Un hombre australiano que se identifica como transgénero se declaró culpable de tres delitos relacionados con la posesión de material de explotación sexual infantil “extremo”, incluidos videos que creó de sí mismo realizando actos sexuales junto a una niña dormida de 5 años.
Josh Dean French, de 25 años, que se hace llamar ‘Jayda Dean’, confesó haberse filmado dos veces masturbándose junto a la hija dormida de su amiga, explotando oportunistamente a la niña de 5 años mientras su madre hacía un recado. French había sido compañero de trabajo y amigo de la madre de la niña, y ella había confiado en él para cuidar la casa mientras iba a comprar comestibles.
French ya había estado bajo el escrutinio de la policía durante una investigación separada sobre un individuo no identificado sospechoso de abusos sexuales infantiles. La policía se enteró del contacto entre el sospechoso y French, que usaba su nombre “femenino” para comunicarse con el otro pedófilo. El 9 de noviembre de 2021, la policía llevó a cabo una redada en la casa de French y confiscó sus dispositivos electrónicos.
En total, las autoridades encontraron 73 imágenes y videos “extremos” en los aparatos de French, 49 de los cuales constituían delitos graves de abuso sexual infantil y 24 de los cuales contenían medios de explotación infantil no agravados. Entre ellos estaban los dos videos de French masturbándose al lado de la niña dormida.
En unas declaraciones hechas durante la sentencia el 15 de septiembre, la jueza Julie McIntyre destacó la naturaleza depravada del material y señaló que las imágenes de abuso encontradas por la policía se encontraban entre las más graves.
“El material encontrado en su poder, aunque no es extenso, incluye material extremadamente pervertido y depravado relacionado con el abuso sexual de menores, que van desde adolescentes hasta niños muy pequeños y bebés. Describir este material como ‘perturbador’ es un eufemismo”, dijo el juez McIntyre.
Enfatizó que la posesión de materiales de abuso sexual infantil “no es un delito sin víctimas”.
“Cuando se accede y se posee material de explotación infantil, se accede al dolor físico y al trauma emocional de los niños que son sometidos a abuso sexual”, explicó la jueza McIntyre, señalando que dicho abuso causa problemas de salud física y mental a largo plazo.
“Además, las víctimas viven con el conocimiento de que las imágenes y videos de su abuso estarán para siempre en Internet. La existencia de ese material y el miedo continuo a ser identificadas se suma a los sentimientos de vergüenza y humillación de las víctimas”, agregó.
Durante una evaluación psicológica, French aparentemente insistió en que no sentía una atracción sexual hacia menores. También culpó de la posesión material de abuso sexual infantil a su yo masculino, que describió como una entidad separada.
French se declaró culpable de un delito de producción agravada de material de explotación infantil, dos cargos de posesión de material de explotación infantil, uno de los cuales se refiere a material que muestra a niños menores de 14 años, mientras que el otro se refiere a material que muestra a niños mayores de 14 años.
French fue sentenciado a un total de 4 años, 10 meses y 8 días después de que la jueza McIntyre le hiciese un descuento por tiempo cumplido. Señaló que puede solicitar la libertad condicional en mayo de 2024. Se desconoce si French cumplirá su condena en una cárcel femenina, o si se le ordenará ir a una institución para hombres.
Según Women’s Forum Australia, el estado de Australia del Sur, donde French fue condenado, no tiene políticas directas sobre dónde alojar a los reclusos transgénero, sino que consideran la situación caso por caso.
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An Australian man who identifies as transgender has pleaded guilty to three offenses related to possessing “extreme” child sexual exploitation materials, including videos he created of himself performing sex acts next to a sleeping 5-year-old.
Josh Dean French, 25, who goes by the name ‘Jayda Dean,’ confessed to twice filming himself masturbating next to his friend’s sleeping child, opportunistically exploiting the 5-year-old while her mother ran an errand. French had been work colleagues and friends with the girl’s mother, and she had trusted him to keep an eye on the house while she went to the grocery store.
French first came under police scrutiny during a separate investigation into an unnamed individual suspected of child sexual abuses. Law enforcement became aware of communications between the suspect and French, who was using his “female” name to communicate with the other pedophile. On November 9, 2021, police raided French’s home and seized his electronic devices.
In total, authorities found 73 “extreme” videos and images on French’s devices, 49 of which contained aggravated child sexual abuse, and 24 of which contained non-aggravated child exploitation media. Among them were the two videos of French masturbating by the sleeping girl.
In a statement made during sentencing on September 15, Judge Julie McIntyre highlighted the depraved nature of the material, noting that the abuse images found by police were among the most serious kind.
“The material found in your possession, whilst not extensive, includes some extremely deviant and depraved material involving the sexual abuse of children, ranging from teenagers to very young children and babies. To describe this material as ‘disturbing’ is an understatement,” Judge McIntyre said.
She emphasized that the possession of child sexual abuse materials “are not victimless crimes.”
“When you access and possess child exploitation material, you access the physical pain and emotional trauma of children being subjected to sexual abuse,” Judge McIntyre elaborated, noting that such abuse causes long-term physical and mental health issues.
“Moreover, the victims live with the knowledge that the images and videos of their abuse exist in perpetuity on the internet. The existence of that material and the continual fear of being identified adds to victims’ feelings of shame and humiliation,” she added.
During a psychological evaluation, French apparently insisted he did not have a sexual attraction to children. He also blamed the child sexual abuse material possession on his male persona, whom he apparently suggested was a separate entity.
French pleaded guilty to one count of aggravated producing child exploitation material, two counts of possessing child exploitation material, one of which relates to material depicting children under 14 years of age, while the other concerns material depicting children over the age of 14.
French was sentenced to a total of 4 years, 10 months, and 8 days after Judge McIntyre imposed a discount on his time served. She noted that he will be eligible for parole in May of 2024. It is unknown if French will be serving his sentence in the female estate, or if he will be ordered to a men’s institution.
According to Women’s Forum Australia, the state of South Australia, where French was convicted, has no straightforward policies on where to place transgender inmates, but individuals are usually accommodated on a case-by-case basis.
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Una diputada ha pedido una investigación policial formal sobre una organización benéfica de “jóvenes trans” a la luz de los recientes escandalosos descubrimientos que provocaron preocupaciones de salvaguarda de la infancia. La miembro conservadora del Parlamento Miriam Cates, dirigiéndose a la Cámara de los Comunes, describió brevemente los problemas recientes en torno a Mermaids que han aparecido en los medios de comunicación, y dijo que era “hora de una investigación policial”. La primera ministra Liz Truss pareció estar de acuerdo con Cates.
“La semana pasada, han salido a la luz graves fallos de protección por parte de la organización benéfica para niños Mermaids”, dijo la diputada Cates. Durante años, y a pesar de que varios informantes han dado la voz de alarma, Mermaids ha tenido acceso sin restricciones a niños vulnerables. ¿Está de acuerdo mi honorable amiga en que se ha tardado demasiado tiempo en tomar estas preocupaciones en serio, y también está de acuerdo en que ya es hora de que haya una investigación policial sobre las actividades de Mermaids y su personal?
