A dangerous pedophile with 11 convictions for 57 child sexual abuse offenses has been convicted and jailed once again, this time on five counts of making indecent images of children and nine breaches of his sexual harm prevention order.
Stuart Bulling, who identifies as a woman, pleaded guilty to the offenses in March, but refused to appear at his sentencing hearing at Preston Crown Court yesterday. Bulling’s defender stated he “expressed his contempt for the court, his lawyers, and me.”
Despite referring to him using “he/him” pronouns, Bulling’s lawyer did state that the pedophile “identifies as a woman in his normal life.”
Bulling’s latest charge comes after being found by police in possession of over 42,000 images of children.
Police visited Bulling’s residence last year and asked to review his devices in accordance with the conditions of a previous sentence he was serving. While Bulling at first denied having any devices beyond his declared mobile phone, officers quickly uncovered three SD cards, which Bulling admitted contained “bad stuff,” and various other devices linked to the internet which had not been registered or presented to the police when asked.
A digital examination of the devices found VPNs and cleaning software, which had ostensibly been used to access the dark web and hide browsing activity.
Officers also found 125 indecent images of children in Category A, 93 Category B images, and an overwhelming 42,587 Category C images. The United Kingdom classifies indecent images based on the content, with Category C involving erotic images of children, Category B involving non-penetrative sexual activity with children, and Category A involving penetrative, sadistic, or bestiality-related child sexual abuse.
Some of the children in the images were as young as 3.
But police were unable to complete their cataloguing of all of the images in Bulling’s possession due to the sheer volume, with over 34,000 images still yet to be reviewed.
According to the Lancashire Telegraph, the prosecution stated that police also found various videos recorded by Bulling himself, of him walking around in the Blackburn town centre and filming children.
Bulling was sentenced to three years and eight months in prison, with three years on license in the community.
The apparent leniency of the sentence comes in stark contrast to Bulling’s extensive criminal history, which includes 11 other convictions for 57 offenses of a similar nature.
In 2019, Bulling was arrested after following young girls around in an Asda supermarket in Rawtenstall and attempting to take photos up their skirts. Security staff caught Bulling committing the vile act through CCTV, and the store manager immediately called the police.
When police arrived, they found a trove of child sexual abuse material on Bulling’s phone, including 497 of the most severe Category A images of children, 325 Category B, and 380 Category C. There were also 18 videos found.
At the time, Bulling pleaded guilty to two counts of voyeurism and three counts of making indecent images of children. But the court heard that he had previously been given several other sentences for multiple other convictions.
As far back as 2003, Bulling served jail time for indecent assault and possessing over 9,000 indecent images of children, and in 2008, he was sentenced to 3 years in jail on a similar offense. At that time, police found over 11,000 horrific images of children on DVDs that had been hidden under Bulling’s floorboards.
When police raided the home where Bulling resided that year, they also found a pair of girls’ panties under his bedding, a skirt, a tutu, a swimming costume, carrier bags stuffed with children’s underwear and girls’ socks, and cuttings of schoolgirls from newspapers and magazines. Of the 11,000 images found in Bulling’s possession, 500 were of the most serious category, with some featuring sadism and bestiality.
In 2011, Bulling was arrested yet again after sexually assaulting a young girl at an Asda supermarket, grabbing the girl’s buttocks as she walked. He was handed an 18-month sentence for that crime.
Despite his lengthy pedophilic history, during the sentencing hearing for his 2019 offense, Bulling’s lawyer argued he was “not a significant risk of serious harm here so as to justify an extended sentence,” and encouraged the court not to classify him as a dangerous offender. Bulling was ultimately handed a 2-year prison sentence and a 3-year license to serve time in the community under conditions.
Less than one month after being released from prison for the 2019 conviction, Bulling was found to have been in contact with another pedophile.
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Advertencia de contenido sensible: este artículo incluye imágenes que pueden resultar desagradables para algunas lectoras. Se ruega tener en cuenta.
Un hombre que se dice trans, recientemente condenado por posesión de horribles materiales de abuso sexual de menores, vive actualmente frente a un parque infantil mientras se encuentra en libertad bajo fianza incondicional. Una fuente ha revelado ahora más detalles repugnantes sobre Tanya Howes, que se declaró culpable el 3 de mayo de poseer imágenes de abuso infantil, algunas de las cuales pertenecían a la categoría más extrema.
Howes, de 66 años, compareció el mes pasado ante el Tribunal de Magistrados de Norwich, acusado de tres cargos de “posesión de fotografías indecentes de un menor” y otro cargo de posesión de 100 imágenes y videos pornográficos “extremos” y “sumamente ofensivos”.
De las imágenes en posesión de Howes, 29 estaban clasificadas como de Categoría C, 17 como de Categoría B y 39 como de Categoría A, que es el tipo más grave de medios de abuso sexual infantil. Las imágenes y videos de esta categoría pueden mostrar actividad sexual con penetración, zoofilia y/o sadismo sexual.
Howes se declaró culpable y quedó en libertad bajo fianza incondicional a la espera de la vista de sentencia prevista para el 4 de julio.
Pero tras la cobertura de Reduxx del caso de Howes, una víctima ha revelado más detalles repugnantes sobre el pederasta, como que se le ha permitido residir justo enfrente de un parque infantil mientras está libre en la comunidad a la espera de su sentencia.
Jennifer* conoció a Howes, casi cuatro décadas mayor que ella, en 2016. Inmediatamente, dice Jennifer, Howes se encaprichó con ella y comenzó un proceso que ahora se da cuenta de que fue “grooming”.
Jennifer se quedó embarazada de su segundo hijo después de conocer a Howes, y dice que él, décadas mayor que ella, la mimaba y la hacía sentir especial y dependiente de su amistad.
“Yo no conducía, así que él me ayudaba y siempre estaba allí. Era muy servicial y casi me hizo depender de él”, explicó a Reduxx, señalando que ahora reconoce que a menudo se sentía “dependiente” de Howes. “En aquel momento no me daba cuenta de lo que estaba pasando, y fue al releer los mensajes que caí en la cuenta de cómo lo hizo”.
Recién salida de una situación de abuso, Jennifer dice que necesitaba amigos en los que pudiera confiar, y Howes se aprovechó de su vulnerabilidad.
“Era vulnerable, estaba sola. Mentalmente, estaba en un mal lugar”, dice. “Él usó eso para meterse en mi vida. La gente que conocí a través de él me decían que tuviera cuidado, pero no les hice caso”.
Jennifer afirma que no tenía “ni idea” en aquel momento de que Howes estuviera recopilando imágenes de abuso sexual infantil, ni de que sintiera atracción alguna por los niños. Pero, reflexionando sobre la situación, Jennifer reconoce que había alguna señales de alarma que se había apresurado a descartar.
“Creo que pasé por alto algunas de sus formas de comportarse porque no quería ser vista como intolerante o transfóbica”, dice Jennifer, explicando que cuando conoció a Howes, tenía una visión más “abierta” de la ideología de género.
“La gente lo llamaba ‘Tranya’ (juego de palabras entre Tanya y tranny, transo en inglés) a sus espaldas. Yo pensaba: ‘Dios, no se puede decir eso’. No se lo conté”, dice.
Jennifer dice que rompió la amistad con Howes a principios de 2018, pero que algunas personas habían comenzado a advertirle sobre el comportamiento de Howes cuando ella no estaba presente.
“Me dijeron que hablaba de mí a mis espaldas y me estaba haciendo daño emocionalmente”, dice. “Una persona comentó que quería mantenerme vulnerable y dependiente”.
Jennifer no se enteró de que Howes era un pederasta hasta que la noticia de sus cargos comenzó a circular por la prensa.
Inmediatamente, dice, su primera preocupación fueron sus hijos, con quienes Howes tuvo contacto directo, incluso cuando Jennifer no estaba presente.
“Estaba asqueada. Me aterrorizaba que mis hijos hubieran sufrido abusos, o que él tuviera fotos de ellos que hubiera compartido con otros. Esa era mi mayor preocupación, que hubiera abusado de mis hijos”.
Jennifer dice que llamó inmediatamente a la policía de Norwich, exigiendo saber si sus hijos estaban entre los menores que aparecían en las fotos que se habían encontrado en posesión de Howes.
“Llamé un martes y tuve que esperar hasta el viernes para descubrir que no había abusado de ellos. Gracias a Dios”, dice. “Al mismo tiempo que me ayudaba con mis hijos y los cuidaba, miraba imágenes abominables. Me dan ganas de vomitar”.
Jennifer dice que la policía le informó que las imágenes en posesión de Howes eran de “primera generación”. Las imágenes de abuso sexual infantil clasificadas como de “primera generación” indican que eran materiales que ya estaban en circulación cuando se comparan con una base de datos oficial de medios conocidos de abuso infantil, y no eran imágenes nuevas producidas u obtenidas por Howes. Clasificar las imágenes como conocidas o desconocidas a menudo ayuda a la policía a rastrear la circulación de los medios ya existentes y diferenciarlos de las nuevas imágenes de abuso donde puede haber víctimas desconocidas.
