Un sádico pederasta que se dice trans demanda al Departamento Penitenciario de Nueva Jersey por “discriminación” de brujería

Un pederasta que se dice trans y que cumple actualmente una larga condena en la única prisión de mujeres de Nueva Jersey, ha presentado una demanda contra el Departamento Penitenciario de Nueva Jersey (NJDOC), alegando que su religión Wicca está siendo discriminada.

Marina Volz, de 34 años, presentó la demanda el 28 de abril, alegando que se le niegan las adaptaciones religiosas necesarias de acuerdo con sus creencias wiccanas. La Wicca se clasifica a menudo como un nuevo movimiento religioso, que se estableció en Inglaterra a principios del siglo XX y que se basa en un conjunto diverso de creencias paganas.

Volz en 2017 ejerciendo como presidente de la Clark College Queer Association.

En su demanda, Volz alega que Joy Lynch, la jefa de servicios religiosos de Edna Mahan, la prisión de mujeres en la que se encuentra ingresado, ha negado a los wiccanos el uso de una capa holgada utilizada durante las reuniones de “aquelarres de brujas”. El NJDOC acepta la práctica de la Wicca en las prisiones del estado y, al parecer, se permite a los practicantes acceder al artículo que Volz afirma que se le ha negado.

Otros artículos wiccanos permitidos por el NJDOC son el Libro de las Sombras, que contiene instrucciones para rituales mágicos, un pentáculo, incienso, tres velas eléctricas o a pilas y un vaso de zumo de uva como sustituto del vino.

Volz cumple actualmente una condena de 25 años por una serie de horribles delitos sexuales que cometió contra su propia hija de 7 años.

El 6 de mayo de 2022, Volz, nacido Matthew, fue sentenciado por cargos de trata de personas, agresión sexual agravada, conspiración y poner en peligro el bienestar de una menor. Sus cargos se habían derivado de una investigación de 2019 sobre su conducta después de que el Departamento de Protección Infantil de Nueva Jersey tuviera conocimiento de que estaba creando pornografía en una casa donde residía una menor.

Volz, junto con otro hombre que también se dice trans, llamado Ashley Romero, operaba un negocio de “pornografía transgénero” en su casa a través del cual producían y distribuían contenido fetichista.

Se ejecutó una orden de registro en la propiedad tras conocerse que la niña probablemente había estado expuesta a material sexualmente explícito. Posteriormente se incautaron dispositivos electrónicos de la vivienda y tras un examen forense, se encontraron varias fotos y videos sexualmente explícitos de la niña.

Crédito de la imagen: Policía del Condado de Somerset

Volz estaba separado de la madre de la niña, pero viajó a Oregón con Romero para poner a la pequeña bajo su custodia y transportarla a Nueva Jersey en 2018, donde comenzó a usarla en videos de explotación sexual infantil. Volz puso en marcha su horrible plan de pornografía justo un año después de haber ocupado el cargo de presidente de la Asociación Queer de Clark College.

Algunos de los medios encontrados por la policía mostraban a Romero abusando sexualmente de la niña. Romero vivía en la casa con Volz y otras dos personas, Sean Allen, quien también había abusado sexualmente de ella, y Dulcinea Gnecco, quien actuaba como empleada doméstica.

Durante el juicio, los fiscales le dijeron al juez que la pequeña había sido sometida a “una vorágine de oscuridad” tras ser retirada del cuidado de su madre.

El juez Peter Tober se negó a profundizar en todos los detalles del caso, pero señaló ante el tribunal que la niña había sido sometida a condiciones similares a la tortura, mencionando collares para el cuello, una jaula en el sótano y juguetes sexuales.

“Esto es de una atrocidad, crueldad y depravación extrema”, dijo el juez Tober, afirmando que la niña había sido arrebatada a su madre “únicamente para la gratificación sexual” de otros.

En la cobertura del horrible caso, los medios se refirieron a Volz y Romero fueron como “mujeres” y utilizaron para con ellos pronombres femeninos. También identificaron a Volz como “la madre” de la niña en el Daily Mail y My Central Jersey.

Después de su sentencia en mayo de 2022, Reduxx se enteró de que Romero (artículo en español) había sido enviado inmediatamente al Centro Penitenciario para Mujeres Edna Mahan, pero que Volz había sido inicialmente llevado a la Prisión Estatal de South Woods para hombres. Apenas dos meses después, Volz fue trasladado discretamente a Edna Mahan, pero siguió registrado como recluso “varón” hasta este año, cuando el estado de Nueva Jersey actualizó su perfil para clasificarlo como recluso “de sexo femenino” (artículo en español).