La primera ministra Liz Truss se mostró de acuerdo con las declaraciones de Cates, y señaló que los niños “no deberían ser obligados a ningún tipo de actividad”, y agregó: “Por supuesto, esos asuntos deben plantearse y deben examinarse adecuadamente”.
La semana pasada, la Charity Commission (organismo regulador de las organizaciones benéficas en Inglaterra y Gales) lanzó una investigación de cumplimiento regulatorio sobre Mermaids. Este organismo dijo que la investigación se realiza en respuesta a las quejas que recibió sobre Mermaids. Uno de los incidentes denunciados fue el de una madre cuyo hijo de 14 años estaba mandando fotos sexualizadas de sí mismo a extraños que encontró a través del sitio web Mermaids y alentado por la misma organización.
Otro factor que contribuyó a la decisión de la Charity Commission fue un informe de The Telegraphque descubrió que Mermaids se ofrecía a enviar compresores de pecho a niñas sin el conocimiento de sus padres.
Un informe provisional publicado en marzo había advertido que algunos compresores de pecho podrían ser potencialmente perjudiciales para la salud de las niñas. Hilary Cass publicó un informe independiente sobre “servicios de identidad de género para niños y jóvenes” y advirtió contra el modelo de “afirmación”, que pasa por alto la salud mental y las influencias externas.
El informe enfatizó que “la angustia puede verse exacerbada por la presión para identificarse con los estereotipos sociales” y planteó preocupaciones sobre “la influencia de las redes sociales, que pueden perpetuar imágenes poco realistas de género y establecer expectativas poco saludables”.
Jacob Breslow, un académico estadounidense y Profesor Adjunto de Género y Sexualidad en el Departamento de Estudios de Género de la London School of Economics, dimitió de su cargo después de que se descubriese que era un defensor de la pedofilia.
Como ya ha informado Reduxx, Breslow había dado una charla en un simposio organizado por B4U-Act, una organización benéfica fundada en 2003 por el violador de niños convicto Michael Melsheimer. En la conferencia, Breslow promovía el concepto de tratar la pedofilia como una orientación sexual, un objetivo defendido durante mucho tiempo por B4U-Act.
Es alarmante que la opinión pro-pedófila de Breslow no fuera aislada del simposio.
Tras la noticia de la apología de la pedofilia de Breslow, salieron a la luz más declaraciones y relaciones incriminatorias, incluidas las entradas de blog ahora eliminadas que había escrito elogiando a un académico que publicó materiales de abuso sexual infantil. Solo unos meses antes, la Universidad de Manchester había anunciado una investigación sobre el estudiante de doctorado Karl Andersson por su artículo académico sobre la atracción sexual hacia niños pubescentes.
Más recientemente, se ha descubierto que un miembro del personal de Mermaids ha compartido imágenes pornográficas de sí mismo en línea. Darren Mew, un oficial de interacción digital de la organización benéfica para niños, apareció en Haus Magazine, una publicación LGBT. Las fotos de Mew estaban dispuestas en un collage de seis fotos de sí mismo desnudo, agarrando su pene erecto, enseñando el culo, y rodeado de pares de tetas de entre las cuales sobresalían penes.
Mew también había publicado una foto de sí mismo con una vista de abajo a arriba desde dentro de su falda corta en Instagram, en un aparente intento de parecerse a una colegiala sexualizada. Un padre cuyo hijo estuvo metido en Mermaids presentó una queja ante la Charity Commission y pidió una investigación del caso, según The Times.
“El gráfico presenta claramente las imágenes de senos amputados. En otra [foto] Darren usa una falda de colegiala estilo Hentai y adopta una pose provocativa y parece estar transmitiendo vibraciones sexualizadas de niña”, se lee en la denuncia.
Twitter bloqueó ayer la cuenta de Maya Forstater, activista por los derechos de las mujeres y fundadora de la organización Sex Matters, por compartir una imagen de Mew en un contexto crítico.
En 2019, no le renovaron el contrato de trabajo a Forstater en represalia por los tweets que había escrito criticando la ideología de identidad de género. Forstater emprendió un desafío legal ampliamente publicitado, un caso que obtuvo el apoyo de la famosa escritora J. K. Rowling, y en julio de 2022 un tribunal laboral determinó que había sufrido una discriminación injusta por hacer declaraciones que afirmaban que el sexo biológico no se puede cambiar.
Al escribir sobre su reciente censura de Twitter en Medium, Forstater llamó la atención sobre varios otros incidentes alarmantes que involucran a la organización benéfica para niños. Entre las polémicas pasadas estaba un calendario BDSM producido por Mermaids, y una sesión de fotos de un niño en drag, tomada en un dormitorio, con un adulto.
“Las organizaciones benéficas para niños no deberían emplear pornógrafos que pongan su trabajo en el dominio público, o profesores pro-pedófilos, o modelos de pornografía blanda que promuevan a niños que realicen actos sexualizados frente a hombres en clubes por dinero”, escribió Forstater.
“No deberían recaudar dinero vendiendo calendarios BDSM … No deberían normalizar esto como si fuera apropiado para niños”.
El 12 de octubre, se informó que el Departamento de Educación había eliminado Mermaids de sus recursos de salud mental y bienestar para las escuelas como medida de precaución tras la evaluación en curso de la Charity Commission. La semana pasada, un importante patrocinador financiero de Mermaids, la Lotería Nacional, decidió pausar una subvención de £ 500,000 a la organización benéfica en espera del resultado de la investigación de la Comisión.
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An elected official has called for a formal police investigation into a “trans youth” charity in light of recent scandalous revelations that sparked safeguarding concerns. Tory Member of Parliament Miriam Cates, addressing the House of Commons, briefly outlined recent issues surrounding Mermaids that have made headlines, and said it was “high time for a police investigation.” Prime Minister Liz Truss appeared to agree with Cates’ sentiment.
“Over the past week, serious safeguarding failures by the children’s charity Mermaids have come to light, MP Cates said. “For years, despite whistleblowers raising alarm, Mermaids have had unfettered access to vulnerable children. Does my right honorable friend agree that it’s taken far too long for these concerns to be taken seriously, and does she also agree that it’s high time for a police investigation into the activities of Mermaids and its staff?”
Prime Minister Liz Truss replied in agreement with Cates’ statements, noting that children “should not be forced into any kind of activity,” and added: “Of course those matters should be raised and should be properly looked at.”
Last week, the Charity Commission launched a regulatory compliance probe into Mermaids. The charitable organization authority said the investigation was in response to complaints it received about Mermaids. One of the incidents reported was from a mother whose 14-year-old son was being encouraged to send sexualized photos of himself to strangers he encountered through the Mermaids website.
Another contributing factor behind the Charity Commission’s decision was a report by The Telegraphwhich found that Mermaids was offering to send breast-binders to young girls without their parents’ knowledge.
An interim report released in March had warned that some binding devices may be potentially harmful to the health of girls. Dr. Hilary Cass released an independent review into “gender identity services for children and young people” which cautioned against the “affirmation” model, which overlooks mental health and external influences.