Pero después de recibir noticias de los agentes involucrados en la investigación, Jennifer dice que le dijeron que la policía había recibido un aluvión de llamadas similares de otros padres de niños en la comunidad con los que Howes había tenido contacto directo.
“Tenía muchos amigos con hijos. Era muy conocido en la comunidad”, dice. Howes incluso se había ofrecido a cuidar a los niños de otras personas de la zona.
Según los informes, las imágenes en posesión de Howes databan de entre 2009 y 2020. Cuando se le preguntó por qué pensaba que la policía había pasado por alto a Howes durante tanto tiempo, Jennifer dice que su identidad de género probablemente haya influido.
“Honestamente, probablemente porque nadie se atrevería a acusar a una persona trans. Es demasiado tabú, demasiado ‘no puedes decir eso'”, afirma.
Reflexionando sobre la situación, Jennifer dice que está “asqueada” por la violación de Howes de su confianza y vulnerabilidad, pero también expresa su indignación con el sistema judicial del Reino Unido por lo que considera como medidas insuficientes en la persecución de pederastas.
“Puedes ser amiga de alguien y no saber que es un pederasta”, dice Jennifer. “El sistema judicial británico es un chiste. No sirve para nada … [Howes] vive frente a un parque. No hay condiciones de fianza. Así que puede ir a cualquier parque, ver a cualquier niño. Los drogadictos están controlados, pero no los pederastas”.
Inquietantemente, Howes fue en su día funcionario de prisiones en un centro penitenciario del Reino Unido. Como ya informó Reduxx, los perfiles de Howes en las redes sociales sugerían que había trabajado para el gobierno británico en un puesto delicado.
En su cuenta de Twitter, donde se hacía llamar @call_me_psychic (@llámame_vidente), Howes publicó que estaba “dando una charla a prisioneros transgénero. Es mi primera como civil y no como funcionario”. Howes acompañó su tweet con un enlace a Foursquare Swarm (una app para compartir la ubicación a tiempo real) que mostraba que había entrado en HMP Bure, una prisión en Norfolk.
Si bien Reduxx no pudo determinar la institución exacta para la que Howes trabajaba en ese momento, Jennifer confirmó que se trataba de HMP Norwich, una prisión para hombres.
Además de ofrecer detalles sobre su propia experiencia con Howes, Jennifer proporcionó a Reduxx una colección de inquietantes capturas de pantalla pertenecientes a las cuentas fetiche secretas de Howes. Después de enterarse de sus crímenes, comenzó a revisar sus viejas conversaciones de Facebook y se fijó en el nombre de usuario asociado a otra de las cuentas de Howes que empezó a investigar más a fondo. Descubrió un montón de imágenes repugnantes.
La gran mayoría de las fotos son demasiado gráficas para publicarlas, pero casi todas presentaban temas sexuales extremadamente perturbadores. En algunas, Howes aparece desnudo y envuelto en film transparente, masturbándose con juguetes sexuales inspirados en penes de perro y vestido como un bebé con pañales.
En algunas imágenes, Howes participa en repugnantes actos BDSM con un hombre al que llama “bitchfixer” (algo así como arreglador de zorras).
Jennifer dice que dio a conocer la información sobre Howes con la intención de advertir a otros y hacer públicos los detalles sobre su comportamiento de los que los medios de comunicación no se hicieron eco.
“Parece que, como país, no se hace lo suficiente para proteger a los niños. Y estás en una posición en la que no puedes protegerte a ti misma”, dice. “Desde luego, no tacho a todos los trans de pedófilos. Pero en el Reino Unido se nos dice directamente que no hay pruebas de que haya pedófilos trans. En nuestras estadísticas nacionales, los delitos de Howes, y todos los delitos cometidos por hombres que dicen ser mujeres, aparecen como delitos cometidos por mujeres. Eso no está bien”.
La investigación sobre fetiches sexuales, que los psicólogos y otros profesionales llaman parafilias, ha identificado sistemáticamente patrones de escalada, comorbilidad y conducta delictiva. Los trastornos parafílicos se refieren a fantasías o comportamientos recurrentes y sexualmente excitantes con objetos, niños o adultos sin su consentimiento.
En el último año ha habido varios casos de hombres que se dicen trans que han sido condenados por tener imágenes de abuso sexual infantil y que han recibido penas incomprensiblemente leves debido a su condición de transgénero.
Peter Selby, de 68 años, coleccionaba imágenes sádicas de niños de tan solo 3 años.
Durante la sentencia, el juez que presidía el tribunal reconoció que nadie iba a buscar material de abuso sexual infantil “a menos que, para empezar, tenga un interés sexual en niños”, pero se negó a condenar a Selby a una pena de prisión inmediata.
“Usted se identifica como transgénero y eso le ha causado problemas y ansiedad en cuanto a cómo se lo pasaría en la cárcel si lo enviara inmediatamente a una”, declaró el juez, y agregó: “Usted es alguien que se identifica como transgénero y el impacto de la sentencia sería significativo para usted dadas las circunstancias”.
Selby fue condenado a 14 meses de cárcel, con suspensión de la pena durante dos años, por tres cargos de producción de imágenes indecentes de niños, y uno de posesión de pornografía extrema, en el que aparecía un adulto realizando un acto sexual con un animal.
*El nombre de la persona ha sido cambiado para proteger su identidad y la privacidad de su familia.
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A trans-identified male politician credited with being the first openly transgender representative elected in the United States has been arrested on charges involving the distribution of child sexual abuse materials.
While Laughton is still facing his stalking charges, he was arrested again this past Tuesday. This time, on charges involving the distribution of child sexual abuse materials.
Sergeant John Cinelli, public information officer for the Nashua Police Department, revealed that officers had interviewed reporting parties before detectives from special investigations took over. The investigators subsequently applied for a warrant for Laughton’s arrest.
The 38-year-old is facing four counts of the distribution of sexually explicit images of children.
As previously reported by Reduxx, Laughton has a lengthy criminal history. In addition to his stalking charges, he is also on bail for a 2021 arrest in which he was accused of the egregious misuse of the Nashua 911 emergency system.
Between May and July 2021, he sent seven texts to Nashua 911, prompting police officers to respond to his address. On each occasion, they determined there was no emergency. At the time, Laughton denied sending the texts and claimed that he was being “spoofed” by an unknown perpetrator.
He also complained that media coverage of the arrest was making him look bad.
Laughton was first elected to the New Hampshire legislature in 2012 and became the first openly transgender individual to hold public office in the United States. He withdrew before taking the role when it was revealed that he had served four months in prison in 2008 on a felony conviction for identity and credit card fraud and falsifying physical evidence.
A special election was scheduled a few weeks later, and Laughton signed up to run again. But officials barred him from holding public office as, according to state law, he had not completed his sentence.
After the sentence related to the 2008 conviction was exhausted, Laughton was allowed to run for office again in 2019. He was elected selectman in 2011, 2019, and 2021. He was also elected state representative in 2020.
Laughton has been held in preventive detention and is scheduled to appear at Hillsborough County Superior Court-South today for arraignment.
Earlier this year, Laughton became an ordained Minister and delivered his first sermon on YouTube.
According to GetOrdained, Laughton was affiliated with Buddhism, Methodism, New Age, Oneness Pentecostalism, Pentecostalism, Protestantism, Rastafarianism, Spiritualism, Tibetan Buddhism, Unitarian Universalism, and the Universal Life Church.
In his biography, Laughton writes: “I’m caring and compassionate and I believe all people have inherent worth and dignity along with the fact that I pride myself on being a member of the LGBT community and I believe all love is valuable and all people deserve a minister who cares about them deeply and doesn’t judge who they are or their backgrounds.”
Laughton stated he charged $50 for various services including marriages and baptisms.
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A notorious German serial killer and necrophiliac who murdered five women and a three-month-old infant in a series of sexually-motivated attacks is now being identified as a “female serial killer” on Wikipedia.
Wolfgang Schmidt, who while incarcerated claimed a female identity and legally changed his name to ‘Beate’ in 2001, was dubbed alternatively “The Beast of Beelitz” and “The Pink Giant” (Der Rosa Riese) by German tabloids due to his 6-foot-3-inch stature and his perverted preference for pink lingerie, which he incorporated in his attacks. One of his victims was found strangled to death with a bra, her body discarded in a pile of lingerie, including a pink skirt.
Schmidt’s first known victim was a 50-year-old woman named Edeltraut Nixdorf, whom he targeted while she was gardening outside her home. Schmidt had broken into her house to steal her undergarments, committing a sexual offense known as a fetish burglary. As he was leaving, he noticed her outside, and would later describe this as the moment he realized she was “the person [he] was hoping for.”
Schmidt dragged Nixdorf indoors and bludgeoned her head with a hammer before strangling her. He said he wanted to hide her corpse “so that [he] can later satisfy [himself] with her.” The woman’s husband would go on to poison himself, being unable to cope with the traumatic murder of his wife.
