Mandan a un transactivista a una cárcel de mujeres a cumplir cadena perpetua por el asesinato de una familia de California

Un transactivista, que fue bastante conocido en su momento, ha sido enviado oficialmente a una prisión de mujeres tras su condena por el asesinato de una familia de California. Dana Rivers, de 68 años, fue condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional a principios de esta semana.

Nacido David Chester Warfield, los crímenes de Rivers se remontan al 11 de noviembre de 2016 (artículo en español), cuando la policía recibió una llamada de alguien que había oído disparos en Oakland, fuera de la casa de la pareja de lesbianas Patricia Wright y Charlotte Reed. Cuando llegaron las autoridades, encontraron a Rivers cubierto de sangre y gasolina y huyendo de la casa en llamas.

El juicio del caso iba a tener lugar en 2019, pero se retrasó repetidamente para facilitar una investigación sobre la salud mental de Rivers. El juicio finalmente comenzó el 31 de octubre de 2022, y Rivers fue declarado culpable de los horribles crímenes poco después.

El 15 de junio, el juez Scott Patton condenó a Rivers a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, y dijo que el caso era “el crimen más depravado” que había visto en sus 33 años de ejercicio.


Patricia Wright [izq.], Benny Diambu-Wright [centro] y Charlotte Reed [dcha..].

Se cree que el motivo de los asesinatos fue la salida de Reed de una pandilla de moteras “exclusivamente femenina” con la que había estado brevemente relacionado. Rivers era miembro de la pandilla y había sido fichado como su “matón”.

Los forenses descubrieron que Reed había sido apuñalada y golpeada docenas de veces, además de tener heridas de bala. Wright había recibido dos disparos, y su hijo, Benny Diambu-Wright, que acababa de graduarse en Berkeley High School, había recibido un disparo en el corazón. Los cadáveres de Wright, Reed y Diambu-Wright se encontraron entre los escombros en llamas. Rivers fue detenido inmediatamente y llevado a la cárcel del condado.

Según informes policiales, Rivers “comenzó a hacer declaraciones espontáneas sobre [su] participación en los asesinatos” en el momento de su arresto. Finalmente confesó haber matado a las dos mujeres y a su hijo, pero se declaró inocente de los cargos de triple homicidio en 2017.

Aunque se había informado que Rivers había sido enviado a San Quintín para ser procesado, ahora es oficial que pasará su cadena perpetua en una prisión de mujeres.

Según el sitio web del Departamento Penitenciario y de Rehabilitación de California, Rivers ha sido internado en el Centro de Mujeres de California Central.

La ubicación penitenciaria “basada en la identidad de género” de Rivers es el resultado de la ley SB132 de California, también conocida como la Ley de Respeto, Agencia y Dignidad Transgénero.

La ley fue promulgada en enero de 2021 por el gobernador Gavin Newsom y proporciona a los reclusos alojamiento en función de su identidad de género autodeclarada.

Casi inmediatamente después de la entrada en vigor de la ley, los centros penitenciarios de California se vieron inundados de cientos de solicitudes de traslado de reclusos varones que querían ir a instalaciones para mujeres. Según Keep Prisons Single Sex USA, un tercio de todos los reclusos varones que han solicitado tales traslados eran delincuentes sexuales registrados.

El Departamento de Instituciones Penitenciarias y Rehabilitación de California había confirmado previamente a Reduxx que las solicitudes de reubicación y traslado se basan exclusivamente en un Cuestionario de Identidad de Género que los reclusos pueden cumplimentar en el momento de su ingreso o solicitar posteriormente en cualquier momento de su encarcelamiento.

El cuestionario de identidad de género del CDCR. Fuente: Sala de prensa del CDCR

El cuestionario consta de una breve serie de preguntas donde los reclusos pueden declarar sus pronombres, honoríficos e identidad de género.

Los reclusos varones no necesitan identificarse como transgénero para solicitar el traslado o el alojamiento inmediato en una prisión de mujeres, y pueden simplemente identificarse como no conformes con el género o no binarios.