The report emphasized that “distress may be exacerbated by pressure to identify with societal stereotyping” and raised concerns over “the influence of social media, which can be seen to perpetuate unrealistic images of gender and set unhealthy expectations.”
Jacob Breslow, an American academic and Associate Professor of Gender and Sexuality at the London School of Economics’ Department of Gender Studies, resigned after it began to circulate that he had a history of pedophile sympathies.
As previously reported by Reduxx, Breslow had given a presentation at a symposium held by B4U-Act — a charity founded in 2003 by convicted child rapist Michael Melsheimer. In the lecture, Breslow promoted the concept of treating pedophilia as a sexual orientation, a goal long-advocated by B4U-Act.
Disturbingly, Breslow’s pro-pedophile sentiment was not isolated to the symposium.
Following news of Breslow’s pedophilia apologism, further damning statements and associations were revealed, including now-deleted blog entries he had written praising an academic who published child sexual abuse materials. Only months before, the University of Manchester had announced an investigation into PhD student Karl Andersson for his academic paper about sexual attraction to pubescent boys.
Most recently, a staff member at Mermaids was exposed as having shared pornographic images of himself online. Darren Mew, a digital engagement officer for the children’s charity, was featured in Haus Magazine, an LGBT publication. Photos of Mew were arranged in a collage of six pictures of himself naked, holding his erect penis, in addition to an image of his rear, and surrounded by pairs of breasts with penises protruding from them.
Mew had also posted an photo of himself with an upwards view through a short skirt on Instagram, in an apparent attempt to resemble a sexualized schoolgirl. A parent whose child was once involved with Mermaids filed a complaint with the Charity Commission in response, calling for an investigation, according to The Times.
“The graphic clearly presents the imagery of amputated breasts. In another [photo] Darren wears a Hentai style schoolgirl skirt and adopts a provocative pose and appears to be broadcasting sexualized little girl vibes,” read the complaint.
Maya Forstater, women’s rights campaigner and a founder of the organization Sex Matters, was locked out of her Twitter account yesterday for sharing an image of Mew in a critical context.
In 2019, Forstater’s employment contract was not renewed in retaliation for tweets she had made that were critical of gender identity ideology. Forstater took up a widely-publicized legal challenge, a case which garnered the support of acclaimed author J. K. Rowling, and in July 2022 an employment tribunal found that she had been unfairly discriminated against for making statements asserting that biological sex cannot be changed.
Writing about her recent Twitter censorship on Medium, Forstater drew attention to several other alarming incidents involving the children’s charity. Among the past controversies was a BDSM calendar produced by Mermaids, and a photoshoot of a child in drag, taken in a bedroom, with an adult.
“Children’s charities should not be employing pornographers who put their work in the public domain, or pro-paedophile professors, or soft-porn models who promote children to perform sexualized acts in front of men in clubs for money,” wrote Forstater.
“They should not be raising money by selling calendars featuring BDSM … They should not be normalizing any of this as being appropriate for children.”
On October 12, it was reported that the Department for Education had removed Mermaids from its mental health and well-being resources for schools as a precautionary measure following the ongoing evaluation by The Charity Commission. Last week a major financial supporter of Mermaids, the National Lottery, decided to pause a £500,000 grant to the charity pending the outcome of the Commission’s investigation.
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Salen a la luz comentarios alarmantes hechos en la Conferencia de la Academia Americana de Pediatría: una profesora de pediatría parece “glorificar” el trágico suicidio de un menor cuando hablaba sobre la “atención de afirmación de género”.
La Academia Americana de Pediatría (AAP) celebró su conferencia anual en Anaheim (California) esta semana, con cuatro días de paneles que se centraban en el estado de la atención médica infantil en los Estados Unidos. Pero lo que debería haber sido una reunión de profesionales destinada a mejorar el estado de la pediatría, ha provocado indignación cuando una médica fuera vista dando un discurso que parecía glorificar la muerte de un adolescente.
El 11 de octubre, la Dra. Julia Mason subió una grabación hecha con el teléfono a Twitter de la Dra. Morissa Ladinsky dando una charla en la conferencia. La presentación de Ladinsky, titulada “Defendiendo el cuidado de afirmación de género”, se centró en discutir “el panorama actual de políticas públicas sobre el cuidado de afirmación de género, así como el impacto en los niños y las familias”.
Mason, que asistió a la conferencia, subió un video a Twitter de Ladinsky discutiendo el suicidio en 2014 del adolescente de Ohio Leelah Alcorn. Alcorn, quien nació varón pero que se identificaba como transgénero, se suicidó poniéndose delante de un camión en una autopista cerca de su casa. El suicidio se produjo tras una depresión prolongada y un aumento drástico del tratamiento de Prozac, ambos relacionados con su autopercepción.
La FDA afirma que los antidepresivos, incluido el Prozac, pueden aumentar el riesgo de suicidio en niños y adolescentes. En una publicación de Reddit hecha antes de su muerte, Alcorn escribió que estaba tomando 60 mg por día, que es una dosis mucho más alta que la dosis estándar pediátrica recomendada.
Mason grabó a Ladinsky pareciendo glorificar el suicidio de Alcorn, refiriéndose a él repetidamente como “valiente”.
Se puede oír a Ladinsky referirse al adolescente con pronombres femeninos, y decir: “Y en los últimos días de 2014 … una señora de esta zona de 16 años, Leelah Alcorn, de experiencia trans, se puso delante de un tractor-remolque, y puso así fin a su vida. Su nota de suicidio, escrita para ser publicada en las redes sociales aproximadamente una hora después de su muerte, se volvió viral en todo el mundo. Aunque Leelah no era mi paciente, cuidé a cientos de sus compañeros de clase en Kings Mills High School. Pero todos los día, de camino al trabajo, pasaba por ese lugar, donde esta adolescente terminó valientemente con su vida …”
Tomada en el contexto del tema del panel de Ladinsky, la muerte de Alcorn parece haber sido utilizada para impulsar la narrativa de que los adolescentes se suicidarán a menos que los profesionales de la salud y los padres los “afirmen” lo suficiente.
Los comentarios de Ladinsky provocaron la indignación de los usuarios de Twitter que vieron el video de Mason, muchos de los cuales señalaron los peligros de glorificar el suicidio en menores.
Los expertos médicos coinciden de manera uniforme en que el suicidio por contagio es un riesgo entre los adolescentes, y el Departamento de Salud y Servicios Nacionales de los Estados Unidos ha establecido pautas para limitar el riesgo de suicidios por contagio. Entre esas recomendaciones está que “los informes no deben glorificar a la víctima y no deben implicar que el suicidio fue efectivo en lograr un objetivo personal”, como llamar la atención.
“Esto es enormemente abusivo”, escribió el médico Mike Ziffra en respuesta a la publicación de Mason, a lo que Mason respondió que la reacción positiva de la audiencia hacia los comentarios de Ladinsky la dejó “loca”.
Otros usuarios que vieron el video dijeron que el tono de Ladinsky, que algunos describieron como “jubiloso”, los alarmó, y que su uso de la trágica muerte de la adolescente para impulsar un mandato político fue inquietante.
