Una adolescente fue suspendida de su escuela en Gosport, Reino Unido, por negarse a usar un baño de género neutro y llamar a su padre para pedir ayuda. La niña, que va a la Escuela Comunitaria Brune Park, le dijo a su padre que le habían dado la opción de usar los baños mixtos o no ir al baño.
En declaraciones a The News, el padre de la niña, cuyo nombre no ha trascendido, informó que su hija había recibido una suspensión de un día el 11 de octubre en un incidente que comenzó cuando se negó a utilizar el baño mixto.
“Un profesor de la escuela de mi hija le negó el acceso a un baño femenino, y le dio un ultimátum: que fuera al baño unisex o que no fuera a ninguno”, dijo el padre, indignado. “Para colmo, la castigaron con un día de suspensión por ponerse en contacto conmigo para decirme lo que estaba pasando y negarse a entregarles su teléfono”.
Según los informes, la niña le había dicho a su profesor que no se sentía segura usando el baño unisex y que le preocupaba su limpieza. Aunque se desconoce la edad exacta de la niña, el alumnado de Bune Park oscila entre los 11 y los 16 años.
“Mi hija ahora tiene una suspensión en su expediente escolar por decir que quería utilizar un baño femenino porque los mixtos la hacen sentir insegura y sucia, y ni siquiera se le hicieron preguntas a ese profesor”, dijo su padre, y agregó que si bien los baños mixtos están “siempre abiertos”, los de un solo sexo a veces están cerrados para los estudiantes por razones desconocidas.
El padre dijo que nunca antes había habido ningún problema con que su hija usara los baños femeninos, y agregó: “He hablado con muchos otros padres que ni siquiera están al tanto de la introducción de los baños unisex, y mucho menos de que los profesores varones tengan control sobre qué baños pueden usar sus hijos e hijas.
“Si una niña quiere ir a un baño femenino, debería poder hacerlo, especialmente a una edad tan delicada en la que están experimentando cambios. Lo mismo se aplica a los niños, algunos pueden ser demasiado tímidos como para ir a un baño unisex … No hay absolutamente ninguna excusa en el mundo de hoy para que un profesor formado en la protección de menores niegue a una niña el acceso a un baño femenino. No ha habido ninguna repercusión para el profesor, así que puede volver a hacerlo”.
La escuela declinó hacer comentarios y en su lugar, envió una carta justificando la suspensión a los padres de la niña.
“La decisión de castigar (a la niña) no se ha tomado a la ligera. Se la ha suspendido por este período fijo porque el 11 de octubre (ella) se mostró persistentemente desafiante”, le dijeron al padre de la niña.
Los problemas relacionados con la introducción de aseos mixtos en las escuelas han sido persistentes a lo largo del curso pasado, con muchas denuncias de incidentes en escuelas de todo el Reino Unido.
La madre explicó que un adolescente había abierto de una patada la puerta del cubículo del baño para fotografiar a su hija mientras estaba utilizando el retrete. Dio tal patada a la puerta que golpeó a la adolescente en la cara, dejándole marcas en el brazo y un gran corte en la frente.
La niña tuvo que ser trasladada al hospital tras ser agredida mientras utilizaba las instalaciones.
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A teen girl was suspended from her school in Gosport, United Kingdom, following her refusal to use a gender neutral bathroom and contacting a parent for help. The girl, who attends the Brune Park Community School, told her father she was given the option of either using the unisex facility, or not being allowed to go to the bathroom at all.
Speaking to theNews, the father of the girl, who has not been named, reported that his daughter received a 1-day suspension on October 11 in an incident that began with her refusing to use the mixed-sex lavatory.
“A male teacher at my daughter’s school refused her access to a female toilet, giving her an ultimatum to use a unisex toilet or not to go at all,” the father said, outraged. “To add to the problem, my daughter was subsequently suspended because she contacted me to tell me what was going on and refused to hand over her phone.”
The girl had reportedly told her teacher that she felt unsafe using the unisex washroom, and that she had concerns about its hygienic upkeep. While the exact age of the girl is not known, Bune Park’s student body ranges from 11 to 16 years old.
“My daughter now has a suspension on her school record for stating she wanted to use a female toilet because the unisex ones make her feel unsafe and dirty, without so much as a question asked of this teacher,” her father said, adding that while the unisex washrooms are “always open,” the single-sex options are sometimes closed off to students for unknown reasons.
The father said there had never been any issues before with his daughter using female toilets, adding: “I’ve spoken to a lot of other parents who aren’t even aware of the unisex toilets being introduced, let alone male teachers having control over what toilets their sons and daughters can use.
“If a girl wants to use a female toilet she should be able to – especially at a sensitive age when they are going through changes. The same applies for boys, some might be too shy to use a unisex toilet … There is absolutely no excuse in today’s world for a male teacher trained in safeguarding children to refuse a young girl access to a female toilet. There has been no repercussions for the teacher whatsoever, so they can do this again.”
The school declined to comment, instead sending a letter justifying the suspension to the child’s parent.
“The decision to suspend (the child) has not been taken lightly. (She) has been suspended for this fixed period because on October 11 (she) was persistently defiant,” they told the girl’s father.
Issues concerning the introduction of unisex toilets in schools have been persistent over the past year, with many reporting incidents at schools across the United Kingdom.
The mother explained that a teenage boy had kicked the cubicle door open to take photographs of her daughter while she was using the toilet. He kicked the door so hard that it hit the teen in the face, leaving her with marks on her arm and a large cut on her forehead.
The girl had to be taken to hospital after being attacked while using the facilities.
