La Unión Americana de Libertades Civiles critica al estado de Florida por no proporcionar “atención de afirmación de género” al hombre que violó y asesinó a mujeres para “extraer sus hormonas”

La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) está en el punto de mira por criticar al estado de Florida por no proporcionar “atención de afirmación de género” a un violador y asesino convicto antes de su ejecución.

Duane Owen, ejecutado el día 15, había sido condenado a muerte tras asesinar brutalmente a una madre de 38 años y a una niña de 14 años en 1984. Durante el juicio, Owen declaró que creía haber “absorbido las almas” de sus víctimas y que éstas “seguían viviendo dentro de él”.

Owen afirmó que agredía sexualmente a mujeres como parte de un ritual para extraer sus hormonas, y que era un transexual que llevaba a cabo la violencia sexual para “convertirse en una mujer”.

El 16 de junio, la ACLU, a través de su cuenta oficial de Twitter, arremetió contra el estado de Florida por negarse a proporcionar “atención médica necesaria para la afirmación de género” a Duane Owen. Usando pronombres femeninos para referirse al hombre, la ACLU afirmó que el estado había causado a Owen “un enorme sufrimiento” y había violado “su derecho a no sufrir castigos crueles e inusuales durante los más de 30 años que estuvo bajo custodia del estado”.


Declararon además que Owen había argumentado en documentos legales que “se le debería permitir la esencia de la dignidad humana”.

Duane Owen fue ejecutado el jueves con una inyección letal tras pasar más de tres décadas en el corredor de la muerte por la brutal violación y asesinato de Karen Slattery, de 14 años, y Georgianna Worden, de 38, en dos ataques distintos que cometió con solo dos meses de diferencia en el condado de Palm Beach, Florida.

El 24 de marzo de 1984, Owen irrumpió en la casa donde Slattery estaba cuidando a dos hermanas pequeñas, de 7 y 2 años. Atacó a la adolescente, le asestó 18 puñaladas y la violó repetidamente antes y después de su muerte, mientras las dos niñas dormían cerca.

Los padres de las niñas que Slattery estaba cuidando regresaron a casa poco después de la medianoche del 25 de marzo y la encontraron muerta. Llamaron a la policía y el detective, Rick Lincoln, describió el caso como “la peor escena del crimen que vería en sus 37 años como policía”.

Solo 2 meses después, el 29 de mayo, Owen volvió a atacar, matando a Georgianna Worden, de 38 años y madre soltera de dos hijas.

Owen irrumpió en la casa de Worden mientras ésta dormía, la golpeó varias veces con un martillo y, después de su muerte a causa de las heridas, procedió a violar su cadáver. Las dos hijas de Worden, de 13 y 9 años, dormían cerca y una de ellas encontró su cadáver a la mañana siguiente.

Las víctimas Karen Slattery [L] y Georgianna Worden [R].

Al día siguiente, Owen fue arrestado como sospechoso de haber cometido los crímenes y mostró poco remordimiento durante el interrogatorio. Incluso se burló de las preguntas de la policía, diciendo: “Las rosas son rojas, amarillas, blancas y rosas. Si quieres jugar a mi juego, tienes que pensarte las cosas”.

Cuando se le preguntó por su motivación para cometer los asesinatos, Owen afirmó que agredía sexualmente a mujeres para extraerles las hormonas porque era transexual, y que necesitaba llevar a cabo las agresiones sexuales para “convertirse en una mujer”.

Owen fue finalmente declarado culpable y condenado a muerte en 1986. Durante las evaluaciones psicológicas posteriores a su condena, admitió haber cometido delitos sexuales con anterioridad, como haber participado en una violación grupal cuando era sólo un niño.

En total, Owen se jactó de 7 violaciones y 5 asesinatos, junto con una serie de delitos diferentes, que nunca fueron descubiertos por la policía. Le dijo a un psiquiatra que planeaba usar información sobre sus otros crímenes para intentar retrasar su ejecución.

Documentos judiciales obtenidos por Reduxx.

Al acercarse la fecha de su ejecución, Owen apeló la condena e hizo que sus abogados argumentaran que no debería ser ejecutado porque estaba loco.

Un psicólogo de la defensa declaró que Owen creía que había absorbido las almas de sus víctimas y que éstas seguían existiendo dentro de él.

Su abogado defensor también argumentó que Owen padecía de esquizofrenia, demencia y trastorno de identidad de género. Sin embargo, los psiquiatras del estado refutaron la afirmación de que su estado mental se estaba deteriorando, diciendo que sus condiciones mentales no eran más que una actuación, y en cambio lo describieron como “sádico sexual”.

Duane Owen.

La fiscal general adjunta Celia Terenzio calificó a Owen de “simulador” cuyo “delirio es inventado”. Owen, escribió ella, “estudió sobre trastornos sexuales y creyó que cuanto más disparatada fuera la historia, más gente creería que está loco. Tiene un trastorno sexual y un trastorno antisocial de la personalidad, pero no es psicótico”.

Incluso las afirmaciones de Owen de “disforia de género” fueron cuestionadas por el tribunal, y los expertos señalaron que nunca había planteado cuestiones relacionadas con su identidad de género durante el juicio.

La Dra. Emily Lazarou, psiquiatra, señaló que Owen nunca pretendió ser una mujer durante ninguna de sus entrevistas y demostró “cero características femeninas”.

Sus apelaciones para que se anulara su condena a muerte fueron rechazadas, y su ejecución se llevó a cabo el 15 de junio.