Los comentarios hechos en la conferencia no fueron los primeros, Ladinsky ya ha utilizado la amenaza de suicidios en adolescentes para promover el “cuidado de afirmación de género” para menores.
En mayo, Ladinsky escribió un artículo de opinión en el periódico con más tirada de Alabama en protesta por una ley estatal que volvería ilegal facilitar la transición médica de menores.
“Soy pediatra. Pero Alabama pronto podría quitarme la bata blanca y el estetoscopio y acusarme de un delito por hacer mi trabajo”, escribió Ladinsky.
En el artículo, habla de un paciente joven bajo su cuidado que intentó suicidarse tres veces, y dice que solo el cuidado “afirmativo” evitará las posibles muertes de niños con problemas de género.
“… La culpa internalizada, la confusión, la vergüenza y la sensación de derrota llevan a casi la mitad de los jóvenes transgénero a considerar el suicidio. Los pacientes de nuestra clínica han dado grandes pasos para alejarse de esa oscuridad, y nos sirven como recordatorios diarios del poder curativo liberado por la afirmación y la esperanza”.
A principios de este año, Ladinsky apareció en un podcast en el que afirmó que los niños de tan solo cuatro años pueden entender el concepto de su “identidad de género”.
“Entre los cuatro, cinco, incluso seis años, aparece un sentido de identidad de género. ¿Recuerdas el baúl de los disfraces? ¿Te pusiste el vestido de princesa? Si te asignaron hombre al nacer, ¿qué dijo tu profesor? ¿Te veías bien? Esos son los comienzos de alinear el sentido interno de género de alguien con lo que está disponible para expresarlo”.
El podcast en el que habló Ladinsky era de Pride365 Plus, un sitio de recursos LGBT que parece existir únicamente para promover productos distribuidos por la empresa farmacéutica y proveedora de atención médica Optum.
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Disturbing commentary made at the American Academy of Pediatrics Conference has emerged after a Professor of Pediatrics appeared to “glorify” a minor’s tragic suicide while discussing “gender affirming care.”
The American Academy of Pediatrics (AAP) held its annual conference in Anaheim this week, featuring four days of panels intended to be focused on the state of child-focused healthcare in the United States. But what should have been a gathering of professionals intent on improving the state of pediatrics has prompted outrage after one Doctor was seen giving a speech which appeared to lionize a teenager’s death.
On October 11, Dr. Julia Mason uploaded a phone camera recording to Twitter of Dr. Morissa Ladinsky giving a panel talk at the conference. Ladinsky’s presentation, titled “Standing Up for Gender-Affirming Care,” was focused on discussing “current public policy landscape on gender-affirming care as well as the impact on children and families.”
But Ladinsky’s presentation drew particular concern from Mason, who is a US-based pediatrician and a clinical advisor at the Society for Evidence Based Gender Medicine.
On Twitter, Mason, who was in attendance at the conference, took footage of Ladinsky discussing the 2014 suicide of Ohio teen Leelah Alcorn. Alcorn, who was born male but identified as transgender, ended his life by stepping in front of an oncoming semitrailer on a highway near his home. The suicide came after a prolonged depression and drastically increased Prozac regimen, both of which were related to his self-perception.
The FDA states that antidepressants, including Prozac, may increase the risk of suicide in children and adolescents. In a Reddit post made before his death, Alcorn wrote he was taking 60mg per day — which is far higher than the standard recommended pediatric dose.
Mason recorded Ladinsky seeming to lionize Alcorn’s suicide, repeatedly calling it “bold.”
Here’s my iPhone video of Dr. Ladinsky glorifying suicide in a 16 year old. In case you were thinking I misunderstood. pic.twitter.com/zrlSU2puVZ
Referring to Alcorn using feminine pronouns, Ladinsky can be heard saying: “And in the final days of 2014… a local 16-year-old lady, Leelah Alcorn, of trans experience, stepped boldly in front of a tractor-trailer, ending her life. Her suicide note, written to post on social media about an hour after her death, went viral around the world. Now, Leelah was not my patient. But I took care of hundreds of her classmates at Kings Mills High School. But each day, on the way to work, I passed that spot — where this teen boldly ended her life…”
Taken in the context of the subject of Ladinsky’s panel, Alcorn’s death appears to have been used to push the narrative that teenagers will commit suicide unless sufficiently “affirmed” by practitioners and parents.
Ladinsky’s comments prompted outrage from Twitter users who watched Mason’s footage, many of whom pointed out the dangerous nature of glorifying suicide in minors.
This is appalling. It’s exactly what suicidal teens want to be said of them after their deaths and this doctor is feeding right into those fantasies.
Medical experts uniformly agree that suicide contagion is a risk amongst adolescents, and the U.S. Department of Health and Homeland Services has set forward guidelines to limit the risk of suicide contagion. Among those recommendations include that “reports should not glorify the victim and should not imply that suicide was effective in achieving a personal goal,” such as gaining attention.
“This is so grossly exploitative,” Physician Mike Ziffra wrote in response to Mason’s post, to which Mason replied that the positive reaction from the audience towards Ladinsky’s comments left her “feeling crazy.”
Other users who watched the video noted that Ladinsky’s tone, which some described as “gleeful,” disturbed them, and that her use of the teenager’s tragic death to push a political mandate was disturbing.
What sort of social movement celebrates suicide as a bold act?
The comments at the conference were not the first time Ladinsky has used the threat of suicides in teenagers to promote “gender affirming care” for minors.
In May, Ladinsky wrote an op-ed in Alabama’s largest news outlet in protest of a state law that would make it illegal to facilitate the medical transitioning of minors.
“I am a pediatrician. But Alabama may soon take my white coat and stethoscope, charging me with a felony for doing my job,” Ladinsky wrote.
In the article, she details a young patient in her care who attempted suicide three times, and continues that only “affirming” care will prevent the potential deaths of gender-distressed children.
“… internalized guilt, confusion, shame and sense of defeat lead almost half of transgender youth to embark on suicide during their journeys. Our clinic patients have made large right turns away from that darkness, serving as daily reminders of the healing power released by affirmation and hope.”
Earlier this year, Ladinsky was featured on a podcast during which she claimed that children as young as four years old can understand the concept of their “gender identity.”
“Between four, five, even six years old, a sense of gender identity fills in. Remember the dress-up box? Did you put on the princess outfit? If you were assigned male at birth, what did your teacher say? Or how did they look? Those are the beginnings of aligning someone’s internal sense of gender with what is available to them to express it.”
The podcast Ladinsky spoke on was through Pride365 Plus — an LGBT resource site which appears to exist solely to promote products distributed by pharmacy benefit manager and health care provider Optum.
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Un drag queen encarcelado por su papel en una operación de tráfico sexual infantil es ahora un colaborador habitual de una revista de “reducción de daños” y está haciendo crowdfunding para cirugías de transición en las redes sociales.