Seven months later, in May of 1990, Schmidt saw 45 year-old Christa Naujoks, who was living in a trailer in the area near a trash collection where he was scrounging for used lingerie. After his arrest, he admitted to the killing.
“I grabbed a cable and strangled the woman. I undressed her, put on her underwear, sexually assaulted the dead woman.”
During court proceedings in 1992, Schmidt described how sexual violence thrilled him, saying, “I had her breast in my hand. I got so excited I couldn’t stop myself.” When Naujoks’ corpse was found a day later, she was covered in rags, her sweatpants pulled down, and her bra pushed up, exposing her body.
A few months later, in July of 1990, Schmidt unsuccessfully attempted his first murder. He stabbed a 58-year-old woman at a garbage dump near after knocking her down with a stake. He said: “I was obsessed with having the woman under my control.” Thankfully, the woman survived as construction workers unloading rubble among the trash found her between bed feathers and broken glass. She was also covered in rags.
In March of 1991, 34-year-old Inge Fischer was walking home from visiting a friend when Schmidt choked and stabbed the woman after kicking her in the face. He then raped her corpse. Her body was found the following week in lingerie that did not belong to her. Her skirt was similarly pushed up and her body was covered in feces and moss. Schmidt had been waiting for her in a small cave where he hoarded his stash of porn magazines and used lingerie.
About a week later, in a forest in Beelitz, 44 year-old Tamara Petrowskaja was walking her three-month-old infant when Schmidt strangled the woman with a bra and violently smashed the infant against a tree stump, murdering both. In court, he said he grabbed her immediately, “so excited that he couldn’t stop himself, couldn’t hold on.”
German outlet Bild, who has reported extensively on Schmidt for years, reported that the woman’s body was then dragged to a pile of lingerie, “including a pink skirt, which earned the psychopath the name [Pink Giant].”
In April 1991, Schmidt had his second two failed attempts against his youngest victims. He attacked two 12-year-old girls playing near the forest and attempted to kill them by stabbing them. The girls fiercely fought back, scratching his face, and managed to flee. The young girls’ surviving description of the event and location of the attack helped aid investigators in finding his hiding place with porn magazines and women’s underwear.
The next day, Schmidt broke into 66-year-old Talita Bremer’s home and strangled the woman before raping her corpse. As he was fleeing the scene, he stole her blouses, skirts, and underwear.
In August of 1991, two men out for a jog saw Schmidt masturbating in a green camouflage jacket while using binoculars to scout for potential victims. Suspicious of Schmidt and aware of the presence of a serial killer in the town of Beelitz, the two men apprehended him. They discovered women’s clothing and a crowbar hidden underneath his jacket. The men overpowered him and handed him over to police, finally putting an end to his killing spree.
Two court journalists, Gisela Friedrichsen and Gerhard Mauz, reported thoroughly on the trial of Schmidt in late 1992. Friedrichsen went into great detail to disclose to the public all the details that Schmidt had admitted to in front of the court, especially in regards to his sick fetishes that he claimed he could not help but act out on unsuspecting women.
According to his own recount, Schmidt was only six or seven when he began wearing his mother’s bras, underwear, and petticoats. He recalled feeling excited about this, and over time, his behavior escalated to masturbating, urinating, and defecating in her intimate clothing. Schmidt would hide the dirty laundry in the garden or barn – until one day, his father discovered some of the clothes and told his mother about his exploits. Schmidt would also stuff the bras while he wore them to increase his sense of excitement while he self-pleasured.
After his mother began to lock her clothes in a chest to keep her son from using them to fulfill his fetish, he began searching through garbage dumps, obsessively searching for women’s underwear.
He recalled that age ten, his mother caught him half-naked; he had just enough time to get rid of the women’s garments and wipe off the excrement that covered him. He would put panties on backwards, defecate in them, and turn them around so the excrement was at his genitals.
His ritual of searching through garbage bins became an addiction and he obsessively made sure each bin he passed was completely empty of any feminine undergarments. He hid his findings in various outdoor deposits so he could later wear them, defecate in them, and masturbate.
Fredrichsen wrote: “In the garbage he finds lingerie catalogs with pictures of women’s bodies, magazines, porn magazines, which also increase the feeling. But it’s not enough. He wants more – a woman. Having a woman who will join in, willingly, a woman who wants the same. The urge keeps getting stronger. Fantasies haunt and torment him. A woman. A female person. For years he was plagued by ever more horribly rampant dreams that the feelings could be even greater, even more attractive.”
Friedrichsen also noted that when Schmidt went on his hunt for victims, he was looking for any “female person,” to “carry out these actions.”
Mauz deviated from Friedrichen’s reporting slightly in that he did not delve into the details of his crimes as much as the pseudo-scientific perspective of Schmidt’s perverted, violent behavior.
Mauz did report that Wilfried Rasch, a forensic psychiatrist, assessed the fetishistic serial killer in court, describing “a sex-pathological development in which ‘fetishistic, coprophilic, transvestite and sadistic elements can be found,’ a ‘severe other mental abnormality in the legal sense.’”
He began stealing and wearing his mother’s underwear at age six and “had overwhelming, comforting feelings about it.”
In kindergarten, he rummaged through a closet and urinated in it.
Mauz also disclosed, like Friedrichsen, that his ritual “eventually irresistibly demanded the involvement of other people who wanted fellatio, anal intercourse, and defecating fantasies to be realized. Being able to do ‘everything’ became a central theme, that is, having a woman fully available to fulfill special wishes.”
In 1992, he was sentenced to 15 years in prison. His sentence ensured that he was kept in a closed psychiatric ward, where he currently resides, in Brandenburg. Every year, doctors confirm that he is still a danger to society.
Schmidt is now reported to wear skirts, heels, and blouses. He has been taking hormones since 2010 and requested a sex change operation, which was denied.
While in prison, he is believed to have raped another trans-identified male “Jasmin F,” who then tried to commit suicide by swallowing two razor blades. “Jasmin,” formerly Jens, was in prison for raping a woman and later attempted to rape a prison psychologist. Jasmin is said to have also murdered his mother and assaulted her corpse.
Even Schmidt’s brother said: “I know my brother. He doesn’t change. He’s always dangerous! Lock him up, build his wall twice as high and throw away the key!”
In a 2010 interview, Schmidt spoke to Bild and wore his fingernails painted red with a “pink ringed top” that “emphasize[d] the first steps of his breasts.” He told Bild, “For almost 20 years I have had to face the fact that six people died on my conscience. I couldn’t help it, I was so out of control. Free again? I didn’t deserve that.”
He also recounted that he had wanted to be a “girl” since he was four years old, and that he often stole his mother’s laundry to wear it without her knowledge.
In addition, he said: “My biggest pride right now are my boobs. I have an A cup. A little will come. My beard has stopped growing. The only thing missing is the sex change.” He said he likes wearing skirts and heels and “jams [his] penis in his panties.”
Finally, he admitted, “I don’t get visitors. My father was with me for the last time in 1995 and promised to come back. I am disappointed in my family. Other patients have also done bad things, but the family is behind it. I blame my mother for never trying to help me.”
Prior to the murders, Schmidt had been a police officer. In 1985 he signed up for the riot and anti-insurgency police force, but was dismissed just four years later after celebrating Hitler’s birthday while drunk.
On the Wikipedia page dedicated to Schmidt and his haunting history, several users have made edits sympathetic to his identity as a “trans woman.” In April 2020, user “Greyjoy” removed the entry on Schmidt from the category “male serial killers” and classified him under the label “female serial killers.” Wiki user “Greyjoy,” who is one of the top 1500 editors on the site based on the number of revisions made, has also created two pages for a snuff film and “sexploitation film.”
Later that year, another user “pmjenk talk” deleted Schmidt’s birth name “because including it violates the Wikipedia policy on the naming of transgender people.”
Other edits include users changing pronouns and fixing “misgendering.”
Reduxx reported on a similar incident last month in which a Finnish serial killer who targeted young girls and women had quietly been categorized as a “female” serial killer by Wikipedia, prompting criticism on social media.
Michael Maria Penttilä, 57, has been described by national media as the “only Finn to meet the Federal Bureau of Investigation’s (FBI) definition of a serial killer,” having sexually abused and strangled multiple female victims to death, including children. Penttilä was born Jukka Torsten Lindholm, but is also known as Michael Pentholm.
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Elon Musk, propietario y presidente de Twitter, ha declarado que las palabras “cis” y “cisgénero” pueden ser consideradas como insultos según los nuevos Términos de Servicio de Twitter, y que los usuarios podrían ser suspendidos por usarlas.
“Las palabras ‘cis’ o ‘cisgénero’ se consideran insultos en esta plataforma”, tuiteó Musk el miércoles. “El acoso repetido y dirigido contra otra cuenta hará que las cuentas acosadoras reciban, como mínimo, suspensiones temporales”.
