Un médico de género y sexólogo que recientemente vio suspendida su licencia médica a raíz de una investigación de la Autoridad Sanitaria Noruega (NHA) recibió un premio que lleva el nombre de una prominente feminista noruega. El Dr. Esben ‘Esther Pirelli’ Benestad, un hombre que se identifica como transgénero, recibió el premio Ottesen de la organización sin ánimo de lucro Sex og Politikk a pesar de que a principios de este año se le retiró su licencia médica debido a “incumplimiento sustancial del deber”.
El premio Ottesen lleva el nombre de la activista por los derechos de las mujeres y trabajadora social noruego-sueca Elise Ottesen-Jensen, quien participó en la fundación de la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF) en 1953. Benestad, de 74 años, recibió el premio por su trayectoria como “abanderada de las personas trans y transexuales en Noruega y embajadora de la diversidad de género y sexualidad en la sociedad noruega”, informó el medio noruego Psykologisk.
Al concederle el premio, que fue entregado en una ceremonia el 12 de julio en Oslo, los representantes de Sex og Politikk elogiaron a Benestad como “una importante médica de pacientes con incongruencia de género”.
“Hemos vivido un año con un nivel de ruido relativamente alto en el debate trans y de género, y Esben Esther Pirelli Benestad se ha mantenido firme, aunque algo controvertida, en esta tormenta. En la lucha por los derechos sexuales, Esben Esther ha mantenido el estandarte en alto, es una auténtica heredera de Elise”, rezaba el comunicado oficial.
Sex og Politikk también elogió a Benestad por actuar en el papel de Jesucristo el año pasado en una obra titulada “Evangeliet etern Jesus, Himmelens drøning” o “El Evangelio según Jesús, la Reina de los Cielos”. Señalaron que “los conservadores cristianos se sintieron tan provocados que fue necesaria la protección policial en varias de las representaciones”.
Sin embargo, la justificación oficial para concederle el premio a Benestad no mencionó que al antiguo médico de género de WPATH (Asociación Mundial de Profesionales de la Salud Transgénero) se le ha revocado recientemente su licencia médica después de ser investigado por la Autoridad de Salud de Noruega (NHA) en múltiples ocasiones a lo largo de su carrera.
En enero, la NHA emitió un informe de 42 páginas (artículo en español) en el que se detallaban los motivos de su decisión de revocar la licencia de Benestad para ejercer como médico. Las autoridades sanitarias afirmaron que Benestad fue declarado “no apto para ejercer de manera responsable debido a una falta sustancial de perspectiva profesional, actividad irresponsable e incumplimientos sustanciales del deber”.
Aunque el informe reconoce que Benestad ha recibido el apoyo y los elogios de algunos de sus clientes, los inspectores señalaron varios casos específicos de los que tuvieron conocimiento a través de denuncias presentadas por familiares o por personas no identificadas.
Lo que preocupaba especialmente a las autoridades sanitarias era la tendencia de Benestad a ignorar tanto las opiniones de sus colegas como los protocolos recomendados a nivel nacional. “Consideramos que usted no coopera suficientemente con el resto del personal sanitario”, afirmaban las autoridades en su informe.
“La Inspección Sanitaria Nacional también ha evaluado que usted no sigue las directrices nacionales de la Autoridad Sanitaria Noruega en su tratamiento de pacientes con incongruencia de género. Consideramos preocupante que justifique esto diciendo que nadie más tiene suficiente experiencia o recursos para proporcionar este tratamiento, o que defienden un método de tratamiento con el que usted no está de acuerdo”.
Benestad había administrado fármacos para detener la pubertad a adolescentes en circunstancias cuestionables.
El tratamiento de la “incongruencia de género” está supervisado por el Hospital Universitario de Oslo, o Rikshospitalet, que requiere que se realice una evaluación psiquiátrica antes de implementar la intervención médica. A pesar de esta normativa, Benestad había suministrado repetidamente hormonas y fármacos para detener la pubertad a pacientes a quienes se les había denegado después de una evaluación realizada por profesionales de Rikshospitalet.
Se suprimieron las edades de los pacientes para proteger su identidad, por lo que no está claro qué edad tenían los menores en el momento del inicio de la intervención médica. Sin embargo, en el pasado, Benestad ha indicado que ha recetado medicamentos para detener la pubertad a un niño al que empezó a tratar con nueve años, incidente que provocó la primera investigación sobre su práctica por parte de las autoridades sanitarias.
La NHA ya había investigado en dos ocasiones a Benestad (artículo en español) por ignorar las políticas recomendadas de prácticas seguras en su tratamiento médico de menores.