Christopher Thomas Lynch fue condenado a 14 años de prisión en 2012 por obligar a un adolescente a prostituirse. Le daba cocaína al joven, que se identificaba como transgénero, para luego usarlo para crear material de abuso sexual infantil, además de obligarlo a tener relaciones sexuales con hombres hasta cuatro veces al día por dinero.
Lynch y su novio, Steven Lemery, dirigían una red de explotación e utilizaban las redes sociales para atraer a adolescentes homosexuales y transgénero con el fin de obligarlos a participar en el comercio sexual. Lemery, que era bailarín de go-go en un club gay, estaba en una relación poliamorosa con Lynch, así como con una mujer y su novio. Varios niños pequeños residían en el hogar donde ocurrieron los abusos.
Lemery fue arrestado en marzo de 2011 después de que una ex víctima avisara a las autoridades. La policía sospechaba en un principio que Lemery era el único individuo responsable de la operación de tráfico, pero se descubriría rápidamente que eso era falso.
Tras el arresto de Lemery, Lynch intentó distanciarse de los crímenes delatando a Lemery y culpándolo a él de los delitos. También dio una entrevista televisiva a un medio de comunicación local, donde se declaró completamente al margen de la operación e inocente de cualquier crimen que se hubiera cometido. Fue después de su aparición en el programa que una víctima pudo reconocerlo y denunciarlo a la policía.
Se descubrió después del arresto que Lynch llevaba al joven a sus clientes adultos y que le quitaba el dinero después de sus “sesiones”, obteniendo unas ganancias de “miles por semana” de su explotación sexual.
Según los informes, mantenía a los adolescentes traficados encerrados en el armario del dormitorio cuando no estaban siendo abusados o prostituidos. El caso involucró al menos a cuatro víctimas de los estados de Georgia, Alabama y Carolina del Sur. La policía informó que estos hombres habían estado traficando con adolescentes durante “dos o tres años” antes de ser descubiertos.
Lynch fue detenido el 4 de marzo de 2011 por una serie de delitos sexuales. Entre los cargos estaba una acusación por albergar a sabiendas a un niño con “fines de servidumbre sexual”. Poco después de ser arrestado, Lynch lanzó una campaña en Facebook titulada FREE PASHA desde un móvil que dijo haberle robado a un guardia de la prisión.
La página de Facebook enlazaba a un sitio web que vendía mercancía, incluidas camisetas y tangas para niños, con la foto de Lynch y las palabras: “Free Pasha”.
Según The Advocate, Lynch se declaró culpable de dos delitos de explotación sexual de un menor, proxenetismo por fuerza, posesión de artículos relacionados con drogas y un cargo de proxenetismo a un menor, rebajado de trata de personas debido a un acuerdo de culpabilidad. Se le ordenó cumplir al menos 14 años de una sentencia de 30.
“La mayoría de las víctimas eran fugitivos o presas fáciles”, explicó el por aquel entonces ayudante de sheriff Stan Copeland del condado de Douglas. “Ponían a los niños en una situación de dependencia. Si querían irse, tenían que realizar actos sexuales”.
Antes de su arresto, Lynch actuaba como drag queen bajo el apodo de Pasha Nicole. Durante su juicio, Lynch calificó el repetido abuso sexual y el tráfico de niños como “un error estúpido”.
Lynch ha comenzado a identificarse como “mujer” transgénero desde que está en la cárcel y ahora usa el nombre de Christina Alicia Lynch.
En 2015, y durante su encarcelamiento, Lynch demandó al estado, argumentando que negarle “cuidados de afirmación de género” equivalía a un castigo cruel e inusual en violación de sus derechos constitucionales según la octava enmienda. Lynch se representó a sí mismo en la batalla legal, ganó su caso, y se le dio acceso a tratamientos de depilación facial, hormonas y otros accesorios femeninos.
El ACLU Oregon (Sindicato Americano para las Libertades Civiles) cita su exitoso argumento en la guía sobre “protección de prisioneros transgénero”.
A Lynch se le dio la libertad condicional en 2018, para ser encarcelado nuevamente meses después por intento de robo a mano armada. Ha anunciado planes para demandar al Departamento Penitenciario de Georgia por segunda vez debido a una transferencia denegada a una institución de mujeres.
A pesar de estar actualmente bajo custodia, Lynch administra una cuenta de redes sociales bajo el nombre de C. Dreams, en la que tiene más de 12,000 seguidores.
A través de esa cuenta, Lynch ha anunciado múltiples GoFundMes destinados a ayudarlo con los costos de transición y reinserción, aunque de vez en cuando niega que sean suyos y dice que son para su “amiga Christina”.
En algún momento de 2021, Lynch parece haber cambiado su nombre en Twitter para ocultar el hecho de que él era el que operaba la cuenta, pero el antiguo nombre de usuario, @CALDreamsOf, todavía está vinculado a su actividad actual, y existen publicaciones archivadas donde está vinculado a la cuenta de Twitter y GoFundMes.
Lynch ha utilizado su Twitter para hacer comentarios misóginos y lesbofóbicos hacia tuiteras feministas, incluso ha atacado a una cuenta dedicada a lesbianas sobrevivientes de agresión sexual.
Lynch también administraba una cuenta de TikTok con el mismo nombre, en donde subió videos de baile desde dentro de la prisión. Los comentarios de Lynch en las respuestas de sus TikToks sugerían que no contaba con aprobación oficial para acceder a las redes sociales, o que estaba usando un dispositivo ilícito.
Además de su prolífica presencia en las redes sociales, los escritos de Lynch aparecen regularmente en la revista Filter, y ha publicado trabajos bajo su nombre y el apodo de C. Dreams.
Lynch publica artículos relacionados con sus casos legales y su experiencia en prisión en la revista Filter bajo el seudónimo asociado a su Twitter. En un artículo titulado “Como mujeres trans encarceladas en Georgia, nuestras necesidades médicas son brutalmente ignoradas”, habla de su caso y otras batallas legales similares. En otro, discute cómo el uso de metanfetaminas lo ayudó a completar con éxito los cursos escolares mientras estaba encarcelado.
“… La metanfetamina me impulsó a escribir informes legales, denuncias y respuestas, y literalmente cientos de cartas que tuve que enviar para asegurarme patrocinadores financieros para mi educación por correspondencia”, escribió Lynch. “Sin la metanfetamina, nunca hubiera convertido mi amor por la historia y las Escrituras en títulos de teología y estudios religiosos”.
Lyra Foster, un hombre transidentificado que es fundador y coordinador legal de divulgación de Trans Fam, una “red de ayuda mutua” donde la gente pueden inscribirse para proporcionar asistencia financiera, legal o doméstica a las personas transgénero, promueve a menudo las campañas GoFundMe de Lynch. El GoFundMe más reciente de Lynch parece estar operado también por otra persona que también trabaja en Filter Magazine como editor adjunto.
Foster también opera un GoFundMe desde donde dice estar recaudando dinero para hacer trabajo legal “pro bono” para personas transgénero como Lynch.
Lynch no es el primer hombre transidentificado condenado por crímenes contra niños en cambiar de imagen y renacer como defensor de los derechos trans y de la reforma de la justicia penal.