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Mujeres luchadoras de arte marciales han revelado que hombres que se dicen trans se han apoderado por completo de las categorías femeninas de una importante asociación de grappling, haciéndolas temer por su seguridad en muchos casos. Uno de esos hombres, Corissa Griffith, se hizo con las cuatro medallas de oro en la categoría femenina durante un torneo en Georgia el 21 de octubre.
La Asociación Norteamericana de Grappling (NAGA) es la mayor asociación de grappling de sumisión del mundo y facilita normas y torneos en varias artes marciales, incluido el Jiu-Jitsu brasileño. Pero aunque NAGA ha establecido categorías de competición para hombres y mujeres desde su creación en 1995, recientemente se ha convertido en objeto de controversia después de que se descubriera que varias atletas femeninas habían tenido que luchar contra hombres que se dicen trans.
El asunto recibió una gran atención en septiembre, cuando se descubrió que una atleta brasileña de jiu-jitsu no había sido informada de que iba a competir contra un hombre. Taelor Moore publicó en su cuenta de Instagram un vídeo de la pelea contra James “Alice” McPike, en el que señalaba que había una diferencia de peso de 65 libras (casi 30 kg) entre ellos.
La Asociación Norteamericana de Grappling ha revisado su política de identidad de género después de que una atleta de jiu-jitsu de 61 kgs tuviera que competir contra un hombre que se dice trans de 91 kgs.https://t.co/UMNuoLyKgG
Después de que el clip se hiciera viral, NAGA se vio obligada a emitir un comunicado aclarando su política sobre la inclusión de hombres que se dicen trans en la categoría femenina.
“NAGA no obliga a las mujeres biológicas a competir contra las mujeres transgénero. Al contrario, les damos la opción a las mujeres biológicas y, si la rechazan, compiten en una división sólo con otras mujeres biológicas”.
NAGA también proporcionó un enlace a su política oficial, que dice: “A las que eligieron no competir con la mujer transgénero, les preguntaremos si tienen interés en participar en una división separada que incluya a la mujer transgénero. Esta división adicional se ofrecerá sin costo alguno para esas competidoras. Sin embargo, si rechazan esta oportunidad, la mujer transgénero deberá competir con los hombres en su respectiva categoría de peso y nivel”.
Pero a pesar de afirmar que se había establecido una política que requería que se informara a las atletas femeninas, muchas están empezando a salir para revelar que NAGA ha seguido emparejando a mujeres contra hombres que se dicen trans sin su conocimiento y privándolas de la oportunidad de optar por no participar en muchos casos.
En declaraciones a Reduxx, las luchadoras de artes marciales profesionales Jayden Alexander y Ansleigh Wilk dijeron que se les obligó a luchar contra un hombre sin previo aviso de NAGA hasta que llegaron a la lona.
“Sinceramente, nunca pensé que esto fuera a pasar de verdad en un deporte de contacto, y menos en MI deporte de contacto”, dijo Alexander, que es cinturón azul de Jiu-Jitsu brasileño. “Cuando lo vi, me quedé tan sorprendida que no supe cómo responder”.
Tanto Alexander como Wilk lucharon contra Cordelia Gregory de la Academia Temporal de Jiu-Jitsu Brasileño, que es uno de los muchos hombres que se dicen trans que participan actualmente en los torneos femeninos de NAGA. Ambas mujeres describen que no se les informó en los torneos de julio que iban a competir contra un hombre hasta que fue demasiado tarde.
“No me lo habían notificado. Me enteré por mis compañeras de equipo. No dejaban de preguntarme ‘¿vas a pelear contra un hombre?’ y, sinceramente, yo estaba demasiado concentrada en entrenar al resto del equipo como para prestar atención a mi oponente”, dijo Wilk.
“Me di cuenta muy rápidamente de que no podía ganarle por la fuerza como a la mayoría de las chicas”, agregó Wilk, que es cinturón marrón de Jiu-Jitsu brasileño y entrenadora. “Bueno, obviamente, ¡porque no era una chica! Luego, no mucho después, tuve que participar en una segunda pelea en la que Cordelia se cogió una rabieta diciendo que ‘no había hecho tapeo’ (rendirse dando dos golpecitos seguidos sobre el cuerpo del rival). Sinceramente, tenía miedo de que [él] me diera un puñetazo cuando extendí la mano para estrechar la suya”.
Ambas mujeres también señalan que la experiencia de pelear contra Gregory fue claramente diferente a la de pelear contra una mujer.
“El hecho es que tenía la fuerza de un hombre. Entreno con hombres y mujeres y la diferencia es enorme”, explica Alexander. “Después de mi combate con Cordelia, me senté junto a la lona y me eché a llorar mientras mis compañeras de equipo me masajeaban los calambres de los antebrazos”.
Pero a pesar de las afirmaciones de NAGA de que su política era informar a las atletas femeninas si su competidor era un hombre, los organismos de control han observado que no parece que se esté aplicando, ni siquiera desde su anuncio en septiembre.
“Una norma sólo es efectiva si una federación la cumple y, lo que es más importante, la hace cumplir”, dice Marshi Smith, cofundadora del Consejo Independiente del Deporte Femenino (ICONS). Señaló que el 21 de octubre, una luchadora se vio obligada por sorpresa a luchar no contra uno, sino contra dos hombres que se dicen trans durante un torneo.
Danielle Lenane, una de las de las mujeres que participaban en la categoría sólo para mujeres, fue obligada a luchar contra Cordelia Gregory y Corissa Griffith, este último representando a Odyssey Jiu-Jitsu. Tras el combate, Lenane pidió que se borrara de su historial todo indicio de que había peleado contra los dos hombres.
Smith dijo que durante el torneo del 21 de octubre, había más hombres que mujeres en algunas de las divisiones femeninas.