Musk hizo esta declaración en respuesta a un tweet publicado por el comentarista “crítico de género” James Esses que decía que había recibido abusos por afirmar que no deseaba que lo llamaran “cis”.
El término es utilizado con frecuencia por transactivistas que pretenden ridiculizar o amenazar a quienes no comulgan con la ideología de género.
En respuesta a la declaración de Musk, la escritora y cofundadora de Reduxx, Genevieve Gluck, señaló que “cisgénero” como antónimo de “transgénero” era un término acuñado por un sexólogo alemán que apoyaba la pedofilia.
Musk agradeció la respuesta de Gluck y llamó a Sigusch, fallecido en febrero, “pervertido asqueroso”.
A Sigusch se le atribuye el primer uso impreso del término “cisgénero” como antónimo de “transgénero” en una publicación de 1991Transsexuals and our Nosomorphic View (Los Transexuales y nuestra Visión Nosomórfica).
Antes de su muerte a principios de este año, Sigusch era un conocido sexólogo, médico y sociólogo que fue el director del Institut für Sexualwissenschaft (Instituto de Ciencia Sexual) en la clínica de la Universidad Goethe, Frankfurt am Main, entre 1973 y 2006.
“Cisgénero” se utiliza ahora ampliamente para referirse a personas de las que se dice que tienen una “identidad de género” que coincide con su sexo. Aunque la traducción más literal de la acuñación alemana de Sigusch “zissexuell” es “cisexual”, el componente de “sexo”, que hace referencia a los órganos sexuales o a la sexualidad, ha sido reemplazado por el término impreciso y subjetivo “género”.
Sigusch escribió: “Hablando de cisexuales. Si hay transexuales, lógicamente tiene que haber cisexuales. No se puede pensar en uno sin pensar en el otro. Me he permitido introducir los términos cisexualismo, cisexuales, cisgénero, etc.”
“La característica genuinamente neológica del transexualismo es que arroja una luz muy ambigua sobre lo que he denominado cisexualismo, en realidad su contrapartida lógica. Porque si hay un trans, “un más allá” (género físico), debe haber un cis, “un más acá”, también”, escribió Sigusch de nuevo en 1998, refiriéndose a su artículo de 1991.
Pero, inquietantemente, los puntos de vista del sexólogo también incluían opiniones controvertidas sobre la pedofilia.
En su trabajo sobre la “atracción hacia los menores”, Sigusch distinguía entre los pedófilos que abusan de niños y los “pedosexuales”, que tienen una atracción sexual hacia niños que no necesariamente satisfacen. Pero el apoyo de Sigusch hacia la pedofilia se extendió hasta creer que no había “nada malo” en exponer a los niños a un contacto altamente sexual.
Según Dagmar Herzog, autora de Sex after Fascism: Memory and Morality in Twentieth-Century Germany (El Sexo después del Fascismo: Memoria y Moral de la Alemania del Siglo XX), Volkmar Sigusch y su colega Gunter Schmidt, con quien publicó una investigación sobre la sexualidad infantil en los años 70, también sostenían que exponer a los niños a la pornografía, una conocida táctica de grooming de pedófilos, era algo completamente inofensivo.
“Volkmar Sigusch y Gunter Schmidt argumentaron provocativamente que la representación del sexo, per se, no hacía ningún daño a los jóvenes o a los niños, y que el tipo de pornografía en la que el sexo estaba ‘representado sin prejuicios como una actividad social llena de placer… es exactamente el tipo que uno podría dar sin preocupaciones a niños y adolescentes'”, escribió Herzog.
En 2010, Sigusch publicó “tesis de sexología sobre el debate sobre el abuso” en las que elogiaba el “paraíso de la infancia” y afirmaba que “añadir tabúes al erotismo infantil crea lo que todos queremos evitar: la violencia sexual”.
“No hay nada malo con la pedofilia en el sentido de la palabra, es decir, contra el gusto, incluso el amor, por los niños”, escribió Sigusch. “La sensualidad que se desarrolla espontáneamente entre un niño y un adulto es algo maravilloso. Nada nos recuerda más intensamente los paraísos de la infancia. Nada es más puro e inofensivo que este erotismo del cuerpo y del corazón. El erotismo infantil no solo está lleno de delicias, sino que también es necesario”.
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Content Notice: This article includes photos which might be considered upsetting to some readers. Discretion is appreciated.
A trans-identified male recently convicted for the possession of horrific child sexual abuse materials is currently living across from a children’s playground while out on unconditional bail. A source has now come forward to reveal more sickening details about Tanya Howes, who pleaded guilty on May 3 to possessing child abuse images, some of which were in the most extreme category.
Howes, 66, appeared at Norwich Magistrates Court last month on three counts of “possessing indecent photographs of a child” and a separate charge for possessing 100 “extreme” and “grossly offensive” pornographic images and videos.
Of the images in Howes’ possession, 29 were classified as Category C, 17 as Category B, and 39 as Category A, which is the most serious type of child sexual abuse media. Images and video in this category can depict penetrative sexual activity, bestiality, and/or sexual sadism.
Howes entered a plea of guilty and was released on unconditional bail pending a sentencing hearing scheduled for July 4.
But following Reduxx‘s coverage of Howes’ case, a victim has come forward to reveal more sickening details about the pedophile, including that he has been allowed to reside directly across from a children’s playground while free in the community ahead of his sentencing.
UK: A trans-identified male has pleaded guilty to possessing child sexual abuse materials, some of which were in the most extreme category.
Tanya Howes, 66, previously worked for the UK Prison Service and represented it at Norwich Pride in 2011.https://t.co/7KxaQL9BlG
Jennifer* first met Howes in 2016 when she was almost four decades younger than he was. Immediately, Jennifer says, Howes took a liking to her, and began a process she now looks back upon as having been “grooming.”
Jennifer became pregnant with her second child after meeting Howes, and says the decades-older Howes frequently doted on her and made her feel special and dependent on their friendship.
“I didn’t drive so he’d help me out and then would always be there. He was very helpful and almost made me rely on him,” she explained to Reduxx, noting that she recognizes now that she often felt “dependent” on Howes. “I didn’t realize what was happening at the time, and it was only going back through messages that made me realize how he did it.”
Having just escaped an abusive situation, Jennifer says she needed friends she could rely upon, and Howes used her vulnerability as leverage.
“I was vulnerable, I was on my own. Mentally, I was in a bad place,” she says. “He used that to get to me. People I met through him would tell me to be careful but I ignored them.”
Jennifer asserts that she had “no inclination” at the time that Howes was actively collecting a trove of child sexual abuse imagery, or that he had any attraction to children. But, reflecting on the situation, Jennifer acknowledges that there were some red flags she had been quick to dismiss.
“I think I overlooked some of his behaviors because I didn’t want to be seen as prejudiced or transphobic,” Jennifer says, explaining that during the time period she had met Howes, she had a more “open minded” view of gender ideology.
“People called him ‘Tranya’ behind his back. I would think ‘God, you can’t say that.’ I wouldn’t tell him,” she says.
Jennifer says that she broke off the friendship with Howes in early 2018, but that some people had begun warning her about Howes’ behavior when she wasn’t present.
“They told me he would talk about me behind my back, and was hurting me emotionally,” she says. “One person commented that he wanted to keep me vulnerable and dependent.”
Jennifer learned about Howes’ pedophilia only after the news of his charges began to circulate through the press.
Immediately, she says, her first concern was for her children, whom Howes had direct contact with including when Jennifer was not present.
“I was disgusted. I was terrified that my children had been abused, or that he had photos of them that had been shared. That was my biggest worry, that my children had been abused.”
Jennifer says she immediately called the Norwich Police, demanding to know if her children were amongst those in the photos that had been found in Howes’ possession.
“I called on a Tuesday, and had to wait until Friday to find out my children hadn’t been abused. Thank God,” she says. “At the same time as he was helping me with my kids and babysitting them, he was looking at vile images. Its makes me want to puke.”
Jennifer says the Police informed her that the images in Howes’ possession were “first generation.” Child sexual abuse images classified as “first generation” indicate they were materials already in circulation when compared against an official database of known child abuse media, and were not new images produced or obtained by Howes. Classifying images as known or unknown often assists police in tracing the circulation of existing media and differentiating them from new abuse images where unknown victims may exist.
But after hearing back from officers involved in the investigation, Jennifer says she was told that the police had been inundated with similar calls from other parents of children in the community Howes had direct contact with.
“He had a lot of friends who had families. He was well-known in the community,” she says. Noting that Howes had even offered to babysit other people’s children in the area.
The images in Howes’ possession had reportedly been dated from 2009 to 2020. When asked why she felt Howes had been overlooked by police for so long, Jennifer says his gender identity likely played a factor.
“Honestly, probably because no one would dare accuse the trans person. Its too taboo, very much ‘you cant say that,’” she says.
Reflecting on the situation, Jennifer says she is “disgusted” with Howes’ violation of her trust and vulnerability, but she also expresses outrage at the justice system in the United Kingdom for what she perceives as insufficient action in the prosecution of pedophiles.