A principios de este año, Reduxx informó que un hombre que violó a una niña pequeña estaba realizando actividades de divulgación comunitaria para una organización que asesoraba a hombres encarcelados sobre cómo declararse transgénero.
Xena Grandichelli, nacido Jeffery Willsea, fue condenado por 11 delitos relacionados con el abuso sexual de una niña de 3 años. Su registro de delincuente sexual lo clasifica como de un nivel de riesgo 3, lo que denota el mayor riesgo de reincidencia y avisa que es una amenaza para la seguridad pública. Sin embargo, a pesar de su horrible historial, Grandichelli se ha convertido en un activista galardonado desde su puesta en libertad, y ha trabajado mucho con el Proyecto de Ley Sylvia Rivera en nombre de reclusos trans.
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An incarcerated drag queen jailed for his role in a child sex trafficking operation is now a regular contributor to a “harm reduction” magazine and is crowdfunding for transition surgeries on social media.
Christopher Thomas Lynch was handed a 14-year prison sentence in 2012 for forcing a teenage boy into prostitution. The male youth, who identified as transgender, was plied with cocaine and used to make child sexual abuse materials in addition to being forced to have sex with men up to four times per day for money.
Lynch and his boyfriend, Steven Lemery, ran an exploitation ring in which they used social media to lure gay and transgender teenage boys for the purposes of forcing them into the sex trade. Lemery, who was a go-go dancer at a gay club, was in a polyamorous relationship with Lynch, as well as a woman and her boyfriend. There were multiple small children residing in the home where the abuses took place.
Lemery was arrested in March 2011 after a former victim tipped off authorities. Police had initially suspected that Lemery was the only individual responsible for the trafficking operation — but that would quickly be revealed as untrue.
Following Lemery’s arrest, Lynch attempted to distance himself from the crimes by giving information to police that placed the blame on Lemery. He also conducted a television interview with a local news outlet and proclaimed total ignorance of the operation, and innocence of any crimes that had been committed. It was after this appearance that a victim was able to recognize Lynch from the program and reported his experience to police.
Following his arrest, it was revealed that Lynch had transported the youth to their adult clients and taken the money from them following their “sessions,” netting an income of “thousands per week” from their sexual exploitation.
The trafficked teenagers were reportedly locked in the bedroom closet when not being abused or prostituted, and the case involved at least four victims from the states of Georgia, Alabama and South Carolina. Deputies reported that the men had been trafficking teens for “two or three years” prior to being discovered.
Lynch was taken into custody on March 4, 2011 for a number of sexual offenses. Among the charges was an indictment for knowingly harboring a child for the “purposes of sexual servitude.” Shortly after being arrested, Lynch launched a Facebook campaign titled FREE PASHA with a mobile device he claimed to have stolen from a prison guard.
The Facebook page linked to a website selling merchandise, including children’s shirts and thongs, that featured Lynch’s mugshot and the words, “Free Pasha.”
According to The Advocate, Lynch pleaded guilty to two counts of sexual exploitation of a child, pandering by compulsion, possession of drug-related items, and one count of pimping a minor – which was reduced from human trafficking during a plea deal. He was ordered to serve at minimum 14 years of a 30-year sentence.
“Most of the victims were runaways or easy targets,” explained Chief Deputy Sheriff Stan Copeland of the Douglas County Sheriff’s office at the time. “They would put the kids in a dependent situation. If they wanted to leave, they’d have to perform sexual favors.”
Prior to his arrest, Lynch performed as a drag queen under the moniker Pasha Nicole. During his trial, Lynch called the repeated sex abuse and trafficking of the children “a stupid mistake.”
Since being incarcerated, Lynch has begun identifying as a transgender “woman” and is now using the name Christina Alicia Lynch.
In 2015, Lynch sued the state while incarcerated, arguing that denying him “gender affirming care” amounted to cruel and unusual punishment in violation of his eight amendment constitutional rights. Lynch represented himself in the legal battle, and won his case, being granted access to facial hair removal treatments, hormones, and other feminine accessories.
His successful argument has been cited by ACLU Oregon in their guidebook on “protecting transgender prisoners.”
Lynch was released in 2018 on parole, and re-incarcerated months later on charges of attempted armed robbery. He has announced plans to sue the Georgia Department of Corrections for a second time on the basis of a refused transfer to a women’s institution.
Despite currently being in custody, Lynch manages a social media account under the name C. Dreams, on which he has over 12,000 followers.
Through the account, Lynch has advertised multiple GoFundMes intended to assist him with transitioning and re-entry costs, though occasionally denies that they are his own and instead asserts they are for his “friend Christina.”
Sometime in 2021, Lynch appears to have changed his Twitter handle to obscure the fact he was the one operating the account, but the old username, @CALDreamsOf, is still linked to his current activity, and archived posts exist where he is linked to the Twitter account and the GoFundMes.
Lynch has used his Twitter to make misogynistic and lesbophobic comments towards feminist users, including attacking an account dedicated to lesbian survivors of sexual assault.
Lynch also managed a TikTok account using the same name, on which he uploaded dancing videos from within the prison. Comments Lynch made in the replies of his TikToks suggested he did not have official approval to be accessing social media, or was using an illicit device.
In addition to his prolific social media presence, Lynch’s writing is regularly featured in Filter Magazine, and he has published work under both his name and the moniker C. Dreams.
Lynch publishes articles related to his legal cases and his experience in prison in Filter magazine under the pen name associated with his Twitter. In a piece titled “As Trans Women Incarcerated in Georgia, Our Medical Needs Are Brutally Ignored,” he discusses his case and other similar legal fights. In another, he discusses how using methamphetamine helped him successfully complete school while incarcerated.
“… meth powered me through writing legal briefs, complaints and responses, and the literally hundreds of letters I had to send in order to secure financial sponsors for correspondence education,” Lynch wrote. “Without meth, I never would have turned my love for history and scripture into theology and religious studies degrees.”
Lynch’s GoFundMe campaigns are often promoted by Lyra Foster, a trans-identified male who is Founder & Outreach-Legal Coordinator at Trans Fam, a “mutual aid network” through which individuals can sign up to provide transgender people with financial, legal, or domestic assistance. Lynch’s most recent GoFundMe appears to also operated by another individual who also works at Filter Magazine as a deputy editor.
Foster also operates a GoFundMe through which he claims to be raising money to do “pro bono” legal work for transgender people like Lynch.
Lynch would not be the first trans-identified male convicted of crimes against children to apparently re-brand as a trans rights and criminal justice reform advocate.
Earlier this year, Reduxx reported that a man who raped a toddler was performing community outreach for an organization that advised incarcerated men on how to declare a transgender status.
Xena Grandichelli, born Jeffery Willsea, was convicted on 11 counts related to the sexual abuse of a 3-year-old girl. His sex offender registration categorizes him as a risk level 3, which denotes the highest recidivism risk and that he is a threat to public safety. Yet despite his horrific history, Grandichelli has become an award-winning activist since his release, and has worked extensively with the Sylvia Rivera Law Project on behalf of trans inmates.