En el combate No-Gi femenino para la categoría de peso de 160-169 libras (72-77 kilos), sólo Griffith y Gregory participaron y consiguieron medallas. En su Instagram, Griffith bromeó sobre el combate, publicando una escena de una serie de pornografía japonesa “softcore” y sugiriendo que las dos mujeres representadas eran él y Gregory.
Jayden Alexander dice que ella y otras mujeres iban a competir en el torneo del 21 de octubre, pero se retiraron al ver cuántos hombres participaban.
“No había uno, sino dos hombres que se dicen trans inscritos en un grupo en el que otras mujeres y yo deberíamos haber podido participar, pero no pudimos porque no queríamos pelear contra hombres”, explica Alexander. “Y que un hombre pueda venir y apuntarse en la categoría femenina y desalentarnos de competir es absolutamente desgarrador y, sinceramente, aterrador”.
Ansleigh Wilk corroboró la opinión de Alexander y agregó que la mayoría de las participantes femeninas se sienten incapaces de protestar abiertamente contra las políticas de autoidentificación de género.
“La mayoría de las mujeres tienen miedo incluso de hablar sobre este asunto. No quieren que las tachen de intolerantes o transfóbicas”, dijo Wilk. “Ahora hay muchas chicas que simplemente no se apuntan porque están permitiendo eso. El deporte femenino dejará de existir si esto sigue así. Se les van a arrebatar a las mujeres las medallas, los cinturones, los récords y el dinero”.
Marshi Smith señala igualmente que las mujeres se han autoexcluido de las competiciones, pero que los intentos de presentar quejas formales sobre ser emparejadas con hombres han caído en saco roto.
“He hablado ya con cuatro mujeres que han luchado contra hombres en el deporte de combate de Jiu Jitsu. Están muy disgustadas. Se están autoexcluyendo. Están enviando correos electrónicos a la dirección de la federación, pero están siendo ignoradas. Estas organizaciones y equipos que están fomentando esta peligrosa muestra de violencia contra las mujeres deben ser avergonzados públicamente para que hagan lo que es correcto para las mujeres o que se ganen la indignación que conlleva la cobardía”.
Un agradecimiento especial al Consejo Independiente del Deporte Femenino (ICONS) por su ayuda.
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Female martial artists have come forward to reveal that male athletes claiming to be transgender have completely overtaken the women’s categories of a major grappling association, leaving them fearing for their safety in many instances. One of the men, Corissa Griffith, took home four gold medals in the women’s category during a tournament in Georgia on October 21.
The North American Grappling Association (NAGA) is the largest submission grappling association in the world, and facilitates standards and tournaments in various martial arts, including Brazilian Jiu-Jitsu. But while NAGA has provided competition categories for males and females since its inception in 1995, it has recently become the subject of controversy after a number of female athletes were found to have been matched up against trans-identified males.
The issue first received widespread attention in September after it was learned that a female Brazilian jiu-jitsu athlete had not been informed she would be competing against a male. Taelor Moore posted a clip of her fight against James “Alice” McPike on her Instagram, noting that there was a 65lbs weight difference between them.
Following the clip going viral, NAGA was prompted to issue a statement clarifying its policies on the inclusion of trans-identified males in the women’s category.
“NAGA does not require biological women to compete against transgender women. Instead, we give the choice to the biological women and if they decline, they compete in a division only with other biological women.”
NAGA also provided a link to their official policy, which reads: “For those who chose not to compete with the transgender female, we will inquire if they have an interest in entering a separate division which includes the transgender female. This additional division will be offered at no cost to those competitors. However, if individuals decline this opportunity, the transgender female will be directed to compete with the males in their respective weight and skill level category.”
But despite claiming to have had a policy in place that required female athletes to be informed, many are coming forward to reveal that NAGA has continued to pair women against trans-identified males without their knowledge and depriving them of the opportunity to opt out in many instances.
Speaking to Reduxx, professional martial artists Jayden Alexander and Ansleigh Wilk highlighted their experience being made to fight against males with no prior warning until stepping onto the mat.
“I honestly never thought this would actually happen in a contact sport, especially not MY contact sport,” Alexander, who is a Brazilian Jiu-Jitsu blue belt, said. “When I saw him, I was so shocked I didn’t know how to respond.”
Both Alexander and Wilk fought against Cordelia Gregory of Temporal Brazilian Jiu-Jitsu Academy, who is one of many trans-identified males currently participating in NAGA women’s tournaments. Both women describe that they were not informed they would be competing against a male until the it was too late during their July tournaments.
“I hadn’t been notified. The only thing that brought it to my attention was my teammates. They kept asking me ‘are you fighting a man’ and I was honestly too focused on coaching the rest of the crew to really pay attention to my opponent,” Wilk said.
“I realized very quickly I couldn’t muscle them like most girls,” Wilk, who is a Brazilian Jiu-Jitsu brown belt and coach, added. “Well obviously, because it wasn’t a girl! Then not long after, I had to do a second match of which Cordelia threw a tantrum saying [he] ‘didn’t tap [out].’ I was sincerely scared [he] was going to punch me when I stuck my hand out to shake [his].”
Both women also note that the experience of fighting Gregory was distinctly different than fighting a woman.
“The fact of the matter is that he had a man’s strength. I train with men and women and the difference is massive,” Alexander explains. “After my match with Cordelia, I sat mat-side and cried as my teammates massaged out my cramping forearms.”
But despite NAGA’s September claim that its policy was to inform female athletes if their competitor was a biological man, watchdogs have noted that no enforcement of the policy appears to be taking place, even since their September announcement.