Volz ya había demandado anteriormente a la Oficina del Sheriff del Condado de Somerset, alegando discriminación por razón de su identidad de género mientras era procesado después de su detención inicial.

Según documentos judiciales revisados por Reduxx, Volz fue puesto bajo custodia de protección en el módulo masculino de la cárcel del condado de Somerset antes de su juicio por el abuso sexual de su hija. No sería trasladado al módulo femenino hasta el año siguiente, después de argumentar que se identificaba como “mujer”. El caso se resolvió fuera de los tribunales por 5,000 dólares.

El año pasado, Reduxx habló con varias reclusas (artículo en español) del centro que expresaron ansiedad y miedo por la presencia de los reclusos varones en sus espacios.

Miseka Diggs (artículo en español), una mujer encarcelada en Edna Mahan, explicó que las reclusas estaban “muertas de miedo” por culpa de esos hombres. Según la política actual, los hombres no necesitan someterse a ninguna intervención quirúrgica, y Diggs afirma que la mayoría de ellos no reciben terapia de reemplazo hormonal. Dice que la mayoría de las mujeres encarceladas en Edna Mahan han sufrido traumas en el pasado, y muchas de ellas son víctimas de violencia machista, y que la presencia de hombres en el centro les causa una gran angustia.

Según Diggs, las mujeres que se quejan de sentirse inseguras son puestas bajo custodia protectora.

“No podemos expresar nuestros sentimientos por miedo a que nos pongan bajo custodia protectora, [que] es como estar encerradas. Si usas las palabras equivocadas, te sacan de tus dependencias. Muchas mujeres andan por ahí con miedo”, dijo Diggs.

“Nos sentimos parte de una broma de mal gusto. Es una pesadilla de la que no podemos despertar”, agregó. “Las mujeres aquí estamos siendo traumatizadas una y otra vez y parece como si a nadie le importaran nuestras necesidades. Nos sentimos ciudadanas de segunda sin derechos”.

Otra reclusa, Dawn Jackson, expresó preocupaciones similares (artículo en español). Jackson es sobreviviente de los abusos sexuales que sufrió toda su vida, y explicó que la presencia de hombres en el centro le causaba ansiedad.

“Personalmente, he llegado a un punto en el que mental y emocionalmente me acobardo cuando estoy en presencia de algunos de los hombres que se dicen trans alojados aquí en prisión conmigo”, dice Jackson, “He tenido que reorganizarme mentalmente puesto que no tengo otra opción … al estar obligada a vivir entre personas del sexo opuesto”.

Como reveló recientemente Reduxx, las políticas del estado de Nueva Jersey sobre la autoidentificación de género en las cárceles fueron en gran medida el resultado de un acuerdo alcanzado entre la ACLU y el Departamento de Instituciones Penitenciarias en 2021.

La demanda presentada por la ACLU fue en nombre de un recluso transgénero que solicitó el traslado pero se le había negado. Se había guardado el anonimato de ese recluso en los registros judiciales, en los que se referían a él solo como “Sonia Doe”. Reduxx más tarde se enteró de que Doe era de hecho Danielle Demers (artículo en español).

Nacido Daniel Smith, Demers fue investigado por la Fuerza de Tarea Conjunta contra el Terrorismo del FBI y la Fiscalía del Condado de Atlantic por intentar vender municiones y bombas de tubo. Demers es miembro de la comunidad de “bebés adultos”, en la que hombres juegan a ser niños durante sus encuentros sexuales.


Reduxx es una nueva plataforma en pro de los derechos de la mujer y de los menores de edad con noticias y artículos. Somos 100% independientes! Colabora con nuestro proyecto uniéndote a nuestro Patreon.

Jennifer Sieland

Jennifer is a founding member of the Reduxx team, writing with a focus on crimes against women and sex-based rights advocacy. She is located in the American south where she is a passionate animal welfare advocate and avid coffee drinker.

Jennifer Sieland
Jennifer Sieland
Jennifer is a founding member of the Reduxx team, writing with a focus on crimes against women and sex-based rights advocacy. She is located in the American south where she is a passionate animal welfare advocate and avid coffee drinker.
READ MORE