguridad de los oradores, de todos los participantes, y para evitar que el Château sufra daños. El Comité Laïcité République presentó una denuncia e informó al Prefecto de estas amenazas”.
El CLR añadió que, como “firme defensor de la libertad de expresión desde su creación”, el grupo no participaría en la censura de Stern, y menos “bajo la amenaza de grupos violentos que destacan por sus insultos y nunca argumentan”.
En declaraciones a Le Figaro sobre las amenazas de violencia de los activistas trans, Stern comparó la acusación de “transfobia” con la etiqueta de “islamofobia”, diciendo que ambos términos se usan para silenciar a los críticos. Señaló que, según sus detractores, “recordar hechos biológicos y querer proteger a mujeres y niños se considera la peor afrenta”.
Stern va a hablar en el acto sobre el estado del feminismo tras la era Me Too. La descripción de su presentación también menciona que Stern fue expulsada de su propio movimiento en respuesta directa a sus preocupaciones sobre la ideología transgénero. Les Collages Contre les Féminicides, una campaña de acción directa que lanzó en 2019, consistía en la creación de murales que llamaban la atención sobre la violencia masculina contra mujeres y niñas.
En enero de 2020, poco menos de un año después de fundar el colectivo, el proyecto de Stern había sido “secuestrado” por la ideología de género, una situación que ella misma describió en una serie de publicaciones en Twitter.
“Los debates sobre el activismo trans ocupan cada vez más espacio en el feminismo, e incluso acaparan toda la atención. Lo interpreto como un nuevo intento por parte de los hombres de impedir que las mujeres se expresen”, escribió. “En todas las épocas, los hombres han tratado de silenciar a las mujeres acallando sus revueltas. Hoy lo hacen desde dentro, infiltrándose en nuestras luchas y ocupando el centro del escenario”.
“Estoy a favor de deconstruir los estereotipos de género, y creo que el activismo trans sólo los refuerza. Observo que los hombres que quieren ser mujeres de repente empiezan a usar maquillaje, a ponerse vestidos y tacones. Y me parece un insulto a las mujeres considerar que son las herramientas inventadas por el patriarcado lo que nos hace mujeres. Somos mujeres porque tenemos vulvas. Es un hecho biológico”, explicó Stern.
Reveló que cuando el colectivo tomó la decisión de expulsarla, publicaron una foto en la cuenta de Instagram del grupo de algunas de las integrantes junto a un mural que decía: “Des sisters, pas des cisterfs”, o “Hermanas, no cisterfs“, una combinación del término “cisgénero” y del acrónimco “TERF”, un insulto utilizado con frecuencia para llamar a la violencia contra las mujeres que rechazan la creencia de que los hombres pueden convertirse en mujeres.
En los últimos tres años, Stern se ha convertido en un polo de atracción para las agresiones de los transactivistas, soportando el acoso tanto en línea como en público. Después de ser condenada al ostracismo por su propio colectivo, Stern continuó haciendo campaña por los derechos de las mujeres y en 2020 creó L’Amazone, que amplía su anterior arte callejero, pero también organiza manifestaciones contra las industrias de la prostitución y la pornografía.
Los activistas trans han atacado los murales callejeros de L’Amazone, y el verano pasado llegaron a destruir un monumento en memoria de los bebés víctimas del síndrome del bebé sacudido.
El mural estaba hecho de papel y pegado cerca de una acera creando un collage con los nombres y edades de 14 bebés que habían muerto a consecuencia de esta lesión. La mayoría de los bebés tenían entre 1 y 13 meses.
El Día Internacional de la Mujer de 2021, activistas trans lanzaron huevos contra Stern en un ataque coordinado y premeditado. Ella, junto con miembros de L’Amazone y del Colectivo para la Abolición de la Pornografía y la Prostitución (CAPP) se habían reunido para celebrar una manifestación en la Plaza de la República de París. Las mujeres pronto se encontraron rodeadas y superadas en número por activistas trans que las llamaron “SWERF”, por Sex Worker Exclusionary Radical Feminist (feminista radical excluyente de las trabajadoras sexuales), y gritaron: “No hay feminismo sin putas”.
Muchas de las mujeres que protestaban contra la industria del sexo eran sobrevivientes de la prostitución, pero esto no disuadió a los transactivistas. En una estatua donde estaban reunidas las mujeres se pintó con spray una amenaza que decía: “Salva a una persona trans, mata a una TERF”.
El pasado octubre, las mujeres de L’Amazone fueron agredidas físicamente por activistas trans que rompieron sus carteles y les lanzaron insultos mientras se manifestaban en París. Rodeando a las mujeres, los transactivistas gritaron “los hombres pueden abortar” en aparente réplica a la oposición de los participantes a la ideología de género. También gritaron “TERFs fuera” y “¡basta de transfobia!” Durante el ataque, una defensora de los derechos de las mujeres sufrió la fractura en un dedo cuando fue agarrada y empujada.
“Me hice a la idea de que mi vida, a escala personal y profesional, nunca volverá a ser la misma. Cuando empezamos a hablar públicamente sobre el transgenerismo, hay un antes y un después”, dijo Stern a Le Figaro. “Solo una cosa me aterroriza más que las amenazas que recibo: la idea de dejar de hablar”.
Un local se ha ofrecido a acoger una charla de Stern en mayo en apoyo de su campaña. Café Laïque Bruxelles compartió la noticia del discurso elogiando “su valiente lucha” y prometiendo a los posibles asistentes que “esta conferencia no va a ser cancelada”. Apenas tres meses antes, el café fue atacado por activistas trans que irrumpieron en el interior y arrojaron heces en protesta por los ponentes críticos con la transición médica infantil.
Más recientemente, Stern se ha asociado con la influencer de sexualidad femenina Dora Moutot en un proyecto que llaman Femelliste, que “lucha por mantener los derechos basados en el sexo de las mujeres”.
“Ser mujer no es un sentimiento o una opinión o una fantasía o un gusto por una ropa determinada, sino una realidad biológica y sexual”, dice el manifiesto de Femelliste. “El género es un conjunto de construcciones sociales que encierran a mujeres y hombres en grilletes estereotipados de los que las feministas siempre han tratado de liberarse”.
Por hablar de la anatomía y la sexualidad femenina, la cofundadora Moutot también fue objeto de abusos por parte de activistas trans, y actualmente se enfrenta a una querella criminal (artículo en español), la primera de este tipo en el país, por acusaciones de “malgenerización” de dos figuras públicas transgénero.
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