“You can be friends with someone and not know they’re a pedophile,” Jennifer says. “The UK justice system is a joke. It is not fit for purpose … [Howes] lives across from a park. There are no bail conditions. So he can go to any parks, see any children. Drug takers will be tagged, but not pedophiles.”
Disturbingly, Howes was once a prison official working in a UK correctional facility. As previously reported by Reduxx, Howes’ social media profiles suggested he was once employed by the UK government in a sensitive position.
On his Twitter account, where he went by the handle @call_me_psychic, Howes posted that he was “Giving a talk to the transgender prisoners. My first as a civilian and not an officer.” Howes accompanied his tweet with a link to a Foursquare Swarm which showed he had checked in at HMP Bure, a prison in Norfolk.
While Reduxx was unable to determine the exact institution Howes was employed at at the time, Jennifer has confirmed it was the HMP Norwich, a men’s prison.
In addition to offering details on her own experience with Howes, Jennifer provided Reduxx with a collection of disturbing screenshots belonging to Howes’ secret fetish accounts. After she had learned of Howes’ crimes, she began combing through their old Facebook conversations and noticed a username associated with another one of Howes’ accounts that she began to investigate further. She uncovered a trove of sickening imagery.
The vast majority of the photos are too graphic to publish, but almost all featured extremely disturbing sexual themes. In some, Howes is seen naked and wrapped in cling-film, masturbating with dog penis-inspired sex toys, and dressed as a diaper-wearing baby.
In some images, Howes is engaged in vile BDSM acts with a man he calls “bitchfixer.”
Jennifer says she came forward with the information about Howes in an effort to both warn others and make public details about his behavior that had gone unreported by media.
“It feels like, as a country, not enough is done to protect children. And you are in a position where you can’t protect yourself,” she says. “I certainly don’t tar all trans as pedophiles. But in the United Kingdom we’re directly told that there isn’t any evidence of trans pedophiles. Howes’ crimes, and any male-to-female crime, was being reported as a crime committed as a women in our national statistics. That is wrong.”
Research into sexual fetishes, which are known as paraphilias to psychologists and other professionals, has consistently identified patterns of escalation, comorbidity, and criminal behavior. Paraphilic disorders refer to recurrent, sexually arousing fantasies or behaviors involving objects, children, or non-consenting adults.
Over the past year, there have been several cases involving trans-identified males convicted of having child sexual abuse imagery and receiving incomprehensibly light sentences as a result of their transgender status.
Peter Selby, 68, accumulated sadistic images of children as young as 3 years old.
During sentencing, the presiding judge acknowledged that no one would seek out child sexual abuse media “unless they have a sexual interest in children to start with,” yet declined to sentence Selby to an immediate prison sentence.
“You identify as transgender and that has caused issues for you and anxiety for you in how you would cope with that if you were sent immediately to prison,” the judge stated, adding: “You are someone who identifies as transgender and the impact of custody would be significant for you in the circumstances.”
Selby was handed a 14-month sentence, suspended for two years, on three charges of making indecent images of children, and one of possessing extreme pornography, which involved an adult engaged in a sex act with an animal.
*The name of the subject has been changed to protect her identity and the privacy of her family.
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La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) está en el punto de mira por criticar al estado de Florida por no proporcionar “atención de afirmación de género” a un violador y asesino convicto antes de su ejecución.
Duane Owen, ejecutado el día 15, había sido condenado a muerte tras asesinar brutalmente a una madre de 38 años y a una niña de 14 años en 1984. Durante el juicio, Owen declaró que creía haber “absorbido las almas” de sus víctimas y que éstas “seguían viviendo dentro de él”.
Owen afirmó que agredía sexualmente a mujeres como parte de un ritual para extraer sus hormonas, y que era un transexual que llevaba a cabo la violencia sexual para “convertirse en una mujer”.
El 16 de junio, la ACLU, a través de su cuenta oficial de Twitter, arremetió contra el estado de Florida por negarse a proporcionar “atención médica necesaria para la afirmación de género” a Duane Owen. Usando pronombres femeninos para referirse al hombre, la ACLU afirmó que el estado había causado a Owen “un enorme sufrimiento” y había violado “su derecho a no sufrir castigos crueles e inusuales durante los más de 30 años que estuvo bajo custodia del estado”.
Declararon además que Owen había argumentado en documentos legales que “se le debería permitir la esencia de la dignidad humana”.
Duane Owen fue ejecutado el jueves con una inyección letal tras pasar más de tres décadas en el corredor de la muerte por la brutal violación y asesinato de Karen Slattery, de 14 años, y Georgianna Worden, de 38, en dos ataques distintos que cometió con solo dos meses de diferencia en el condado de Palm Beach, Florida.
El 24 de marzo de 1984, Owen irrumpió en la casa donde Slattery estaba cuidando a dos hermanas pequeñas, de 7 y 2 años. Atacó a la adolescente, le asestó 18 puñaladas y la violó repetidamente antes y después de su muerte, mientras las dos niñas dormían cerca.
Los padres de las niñas que Slattery estaba cuidando regresaron a casa poco después de la medianoche del 25 de marzo y la encontraron muerta. Llamaron a la policía y el detective, Rick Lincoln, describió el caso como “la peor escena del crimen que vería en sus 37 años como policía”.
Solo 2 meses después, el 29 de mayo, Owen volvió a atacar, matando a Georgianna Worden, de 38 años y madre soltera de dos hijas.
Owen irrumpió en la casa de Worden mientras ésta dormía, la golpeó varias veces con un martillo y, después de su muerte a causa de las heridas, procedió a violar su cadáver. Las dos hijas de Worden, de 13 y 9 años, dormían cerca y una de ellas encontró su cadáver a la mañana siguiente.
Al día siguiente, Owen fue arrestado como sospechoso de haber cometido los crímenes y mostró poco remordimiento durante el interrogatorio. Incluso se burló de las preguntas de la policía, diciendo: “Las rosas son rojas, amarillas, blancas y rosas. Si quieres jugar a mi juego, tienes que pensarte las cosas”.
Cuando se le preguntó por su motivación para cometer los asesinatos, Owen afirmó que agredía sexualmente a mujeres para extraerles las hormonas porque era transexual, y que necesitaba llevar a cabo las agresiones sexuales para “convertirse en una mujer”.
Owen fue finalmente declarado culpable y condenado a muerte en 1986. Durante las evaluaciones psicológicas posteriores a su condena, admitió haber cometido delitos sexuales con anterioridad, como haber participado en una violación grupal cuando era sólo un niño.
En total, Owen se jactó de 7 violaciones y 5 asesinatos, junto con una serie de delitos diferentes, que nunca fueron descubiertos por la policía. Le dijo a un psiquiatra que planeaba usar información sobre sus otros crímenes para intentar retrasar su ejecución.
Al acercarse la fecha de su ejecución, Owen apeló la condena e hizo que sus abogados argumentaran que no debería ser ejecutado porque estaba loco.
Un psicólogo de la defensa declaró que Owen creía que había absorbido las almas de sus víctimas y que éstas seguían existiendo dentro de él.
Su abogado defensor también argumentó que Owen padecía de esquizofrenia, demencia y trastorno de identidad de género. Sin embargo, los psiquiatras del estado refutaron la afirmación de que su estado mental se estaba deteriorando, diciendo que sus condiciones mentales no eran más que una actuación, y en cambio lo describieron como “sádico sexual”.
La fiscal general adjunta Celia Terenzio calificó a Owen de “simulador” cuyo “delirio es inventado”. Owen, escribió ella, “estudió sobre trastornos sexuales y creyó que cuanto más disparatada fuera la historia, más gente creería que está loco. Tiene un trastorno sexual y un trastorno antisocial de la personalidad, pero no es psicótico”.
Incluso las afirmaciones de Owen de “disforia de género” fueron cuestionadas por el tribunal, y los expertos señalaron que nunca había planteado cuestiones relacionadas con su identidad de género durante el juicio.
La Dra. Emily Lazarou, psiquiatra, señaló que Owen nunca pretendió ser una mujer durante ninguna de sus entrevistas y demostró “cero características femeninas”.
Sus apelaciones para que se anulara su condena a muerte fueron rechazadas, y su ejecución se llevó a cabo el 15 de junio.
Muchos usuarios de las redes sociales han expresado su indignación con la ACLU por simpatizar con Owens y referirse a él con pronombres femeninos.
El tweet de la ACLU criticando al estado de Florida por no proporcionar a Owen “atención de afirmación de género” mientras estaba en el corredor de la muerte tenía casi 7 millones de visitas en el momento de escribir este artículo, pero solo había recibido 850 “me gusta”.
“La defensa de la ACLU de un hombre que no tuvo la oportunidad de recibir “atención de afirmación de género” antes de ser ejecutado por violar repetidamente y asesinar a una madre y una niña de 14 años, no estaba en mi cartón de bingo de 2023. Sois unos depravados. Espero que os pudráis en el infierno”, respondió una usuaria de Twitter.