“A rule is only effective if a federation will follow it and, most importantly, enforce it,” says Marshi Smith, the co-founder of Independent Council on Women’s Sports (ICONS). She noted that on October 21, a female grappler was “blindsided” into fighting not one, but two trans-identified males during a tournament.
Danielle Lenane, one of the only females involved in the competition, was made to fight Cordelia Gregory and Corissa Griffith, the latter representing Odyssey Jiu-Jitsu. Following the fight, Lenane asked for her record to be wiped clean of any indication she had fought either one of the men.
Smith said that during the October 21 tournament, there were more males participating than women in some of the women’s divisions.
In the Women’s No-Gi fight for the 160-169lbs weight class, only Griffith and Gregory participated and took home medals. On his Instagram, Griffith joked about the match, posting a scene from a Japanese “softcore” pornography series and suggesting the two women depicted represented him and Gregory.
Jayden Alexander says that she and other females were set to compete in the October 21 tournament, but dropped out after seeing how many males were involved.
“There was not just one, but two trans-identified males who were signed up in a bracket that me and several other women should have been able to sign up for but couldn’t because we didn’t want to go against the men,” Alexander explains. “And for a man to be able to come in and sign up in the women’s bracket and discourage us from even being able to compete at all is absolutely heartbreaking and honestly scary.”
Ansleigh Wilk affirmed Alexander’s sentiment, and added that most female participants feel unable to vocally protest the gender self-identification policies.
“The majority of the women feel scared to even speak out about this matter. They don’t want to be labeled a bigot or transphobic,” Wilk said. “There’s so many girls just not signing up now because they are allowing this. Women’s sports will cease to exist if this keeps up. Medals, belts, records, and money are going to be stripped right away from women.”
Marshi Smith similarly notes that women have been self-excluding from the competitions, but that attempts to formally lodge complaints about being paired up against males have fallen on deaf ears.
“I have now spoken to four women who have all fought male fighters in the combat sport of Jiu Jitsu. They are extremely upset. They are self-excluding. They are emailing federation leadership and being dismissed. These organizations and teams that are encouraging this dangerous display of violence against women need to be publicly shamed into doing what is right for women or reap the outrage that comes with cowardice.”
Special thank you to The Independent Council on Women’s Sports for their assistance.
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Un grupo de estudiantes de la Universidad de Augsburgo, en Alemania, ha pedido que se instalen “gloryholes”, o “agujeros gloriosos”, en las aulas para contribuir a la “diversificación” del campus. Los agujeros gloriosos son agujeros en las paredes o tabiques creados con la intención de permitir a la gente practicar actos sexuales anónimos en público.
Según Presse-Augsburg, el cuerpo estudiantil de la Universidad de Augsburgo tiene un tablero de información que permite a los estudiantes hacer peticiones relacionadas con instalaciones, recursos u otras necesidades que tengan que ver con la escuela o el campus. Durante las reuniones del cuerpo estudiantil se presentan las solicitudes y se comunican las peticiones más importantes a la administración o a la facultad a través del tablón.
Un grupo de estudiantes presentó una solicitud para que se instalaran tres agujeros gloriosos en una sala de conferencias: “Debe haber tres agujeros gloriosos en el centro de la sala de conferencias frente a la entrada… Estos deben ser construidos por el Departamento de Espacio y Construcción y mantenidos por la administración del edificio”.
Continúa con una lista de especificaciones para la instalación.
“[Los agujeros gloriosos] deben estar insonorizados y deben ser opacos. Deben diseñarse para que estén lo más libres de barreras posible, la altura debe ser regulable [y] debe haber asideros en la pared a los que agarrarse. Las luces deben ser regulables y se debe instalar un posible acolchado para las rodillas. Además, se deben proporcionar de forma gratuita en los agujeros gloriosos, condones, barreras bucales, lubricantes y desinfectantes. También se necesitan cubos de basura”.
Los estudiantes afirman que los agujeros gloriosos reducirían el estrés, “contribuirían a la diversificación” y “liberarían el potencial para mejorar la participación en la vida universitaria de los estudiantes queer”. Agregan que se podrían performar “los fetiches” en la universidad, y afirman que el acceso a la actividad sexual podría actuar como un potencial reductor de estrés para los estudiantes.
“El sexo puede ser una actividad relajante, lo que puede ser muy útil en la a menudo agotadora vida universitaria cotidiana. La reducción de estrés consiguiente garantizaría un ambiente de trabajo más positivo en el campus”.
La solicitud argumenta que la instalación de agujeros gloriosos también ayudaría a los “estudiantes queer” a sentirse más seguros en la universidad, ya que los “agujeros gloriosos” son una práctica “no heteronormativa”.
“La construcción de los agujeros gloriosos permite que la Universidad se entienda a sí misma como un espacio crítico con la heteronormatividad, puesto que los fetiches deben entenderse como una práctica no heteronormativa”, reza la solicitud. “Este claro posicionamiento queer liberaría el potencial para mejorar la participación en la vida universitaria de los estudiantes queer y aumentar así su vida cotidiana, la sensación de seguridad y el bienestar de los mismos”.
La propuesta de los agujeros gloriosos se convirtió rápidamente en la principal petición en el tablón de información estudiantil.
El 23 de octubre, se envió un correo electrónico al cuerpo estudiantil en el que se revelaba que la solicitud de agujeros gloriosos se votaría en la Convención de Estudiantes, lo que provocó la indignación del cuerpo estudiantil.
Un grupo religioso de estudiantes, el Anillo de Estudiantes Demócratas Cristianos (RCDS Augsburg), publicó una carta abierta dirigida a la presidenta de la Universidad en oposición a la solicitud, calificándola de “inapropiada” y “altamente escandalosa”.