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In their push to destroy female sports, gender activists have dropped any veneer of concern about keeping sporting competitions fair and safe for female athletes.
On September 26, Biathlon Canada introduced a new policy on gender inclusion that allows men unrestricted access to the female category on the basis of self-declared gender identity. In other words, all a man has to do is say he is a woman, and he’s allowed to cheat his way to a female athlete’s spot on the podium.
According to the Biathlon Canada website, the policy was passed with the unanimous approval of the board of directors and is intended to outline “how the organization will create respectful and inclusive environments for participation that value the individual’s gender identity and gender expression.”
The policy itself is a five-page document that speaks at length about the importance of “inclusion” and highlights terms like “cisgender,” “gender identity,” and “gender expression,” that have no place in a discussion about sports.
Where one might expect to see references to studies and data about sport performance, the document instead presents readers with a Gender Unicorn to use as a “framework of understanding the different categories of human identities.”
Let it sink in that a sporting organization is using a purple cartoon unicorn to explain a policy that strips the female category of all protections.
And this is exactly what the policy does… it amounts to nothing less than a free-for-all. A few important parts of the policy stand out, including that Biathlon Canada will allow for total self-declaration on ‘gender identity’ to determine category, and that competitors won’t even be required to disclose what that identity might be.
In the Biathlon Canada Gender Inclusion Policy – Information Document & FAQ, the organization further asserts that, “for any competition that falls under Biathlon Canada’s jurisdiction, participants will compete in the gender category that is the most gender affirming and/or safest for them.”
No restrictions. No discussion of what it means to “live authentically” as a certain gender and why that has any bearing on sports performance. No discussion about issues of fairness and safety for women.
It’s worth pointing out that these guidelines also put Biathlon Canada out of step with its parent organization, the International Biathlon Union (IBU), which does not currently have a similar policy.
The Biathlon Canada Gender Inclusion Policy was introduced to Biathlon Canada members at a webinar on September 28. The webinar included a presentation by Christine Hsu, a “diversity and inclusion specialist” who helped draft the policy.
On her LinkedIn, Hsu lists her pronouns as they/them and she/her and describes herself as “an immigrant settler who is nonbinary, genderfluid and a queer woman of colour.”
She holds degrees in Education and Physical & Health Education — neither of which qualifies her to be drafting far-reaching recreational and competitive sports policies that obliterate sex categories.
Unsurprisingly, Hsu’s presentation at the Gender Inclusion Webinar had nothing to say about sports performance and was silent on sex differences not just in biathlon but in any sport at all.
Instead, Hsu introduced her own SOGI (Sexual Orientation and Gender Identity) astronaut because, again, cartoon graphics are really what is needed when discussing sports.
Hsu also spoke about how the “gender binary,” as well as homophobia and transphobia, were brought over to Canada by European settlers. This, she claimed, clashed with Indigenous traditions and shaped how sports were established later on.
The idea that Indigenous cultures around the world didn’t understand the differences between the two sexes nor have roles based around those differences is patently ridiculous. In fact, as psychology professor Paul Vasey points out, it is gender colonialism.
Vasey has spent nearly 20 years studying the non-Western cultures that diversity and inclusivity “experts” like Hsu defer to when arguing that sex doesn’t exist and sex-segregated sports and spaces should be abolished.
“We all cull bits and pieces of information from the historical past and other cultures to construct an authoritative sense of who we are,” Vasey writes in Newsweek, “but in doing so, we risk overlaying Western gender ideology onto non-Western ways of thinking.”
This is exactly what Hsu is doing when she suggests that sports and other physical games and activities were not segregated by sex before settlers came to North America, which couldn’t be further from the truth!
Published in Women’s History Review in 2014, an excellent paper titled “First Nations Women, Games, and Sport in Pre- and Post-Colonial North America” explores the many sporting activities available to women and how they were tied to different stages of a woman’s life. In fact, a game called double ball, which was played throughout the Eastern United States, was played exclusively by women. Lacrosse, on the other hand, was seen a game for men.
Competitions that involved both sexes, such as foot races, were sex segregated as well. “For the Navajos,” the authors write, “races were used for girls’ and boys’ initiation rites, albeit in close association with the social roles of each one.”
The authors of the paper also note that: “The history of women remains dominated by works on white women and women who belong to the middle class. Studies concerning American Indian women, in particular, are largely overshadowed.” Hsu’s solution seems to be to deny that North American Indigenous women had any sports of their own in the first place. Problem solved.
Of course, Hsu was not the only individual with a hand in the development of this policy. In fact, the Biathlon Canada Gender Inclusion Policy draws heavily from the Canadian Centre for Ethics in Sport (CCES) Working Group report “Creating Inclusive Environments for Trans Participants in Canadian Sport,” which was published in 2016.
CCES is a not-for-profit entity created to end cheating in Canadian sports, and it’s also responsible for domestic doping control. It has never been given the mandate to create gender inclusion policies and has no authority to dictate those policies in Canadian sports associations.
Nevertheless, in 2012, the CCES began to do just that, releasing a report titled “Sport in Transition: Making Sport in Canada More Responsible for Gender Inclusivity.” According to CCES president CEO Paul Melia, “This report’s most pivotal recommendation is to remove from athletes the burden of proving their gender, and shift the responsibility to sport institutions to make their sports more inclusive.”
By 2020, Melia had progressed to arguing that sex is not binary, writing in a blog post on the CCES website that: “I think it is time for the sport community to reexamine its approach to sport categorization.”
Today, the CCES is unabashed about viewing its role not just as an anti-doping organization but as a crusader for social justice. This is made clear in a blog post announcing Melia’s retirement from his role as president as CEO.
“Through his leadership and governance skills, the CCES has enjoyed a period of extensive growth and has evolved from an organization responsible for administering the Canadian Anti-Doping Program to one which now promotes positive sport cultures through values-based sport,” the statement read.
Melia may be stepping down, but the damage is done. In their book, Unsporting: How Trans Activism and Science Denial are Destroying Sport, co-authors Linda Blade and Barbara Kay detail how Melia used his prominent position in the Canadian sporting world to spread the gospel of gender identity throughout the country’s sports organizations.
I approached Blade to ask for her thoughts on Biathlon Canada’s new gender inclusion policy, considering her extensive expertise in the field of women’s sport. Blade, who is the president of Athletics Alberta, used the word “livid” when describing how she felt about it.
“This new Biathlon Canada policy makes it possible for male-born competitors to self-identify into the female category at all developmental stages of the sport. Since male bodies have a competitive advantage, female biathletes will lose placings, prizes, and team opportunities irrespective of how they identify,” Blade said. “This is ridiculous! It is literally discrimination against all female-born biathletes on the basis of sex!”
Indeed, Biathlon Canada seems to not have given the integrity of its own sport a second thought. Like in virtually every other sport, there is a large performance difference between men and women in biathlon.
One interesting metric to look at and see this difference is in VO2max scores, which are a measure of the maximum rate of oxygen consumption the body can attain. VO2max matters to different degrees across various sports but is a particularly important metric for biathlon athletes. The cross-country skiing component demands one of the highest levels of power endurance in sport, and the athlete’s conditioning also must be good enough for them to regain composure, steady their breath, and hit five 4.5 cm targets at a 50 m distance.
