El Bundestag alemán ha aceptado una petición que describe los derechos de la infancia redactada por hombres pertenecientes a una organización activista a favor de la pedofilia. Krumme-13, un grupo de presión que aboga por rebajar la edad de consentimiento y legalizar la pornografía infantil, anunció en su página web que una resolución elaborada por el fundador del grupo, Dieter Gieseking, había logrado suficientes votos para ser añadida a la Constitución, o Ley Fundamental.
La petición de Gieseking modifica el artículo 6 de la Ley Fundamental para añadir declaraciones relativas a los derechos de la infancia, y afirma que “los menores deben ser considerados sujetos legales con derechos propios”. Se presentó por primera vez al Bundestag el 22 de mayo de 2019 y ha sido objeto de un largo proceso de revisión.
Entre los derechos enumerados en el texto de la petición se encuentra la afirmación de que los menores tienen “el derecho a opinar en todos los asuntos que afecten su bienestar emocional, mental y físico” y “el derecho al libre desarrollo de su personalidad”.
La “autodeterminación sexual” está incluida en el artículo 2 de la Ley Fundamental bajo la frase “libre desarrollo de la personalidad”, un hecho que Gieseking se aseguró de señalar a sus seguidores en su sitio web.
Como referencia, tanto la petición como el Bundestag alemán citan la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño.
Normalmente, una petición para modificar la Constitución nacional debe reunir el apoyo de más de 50.000 ciudadanos. Sin embargo, el Comité de Peticiones informó a Gieseking de que el 14 de febrero de 2021 se había tomado la decisión de someter a votación la petición del grupo propedófilo junto con otras peticiones similares sobre los derechos de los menores que se estaban considerando.
Esta agrupación de varias peticiones se finalizó formalmente el 11 de octubre. Debido a que las peticiones se consideraron como un paquete, cuando los representantes votaron durante la sesión del 19 de octubre, ni el nombre de Gieseking ni el título de su organización, Krumme-13 (K13), aparecen en la página web del Bundestag de ese día.
En cambio, las demandas del grupo pro-pedófilo de agregar “derechos de los menores” a la Constitución se enumeran bajo el código numérico 20/8782, petición 4-19-07-10000-043821.
Para ser aprobada, una petición necesita al menos dos tercios de los votos. Ésta fue apoyada por representantes de los Demócratas Socialistas, el Partido Democrático Libre y el Partido Verde.
La enmienda sobre los “derechos de los menores” es una de las varias peticiones que Gieseking ha presentado al gobierno, pero la primera que ha sido votada y aceptada. En un principio, la propuesta se incluyó junto a declaraciones que pedían el reconocimiento de la pedofilia como identidad sexual.
“Además de todos los derechos de los menores propuestos, la autodeterminación sexual también debe protegerse e incluirse en la Ley Fundamental”, reza una entrada del blog de K13 sobre la petición, fechada en julio de 2022.
“La pedofilia también debe incluirse en la identidad sexual. Los pedófilos, en particular, deben ser intrínsecamente protegidos contra la discriminación en la Ley Fundamental. Y esto es completamente independiente del derecho penal sexual. La gran mayoría de los aproximadamente 250.000 pedófilos no cometen ninguno de estos tipos de delitos. La pedofilia es una identidad sexual separada”.
Los activistas han estado exigiendo que la “identidad [sexual] pedófila” sea “protegida de la discriminación, la criminalización, la exclusión y la persecución” bajo las leyes de igualdad de Alemania.
El idioma alemán no distingue entre el sexo biológico y el concepto de género socialmente construido. La palabra Geschlecht se usa indistintamente para ambos, y Geschlechtsidentität es el equivalente de los términos “identidad de género” e “identidad sexual”. Por lo tanto, las demandas de los transactivistas de incluir la “identidad de género” como característica protegida comparten una superposición lingüística con los objetivos políticos declarados de los activistas pro-pedofilia.
A través de K13, Gieseking y sus partidarios presionan para rebajar la edad de consentimiento y legalizar la pornografía infantil. K13 también hace campaña para despenalizar las relaciones sexuales entre adultos y menores.
“Legalizar la sexualidad claramente autodeterminada entre personas mayores y menores de 14 años es la mejor protección contra la violencia sexual real contra los menores”, escribió Gieseking en otra petición al gobierno, al tiempo que pedía la abolición de las secciones 176 [Abuso sexual de menores] y 188 [Difusión, adquisición y posesión de contenido pornográfico infantil] del código legal. Gieseking aboga por una distinción entre “consentimiento sexual” y “violencia sexual” cuando se trata de actos sexuales entre adultos y menores. Como cree que los menores pueden dar su consentimiento para tener relaciones sexuales con adultos, promueve la opinión de que sólo esta última debe ser criminalizada.
Gieseking, ex funcionario de la Guardia Federal de Fronteras de 68 años, fundó K13 en Tréveris en 1993 y promovió el grupo como una organización de “autoayuda” para “pedosexuales”. Ha sido acusado en repetidas ocasiones de posesión de pornografía infantil.