Dirigida a Sabine Doering-Manteuffel, directora de la Universidad, y al cuerpo estudiantil en general, la carta dice así: “Con referencia al correo electrónico público de la Convención de Estudiantes, nos posicionamos como Lista de Libertad-Democrática y rechazamos firmemente el establecimiento de agujeros gloriosos en la Universidad de Augsburgo”.
El RCDS Augsburgo continúa: “Tal idea no sólo contradice los principios de las instituciones educativas, sino que también constituye una grave violación de las normas éticas y morales. Los agujeros gloriosos son lugares de contactos sexuales anónimos, que suelen encontrarse en tiendas eróticas o establecimientos similares. Su instalación en una universidad, un lugar que debería promover la educación, la investigación y el desarrollo personal, sería absurda e irresponsable. Es difícil imaginar cómo se podría considerar una idea así”.
Aunque la resolución fue finalmente rechazada durante una convención del cuerpo estudiantil celebrada hoy, el hecho de que una propuesta semejantes se haya abierto camino a través del proceso de propuestas dejó a muchos con la boca abierta.
Después de que la periodista Anabel Schunke llamara la atención sobre la solicitud, las redes sociales alemanas estallaron con comentarios y críticas a la Universidad.
“La basura ideológica en algunas universidades alemanas es seguida de forma consistente por la basura llena de bacterias de los baños correspondientes. La buena noticia: [la Asociación de Estudiantes de Augsburgo] nunca ha representado la opinión mayoritaria de los estudiantes. Así que hay esperanza”, respondió un usuario.
“¡El sexo es un asunto privado, no un propósito de estudio! También suena más a burdel que a sala de conferencias. Otro signo de la decadencia de nuestra sociedad occidental. Ya no me pregunto por qué hoy en día se necesita un número infinito de semestres para completar una carrera normal”, dijo otro.
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A group of students at the University of Augsburg in Germany have called for “gloryholes” to be installed in lecture halls in order to contribute to the “diversification” of the campus. Gloryholes are holes in walls or partitions created with the intention of allowing people to engage in anonymous sex acts in public.
According to the Presse-Augsburg, the student body at the University of Augsburg has an information board which allows students to make requests related to facilities, resources, or other school or campus-related needs. During student body meetings, applications are submitted, and top requests are then signaled to administration or faculty via the board.
An application for three gloryholes to be installed in a lecture hall was submitted by a group of students, reading: “Three gloryholes are to be in the lecture hall center opposite the entrance … These should be built by the Department of Space and Construction and maintained by building management.”
It continues with a list of specifications for the installation.
“[The gloryholes] should be soundproof and opaque. They should be designed to be as barrier-free as possible, the height should be adjustable, [and] there should be wall handles that can be held on to. The lights should be dimmable and a possible knee padding should be installed. In addition, condoms, dental dams, lubricants, and disinfectants should be provided free of charge in the gloryholes. Trash cans are also needed.”
The students are claiming that the gloryholes would reduce stress, “contribute to diversification,” and “unleash potential for improved participation in the university life of queer students.” It adds that “kink” could be performed at the university, and claims access to sexual activity could act a potential stress-reducer for students.
“Sex can be a relaxing activity, which can be very useful in the often exhausting everyday university life. The associated stress reduction would ensure a more positive working atmosphere on campus.”
The application argues that the installation of gloryholes would also help “queer students” feel safer at university as “gloryholes” are a “non-heteronormative” practice.
“The construction of the gloryholes allows the University to understand itself as a heteronormativity-critical space, since kink is to be understood as a non-heteronormative practice,” the application reads. “This clear queer positioning would unleash potential for improved participation in the university life of queer students and thus increase their everyday life, the sense of security and the well-being of those same.”
The proposal for the gloryholes quickly became the top request added to the student information board.
On October 23, an email was sent out to the student body revealing that the gloryhole request would be voted on at the Student Convention, prompting outrage amongst the student body.
A religious student group, The Ring of Christian Democratic Students (RCDS Augsburg), published an open letter addressed to the President of the University in opposition to the application, calling it “inappropriate” and “highly scandalous.”
Addressed to Dr. Sabine Doering-Manteuffel, the head of the University, and the student body at large, the letter reads: “With reference to the public e-mail of the Student Convention, we take a position as a Freedom-Democratic List and firmly reject the establishment of gloryholes at the University of Augsburg.”
RCDS Augsburg continues: “Such an idea not only contradicts the principles of educational institutions, but also constitutes a serious violation of ethical and moral standards. Gloryholes are places of anonymous sexual contacts, which are usually found in erotic shops or similar establishments. Their installation at a university, a place that should promote education, research and personal development, would be absurd and irresponsible. It is hard to imagine how such an idea could be considered at all.”
While the resolution was ultimately rejected during a student body convention today, the fact that such a proposal had made its way through the proposals process left many in disbelief.
After journalist Anabel Schunke called attention to the request, German social media erupted with commentary and condemnation for the University.
“The ideological filth at some German universities is consistently followed by the bacteria-laden filth in the associated toilets. The good news: [Ausburg Student Association] has never represented the majority student opinion. So there is hope,” one user responded.
“Sex is a private matter, not a study purpose! It also sounds more like a brothel than a lecture hall. Another sign of the decline of our western society. I no longer ask myself why it takes an infinite number of semesters to complete a normal course of study these days,” another said.
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Un transactivista agredió a una mujer de 52 años el pasado fin de semana durante una protesta contra la ideología de género que se enseña en el sistema escolar canadiense. Tara Smith, cuyo nombre ha sido cambiado para proteger su identidad, asistía a una manifestación contra los planes de estudios sobre Orientación Sexual e Identidad de Género (OSIG) en las escuelas de Nanaimo, Columbia Británica, cuando un transactivista le dio un puñetazo en la cara.