En 2021 se reveló que había administrado en privado fármacos y hormonas bloqueadoras de la pubertad a un adolescente que acabó suicidándose.
Los padres del menor dieron permiso a los medios de comunicación para publicar su experiencia. En declaraciones a la revista Blikk, explicaron que el Servicio Nacional de Tratamiento de la Incongruencia de Género (NBTK) puso al joven en un tratamiento de fármacos para detener la pubertad en Rikshospitalet. El NBTK, que entonces se llamaba Servicio Nacional de Tratamiento para la Transexualidad, depende del Hospital Universitario de Oslo.
Al tiempo que tomaba bloqueadores de la pubertad, el Dr. Benestad, destacado sexólogo que se identifica como trans, también le administraba hormonas en privado, lo que iba en contra de la política del NBTK de prohibir las hormonas de sexo cruzado a menores de 16 años. Poco después, el NBTK se hizo cargo del tratamiento del joven. Aproximadamente cuatro meses después, el menor no identificado se suicidó.
Benestad ha calculado recientemente que el número de pacientes que ha atendido en sus 37 años de carrera oscila entre 1.800 y 2.000. Antes de administrar fármacos bloqueadores de la pubertad a menores de 18 años, Benestad trataba pederastas, a los que llama “pedosexuales”, e insiste en que la pedofilia es un rasgo humano común.
“Todos hemos sido pedosexuales alguna vez”, dijo Benestad a VG en 1998, y citó “nociones tabú imperantes” en torno a la pedofilia como causa de los abusos sexuales a menores.
Además de su trabajo clínico, Benestad tiene una carrera académica que abarca dos décadas, centrada principalmente en las parafilias. Es profesor emérito de la Universidad de Adger.
Benestad ha abogado por normalizar los fetiches sexuales y, junto con su esposa y coprofesora, Elsa Almås, fundadora de la Asociación Noruega de Sexología Clínica (NFKS) fue coautor de un artículo en el Journal of Sexual Medicine titulado, Autogynephilia and Autoandrophilia Revisited, que argumenta que la excitación sexual que experimentan los hombres a través del travestismo debería normalizarse.
Benestad también figuraba como miembro de la Asociación Mundial de Profesionales para la Salud Transgénero (WPATH) hasta noviembre. El médico de género también ha hablado y asistido a conferencias organizadas por WPATH y ha ejercido influencia en sus políticas.
Benestad estuvo presente en una conferencia de WPATH celebrada en junio de 2009, donde académicos involucrados en un foro de fetichismo pedófilo y sadomasoquista (artículo en español) presentaron un concepto de identidad de género “eunuco”. El concepto se incorporaría más tarde a la guía más reciente de normas de atención de WPATH, y la conferencia de WPATH y la presentación de académicos involucrados en el foro fetichista parecen haber influido en el propio interés de Benestad en el tema.
La activista por los derechos de las mujeres y representante noruega de Women’s Declaration International dijo a Reduxx que estaba decepcionada con el silencio de la comunidad feminista con respecto no sólo a la carrera de Benestad, sino también a su reciente premio. Señaló un activo grupo de campaña feminista de Noruega que lleva el nombre de Elise Ottesen-Jensen, cuyo trabajo inspiró el premio.
El lema personal de Ottesen-Jensen era “Sueño con el día en que cada niño recién nacido sea bienvenido, en que hombres y mujeres sean iguales, y en que la sexualidad sea una expresión de intimidad, alegría y ternura”. Escribió para el periódico anarcosindicalista sueco Arbetaren (El Obrero) bajo el seudónimo de Ottar. Reduxx se puso en contacto con el grupo feminista Kvinnegruppa Ottar para obtener comentarios, pero no recibió una respuesta a tiempo para la publicación de este artículo.
“Observamos que el grupo feminista radical Ottar, que se ha negado deliberadamente a tomar una posición en contra del borrado de los derechos de las mujeres basados en el sexo, continúa guardando silencio incluso cuando los transactivistas se apropian y pervierten a figuras históricas como Elise Ottesen ‘Ottar’ Jensen”, dijo Ellingsen.
“Esta falta de reacción nos parece muy reveladora, ya que ejemplifica el alcance de la conformidad con la ideología trans. Muchas mujeres han encontrado ideas de valor incalculable en las pensadoras feministas radicales y en el activismo para la liberación de las mujeres del patriarcado, la cosificación y la explotación. Desgraciadamente, demasiadas organizaciones feministas radicales ignoran el patriarcado, la cosificación y la explotación llevada a cabo por hombres en womanface, como Benestad. Es una vergüenza”.
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