Una Enfermera canadiense corre el riesgo de perder su licencia por entender la biología.

La enfermera canadiense Amy Hamm lleva más de dos años en un calvario que puede describirse como kafkiano.

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El Colegio de Enfermeras y Parteras de Columbia Británica (BCCNM) informó a Hamm en noviembre de 2020 que estaba bajo investigación por su “conducta fuera de servicio”.

Dos miembros del público, ninguno de los cuales era paciente de Hamm, se habían quejado, esencialmente, de que era “transfóbica”.

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A pesar de la impecable trayectoria de Hamm y de su historial de trabajo con pacientes transidentificados a lo largo de sus diez años de carrera, el BCCNM tomó en serio esas quejas arbitrarias. Seis meses después, Hamm recibía un documento de más de 300 páginas en el que se detallaba la dudosa “evidencia” de su transfobia en forma de sus artículos publicados y de mensajes en las redes sociales.

Hamm es una defensora de los espacios segregados por sexo, y ha estado involucrada en la versión canadiense del debate sobre la ideología de género: la idea de que la “identidad de género” autodeclarada es más importante que el sexo biológico. El BCCNM consideró que las opiniones personales de Hamm la incapacitaban para ser enfermera.

Los abogados de Hamm describieron sus opiniones al BCCNM de la siguiente manera:

“Los hombres no son mujeres. El ser humano es una especie dimórfica. Mujeres y hombres son biológicamente diferentes. Las mujeres y las niñas tienen derechos basados en el sexo como resultado de esas diferencias. Esos derechos están amenazados. Esta es la verdad. Siempre ha sido la verdad. Decir la verdad no debería ser un delito punible”.

Hamm ha escrito y hablado públicamente sobre ideología de género, además de organizar grandes eventos donde se puede debatir este tema y donde se pueden escuchar diferentes perspectivas. Aunque llevaba haciendo esto casi 7 años, lo que finalmente desencadenó las dos denuncias contra Hamm fue su participación en la colocación de una valla publicitaria en Vancouver que simplemente decía “Yo [corazón] JK Rowling”.

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La valla publicitaria no duró mucho, y fue objeto de actos vandálicos en repetidas ocasiones en el poco tiempo que estuvo puesta en Hastings Street.

Amy Hamm de pie frente a la valla publicitaria que ayudó a erigir en 2020.

Por esto, se arriesgó a perder su licencia de enfermera y su medio de vida debido a la acusación de haber hecho declaraciones discriminatorias y despectivas sobre las personas transgénero mientras se identificaba como enfermera.

En un principio, su audiencia disciplinaria, que se está celebrando por video, estaba prevista del 30 de mayo al 3 de junio de 2022. Sin embargo, rápidamente se amplió a siete días y se reprogramó para los días del 21 al 23 de septiembre y del 24 al 27 de octubre de 2022.

Después de los primeros siete días, se agregaron cuatro días más la semana del 10 de enero. El cuarto día de enero se canceló cuando se hizo evidente que la vista no estaba ni mucho menos terminada, y se decidió que se agregarían otros ocho días.

Esas fechas aún no se han programado, pero una se pregunta si incluso los días adicionales serán suficientes para concluir lo que hasta ahora ha sido una demostración de la captura ideológica del BCCNM.

Todo comenzó el primer día cuando el asesor jurídico de BCCNM Michael Seaborn (quien tiene los pronombres he/him (él) junto a su nombre, al igual que el resto del equipo jurídico del BCCNM) declaró que insistir en que solo hay dos sexos niega la existencia misma de las personas transgénero.

El BCCNM sostiene que, como profesional regulada, Hamm no está autorizada a hacer declaraciones tan básicas y ajustadas a la realidad.

Al día siguiente, el BCCNM llamó a su primera testigo experta, la Dra. Elizabeth Saewyc, directora de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Columbia Británica y miembro de la Asociación Mundial de Profesionales para la Salud Transgénero (WPATH), que recientemente decidió que un hombre que se castra a sí mismo como parte de un fetiche sexual es una identidad de género.

Uno de los aspectos más destacados del testimonio de Saewyc fue cuando tuvo grandes problemas (o, al menos, fingió tener grandes problemas) para comprender que las lesbianas son mujeres atraídas por otras mujeres. De hecho, opinó que podría ser transfóbico que una lesbiana declarara abiertamente su interés exclusivo en otras mujeres.

La siguiente testigo del BCCNM fue la Dra. Greta Bauer, catedrática de Epidemiología y Bioestadística en la Escuela Schulich de Medicina y Odontología de la Universidad de Western Ontario. Bauer también es miembro de WPATH.

Dr. Greta Bower.

Bauer continuó presentando ideas ridículas sobre el sexo y la identidad de género como si fueran universalmente aceptadas e incuestionables.

Habló con confianza de que los niños pequeños tienen identidades de género y de que las personas cambian de sexo a lo largo de su vida. Al mismo tiempo, fue incapaz de definir términos como “género”, “sexo” y “mujer”.

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En un momento dado, Lisa Bildy, asesora jurídica de Hamm, propuso a Bauer una definición de “mujer”, acuñada por la bióloga Heather Heying, que tiene en cuenta todas las salvedades posibles: “Las hembras son individuos que producen, produjeron, producirán o podrían producir óvulos de no ser por anomalías genéticas o de desarrollo”.

Bauer no estaba de acuerdo con esta definición. Cuando Bildy insistió, la asesora jurídica de BCCNM Barbara Findley se opuso, alegando que la definición de “mujer” quedaba fuera del ámbito de competencia de Bauer.