Smith describió los acontecimientos que condujeron a la agresión durante una retransmisión en vivo realizada ayer por Solid Ground, un grupo de campaña que brinda apoyo entre pares a quienes están preocupados por las “ideologías de justicia social”.
“Estaba sola y los grupos eran bastante pequeños. La concentración tuvo lugar frente al Ayuntamiento. Los transactivistas estaban a un lado de la calle, y en las aceras del otro lado había padres y, sobre todo, abuelas”, explicó.
Smith calculó que había aproximadamente 50 personas en el grupo de los transactivistas, aproximadamente el doble del número de mujeres que estaban con ella. Mientras sostenía un cartel en el que se leía “fuera la secta de las escuelas”, otras mujeres sostenían lemas similares, como “dejad a la infancia en paz”.
Cuando las mujeres estaban de pie en el lado opuesto de la carretera, Smith dice que un “hombre vestido de manera extravagante” y que sostenía una bandera del Orgullo se acercó a ellas. Procedió a acosar a las mujeres intentando tapar los carteles con su bandera.
Mientras lo hacía, otro hombre se acercó sosteniendo un cartel con el arcoíris que decía: “No hay lugar para el odio”. En ese momento, dice Smith, comenzó a perseguirla y “me puso [su cartel] en la cara”.
“Sentí miedo… eran dos hombres grandes”, dijo Smith. A pesar de su ansiedad, al parecer le dijo al transactivista: “De eso nada, a mí no me haces eso. Apártate de mi vista”. A continuación intentó apartar el cartel de su cara.
“En ese instante, su puño explotó en mi cara tan rápido. Me sentí volar y caer… Me golpeé contra la acera y me quedé inmóvil”.
This was the "No Place For Hate" counter protestor at Nanaimo City Hall today who crossed the street to the side where the parental rights group was gathered, put his sign directly in an older woman's face and then punched her hard in the side of the head when she tried to move… pic.twitter.com/W00WMNG7J4
La policía interrogó “inmediatamente” a Smith, ya que había agentes en el lugar, aparentemente para garantizar la seguridad del público. Decenas de transeúntes presenciaron la agresión.
A pesar de ello, el hombre no fue detenido. La policía cogió al hombre, le tomaron declaración y, según Smith, interpusieron una orden de alejamiento. Ella ha dicho que tiene intención de presentar cargos contra él y que se ha fijado una fecha para el juicio para el 19 de diciembre.
Mientras declaraba ante los agentes, Smith recuerda que levantó la vista y vio la bandera del Orgullo Progresista, que incluye los colores del orgullo transgénero, ondeando frente al Ayuntamiento. “Veo esa bandera… y pienso: ‘¿Este policía también está en la secta?’. ¿Y quién va a ser el juez? ¿Tendrá el juez un ‘hijo trans’?”.
Al relatar más detalles de su experiencia a la popular YouTuber inglesa y activista por los derechos de las mujeres Kellie-Jay Keen, Smith explicó que le había oído decir a un agente de la Real Policía Montada de Canadá (RCMP) que el hombre que la agredió dijo que lo había hecho porque se sentía “vulnerable”.
Know how that feels. Such loving people they are. Give the lady my love and sympathy. The bruises fade. Not so easy to heal the mind. pic.twitter.com/vJdYtGUMAp
Steel asistía a un evento de Let Women Speak organizado por Kellie-Jay Keen en Auckland cuando los transactivistas derribaron las vallas que los separaban para acercarse a la multitud de asistentes a la manifestación. Durante la colisión, Steel fue agredida por un hombre de 20 años, cuyo nombre no se ha revelado y, según un crowdfunder creado para ayudar con sus gastos, “sufrió lesiones graves a causa de este ataque”.
Durante el mismo evento, un transactivista arrojó sopa de tomate sobre Kellie-Jay Keen, que finalmente se vio obligada a huir, temiendo por su vida, mientras una multitud vociferante la rodeaba.
En los últimos años, se han documentado numerosos casos de mujeres que han sufrido abusos físicos por parte de transactivistas.
Una mujer de Australia fue hospitalizada y quedó con heridas horribles tras el brutal ataque de un activista trans por sus opiniones críticas de género. Dice que observó un claro “cambio de tono” en la policía al enterarse de que su agresor era transgénerohttps://t.co/xBSsxC4nnK
Ruby, cuyo nombre se mantiene en el anonimato para su protección, fue hospitalizada con heridas horribles tras ser agredida por un transactivista en Melbourne, Australia, por lo que ella especula que fue en represalia por sus puntos de vista críticos con el género.
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A trans activist assaulted a 52 year-old woman last weekend during a protest against gender ideology being taught in Canada’s school system. Tara Smith, whose name has been changed to protect her identity, was attending a demonstration opposing Sexual Orientation and Gender Identity (SOGI) curricula in schools in Nanaimo, British Columbia, when a trans activist punched her in the face.
Smith described the events leading up to the attack during a live stream yesterday hosted by Solid Ground, a campaign group which provides peer support for those concerned about “social justice ideologies.”
“I was alone, and the groups were pretty small. The gathering was in front of City Hall. Trans activists were on one side of the street, and there were parents and mostly grandmothers on the sidewalks on the other side,” she said.
Smith estimated that there were approximately 50 individuals in the group of trans activists, about double the number of women she was standing with. While she held a sign reading “get the cult out of schools,” other women held up similar slogans, such as “let kids be kids.”
As the women stood on the opposite side of the road, Smith says that one “flamboyantly dressed man” holding a Pride flag approached them. He proceeded to harass the women by attempting to cover their signs with his banner.