Muchos de los usuarios que afirmaban oponerse a la pena de muerte expresaron su repulsa por el tweet de la ACLU.
“Me opongo a la pena de muerte por principio, pero ¿me estáis tomando el pelo? ¿Este tipo violó y asesinó a una niña y lo que más os ofende es que Florida no pagara su cambio de sexo y no le permitiera alojarse con mujeres? ¿Qué cojones le ha pasado a la ACLU”, preguntó otro usuario de Twitter.
“No apoyo la pena de muerte. Tampoco lamentaré que los contribuyentes no tuvieran que comprarle a este cretino hormonas y ropa interior femenina mientras estaba sentado en el corredor de la muerte”, declaró otro.
No es la primera vez que la ACLU ha sido criticada por apoyar los derechos de los hombres depredadores sexuales.
En 2000, la Unión representó a un grupo de defensa de la pedofilia, la North American Man/Boy Love Association (NAMBLA) (Asociación Norteamericana de Amor Hombre/Niño), en un caso presentado contra el grupo por la familia de un niño de 10 años que fue abusado sexualmente y asesinado. La demanda, Curley vs. NAMBLA, argumentó que NAMBLA había envalentonado al pedófilo que había atacado al niño mediante su “propaganda de relaciones entre adultos y niños”.
La ACLU optó por defender a NAMBLA basándose en que el asunto representaba una forma de censura con respecto al “discurso impopular sobre la sexualidad”. Finalmente, la familia del niño abandonó el caso.
La ACLU también tiene un historial de apoyo a criminales varones violentos que se identifican como mujeres, y en los últimos años ha adoptado la estrategia de representar a asesinos convictos y violadores sádicos en sus intentos de ser transferidos a prisiones femeninas. En 2019, la ACLU presentó una demanda contra el Departamento Penitenciario de Nueva Jersey (NJDOC) en defensa de un tal “Sonia Doe” anónimo que solicitaba su traslado al Centro Penitenciario para Mujeres Edna Mahan.
En la demanda, la primera declaración que figura en la categoría de “alegaciones de hechos” dice: “Sonia Doe es una mujer”.
Pero a principios de este año, Reduxxreveló que el recluso (artículo en español) era el terrorista convicto Daniel Smith, que se identifica como una mujer llamada Danielle Demers. Parte de la demanda por discriminación de Demers argumentaba que había presentado 13 quejas incumplidas al NJDOC relacionadas con su deseo de tener ropa interior femenina.
Desde que salió de la cárcel, Demers ha expresado en internet su interés sexual en furries, pañales, menstruación y lesbianismo. En su perfil de Quora, enumera “Bebés adultos/amantes de los pañales (fetiche)” como un área de especialización personal. ADBL se refiere a una subcultura sexual en la que los adultos, principalmente los hombres, consiguen excitarse comportándose y vistiéndose como bebés.
Como resultado de un acuerdo alcanzado a través de la demanda, el DOC de Nueva Jersey comenzó a transferir hombres violentos al centro de mujeres. Según testimonios facilitados a Reduxx por mujeres encarceladas en el Centro Penitenciario para Mujeres Edna Mahan (EMCF), entre los primeros hombres que fueron transferidos a la prisión después de que Demers y la ACLU-NJ salieran victoriosos de su pleito, se encontraba un asesino de mujeres convicto que se refería a sí mismo como “el sirviente doncella de Lucifer”.
Perry Cerf fue condenado a 50 años de prisión en 2003 por la brutal violación y asesinato de una mujer ecuatoriana víctima de trata con fines sexuales. Cerf, que ahora se hace llamar “Michelle Hel-loki Angelina” y está registrado como mujer por el DOC, había sido encontrado vistiendo la ropa de su víctima y utilizando su identificación con la foto de él superpuesta sobre la de ella.
Cuando cometió el crimen, envió una carta a la prensa en la que confesaba y se jactaba del horrible asesinato, diciendo: “Como tengo un gusto muy inusual por la sangre, bebí y chupé y lamí hasta saciarme … Que se sepa: Soy la sierva doncella de Lucifer, enviada a la tierra nacida del pecado, para traer sufrimiento y dolor, oscuridad y maldad”.
En una inquietante similitud con los comentarios de Owen, Cerf dijo que bebió la sangre de la víctima “para poder permitir que esa persona viviera indirectamente a través de mí”.
Debido a la labor de Demers y la ACLU, al menos 27 hombres están ahora recluidos en EMCF, muchos de los cuales han sido condenados por delitos violentos contra mujeres y niños.
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Twitter owner and chairman Elon Musk has stated that the words “cis” and “cisgender” may be considered slurs as per Twitter’s new Terms of Service, and that users could face suspension for using them.
“The words ‘cis’ or ‘cisgender’ are considered slurs on this platform,” Musk tweeted on Wednesday. “Repeated, targeted harassment against any account will cause the harassing accounts to receive, at minimum, temporary suspensions.”
Musk’s response was made to a tweet posted by “gender critical” commentator James Esses noting that he had faced abuse for stating that he did not wish to be called “cis.”
The term is frequently used by trans activists seeking to ridicule or threaten those who do not agree with gender ideology.
Musk acknowledged Gluck’s reply, and called Sigusch, who died in February, a “contemptible creep.”
Sigusch is credited with the first published instance of using the term “cisgender” as an antonym to “transgender” in a 1991 publicationTranssexuals and our Nosomorphic View.
Prior to his death earlier this year, Sigusch was a well-known sexologist, physician, and sociologist who served as the director of the Institut für Sexualwissenschaft (Institute for Sexual Science) at the clinic of Goethe University, Frankfurt am Main, from 1973 to 2006.
“Cisgender” is now widely used to refer to people who are said to have a “gender identity” that matches their sex. While the more literal translation from Sigusch’s German coinage “zissexuell” is “cissexual,” the component of “sex” — referring to either sex organs or sexuality — has been replaced by the vague and subjective term “gender.”
Sigusch wrote: “Speaking of cissexuals. If there are transsexuals, logically there must be cissexuals. One is not to be thought without the other at all. I have allowed myself to introduce the terms cissexualism, cissexuals, cisgender etc.”
“The genuinely neological characteristic of transsexualism is that it casts what I have referred to as cissexualism, actually its logical counterpart, in a highly ambiguous light. For if there is a trans‚ a beyond (physical gender)‚ there must be a cis‚ a this-side -of‚ as well,” Sigusch wrote again in 1998, referring to his 1991 article.
But, disturbingly, the sexologist’s views also included controversial opinions on pedophilia.
In his work on “minor attraction,” Sigusch distinguished between pedophiles who abuse children, and “pedosexuals,” who have a sexual attraction to children they might not necessarily indulge. But Sigusch’s sympathies towards pedophilia did extend into believing there was “nothing wrong” with exposing children to highly sexual contact.
According to Dagmar Herzog, author of Sex after Fascism: Memory and Morality in Twentieth-Century Germany, Volkmar Sigusch and his colleague Gunter Schmidt, with whom he published research on child sexuality in the 70’s, also argued that exposing children to pornography – a well-known grooming tactic of pedophiles – was completely harmless.
“Volkmar Sigusch and Gunter Schmidt argued provocatively that the representation of sex, per se, did no damage to youth or children, and that the kind of pornography in which sex was ‘represented without prejudices as a pleasure-filled social activity … is exactly the kind that one could without worries give to children and adolescents,’” Herzog wrote.
In 2010, Sigusch published “sexology theses on the abuse debate” wherein he lauded the “paradise of childhood,” and claimed that “adding taboos to childish eroticism creates what we all want to prevent: sexual violence.”
“There is nothing wrong with pedophilia in the sense of the word, that is, against liking, even loving, children,” wrote Sigusch. “The sensuality that spontaneously unfolds between a child and an adult is something wonderful. Nothing can remind us more intensely of the paradises of childhood. Nothing is purer and more harmless than this eroticism of the body and the heart. Childish eroticism is not only full of delights, it is also necessary.”
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Un transactivista, que fue bastante conocido en su momento, ha sido enviado oficialmente a una prisión de mujeres tras su condena por el asesinato de una familia de California. Dana Rivers, de 68 años, fue condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional a principios de esta semana.
Nacido David Chester Warfield, los crímenes de Rivers se remontan al 11 de noviembre de 2016 (artículo en español), cuando la policía recibió una llamada de alguien que había oído disparos en Oakland, fuera de la casa de la pareja de lesbianas Patricia Wright y Charlotte Reed. Cuando llegaron las autoridades, encontraron a Rivers cubierto de sangre y gasolina y huyendo de la casa en llamas.
El 15 de junio, el juez Scott Patton condenó a Rivers a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, y dijo que el caso era “el crimen más depravado” que había visto en sus 33 años de ejercicio.
Se cree que el motivo de los asesinatos fue la salida de Reed de una pandilla de moteras “exclusivamente femenina” con la que había estado brevemente relacionado. Rivers era miembro de la pandilla y había sido fichado como su “matón”.
