EXCLUSIVA: Reclusa denuncia caso de violación en cárcel de mujeres en California.

Una reclusa albergada en el Centro para Mujeres de California Central presentó una declaración jurada en donde afirma haber atestiguado las secuelas de un caso de supuesta agresión sexual a una mujer que tuvo lugar dentro de dichas instalaciones.

La privada de libertad Mimi Le hizo llegar una declaración jurada a los abogados del Frente de Liberación de la Mujer (WoLF) para que esta sea incluida en el caso de WoLF contra el Estado de California. Reduxx tuvo acceso exclusivo y pudo revisar la evidencia antes de la última presentación de WoLF.

Según la declaración de Le, ella fue una de los muchos testigos presenciales de una serie hechos que describen como una “agresión sexual” sufrida por una reclusa a manos de un hombre identificado como trans.

Le afirma que el 19 de mayo, el personal llevó a una reclusa al edificio médico-administrativo de la instalación después de que otras detenidas informaran que había sido violada. Le describe haber visto personalmente a la mujer “apenas consciente”, y que en menos de una hora,  fue trasladada fuera de su celda en una camilla bajo una alerta médica de Código 3, que significa que un recluso esta inconsciente y no puede ser revivido utilizando los métodos inmediatos.

El día siguiente, Le fue informada de que la mujer había sido agredida sexualmente por Jonathan Roberston, también conocido como Siyaah Skylit. Robertson quien fuera el objeto de campañas trans que buscaban sacarlo de una carcel de hombres y reubicarlo en una institución para mujeres en la que ahora se encuentra. En el 2021, Pink News impulsó una petición que exigía la liberación de Roberston.

En su testimonio, Le sostiene que como representante del Consejo Asesor de Reclusos, ella intentó establecer contacto con el personal penitenciario para aclarar los detalles sobre la supuesta agresión. Mientras se dirigía hacia el edificio del programa administrativo, vio como esposaban a Roberston y rápidamente averiguó que se debía a un estallido violento del convicto en contra la mujeres.

Se le acusa a Robertson de escupirle a algunas reclusas, y otras confirmaron que gritó: “Jodanse todas perras. Te violaré. Violaré a tu mamá. Las joderé a todas ustedes, perras… No hay nada que puedan hacer. ”

Le describe el miedo y el malestar que se extendió rápidamente entre las mujeres después de la amenaza de este hombre, y cómo ella intentó calmar a las demás reclusas.

“Esto fue muy angustioso y triste para todas. Ser amenazada por un hombre con algo que puede hacer, que es capaz de hacer, que quizás ya le haya hecho a otras mujeres, es aterrador”, escribió Le en su declaración, “Estaban preocupadas y discutieron cómo protegerse entre ellas; Las convencí de que simplemente fueran a sus habitaciones mientras yo pedía una actualización del Capitán para decidir como proceder”.

Le dice que se acercó al personal penitenciario para ser puesta al tanto de qué se haría con las amenazas y el comportamiento de Robertson hacia las mujeres.

“Ya para ese momento él ya había sido liberado y se encontraba de nuevo en el patio… pero una vez que el Capitán se enteró de las amenazas de violación, decidió junto con el Sargento  cambiarlo a segregación administrativa. Pero antes de que se pudiera cumplir con la medida, el Alcaide la anuló, diciendo que una amenaza de recluso a recluso no es una ofensa lo suficientemente fuerte”.

Dos días después, Le recuerda que ella junto a otras reclusas se les informó que habían sido incluidas en lo que se conoce como la “confidencial”, una lista de reclusas cuya seguridad inmediata se vio amenazada debido al incidente.

“Los hombres… son transferidos a prisiones para mujeres porque la cárcel de hombres no los protege de ser violados por otros hombres … Pero ahora la prisión los está protegiendo al sacarlos de los centros masculinos solo para permitirles aterrorizar a mujeres con amenazas de violación y violencia”, escribió Le en su declaración.

De manera muy inquietante, justo después de que Robertson emitiera sus amenazas de violación, fue rápida y silenciosamente trasladado a la Institución para Mujeres de California, un centro correccional para mujeres con el menor nivel de seguridad en el estado.

Conversando con Reduxx acerca del testimonio de Le, la directora ejecutiva de WoLF, Mahri Irvine, expresó su decepción por la falta de protección que se les brinda a las mujeres encarceladas desde que entró en vigencia la SB-132.

“Estamos profundamente entristecidas y perturbadas por la denuncia de violación en el CCWF y por las denuncias sobre el accionar de los administradores de la prisión, que obviamente han fallado en su deber de proteger a las reclusas”.

El equipo de Irvine en WoLF inició una demanda contra el estado de California en 2021, en representación de cuatro reclusas que declararon haber sido víctimas de hombres identificados como trans que llegaron en calidad de transferidos a su centro penitenciario. Las demandantes nombradas en el caso son Janine Chandler, Krystal Gonzales, Tomiekia Johnson y Nadia Romero. Romero y Chandler se oponen a la ley bajo la premisa de objeción religiosa, ya que una de las mujeres es musulmana practicante.

Johnson, una sobreviviente de violencia doméstica que fue encarcelada después de asesinar a su agresor, dice que la colocaron en una celda con un “recluso vicioso y peligroso”. Pero quizás lo más impactante es que la demandante Gonzales describe que había sido agredida sexualmente por un recluso que fue trasladado a sus instalaciones después de que se introdujera la SB-132.

Irvine dice que WoLF ha estado sonando la alarma sobre cuán vulnerables son las mujeres encarceladas, y continúa: “A medida que pasan los meses, se informan de más y más agresiones sexuales en las cárceles de todo el país: los reclusos con actitudes depredadoras tienen en la mira a las mujeres vulnerables y sus temores son ignorados por los funcionarios encargados de las prisiones”.

Según Irvine, los administradores de prisiones de California rutinariamente fallan en la prevención de violencia sexual en las cárceles y en la implementación de respuestas adecuadas dirigidas a tratar los traumas cuando reciben informes de casos de agresión sexual.

“¿Cuántas más violaciones deben soportar estas mujeres antes de que los administradores de las prisiones y los legisladores estatales rindan cuentas por su abyecto fracaso en proteger a las reclusas de los hombres depredadores?”

Si bien los activistas trans a menudo afirman que los hombres identificados como trans son particularmente vulnerables en el sistema penitenciario, los registros muestran constantemente que están representados de manera desproporcionada entre los condenados por delitos sexuales.

Según la Oficina de Prisiones, casi el 50% de los hombres reclusos identificados como trans han sido condenados por un delito sexual. Esto se compara con solo el 11% de la población de reclusos masculinos no identificados como trans.

En las prisiones de California, el 33,8% de los reclusos varones identificados como trans son delincuentes sexuales registrados, y la Oficina de Prisiones confirma que la población de delincuentes sexuales encarcelados es responsable de hasta el 50% de las violaciones que ocurren dentro del sistema penitenciario.


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Anna Slatz

Anna is the Co-Founder and Editor-in-Chief at Reduxx, with a journalistic focus on covering crime, child predators, and women's rights. She lives in Canada, enjoys Opera, and kvetches in her spare time.

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