As he did so, another man walked over holding a rainbow sign that read, “No place for hate.” At this point, Smith says, he began pursuing her and “put [his sign] in my face.”
“I felt fear… these were two big men,” Smith said. Despite her anxiety, she reportedly told the trans activist: “Oh, no, you are not doing this to me.” She then attempted to push his sign away from her.
“In that instant, his fist exploded into my face so fast. I felt myself flying and falling… I hit the sidewalk and froze.”
Smith was then “immediately” interviewed by the police, as officers were in attendance ostensibly to ensure the safety of the public. Dozens of bystanders witnessed the assault.
Despite this, the man was not detained. Law enforcement apprehended the man, took his information, and according to Smith, filed a restraining order. She has said that she intends to pursue charges against him, and that a court date has been set for December 19.
As she was giving a statement to the officers, Smith recalls looking up and seeing the Pride Progress flag – which includes the transgender pride colors – flying in front of City Hall. “I see that flag… and I’m thinking, ‘Is this police officer in the cult, too?’ And who’s the judge going to be? Will the judge have a ‘trans kid’?”
Relaying further details of her experience to popular YouTuber and English women’s rights activist Kellie-Jay Keen, Smith explained that she had heard from a Royal Canadian Mounted Police (RCMP) officer that the man who assaulted her said he had done so because he felt “vulnerable.”
In response to news of the assault on Smith, 70 year-old Leicestershire resident Emily Steel shared an image of her own bruises sustained during a March 25 women’s rights rally in New Zealand.
Steel was attending a Let Women Speak event organized by Kellie-Jay Keen in Auckland when trans rights activists knocked down a barricade to approach the crowd of individuals attending the demonstration. During the collision, Steel was assaulted by an unnamed 20 year-old man, and, according to a crowdfunder set up to assist with her expenses, “sustained serious injuries from this attack.”
During the same event, Kellie-Jay Keen was pelted with tomato soup by a trans activist, and eventually was forced to flee, fearing for her life as a screaming crowd surrounded her.
Numerous reports of women being physically abused by trans activists have been documented in recent years.
In a February exclusive, Reduxx reported that a woman had been left with life-changing injuries after being attacked by a trans activist during a night out with her partner.
Ruby, whose name was anonymized for her protection, was hospitalized with horrific injuries after she was attacked by a trans activist in Melbourne, Australia over what she speculates was retaliation for her gender critical views.
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Un recluso que se dice trans en Oregón ha recibido una designación de “vulnerable” por parte de un tribunal de Oregón, lo que le da derecho a protecciones y privilegios especiales debido a su identidad de género. Zera Lola Zombie, que actualmente se encuentra detenido por el brutal asesinato de su ex novia, ya había recibido previamente una exención temporal por lo que, según él, era violencia masculina dirigida contra él.
Zombie, nacido Daniel Lee Smith, presentó una demanda contra el Departamento Penitenciario de Oregón (ODOC) en 2021 alegando que había sufrido discriminación por su identidad de género. Entre los agravios, Zombie afirmaba que había sido objeto de “acoso continuo” por parte del personal y otros reclusos mientras estuvo encarcelado en instituciones masculinas.
Tras la presentación de su demanda, Zombie fue trasladado brevemente al Centro Penitenciario de Mujeres de Coffee Creek, pero fue devuelto rápidamente a un centro masculino apenas unas semanas después por razones desconocidas.
En declaraciones a Reduxx el mes pasado, la directora de medios de comunicación de ODOC, Amber Campbell, explicó que, aunque las decisiones sobre el alojamiento se revisan cada seis meses, Zombie fue devuelto a una prisión de hombres solo tres meses después de ser enviado al centro de mujeres.
Aunque la demanda está en curso, los abogados de Zombie presentaron una moción a principios de septiembre, exigiendo que se implementen una serie de medidas para “proteger” a Zombie de los reclusos peligrosos. Entre las peticiones estaban que Zombie fuera alojado en una celda privada en una unidad sin delincuentes sexuales, y que finalmente fuera transferido de vuelta a Coffee Creek.
Como ya informó anteriormente Reduxx (artículo en español), un día después de que se presentara la moción, un tribunal de Oregón accedió temporalmente a la petición de Zombie de ser designado persona “vulnerable” y ordenó a ODOC que cumpliera con varias de sus demandas. El tribunal impuso las medidas hasta el 29 de septiembre, pero ahora ha emitido una orden de seguimiento que prorroga la moción.
Según la orden más reciente, presentada el 30 de septiembre, el tribunal ha afirmado la condición de “vulnerable” de Zombie y le ha concedido un “recurso extraordinario” tras quedar satisfecho con sus alegaciones de que eran necesarias adaptaciones para evitar que fuera objeto de “daños irreparables”.
Entre las protecciones que recibirá Zombie se encuentra una celda totalmente privada donde no puede ser “visto desnudo por los reclusos y el personal masculino”. Otra orden que permite a Zombie ducharse y vestirse separado de los reclusos y el personal masculino sugiere que el personal femenino será ahora el responsable de las inspecciones de celda y de los exámenes físicos.
Zombie, quien está clasificado como “mujer” en el directorio de reclusos de Oregón, también tendrá horarios separados de comidas y medicación para evitar a los reclusos sobre los que se ha quejado anteriormente.
Curiosamente, el tribunal denegó por segunda vez la petición de Zombie de ser devuelto al Centro de Mujeres de Coffee Creek, aunque no dio ninguna razón. El hecho de que Zombie fuera sacado apresuradamente del centro de mujeres y que desde entonces se le haya denegado repetidamente el traslado pone en duda lo que ocurrió en la prisión para que tanto el ODOC como el tribunal se muestren reacios a permitir su regreso.