La decisión de llevar a Rivers a una prisión de mujeres debido a su autoidentificación de género parece estar irónicamente relacionada con gran parte del activismo en el que participó antes de los asesinatos. A lo largo de la década de 1990 y principios de la de 2000, Rivers fue conocido como un destacado transactivista que luchaba contra la “discriminación de género”.

Rivers ganó notoriedad en 1999 cuando fue despedido del instituto Center High School, en el condado de Sacramento, por hablar abiertamente de su “sexualidad y de la importancia de la autodeterminación de género” en clase con los estudiantes.

Rivers en una entrevista después de ser despedido de su trabajo en la escuela en 1999.

Los miembros del Consejo Escolar de Center Unified School que votaron a favor del despido de Rivers argumentaron que la decisión no tenía nada que ver con su identidad de género. Citaron en cambio la preocupación por los derechos de los padres, algunos de los cuales se habían quejado a los administradores de la escuela de que Rivers había estado hablando de temas inapropiados y sexuales acerca de su “transición” con los estudiantes.

Según un artículo publicado en 1999 en el New York Times, un padre declaró que Rivers les había dicho a los niños que había sido “sodomizado cuando era joven y que siempre había sentido que era una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre y que iba a convertirse en una mujer en el otoño. Debería haber obtenido permiso de los padres para decir eso”.

Tras la decisión de la administración de no renovarle el contrato, Rivers presentó una demanda por discriminación ampliamente publicitada que puso en marcha su carrera como transactivista y le valió una indemnización de 150.000 dólares.

Apareció en el Today Show y Good Morning America, y salió incluso en el New York Times, lo que elevó rápidamente su perfil como respetado defensor del colectivo LGBT. Más tarde consiguió trabajo como profesor en una cárcel de hombres de San Francisco, y en 2008 el Bay Area Reporter le dedicó un artículo por “cambiar vidas”.

Rivers fue uno de los principales ponentes del Centro Nacional para los Derechos de las Lesbianas, así como del The Tiffany Club, una organización fundada para promover los intereses políticos de las personas con “confusión de género”.

Rivers también dio conferencias como profesor invitado en varias universidades, entre ellas Stanford y UC Davis, y fue miembro de la Junta de la Fundación Internacional para la Educación de Género (IFGE).

Pero antes de dedicarse al transactivismo, Rivers participó en tácticas de intimidación contra espacios y eventos sólo para mujeres, especialmente contra el Michigan Womyn’s Music Festival (MWMF), coloquialmente conocido como MichFest, un festival de música para mujeres.

En 1991, MichFest adoptó una controvertida política de incluir sólo “mujeres-nacidas-mujeres”, que fue duramente condenada por las principales organizaciones de gays y lesbianas. También fue objeto de acoso por parte de hombres que se dicen trans que se oponían a la política de un solo sexo del espacio. Poco después, uno de los hombres expulsados del festival por esta política fundó el Campamento Trans.

Camp Trans se establecería fuera del recinto del Festival de Música con el propósito de acosar y amenazar a las mujeres en el festival.

Rivers comenzó a participar en Camp Trans en su segunda edición, y en un momento dado trató de entrar a la fuerza en el Festival de Música. En un ensayo que escribió sobre la experiencia, Rivers declaró: “Me quedé allí, dispuesto a declarar que cumplía con los requisitos de mujer-nacida-mujer. Así lo siento en mi corazón. Mi madre, mi hija y mi amante lesbiana saben que eso es lo que soy”.

Rivers se comparó a sí mismo con las mujeres lesbianas del festival, afirmando que aunque ellas habían “nacido con vaginas … era obvio para mí y para ellas que yo era más mujer que ellas”.

Camp Trans continuó su campaña contra MichFest y sus asistentes, distribuyendo incluso octavillas inquietantes que decían “las mujeres de verdad tienen polla”, y donde se llamaba “coños” a las feministas lesbianas.

Una octavilla de Camp Trans amenazando a las “feministas de la segunda ola”, y firmada ‘Mujeres-nacidas-monstruos’

MichFest llegó a su fin en 2015 tras las continuas agresiones de la comunidad LGBT en general, que las tachó de “transfóbicas” por negarse a permitir la entrada a su recinto a hombres que se dicen trans.


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