Al igual que Saewyc, Bauer no está de acuerdo con que las lesbianas sean mujeres que se sienten atraídas exclusivamente por otras mujeres. Dijo que las lesbianas deberían preguntarse por qué no se sienten atraídas por hombres que se identifican como mujeres y comparó la orientación sexual con las preferencias raciales sexuales.

Bauer también desestimó las preocupaciones sobre los daños potenciales de meter a prisioneros varones transidentificados, muchos de ellos delincuentes sexuales, en cárceles de mujeres. Desechó la sugerencia de que esta situación pueda crear un nivel de riesgo inaceptable diciendo que las mujeres “cisgénero” también se agreden entre sí en prisión.

En cuanto a los procedimientos médicos de afirmación de género para menores, Bauer afirmó que sería transfóbico cuestionar cualquiera de las intervenciones extremas y experimentales que se están realizando.

Cuando Bildy sugirió que uno de los efectos secundarios de las intervenciones hormonales para las mujeres jóvenes transidentificadas es la menopausia precoz y los síntomas correspondientes como los sofocos, Bauer comentó que a algunas adolescentes “les encantaría eso”.

Bildy cerró su interrogatorio mostrando una foto del tristemente famoso profesor de la escuela secundaria de Oakville, Ontario (artículo en español).

Profesor de Oakville Trafalgar, Kayla Lemieux.

Luego le preguntó a Bauer si el hombre que llevaba puesto esos enormes pechos protésicos era una mujer.

“Si se identifica como mujer, entonces su identidad de género es mujer”, respondió Bauer.

“¿Con pleno acceso a espacios femeninos?” Bildy presionó.

“Según la ley”, dijo Bauer.

Hamm está teniendo problemas por, esencialmente, sostener la postura contraria.

Una vez finalizado el contrainterrogatorio de Bauer, debería haber llegado el momento de que las testigos de Hamm dieran su testimonio. Sin embargo, el abogado de BCCNM ha pasado una buena parte de los 10 días de procedimientos intentando que esas testigos, impecablemente calificadas, fueran descartadas.

El letrado de Hamm pretende llamar a la Dra. Miriam Grossman, la Dra. Kathleen Stock, la Dra. Linda Blade y Heather Mason. Todas ellas tienen un amplio conocimiento del debate sobre la ideología de género y experiencia en diferentes áreas relacionadas con ella.

La Dra. Grossman es una psiquiatra en ejercicio que trabaja con pacientes transidentificados y lleva desde el 2006 planteando preocupaciones sobre la ideología de género.

La Dra. Stock es filósofa, escritora y autora de Material Girls: Por qué la Realidad es Importante para el Feminismo.

La Dra. Blade es presidenta de Athletics Alberta y coautora, junto con la periodista Barbara Kay, de Unsporting: Cómo el Transactivismo y la Negación de la Ciencia están Destruyendo el Deporte.

Mason es una defensora de las mujeres encarceladas y una ex prisionera federal que sabe mejor que nadie lo que les está sucediendo a las mujeres marginadas que se están llevando la peor parte de las desastrosas políticas canadienses en materia de internamiento de prisioneros masculinos transidentificados.

El abogado del BCCNM ha argumentado que ninguna de las experiencias, conocimientos y opiniones de estas testigos son relevantes para el caso de Hamm, a pesar del hecho de que demuestran claramente la existencia de un debate en curso de gran interés público.

El décimo día de la audiencia, Karen Bastow, abogada de Hamm, reiteró que no se trata de un caso de negligencia sino de libertad de expresión. Hizo hincapié en que el discurso de Hamm está protegido por su derecho a la libertad de expresión.

Findlay, la abogada de la parte contraria, dejó claro que al BCCNM no le importan en absoluto los derechos y libertades de Hamm y se lanzó a describir cómo las instituciones canadienses han sido completamente captadas por la ideología de identidad de género como si esta fuera una situación positiva y deseable.

“Un joven transgénero en Canadá o, para el caso, un adulto, puede descubrir su identidad como transgénero y, cuando lo hace, lo encuentra en el contexto de un sistema médico y jurídico y de un sistema educativo que reconoce y entiende, acepta y ayuda con su identidad como personas transgénero. Las escuelas lo enseñan, los médicos lo practican, las enfermeras lo cuidan”.

Concluyó: “Aquí no hay debate. Aquí, el debate está zanjado”.

Salvo que el debate no está zanjado en Canadá: ni siquiera ha empezado. El BCCNM está tratando de evitar que comience al silenciar a Hamm y no permitiendo que sus testigos tengan la oportunidad de declarar.

Lo que le está sucediendo a Hamm no debería suceder en una sociedad libre y sana. Es un ejemplo de la naturaleza totalitaria de la ideología de género y su mantra de “no debate” hecho realidad.

Amy Eileen Hamm es una enfermera completamente entregada que nunca se ha enfrentado a ninguna disciplina laboral. Es madre de dos niños pequeños. Y ahora se enfrenta a la pérdida de su trabajo por afirmar hechos básicos con los que la mayoría de la gente está de acuerdo. Esto debería preocuparnos a todos.

Nuestra sociedad debería aplaudir el tipo de personas capaces de hacer frente a la presión social y a atrocidades como la esterilización de niños y la destrucción de los límites de las mujeres. En cambio, se ha acobardado ante una ortodoxia regresiva que está quemando herejes en la hoguera.

No, el debate no está zanjado. La audiencia de Amy Eileen Hamm es solo el principio.


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Eva Kurilova
Eva Kurilova
Eva is a guest contributor for Reduxx. A regular contributor at Gender Dissent, Eva is passionate about promoting lesbian activism and protecting women's sex-based rights. You can find her traversing the Rocky Mountains of Alberta, Canada with her partner and their husky, Freya.
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