Muchos usuarios de las redes sociales han expresado su indignación con la ACLU por simpatizar con Owens y referirse a él con pronombres femeninos.

El tweet de la ACLU criticando al estado de Florida por no proporcionar a Owen “atención de afirmación de género” mientras estaba en el corredor de la muerte tenía casi 7 millones de visitas en el momento de escribir este artículo, pero solo había recibido 850 “me gusta”.

“La defensa de la ACLU de un hombre que no tuvo la oportunidad de recibir “atención de afirmación de género” antes de ser ejecutado por violar repetidamente y asesinar a una madre y una niña de 14 años, no estaba en mi cartón de bingo de 2023. Sois unos depravados. Espero que os pudráis en el infierno”, respondió una usuaria de Twitter.

Muchos de los usuarios que afirmaban oponerse a la pena de muerte expresaron su repulsa por el tweet de la ACLU.

“Me opongo a la pena de muerte por principio, pero ¿me estáis tomando el pelo? ¿Este tipo violó y asesinó a una niña y lo que más os ofende es que Florida no pagara su cambio de sexo y no le permitiera alojarse con mujeres? ¿Qué cojones le ha pasado a la ACLU”, preguntó otro usuario de Twitter.

“No apoyo la pena de muerte. Tampoco lamentaré que los contribuyentes no tuvieran que comprarle a este cretino hormonas y ropa interior femenina mientras estaba sentado en el corredor de la muerte”, declaró otro.

No es la primera vez que la ACLU ha sido criticada por apoyar los derechos de los hombres depredadores sexuales.

En 2000, la Unión representó a un grupo de defensa de la pedofilia, la North American Man/Boy Love Association (NAMBLA) (Asociación Norteamericana de Amor Hombre/Niño), en un caso presentado contra el grupo por la familia de un niño de 10 años que fue abusado sexualmente y asesinado. La demanda, Curley vs. NAMBLA, argumentó que NAMBLA había envalentonado al pedófilo que había atacado al niño mediante su “propaganda de relaciones entre adultos y niños”.

La ACLU optó por defender a NAMBLA basándose en que el asunto representaba una forma de censura con respecto al “discurso impopular sobre la sexualidad”. Finalmente, la familia del niño abandonó el caso.

La ACLU también tiene un historial de apoyo a criminales varones violentos que se identifican como mujeres, y en los últimos años ha adoptado la estrategia de representar a asesinos convictos y violadores sádicos en sus intentos de ser transferidos a prisiones femeninas. En 2019, la ACLU presentó una demanda contra el Departamento Penitenciario de Nueva Jersey (NJDOC) en defensa de un tal “Sonia Doe” anónimo que solicitaba su traslado al Centro Penitenciario para Mujeres Edna Mahan.

En la demanda, la primera declaración que figura en la categoría de “alegaciones de hechos” dice: “Sonia Doe es una mujer”.

Pero a principios de este año, Reduxx reveló que el recluso (artículo en español) era el terrorista convicto Daniel Smith, que se identifica como una mujer llamada Danielle Demers. Parte de la demanda por discriminación de Demers argumentaba que había presentado 13 quejas incumplidas al NJDOC relacionadas con su deseo de tener ropa interior femenina.

Desde que salió de la cárcel, Demers ha expresado en internet su interés sexual en furries, pañales, menstruación y lesbianismo. En su perfil de Quora, enumera “Bebés adultos/amantes de los pañales (fetiche)” como un área de especialización personal. ADBL se refiere a una subcultura sexual en la que los adultos, principalmente los hombres, consiguen excitarse comportándose y vistiéndose como bebés.

Como resultado de un acuerdo alcanzado a través de la demanda, el DOC de Nueva Jersey comenzó a transferir hombres violentos al centro de mujeres. Según testimonios facilitados a Reduxx por mujeres encarceladas en el Centro Penitenciario para Mujeres Edna Mahan (EMCF), entre los primeros hombres que fueron transferidos a la prisión después de que Demers y la ACLU-NJ salieran victoriosos de su pleito, se encontraba un asesino de mujeres convicto que se refería a sí mismo como “el sirviente doncella de Lucifer”.

Perry Cerf fue condenado a 50 años de prisión en 2003 por la brutal violación y asesinato de una mujer ecuatoriana víctima de trata con fines sexuales. Cerf, que ahora se hace llamar “Michelle Hel-loki Angelina” y está registrado como mujer por el DOC, había sido encontrado vistiendo la ropa de su víctima y utilizando su identificación con la foto de él superpuesta sobre la de ella.

Cuando cometió el crimen, envió una carta a la prensa en la que confesaba y se jactaba del horrible asesinato, diciendo: “Como tengo un gusto muy inusual por la sangre, bebí y chupé y lamí hasta saciarme … Que se sepa: Soy la sierva doncella de Lucifer, enviada a la tierra nacida del pecado, para traer sufrimiento y dolor, oscuridad y maldad”.

En una inquietante similitud con los comentarios de Owen, Cerf dijo que bebió la sangre de la víctima “para poder permitir que esa persona viviera indirectamente a través de mí”.

Debido a la labor de Demers y la ACLU, al menos 27 hombres están ahora recluidos en EMCF, muchos de los cuales han sido condenados por delitos violentos contra mujeres y niños.


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Shay Woulahan

Shay is a writer and social media content creator for Reduxx. She is a proud lesbian activist and feminist who lives in Northern Ireland with her partner and their four-legged, fluffy friends.

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