Los forenses descubrieron que Reed había sido apuñalada y golpeada docenas de veces, además de tener heridas de bala. Wright había recibido dos disparos, y su hijo, Benny Diambu-Wright, que acababa de graduarse en Berkeley High School, había recibido un disparo en el corazón. Los cadáveres de Wright, Reed y Diambu-Wright se encontraron entre los escombros en llamas. Rivers fue detenido inmediatamente y llevado a la cárcel del condado.
Según informes policiales, Rivers “comenzó a hacer declaraciones espontáneas sobre [su] participación en los asesinatos” en el momento de su arresto. Finalmente confesó haber matado a las dos mujeres y a su hijo, pero se declaró inocente de los cargos de triple homicidio en 2017.
Aunque se había informado que Rivers había sido enviado a San Quintín para ser procesado, ahora es oficial que pasará su cadena perpetua en una prisión de mujeres.
Según el sitio web del Departamento Penitenciario y de Rehabilitación de California, Rivers ha sido internado en el Centro de Mujeres de California Central.
La ubicación penitenciaria “basada en la identidad de género” de Rivers es el resultado de la ley SB132 de California, también conocida como la Ley de Respeto, Agencia y Dignidad Transgénero.
La ley fue promulgada en enero de 2021 por el gobernador Gavin Newsom y proporciona a los reclusos alojamiento en función de su identidad de género autodeclarada.
Casi inmediatamente después de la entrada en vigor de la ley, los centros penitenciarios de California se vieron inundados de cientos de solicitudes de traslado de reclusos varones que querían ir a instalaciones para mujeres. Según Keep Prisons Single Sex USA, un tercio de todos los reclusos varones que han solicitado tales traslados eran delincuentes sexuales registrados.
El Departamento de Instituciones Penitenciarias y Rehabilitación de California había confirmado previamente a Reduxx que las solicitudes de reubicación y traslado se basan exclusivamente en un Cuestionario de Identidad de Género que los reclusos pueden cumplimentar en el momento de su ingreso o solicitar posteriormente en cualquier momento de su encarcelamiento.
El cuestionario consta de una breve serie de preguntas donde los reclusos pueden declarar sus pronombres, honoríficos e identidad de género.
Los reclusos varones no necesitan identificarse como transgénero para solicitar el traslado o el alojamiento inmediato en una prisión de mujeres, y pueden simplemente identificarse como no conformes con el género o no binarios.
La decisión de llevar a Rivers a una prisión de mujeres debido a su autoidentificación de género parece estar irónicamente relacionada con gran parte del activismo en el que participó antes de los asesinatos. A lo largo de la década de 1990 y principios de la de 2000, Rivers fue conocido como un destacado transactivista que luchaba contra la “discriminación de género”.
Rivers ganó notoriedad en 1999 cuando fue despedido del instituto Center High School, en el condado de Sacramento, por hablar abiertamente de su “sexualidad y de la importancia de la autodeterminación de género” en clase con los estudiantes.
Los miembros del Consejo Escolar de Center Unified School que votaron a favor del despido de Rivers argumentaron que la decisión no tenía nada que ver con su identidad de género. Citaron en cambio la preocupación por los derechos de los padres, algunos de los cuales se habían quejado a los administradores de la escuela de que Rivers había estado hablando de temas inapropiados y sexuales acerca de su “transición” con los estudiantes.
Según un artículo publicado en 1999 en el New York Times, un padre declaró que Rivers les había dicho a los niños que había sido “sodomizado cuando era joven y que siempre había sentido que era una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre y que iba a convertirse en una mujer en el otoño. Debería haber obtenido permiso de los padres para decir eso”.
Tras la decisión de la administración de no renovarle el contrato, Rivers presentó una demanda por discriminación ampliamente publicitada que puso en marcha su carrera como transactivista y le valió una indemnización de 150.000 dólares.
Apareció en el Today Show y Good Morning America, y salió incluso en el New York Times, lo que elevó rápidamente su perfil como respetado defensor del colectivo LGBT. Más tarde consiguió trabajo como profesor en una cárcel de hombres de San Francisco, y en 2008 el Bay Area Reporterle dedicó un artículo por “cambiar vidas”.
Rivers fue uno de los principales ponentes del Centro Nacional para los Derechos de las Lesbianas, así como del The Tiffany Club, una organización fundada para promover los intereses políticos de las personas con “confusión de género”.
Rivers también dio conferencias como profesor invitado en varias universidades, entre ellas Stanford y UC Davis, y fue miembro de la Junta de la Fundación Internacional para la Educación de Género (IFGE).
Pero antes de dedicarse al transactivismo, Rivers participó en tácticas de intimidación contra espacios y eventos sólo para mujeres, especialmente contra el Michigan Womyn’s Music Festival (MWMF), coloquialmente conocido como MichFest, un festival de música para mujeres.
En 1991, MichFest adoptó una controvertida política de incluir sólo “mujeres-nacidas-mujeres”, que fue duramente condenada por las principales organizaciones de gays y lesbianas. También fue objeto de acoso por parte de hombres que se dicen trans que se oponían a la política de un solo sexo del espacio. Poco después, uno de los hombres expulsados del festival por esta política fundó el Campamento Trans.
Camp Trans se establecería fuera del recinto del Festival de Música con el propósito de acosar y amenazar a las mujeres en el festival.
Rivers comenzó a participar en Camp Trans en su segunda edición, y en un momento dado trató de entrar a la fuerza en el Festival de Música. En un ensayo que escribió sobre la experiencia, Rivers declaró: “Me quedé allí, dispuesto a declarar que cumplía con los requisitos de mujer-nacida-mujer. Así lo siento en mi corazón. Mi madre, mi hija y mi amante lesbiana saben que eso es lo que soy”.
Rivers se comparó a sí mismo con las mujeres lesbianas del festival, afirmando que aunque ellas habían “nacido con vaginas … era obvio para mí y para ellas que yo era más mujer que ellas”.
Camp Trans continuó su campaña contra MichFest y sus asistentes, distribuyendo incluso octavillas inquietantes que decían “las mujeres de verdad tienen polla”, y donde se llamaba “coños” a las feministas lesbianas.
MichFest llegó a su fin en 2015 tras las continuas agresiones de la comunidad LGBT en general, que las tachó de “transfóbicas” por negarse a permitir la entrada a su recinto a hombres que se dicen trans.
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Un grupo de defensa de lesbianas exclusivamente femenino de Francia fue excluido de su desfile local del Orgullo por no permitir la afiliación de hombres que se dicen trans. Femmes Entre Elles fue etiquetado de “transfóbico” por limitar su defensa a los problemas de las mujeres.
Femmes Entre Elles, que se traduce como “Mujeres Entre Sí”, es una asociación exclusivamente para mujeres lesbianas y bisexuales que lleva funcionando más de 30 años. Ha participado en campañas de apoyo a los derechos de las mujeres basados en el sexo y los derechos de las lesbianas.
Pero el 27 de mayo, el grupo recibió un correo electrónico en el que se les informaba que no eran bienvenidas a participar en la marcha anual del Orgullo de Rennes, que se celebró el 17 de junio. Iskis, el principal centro LGBT local, explicó que la decisión se tomó porque Femmes Entre Elles no aceptaba la afiliación de hombres que dicen ser mujeres.
“Lamentamos anunciar que hemos decidido no aceptar vuestra participación como asociación en la Villa Asociativa y el Desfile de la Marcha del Orgullo de 2023”, rezaba el correo electrónico.
“Esta decisión es consecuencia de vuestra posición con respecto a las mujeres trans, en particular a través de un artículo de vuestros estatutos: ‘la asociación está abierta a cualquier mujer, nacida mujer, que desee participar’, así como comentarios hechos a voluntarios asociativos durante la Marcha del Orgullo del año pasado”.
Iskis afirmó que la política de Femmes Entre Elles que limita la afiliación a “cualquier mujer nacida mujer” está en “contradicción directa” con su propia “carta ética de participación” en los actos del Orgullo. Reduxx se puso en contacto con Iskis para pedirles más información sobre su decisión, pero no recibió respuesta.
Representantes de Femmes Entre Elles se quejaron oficialmente de su exclusión debido a los estatutos de la asociación que afirman que la afiliación está limitada a las “mujeres nacidas mujeres” a la representante electa de Rennes, Ariane Cousin, que actúa como “responsable antidiscriminación” de la ciudad.
En respuesta, Cousin le dijo a Femmes Entre Elles que estaba de acuerdo con la decisión de Iskis y se refirió a las mujeres como “terfas” en su respuesta.
“Entiendo y estoy de acuerdo con la reacción de Iskis. El comportamiento terfo manifestado por la asociación Femmes Entre Elles no tiene cabida en el desfile del Orgullo, que es ante todo inclusivo”, afirmó Cousin.