Zombie cumple actualmente una condena de 35 años por cargos que incluyen el brutal asesinato en 2014 de Samantha Brown, su novia por aquel entonces. Brown fue golpeada hasta la muerte, su cadáver abandonado en la casa remolque que ella y Zombie compartían. Si bien nunca se aclaró el motivo del crimen, Brown deja cuatro hijos pequeños.
Durante el juicio, Zombie se declaró culpable de homicidio involuntario y agresión para evitar posibles condenas por asesinato e intento de asesinato que podrían haberle acarreado la prisión de por vida sin libertad condicional. También fue acusado de una agresión adicional en primer grado contra otro individuo, así como de un cargo de fabricación de metanfetamina.
Zombie empezó a identificarse como transgénero en 2020 y comenzó un régimen hormonal en ese momento. Desde entonces, ha cambiado su nombre y su marcador de género en documentos legales. Sus abogados en la demanda también insisten en que ha desarrollado “senos obvios” debido a sus hormonas, y han utilizado eso para enfatizar que corre un mayor riesgo en una prisión para hombres.
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Un hombre que cumple una condena de 4 años por el abuso sexual continuado de una menor de edad ha sido trasladado a una prisión mixta para cumplir su condena con mujeres. El depredador, conocido solo como “Hilario”, alias “Chato”, también ha sido formalmente reclasificado como “reclusa”.
Según informa el diario El Norte de Castilla, Hilario solicitó un cambio de sexo registral hace apenas unas semanas. Tras recibir una rápida aprobación, informó al órgano rector del sistema penitenciario español, Instituciones Penitenciarias, que deseaba ser trasladado a una cárcel de mujeres, amparándose en la legislación española sobre autoidentificación de género, recientemente adoptada. La Ley 4/2023 para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, coloquialmente conocida como “Ley Trans”, entró en vigor en febrero a pesar de las protestas generalizadas.
De cómo un violador entra en la cárcel, solicita cambio de sexo en el registro, se lo conceden porque los antecedentes de agresor sexual no se contemplan en la ley trans. Y es trasladado de prisión. ¿Convivirá con mujeres @interiorgob? (En masculino, @ElNorte_SG, no en femenino) https://t.co/SDzrbW9sZ0
— Contra El Borrado de las Mujeres (@ContraBorrado) October 22, 2023
Hilario ha sido trasladado desde el Centro Penitenciario de Segovia, en Torredondo, a la macrocárcel Madrid VII, una cárcel mixta construida en 2008 que alberga a unas 1.800 personas. Se cree que está alojado en el módulo de mujeres del centro.
El hombre, de 48 años, fue condenado en diciembre de 2022 después de ser declarado culpable del abuso sexual continuado de una adolescente. La víctima era la hija de una amiga, a la que Hilario visitaba con frecuencia y con la que había vivido brevemente.
Según las actas judiciales, Hilario desarrolló una “relación sentimental” con la niña y abusó sexualmente de ella en dos ocasiones. Como resultado, la niña quedó embarazada y dio a luz a un hijo.
La Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León intervino rápidamente y declaró a la joven y a su bebé en situación de desamparo. La información proporcionada al tribunal reveló que la menor y el hombre adulto habían estado viviendo juntos con la aquiescencia de su madre, como daba a entender la presencia de ropa masculina en el domicilio, colillas en ceniceros y fotos en mesillas. Los Servicios Sociales también descubrieron que el hombre había estado llevando a la niña a clases de preparación para el parto.
A pesar de la relación de amistad desde antiguo con la madre de la niña, Hilario negó saber que la joven era menor de edad, una afirmación que fue rechazada por el tribunal, que afirmó que no había “ninguna duda” de que Hilario sabía que la niña era menor de 16 años.
Tras fracasar en el primer intento, la defensa de Hilario argumentó con éxito que el hombre desconocía la edad de consentimiento “por haber crecido en un entorno marginal, en el que no eran infrecuentes bodas a los trece años”. El propio informe del ministerio fiscal menciona que la menor se comparaba con gitanas, donde esa práctica es habitual.
Aunque la fiscalía pedía 12 años de prisión, Hilario recibió solo 4 años, la pena mínima posible por el delito de abuso sexual de menores.
Al dictar la sentencia, el tribunal aceptó que “cuando cometió el delito, no sabía que lo que estaba haciendo constituía una infracción penal”. A Hilario también se le ordenó pagar una indemnización de 3.000 euros (aproximadamente 3.100 dólares) a la víctima, pero no se le ordenó completar ningún programa de tratamiento para delincuentes sexuales.
Aunque Hilario nunca se había identificado como transgénero ni había expresado preocupación alguna por su género antes de su condena, tras su encarcelamiento se le aprobó rápidamente la solicitud de cambio de marcador de género.
Su traslado a un centro penitenciario de baja seguridad y mixto conlleva una serie de ventajas, entre ellas que tendrá derecho a disfrutar de “días libres” fuera de prisión mediante permisos de salida.
Según los últimos datos de que dispone Instituciones Penitenciarias respecto de la población reclusa transgénero, en los centros penitenciarios de la Administración del Estado (a excepción de Cataluña y País Vasco, que tienen transferidas las competencias en materia penitenciaria) cumplen condena 83 personas que se dicen trans, 47 hombres y 36 mujeres.
De los 47 hombres que se dicen trans, 23 cumplen condena en módulos de hombres, 22 en módulos de mujeres y 2 en módulos mixtos. De las 36 mujeres que se dicen trans, 25 cumplen condena en módulos de mujeres, 8 en módulos de hombres y 3 en módulos mixtos.
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