A recently published study in the British Journal of Sports Medicine also found that men who had taken cross-sex hormones for an average of 14 years still retained a significantly higher rate of oxygen consumption when compared to women.
Also like in most sports, women have historically had a difficult time achieving equal representation in biathlon. In the last few years, the IBU has taken many steps to correct this, offering equal competition prize money for the male and female categories and introducing mixed relays and single mixed relays formats. Gender identity policies like those implemented in Canada seek to make all this progress obsolete.
It is inconceivable that sports organizations are allowing ideological activists to dictate that men should have any sort of claim to the female category, let alone completely unfettered access based on mere self-identification. The calls to inclusion in Biathlon Canada’s gender policy, and others like it, fall flat when its guidelines can and certainly will be used to exclude women from their own sports categories.
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Un político transgénero de México, conocido por oponerse a la abolición de la trata de personas, está siendo criticado por publicar deliberadamente videos pornográficos de sí mismo en su página oficial de Twitter y por afirmar falsamente que tenía un segundo trabajo como “trabajador sexual”.
María Clemente salió en los periódicos el año pasado cuando se convirtió en el primer político transgénero elegido para la Cámara de Diputados federal de México. Pero la corta carrera política de Clemente ya se ha visto empañada por varios incidentes de falta de decoro, el último de los cuales es la publicación de contenido pornográfico de sí mismo en su cuenta oficial de Twitter.
En las últimas dos semanas, Clemente ha publicado videos y fotos sin censura en sus redes sociales, la mayoría de los cuales lo muestran teniendo relaciones sexuales con hombres a los que se refiere como “papá”. Las publicaciones a menudo utilizan la etiqueta #TransIsHot (#TransEsCachondo)
En un tweet del 30 de septiembre, Clemente subió un video pornográfico del pene erecto de un hombre, con la siguiente descripción: “Esta es la primera que les voy a enseñar cómo me la chupo como la paleta que me compró mi papá cuando era niña y me llevaba al parque”.
Desde entonces, Clemente ha publicado muchos otros videos con contenido gráfico, incluyendo algunos que lo muestran practicando sexo oral a hombres. Los videos recibieron comentarios negativos de los electores, y muchos denunciaron el comportamiento como inapropiado e impropio de un político federal.
Clemente respondió a las críticas publicando una corta lista que justificaba su decisión de poner los videos pornográficos en su cuenta oficial. Las razones, que incluían “Soy mujer” y “Es mi cuerpo, mi decisión”, iban acompañadas por un video de Clemente en lencería lanzándole besos a la cámara.
El 6 de octubre, VICE World Newspublicó un artículo elogiando a Clemente por subir el contenido y aplaudiendo su lucha política por las “trabajadoras sexuales”. El artículo, titulado “El primer político trans de México es un trabajador sexual que no tiene problemas en tuitear su propia pornografía”, incluía un comentario de Clemente en el que afirmaba que las publicaciones tenían la intención de atraer a más clientes para su trabajo paralelo como prostituto.
Pero ese mismo día, el esposo de Clemente emitió una declaración en la que afirmaba que Clemente estaba mintiendo sobre ser un prostituto, y que el político en realidad compraba sexo, no lo vendía.
“Te conozco desde hace casi seis años y te puedo asegurar que nunca has hecho trabajo sexual”, escribió Iván Sheridan, “Ni profesionalmente. Ni semiprofesionalmente. Ni en la calle… No olvides que me conociste cuando yo ejercía [la prostitución], y que recibí un pago por mis servicios durante mucho tiempo. Mucha gente lo sabe”. Sheridan terminó su carta de dos páginas diciéndole a Clemente que quería finalizar su divorcio.
Según Sheridan, Clemente parece haber empezado a hacer “trabajo sexual” hace unos días y, a pesar de su imagen pública como perteneciente a una minoría sexual de clase trabajadora, vive en un lujoso ático en la exclusiva Zona Rosa de la Ciudad de México.
Clemente también gana un salario de diputado de 75,000 pesos al mes, aproximadamente $ 3,700 USD.
Sheridan ha borrado su tweet original, disculpándose por publicar información privada, pero ha asegurado que lo que escribió era cierto. La declaración se ha conservado en otras cuentas de Twitter, con las que Sheridan ha interactuado.
Las afirmaciones de Clemente de ser prostituto no son nuevas. Cuando se postulaba para el cargo, a menudo se llamaba a sí mismo “una mujer pobre” y ha dicho con frecuencia que fue obligado a trabajar como prostituto antes de convertirse en político.
Según informaba Reduxx en julio, Clemente es un firme partidario de la industria del sexo. Ese apoyo lo llevó a enfrentarse con expertos en derechos humanos en un congreso anual destinado a abordar el tema de la trata en América Latina y el Caribe.
El 6 de julio, tuvo lugar en la Ciudad de México el 7º Congreso Latinoamericano y Caribeño sobre Trata de Personas y Tráfico de Migrantes, que contó con un panel diverso de académicos internacionales y políticos de la Cámara de Diputados de México.
El objetivo de la conferencia era analizar formas de abordar el grave problema de la trata de personas en la región, con un énfasis particular en las maneras en que las mujeres se ven afectadas. En México, el 85% de las víctimas de la trata de personas son mujeres, y las mujeres y las niñas están sobrerrepresentadas en todas las formas de este delito, incluyendo el tráfico de órganos, la prostitución forzada y la explotación laboral.
Pero cuando una ponente, la socióloga española Dra. Rosa María Cobo, abordó el tema de la prostitución y su impacto en la humanidad de las mujeres, Clemente, que estaba presente, montó en cólera y se volvió físicamente agresivo.
Una mujer miembro de la audiencia le gritó a Clemente una pregunta sarcástica: “¿Las mujeres nacieron para ser putas?”
Clemente respondió: “¡Pues yo soy una mujer, y soy una puta! ¡Es mi trabajo y cómo alimento a mi familia! ¡Me encanta!”
Tras la declaración de Sheridan, muchas feministas mexicanas están expresando su indignación por la aparente apropiación de Clemente de la opresión basada en el sexo.
“Todo nuestro apoyo a Iván, esposo de María Clemente que ha desenmascarado a este consumidor fanático de la prostitución. ¡El teatro ha terminado!” Tuiteó Asteria Barahùnda Feminista, un colectivo abolicionista del comercio sexual.
“Aplaudo que lo hayan puesto al descubierto, es lo que la gente mentirosa necesita. Y este hombre no representa a su comunidad, ni al pueblo mexicano, es el diputado de los proxenetas”, tuiteó otra usuaria en respuesta a la declaración de Sheridan.
“O sea que el señor María Clemente [miente] diciendo que es puta, y vive en un depa en la Zona Rosa y así pues adjudicándose realidades que no vive y luchando por el derecho de los hombres”, escribió @nastyevilwitch.
Clemente no ha mencionado la publicación realizada por su expareja más allá de afirmar que “nunca existió“.
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