Pero Femmes Entre Elles no fue el único grupo solo para mujeres que se vio excomulgado de su comunidad LGBT local por tener puntos de vista a favor de la mujer. A otro grupo solo para mujeres en Marsella se le ha impedido participar en el Orgullo desde 2021.
El Centro Évolutif Lilith (CEL) ha sido condenado al ostracismo por la comunidad LGBTQIA de su zona a pesar de haber participado en el primer evento del Orgullo celebrado en Marsella en 1994. Pero después de que la asociación modificara sus estatutos para restringir las afiliaciones exclusivamente a mujeres, fue objeto de críticas por parte de los activistas trans de la zona.
Según un comunicado de prensa del CEL publicado en junio de 2021, el grupo había comenzado a limitar la afiliación en respuesta a una serie de ataques violentos de transactivistas contra la comunidad feminista lesbiana.
“La asociación está abierta a toda mujer nacida de sexo biológico femenino. Esta decisión se tomó después de conocer la existencia de varios actos de agresión y acoso sufridos por asociaciones de lesbianas por parte de grupos transactivistas”, rezaba el comunicado de prensa de 2021.
“Hasta entonces, el CEL no se había enfrentado a ninguna agresión. En marzo de 2021, el CEL fue excluido del comité directivo de PRIDE Marsella. Las razones dadas son nuestro cambio de estatutos que excluyen a las mujeres trans y nuestras posiciones abolicionistas y en contra la gestación subrogada”.
Noémie Pillas, coordinadora del Centro LGBTQIA + de Marsella y copresidenta de la Organización PRIDE Marseille, destacó específicamente la posición anti-gestación subrogada del grupo como una razón por la cual estaban siendo expulsadas de los eventos del Orgullo. Pillas también mencionó la política de solo mujeres de la asociación de lesbianas, que calificó de excluyente.
“También hemos podido observar las numerosas publicaciones abiertamente transfóbicas de su página de Facebook. Por lo tanto, nos parece complejo trabajar juntos con calma en vista de nuestras diferencias”, dijo Pillas.
Las representantes del CEL respondieron en una comunicación enviada el 14 de abril en la que afirmaban que eran una “asociación feminista lesbiana no mixta”, y describieron las razones de su política actualizada.
“Actualmente y desde hace algún tiempo, son las lesbianas y las mujeres las que están en peligro con la llegada de la ideología ‘queer’ y las acciones de los ‘transactivistas’. Una vez más, son las mujeres y las lesbianas las que son insultadas, maltratadas, agredidas. Este año, durante las manifestaciones del 8 de marzo, el día internacional en defensa de los derechos de la mujer, se produjeron varios incidentes: se atacó a feministas por estar en contra de la mercantilización del cuerpo femenino.”
En el Día Internacional de la Mujer 2021, activistas trans lanzaron huevos a la activista por los derechos de las mujeres Marguerite Stern en un ataque coordinado y premeditado. Ella, junto con miembros de dos grupos feministas, L’Amazone y el Colectivo para la Abolición de la Pornografía y la Prostitución (CAPP), se habían reunido para celebrar una manifestación en la Place de la République en París.
Las mujeres, muchas de las cuales eran sobrevivientes del comercio sexual, pronto se vieron rodeadas y superadas en número por transactivistas que las llamaron “SWERF”, por Sex Worker Exclusionary Radical Feminist (feminista radical excluyente de las trabajadoras sexuales), y les gritaban “no hay feminismo sin putas”.
Transactivistas pintaron con spray un mensaje amenazador, “Salva a una persona trans, mata a una TERF”, al pie del monumento situado en el centro de la Place de la République
El CEL señaló estos ejemplos y otros más como una de las razones por las cuales se les debería permitir limitar su ámbito de interés y afiliación.
Un mes después de que se les informara que los organizadores estaban cuestionando su participación en el Orgullo, el CEL recibió un comunicado de prensa de Rainbowshlag, un grupo que afirma ser parte de la comunidad “trans queer”. En un correo electrónico que fue enviado a otras organizaciones afiliadas, Rainbowshlag pedía su exclusión total no solo del Orgullo, sino también de la comunidad feminista y LGBT.
En el correo electrónico, Rainbowshlag acusaba a las miembros del CEL de ser “putófobas, transfóbicas, transmisóginas, racistas y, por lo tanto, violentas y no representativas de la diversidad de la comunidad LGBTQI +, ya que se opone a las personas trans y las trabajadoras sexuales”.
El correo electrónico, fechado el 16 de mayo, fue enviado y dirigido al Departamento de Lucha contra la Discriminación (la Maison Départementale de Lutte contre les Discriminations – MLD), un importante grupo LGBT de Marsella que recibe financiación del gobierno, así como a varios otros grupos feministas.
El 29 de mayo, una miembro del CEL compartió un artículo en el que se criticaba la ideología de identidad de género, pero se lo pensó mejor y lo borró enseguida. Sin embargo, ya había sido visto por sus críticos y provocó una avalancha de condenas.
El 31 de mayo, tras ese incidente, se compartió ampliamente a través de una lista de correo electrónico un segundo comunicado de Rainbowshlag, en el que se pedía una “postura fuerte” contra el CEL, y que la red LGBT y feminista “denuncie la violencia del artículo publicado” en su página de Facebook. El mensaje se envió de nuevo al organismo gubernamental, MLD.
En total, 39 colectivos y organizaciones firmaron la denuncia, entre ellos STRASS (Syndicat du TRAvail Sexuel), un grupo que hace campaña por la despenalización total de la industria del sexo. Como resultado, los miembros del CEL fueron llamados al Ayuntamiento para dar explicaciones y transmitir detalles de la controversia.
Una portavoz de CEL, Chantal Girard, habló recientemente con Reduxx con la ayuda de Audrey Aard, una corresponsal francesa que escribe sobre eventos actuales relacionados con los derechos de las mujeres. Girard confirmó que la financiación del grupo, que anteriormente venía a través del MLD, fue retirada el año pasado en respuesta directa a las acusaciones de “transfobia”.
Girard explicó que a principios de 2023, el CEL se puso en contacto con la representante electa para los derechos de las mujeres, Nathalie Tessier, solicitando asistencia y financiación.
“Ella comparte nuestros puntos de vista feministas contra la explotación sexual y reproductiva y habló en el Concejo Municipal en nuestro nombre. Así que el Ayuntamiento sugirió que podría ayudarnos de alguna otra manera, cediéndonos un edificio, un lugar donde organizarnos. Eso fue en enero de este año, hicimos una solicitud oficial y desde entonces no hemos recibido nada”, dijo Girard.
“Desde los años 90, nuestra relación con los homosexuales siempre ha sido intensa, pero al menos podíamos hablar, discutir y aún así organizarnos juntos. Hoy en día, el Orgullo no tiene nada que ver con la homosexualidad. Se trata del capitalismo: vientres de alquiler y prostitución, parafilias masculinas.
Esto es moralmente muy difícil de aceptar. ¡Nunca antes habíamos tenido la experiencia de que nos llamaran fascistas! ¡Cuando pienso en todo lo que hemos hecho desde los años 90 contra la extrema derecha! Estuvimos en el origen del primer Orgullo en 1994. Lo organizamos con lesbianas y gays. Éramos unos cientos y llevábamos máscaras venecianas por miedo a ser reconocidas. También nos manifestamos para conseguir el matrimonio gay, estuvimos en todos los frentes y en todas las batallas”.
“Desde el año pasado, cuando perdimos la financiación, no hemos estado de brazos cruzados. Nos hemos reagrupado con organizaciones feministas y de defensa de los derechos de las mujeres como CIAMS, WDI Francia, el Collectif 13 Droits des femmes, el Front Féministe y recientemente creamos una nueva inter-asociación lésbica: Agora Lesbiennes feministes”.
Las tensiones han aumentado en los últimos años en Francia, con varios casos documentados de mujeres abolicionistas y lesbianas agredidas por transactivistas.
En abril, se canceló en Nantes un simposio (artículo en español) destinado a crear conciencia sobre la difícil situación de las mujeres afganas e iraníes, después de que transactivistas amenazaran con tender una violenta emboscada al evento debido a la presencia de una ponente crítica de género, Marguerite Stern, que habla en contra del feminicidio y la violencia machista.
En febrero, otra destacada defensora de los derechos de las mujeres fue informada de que iba a ser llevada ante un tribunal penal por acusaciones de “malgenerización” (artículo en español) de dos figuras públicas transgénero. Dora Moutot, autora de best-sellers y cofundadora de Femelliste junto a Stern, se enfrenta a una denuncia judicial por presuntos insultos basados en la identidad de género.
A principios de este mes, Reduxx informó sobre el cierre de un bar de lesbianas (artículo en español) que llevaba abierto casi una década en Rennes, Francia. La Part des Anges se vio obligado a cerrar tras una preocupante oleada de actos vandálicos y amenazas de muerte por parte de transactivistas a raíz de una denuncia pública. La propietaria del bar había estado defendiendo a mujeres lesbianas del acoso sexual por parte de hombres que reivindican un estatus transgénero.
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