En 1996, Gieseking fue condenado a dieciocho meses, de los que cumplió un año de prisión, por cargos relacionados con la explotación de un servicio de venta por correo de pornografía infantil desde una furgoneta. En 2003, Gieseking compareció de nuevo ante el tribunal acusado de posesión de material de abuso sexual infantil obtenido entre julio de 1999 y enero de 2001. La pornografía fue encontrada en el ordenador de Gieseking en un registro de su residencia en agosto de 2001. Sus dispositivos contenían un total de 216 archivos de imágenes de menores desnudos, y fue condenado a ocho meses de prisión.
En aquel momento, Gieseking también fue acusado de enlazar a una página de pornografía infantil en su sitio web. Este enlace fue descubierto por jugendschutz.net, una organización creada por el gobierno federal para proteger a los menores en línea.
En una entrevista de 2014 con Taz Online, Gieseking pidió que se rebajara la edad de consentimiento a los 12 años, y dijo que las interacciones sexuales de adultos con criaturas muy jóvenes tendrían que “discutirse por separado”.
“El tabú de la pedofilia debe romperse de una vez por todas en todos los niveles de la sociedad. Si un pedófilo puede salir del armario sin temor a la exclusión o incluso a la demonización, entonces ésta es la mejor prevención contra el abuso infantil”, dijo Gieseking al citado medio.
“Para los bebés, las criaturas muy jóvenes y los alumnos de primaria, el componente sexual en una ‘relación’ de este tipo es problemático. Esto tendría que discutirse por separado. Desde el punto de vista de la política sexual, una edad de consentimiento de 12 años es apropiada y debería haberse establecido hace mucho tiempo en la sociedad ilustrada de hoy. Hay niños y niñas que toman la iniciativa en una relación amistosa y sexual con un pedosexual. Por lo tanto, es necesaria una reforma de la ley penal sexual que haga justicia a todos los involucrados”.
La activista por los derechos de las mujeres Rona Duwe, que ha sido objeto de repetidos ataques (artículo en español) por cuestionar lo que considera posibles conexiones entre el activismo a favor de la pedofilia y el activismo transgénero, dijo a Reduxx que la situación era “preocupante”.
“A pesar de la denuncia del abuso infantil organizado en Alemania hace sólo unos años y la investigación sobre la red Kentler, los intereses políticos y los objetivos de los activistas pedófilos continúan encontrando una entrada en los procesos legislativos”, dijo Duwe, refiriéndose al infame experimento del sexólogo Helmut Kentler (artículo en español), aprobado por el Senado de Berlín, que colocó a niños de acogida en hogares de pedófilos.
“Aquí están implicados algunos de los mismos hombres que en la década de 1980, y también utilizan las mismas estrategias para silenciar a sus oponentes. La política queer, con sus reivindicaciones, abre nuevas posibilidades para que estos círculos de perpetradores hagan oír sus intereses y les den un barniz de seriedad. Demandas como ‘identidad sexual en la Ley Fundamental’ ya existían en 2010, pero en aquel momento esta demanda fue rechazada con razón”, explica Duwe.
“En 2023, una petición de un delincuente activista pedófilo, que no oculta sus intereses, llega a las comisiones del Bundestag. Los activistas pedófilos siempre han abusado de los derechos de los menores para lograr sus propios objetivos. A través de las contribuciones de K13 también es posible entender por qué personas como Dieter Gieseking reciben con satisfacción una ley de autodeterminación y por qué no son en absoluto fantasías de feministas: una ley de autodeterminación que deja que los menores decidan su identidad de género abre la puerta a nuevas demandas de supuesta ‘autodeterminación sexual’ de los menores, pero que en realidad benefician a los perpetradores”.
El pasado mes de julio, K13 se jactó de que los miembros de su grupo desplegaran una “bandera MAP” durante una de las mayores celebraciones del Orgullo europeo en Colonia. “MAP” es un acrónimo utilizado en algunos círculos pro-pedófilos que significa “persona atraída por menores”.
En el evento del Orgullo en Colonia, los activistas a favor de la pedofilia también portaban pancartas en las que se oponían a su “censura” por parte de la organización Queer.de y abogaban por una “diversidad de opiniones” dentro de la comunidad LGBT.
El mes pasado, K13 respaldó la nueva ley de autoidentificación de género de Alemania (artículo en español), afirmando que la “infancia trans” es “políticamente importante” para avanzar en los derechos de los pedófilos. Gieseking recomendó a los miembros de K13 ver una película sobre un niño de 8 años que transicionó a vivir como “niña”.
“¿Por qué la identidad de género también es políticamente importante para los pedófilos/pedósofos?” preguntó K13. “La identidad sexual y de género no sólo comienzan al cumplir los 14 años, cuando termina el llamado límite de protección de edad. Los menores pueden y quieren experimentar su sexualidad infantil autodeterminada de antemano”.
En particular, Gieseking se ha burlado de las lesbianas y las feministas en la página web de K13, afirmando: “El ethos del feminismo y las lesbianas queda claro… Afirman ignorantemente que no hay relaciones sexuales consentidas entre adultos y menores”.
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